sábado, 7 de febrero de 2015

De ayer a hoy (III) Una vieja receta de 1886 para dominar a los toros

Por Jose Morente

Victorino Bilbao 2001

El Juli dominando a un toro de Victorino Martín en Bilbao toreando por naturales en redondo en julio de 2001.

Algunos aficionados actuales dejan entrever que, el toreo en redondo que hoy se práctica habitualmente, sólo es posible gracias a la bondad (por no decir bobaliconería) del toro actual.

Para algunos aficionados el toreo en redondo solo es posible gracias a la excesiva nobleza del toro actual (José María Manzanares en Sevilla toreando en redondo con la derecha)

Piensan dichos aficionados que, cuando el toro es realmente bravo, resulta necesario e imprescindible para poder dominarlo, el torear cargando la suerte (adelantando la pierna de salida). El toreo cambiado que le dicen.

Según esos mismos aficionados, el toro auténticamente bravo no se dejaría torear en redondo tan fácilmente como hoy se torea y habría que poderle cargando la suerte o sea desplazándolo hacia afuera (Fotografía de Alberto Aguilar en Pamplona peleando con un burel de Dolores Aguirre)

No sé si tienen razón o no, aunque pienso que no la tienen, pero lo que resulta curioso es que hace 125 años se pensaba exactamente lo contrario.

Eso es lo que dice esta reseña de la Lidia que firma un tal don Jerónimo:

1886-08-16 (p.LL) Los toros se pueden en redondo 02

El cronista de La Lidia (Don Jerónimo) no lo podía decir más claro ni más alto: A los toros bravos se les puede y debe torear al natural en redondo… y dándoles salida larga. En caso contrario, no se consigue aplomarlos para el volapié o sea, no se consigue dominarlos.

El comentario anterior tuvo como motivo la lidia de un bravísimo toro de Carriquiri en San Sebastián el día 9 de agosto de 1886. Un toro que le tocó en suerte a Rafael Molina Lagartijo y que le cogió en el momento de la estocada por no haber conseguido el torero, según el cronista, dominarlo.

img_0071 San Sebastian año 1886 (Lám

De los toros a la playa o viceversa. Alegoría de las fiestas de San Sebastián en la Lidia (Detalle de la lámina publicada el 23 de agosto de 1886)

Aconsejaba el susodicho don Jerónimo que, en ese caso (cuando se tiene enfrente un toro realmente bravo al que hay que poderle), lo indicado es torearle al natural en redondo pues lo importante para el torero en esa situación es intentar o procurar  alargar el muletazo.

2007-05-23 Con Cantapájaros

El Juli haciéndole a Cantapájaros (Madrid, mayo de 2007) lo que aconsejaba Don Jerónimo en 1886: alargarle el viaje para dominarlo.

La cosa, si se piensa, tiene lógica porque al toro se le destronca más cuando se le obliga a alargar su viaje, máxime hoy día cuando al toro se le obliga a recorrer ese trayecto humillando que es, de suyo, una posición forzada y antinatural. Mientras más tiempo se le mantenga humillado, o sea mientras más largo y más lento sea el muletazo, más se le destronca.

Es cierto que también se puede dominar a base de recortes, pierna adelantada y torero en movimiento. En movimiento continuo hacia el rabo como hacía Domingo Ortega, por ejemplo.

Ortega (Toro torero y aficion)

Un sistema diferente de poderle al toro. El toreo en ochos, en continuo movimiento, metiendo el torero la pierna y ocupando el terreno que el toro tenía al iniciar el muletazo o sea, el rabo (Fotografía de Domingo Ortega toreando en ochos)

Pero, en mi opinión y en la de don Jerónimo, lo más clásico, lo más expuesto y lo más eficaz con el toro bravo de verdad es poderle toreándole por naturales en redondo y alargando su viaje hasta el infinito como hacía, por ejemplo y sin ir más lejos, Manolete.

Eso es lo máximo.

ScreenShot012

Alargar el viaje del toro toreando por naturales en redondo. Esa es la más vieja e infalible fórmula (Tan vieja que data al menos de 1886) para dominar al toro (En la fotografía, sacada de una vieja película, Manolete haciendo precisamente, eso)

Perdón. Se me olvidaba. El nombre que se esconde tras el pseudónimo de don Jerónimo es el de Antonio Peña y Goñi, director de la Lidia y…. reconocido frascuelista. ¡Para que digan!

Peña y Goñi

Don Antonio Peña y Goñi

2 comentarios:

Sebastián dijo...

Buenas tardes.

Creo que en esto de los toros acostumbramos a tomar la parte por el todo, es decir a las medias verdades.
Lo digo por la machacona insitencia de definir el toreo cruzado como toreo de expulsión.
Es verdad que se expulsa al toro pero en la primera parte del muletazo.

Se le expulsa porque si uno está en el camino del toro por necesidad se le tendra que quitar del camino, pero el toro puede pasar de manera ceñida por el torero y una vez pasados los pitones puede rematar el muletazo hacia dentro.
Morante 2012 Bilbao empieza la faena metiendose en el terreno del toro para someterlo y claro que la primera parte el toro va hacia fuera pero en la segunda parte lo mete hacia dentro, se lo enrosca.
El toreo de capa es así y nadie dice que sea de expulsión.

Expulsar el toro se puede hacer cruzado, al hilo y fuera del hilo.


Ojo con esto no quiero decir que cruzarse sea mejor que el hilo ni que torear en ochos sea mejor que en redondo, de eso no tengo ni idea igual que no se cual de las 250 definiciones de cargar la suerte e la correcta.

Un Cordial Saludo




Anónimo dijo...

Jose, de lo que dice Don Jerónimo creo haberlo interpretado al revés que tú. Que si la faena se basa en darle “salida larga” al toro, no hay manera de aplomarlo para el volapié, es decir, no te pide la muerte. Lo cual encuentro mucho sentido.

Es por eso, me parece, que las faenas de la gran mayoría de toreros tienen más de 80 (innecesarios) pases, pues basadas en esas “salidas largas” no logran destroncar al toro, sino el toro no duraría tanto, amen si se tratara de un bravo o no.

Domingo Ortega alguna vez se preguntó cómo es que se pueden llegar a faenas de más de 40 pases. Pues estaba claro que el toro en esa larga faena no estaba siendo sometido.

Lo de hoy ya es una exageración con esas faenas larguísimas de 80 o 100 pases –se me vienen a la mente en especial Ponce y Perera-, y es que hoy en dia, me parece, no hay dominio sobre el toro, sino un acompañamiento de la embestida del animal, lo cual va muy distante al concepto de torear.

Por cierto, ya que pusiste una foto de Manzanares, demostrará alguna vez que puede lograr con su “toreo” dominar un toro bravo o encastado de alguna ganadería de encaste Santa Coloma, o alguna otra que no sea Domecq o Nuñez? Él dice, que no le gusta torea eso, por algo será.

Saludos,
Gustavo