Por Luis Miguel López Rojas
Pese al ventarrón, Talavante se fue a los medios. Al final no se lo agradecieron
Nota de LRI: Mientras los públicos van a las plazas con el sano y loable propósito de divertirse, no son pocos los aficionados que se encaminan a ella armados de escuadra y cartabón dispuestos a no dejar pasar ni una, a no admitir el más mínimo desliz del torero ni la más mínima flaqueza de los toros.
Por suerte, siempre hay aficionados cabales que atesoran un gran conocimiento en la materia no exento de una rara modestia adobada de excepcional bonhomía. Conscientes de las limitaciones del que está en el tendido para penetrar en los matices más íntimos del toreo no pontifican sino que interrogan, no dogmatizan sino que matizan, no proponen sino que exponen.
Uno de esos aficionados cabales me contaba por carta (mail) sus impresiones sobre la actuación de Talavante en Madrid, el 22 de mayo pasado, un análisis preñado de sentido común y, por tanto, muy alejado de los discursos apocalípticos y recurrentemente negativos tan habituales en nuestros días
Merece la pena leerlo.
Buenos días José:
Te voy a dar mi opinión sobre la actuación de Talavante ese día (el único en esta feria) que he estado presente en la plaza:
Esta opinión es muy particular sobre lo que percibí en la plaza, no sé si acertada o no, y lo que es peor, no sé si es real o fruto mi imaginación por desconocimiento por mi parte de los secretos del toreo.
La faena
En primer lugar, hay que destacar por encima de todo el vendaval que soplaba en la plaza. Este elemento condiciona, no sólo el toreo, sino cualquier opinión o juicio de valor de la tarde, de la actuación de los toreros en general y de Talavante en particular. Obviar este convidado elemento meteorológico, invalida cualquier tipo de opinión posterior.
Primer problema. El viento es el peor enemigo del torero. Con viento es muy difícil el toreo pero, como al espectador no le incomoda, no lo valora en absoluto.
Dicho esto, analizar el comportamiento del toro. El de Montalvo era un animal que manseó, con tendencias a irse buscando las querencias, cambiantes por cierto, pero que cuando embestía lo hacía humillando, colocando muy bien la cara y con transmisión.
Segundo problema del torero. El toro manso con querencias muy acusadas. Decía Corrochano en una crónica de una corrida de Ordoñez, creo que de Jerez, que V+M = 0. Lo que quiere decir que “viento más mansedumbre es igual a cero”. Sin embargo, en Madrid, Talavante modificó el resultado de esa ecuación que convirtió en un número positivo.
Antes de comenzar la faena, a la vista de las cosas que hizo el toro en banderillas, vino a mi mente la relación entre Talavante y Madrid, toros mansos y Puertas Grandes (el del Puerto en la confirmación, el de Victoriano del Río el año pasado…). Vaticinaba otro gran triunfo.
Alabar la disposición del toreo para irse a los medios y presentar la muleta con la mano izquierda, que el viento movía como una cometa. Hay que tener un par de… para hacer eso. No obstante es, en este punto, donde en mi opinión (cuestionable y puede que errónea, siempre repito), residió un error en el planteamiento de la faena. Al citar en los medios y tan a larga distancia, hacía que el toro por la inercia de su embestida perdiera de vista la muleta y se fuera manseando, buscando querencias. Esto deslució las dos-tres primeras series.
Tercer problema. Este buscado por el torero. Los medios es el terreno de la plaza donde “más pesan” los toros
Talavante detrás del burel y sensación de discontinuidad y desorden. Cuando consiguió cerrar un poco más al toro, acortar distancias, dejar la muleta puesta en la cara para que el toro no se fuera (lo que coincidió con la disminución de fuerzas), ligó dos series al natural, primorosas. Gran trazo, gran muñecazo, rematando por debajo de la pala del pitón para dejársela puesta y ligar el siguiente. Crujió el toreo y crujió la plaza.
Cuarto problema. La colocación en el cite y el trazo del muletazo. Este problema fue resuelto con suma brillantez por el extremeño. Los muñecazos fuero antológicos
En ese momento, se fue a por la espada. Según la opinión de algunos aficionados, quedaba más faena, según la mía, el déficit estaba en el comienzo y no en el final.
Este análisis es a la vista del resultado (ventajista). Puede que si Talavante hubiera hecho lo que digo, acortar más la distancia, buscar el refugio de la tablas para paliar el efecto del viento, y lo hubiera apretado desde el principio, limitando inercias, hubiese cabido la probabilidad de que el toro se hubiera afligido (destacar su condición de mansedumbre acusada) y al tener tan cerca la tablas se podría haber rajado. Entonces puede que no hubiera dado ni siquiera estas dos grandiosas series… y lo que opino que fue defecto de planteamiento, fuera la principal virtud de la faena…¿quién sabe?
Eso es lo bonito de este arte tan efímero. Nunca podremos saber lo que hubiera pasado.
Estocada
Por mi ubicación en la plaza (Tendido 2) y donde se produjo la estocada (Tendido 4), tuve una posición de privilegio. Justo en línea con el toro y el torero. El toro al arrancar hizo un extraño y así se lo comenté al vecino de localidad. Arrancó descompuesto. Perfectamente perceptible en la plaza. En directo, esa fue la causa principal a la que achaqué la deficiente colocación de la espada.
