Por el Divino Calvo
Nota del autor:
Esta crónica está hecha desde el cariño a la Plaza y a la afición de Madrid que siempre nos ha dado motivos de admiración. Hoy día , no.
Por ello es necesario que, a esta plaza, vuelvan al respeto a los que se juegan la vida, la cordura y la sensatez, por este orden.
La dureza que se supone a Madrid, necesaria por cierto, no está reñida con todo lo anterior.
Madrid. Llegando a la Plaza antigua. (Fotografía de Hauser y Menet publicada en el blog Del toro al infinito)
Y es que cada vez da más pereza ir a los toros a Madrid…
Vamos a la plaza para sentir la emoción del toreo a flor de piel y que nuestra sensibilidad se impregne de todos los matices que únicamente se pueden vivir en una plaza de toros (los que no capta la pequeña pantalla). Pero esto, en Madrid, cada vez es más difícil.
Cuando vamos a una corrida de relumbrón ya sabemos que será marcada por el público, pero lo del miércoles fue una autentica locura.
Los aficionados antiguos –a tono con el salvajismo de la época- se jugaban el tipo en sus protestas. En la foto cogida de uno de los espectadores que se han tirado al ruedo protestando la mansedumbre de la res el 15 de mayo de 1915. Las protestas en los toros siempre han sido desaforadas y realmente poco eficaces(Fotografía de la Hemeroteca Digital de ABC)
Esta circunstancia se vio agravada por un vecino de localidad, que con gran sabiduría y cada vez menos espaciadas en el tiempo, cual Séneca, soltaba grandes sentencias:
“Este toro no tiene ningún peligro”
En el primero, pero es que en el segundo:
“Este toro no tiene ningún peligro”
Y así uno tras otro, según iban saliendo. Y yo que soy muy corto, deduje que ningún toro tuvo peligro.
Un toro ¿sin ningún peligro?
Seguía:
“Es que hoy han venido muchos de pueblo”.
De Morante:
“¡Qué se vaya a aprender a la escuela taurina!”
A lo que replica su acompañante:
“Es muy mayor para eso, éste ya no aprende”.
De Talavante:
“Ni un pase ha dado”.
¿Ni un pase dio?
Todas las estocadas estaban caídas. En la primera de Talavante, le repliqué respetuosamente, en el único dialogo que establecí con él en toda la tarde:
“Si algún defecto la encuentro es un pelín trasera”
Pero él sentenció:
“Muy caída… por lo menos cuatro dedos”.
Yo que uso lentes para lejos, pensé: Mañana sin falta voy a que me vuelvan a graduar pero eché un vistazo al tamaño de sus dedos (de cerca veo bien, con gafas y sin ellas) y eran pequeños como los míos. Así que algo falla en la precisión sentenciada.
Una estocada cuatro dedos muy caída
De la media largartijera de Morante, precisó:
“Un vulgar navajazo”.
¿Todas las estocadas estaban caídas? Pues aquí una de Manzanares que no estaba caída
Yo que soy de pueblo
Yo que soy de pueblo, aprendí un montón de toros y de medidas con tan ilustre vecino. Eso sí, “el de pueblo” (o sea, yo) venía con su botellita de agua y no se pasó toda la tarde llamando al vendedor de coca-colas pidiendo una cerveza fresquita (que la anterior no estaba a su gusto) y un gin-tonic para el compañero. Todo eso, con interlocutores para que el mensaje-bebida llegará a la bocana del tendido, y eso que estábamos en plena lidia.
Y mi vecina del otro lado (pegada a la bocana) y principal interviniente en el éxito del pedido de refrescos, con más paciencia que el Santo Job. Qué al final le tuvo que decir:
“Espere un momento que entra a matar Talavante y no me lo quiero perder”.
Y “el de pueblo” sabe qué cuando San Isidro se acaba, y los “de pueblo” no vienen, la plaza de una ciudad de 6 millones de habitantes, registra una entrada de dos o tres mil personas “de ciudad”. Perdón, que quinientos o seiscientos son chinos, bueno pero son chinos “de ciudad”. Así que todos de ciudad. Sí, los dos o tres mil. Ni uno de pueblo. Así que no me imagino yo un San Isidro sin “los de pueblo”.
Un quite de Morante
Sólo con espectadores
Esto que cuento en ámbito local (a mi localidad, me refiero) también ocurría en el resto de la plaza.
Los defensores del templo con su pancarta, su clásico miau, y su mal-muy mal y su toros-toros y su pum-petardo… (Resumiendo: recopilatorio de sus grandes éxitos). Su levantarse para gritar y volverse esperando la ovación a su comentario, que pa´ eso lo ha dicho. Pero es que además en los altos del nueve, unos cuantos a coro, sin venir a cuento les daba por dar un grito unísono, que hacia volverse hacia ellos a toda la plaza.
Otro mientras torea como los ángeles Talavante, suelta:
“Morante eres un sinvergüenza”.
Mientras Talavante toreaba así, algunos se acordaban de Morante
Y desde el sol, otro gritaba
“Que hablen los tontos”
Tontos entre los cuales supongo que se incluiría, porque también hablaba y el “resto de tontos” le replicaba, y lo que no se consideraban tontos, le aplaudían… porque aplaudir, no es hablar, y porque ¡yo no soy tonto!, que dicen en el Mediamark. Así que le aplaudo:
¡Qué grandioso espectáculo!
Por cierto, se me olvidó: ¿Dónde estábamos? ¡Ahhh! En los toros. Es verdad, qué en el ruedo hay un toro y un torero, por lo que deben ser toros. ¿Qué alguien se está jugando la vida? Y eso que más da…
Mal vamos, si el público, necesita público. Como solución propongo que cuando termine la feria del Arte y la Cultura se dé una tarde de toros, sin toros. Y que el público se explaye y que cada uno se autoafirme en sus convicciones y todos felices para casa. Los del pueblo y los de la ciudad. Y de paso nadie arriesga su vida.
Dicho esto, en los pocos momentos en que me puede abstraer del ambiente, creí percibir…
Los toros de Cuvillo.
Definitivamente el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
El año pasado reconoció que no debería haber venido a Madrid dos tardes. Pues, este año, más de lo mismo. Y la que se supone que la que debe ser la corrida más importante del año, remendada con dos toros de otra ganadería. No juzgo si lo que presentó era apto o no, porque no vi los toros rechazados. El quinto que se lidió si que era muy-muy justito.
El 5º de Cuvillo, muy justito de presentación
Encima los dos de Victoriano del Río se llevaban casi 100 kilos entre ellos y también con el resto de los de Cuvillo.
Así que mal por el ganadero, mal por los veedores, mal por los veterinarios…
A la Beneficencia deben venir una corrida impecable (sin excesos pero impecable y pareja, incluso en los remiendos de otras ganaderías). Y si se ha elegido una de Cuvillo y se anuncia en los carteles, tenemos que saber el tipo de toro que es el de Cuvillo y de los 530 kilos no debe pasar ninguno, con sus pitones para delante, enseñando las puntas, nada de cornalones abiertos.
Respecto al comportamiento. Los Cuvillos siempre son Cuvillos y si los dejan (toreros y en Madrid además el público) sacan su fondo. Me quedé con ganas de ver el primero, sin viento y