Quinto problema. La estocada atravesada. El torero entra en rectitud y deja muerta la mano izquierda, ergo la estocada quedó caída pues, según se apreció en la plaza el toro hizo un extraño saliéndose de la suerte (probablemente hacia su querencia como explicaba Emilio Muñoz en Canal+)
No he visto imágenes posteriores. Pero tu entrada parece confirmar lo que vieron mis ojos. No obstante, Talavante, en la ejecución de sus estocadas, deja el brazo rígido y espera que el toro choque y se trague la estocada. Por eso la influencia del toro en la ejecución de la suerte, es mayor en este torero que en otros (Manzanares, el Juli…)
División de opiniones
Ya te puede imaginar lo que opino. No es de recibo que tras esas dos grandes series y esa disposición con el viento que hacía, no sirva para una vuelta al ruedo. Mezquino.
Un abrazo.
Fdo. y rubricado: LMLR
Postdata. Del día de Perera:
Tras ver la faena en la TV a su primer toro te envié un sms diciendo que había estado CUMBRE. Pero la palabra que mejor lo define era PERFECTO. En su segundo, redondeó su actuación y fue una clara muestra del momento en el que se encuentra el torero. Ya lo apuntó el año pasado (culminación en Sevilla con tarde de Puerta del Principe malograda por la espada), aunque muy pocos lo han cantado (el hijo de Jack uno de ellos). Nuestro amigo Javi estaba en la plaza, me llamó y no estaba de acuerdo con las dos orejas. Yo no sé lo que vieron en la plaza pero lo que vi yo en la TV fue simplemente perfecto.
Perera es seguramente el torero actual que mejor maneja todas las distancias. No me explico como puede torear tan largo en una distancia tan corta. Me acordé de aquella frase célebre de Pepe Luis Vazquez sobre Manolete:
“Acortó distancias pero alargó el toreo”.
Perera alargando el muletazo y profundizando el toreo.
7 comentarios:
enorabuena por la cronica es muy acertada su esposicion .totalmente de acuerdocon usted saludos
Luis Miguel
Hay una cosa que me llama la atención. Paquiro es fama que daba las estocadas atravesadas por exceso de mando en la muleta y Talavante la dio atravesada por lo contrario, por falta de mando.
Me resulta curioso.
Un abrazo y mis felicitaciones por este magistral artículo (carta)
Unas cuantas docenas de aficionados como Luis Miguel en Madrid bastarían para terminar con ese sector intransigente que esta arruinando la plaza de las Ventas.
Enhorabuena! Muy buena su crónica y muy bien Talavante.
Con su carta Luis Miguel te deja con el sol a la espalda.Una razón más para que sigas con el flamenco y dejes a los que verdaderamente saben.Por favor a hacer caso.
A.O.A.
Para A.O.A.
Los que no sabemos estaríamos encantados de que usted nos explique sus conocimientos con la claridad y didáctica que lo hace José Morente.Cuando se decida, avisenos.
Aclaración del autor: La verdad es que este mail no nació con la intención de ser una entrada de LRI (entiendo que para alcanzar esa categoría debería ser algo más brillante). Esta es una visión muy particular válida para una tertulia. No obstante, al ver la entrada de LRI sobre la estocada de Talavante, me decidí a enviar al maestro Morente, lo que “yo vi” en la plaza por mail (vía privada). Por la estima que José Morente tiene para con mi persona como aficionado, inmerecida por cierto, tuvo a bien publicarla como entrada.
Me da un poco de vergüenza opinar públicamente de los toreros cuando yo no me he puesto nunca delante. Por eso doy una opinión que siempre pongo entre interrogantes, que son los mismos que yo me hago. Estoy convencido de que en el toreo no existen verdades absolutas. Una misma ecuación se puede resolver de múltiples formas, con la particularidad de que al ser un arte tan efímero, muere al momento de nacer, una vez elegida una opción jamás podremos saber qué hubiera pasado con otras opciones. Esta es mi percepción de la actuación de Talavante. No creo que moleste a nadie, en todo caso si así fuera, pido disculpas, en primer lugar a Talavante.
Mi agradecimiento a D. José Morente por publicar esta opinión en LRIy a todas las personas que a través de sus comentarios se han interesado por la misma y exponen “su visión”.
¡Viva el toreo!
Un abrazo.
Aclaración del Editor:
No es la primera vez que tengo la suerte de que mi buen amigo Luis Miguel López Rojas acceda (no sin tener que vencer muchas dudas suyas) a publicar en La Razón Incorpórea.
El planteamiento de este blog, y por lo que respecta al tema taurino, ha estado muy claro desde sus inicios: Dar una visión de la fiesta de los toros alejada tanto del recurrente discurso pesimista del aficionado dogmático como del triunfalismo exacerbado de quienes sólo buscan diversión pero rehuyen profundizar en el toreo
Con ser, sin embargo, mucho más legítima y defendible esta última postura (pues a fin de cuentas el toreo es una fiesta popular), a mi no me satisfacen ni me llenan ninguna de ellas.
Hay una tercera vía que, como decía en la entradilla, es la de los aficionados que "no pontifican sino que interrogan, no dogmatizan sino que matizan, no proponen sino que exponen".
Esa es la postura de Luis Miguel López Rojas. Esa es, también, nuestra postura.
Es ese acercamiento tan poco rígido y tan alejado de los tópicos, el que explica la profundidad, el rigor y la amenidad del texto que hemos publicado y su acierto para explicar las claves de lo que pasó en la plaza ese día 22 de mayo.
Y todo ello, pese a que Luis Miguel señala que le produce un cierto pudor hablar en público de toros por su "desconocimiento" de la "parte interna" del toreo.
Será. Pero a mi me parece que ya quisiéramos muchos aficionados conocer el toreo como el lo "desconoce".
Mi agradecimiento a él y a quienes se acercan a leer este blog.
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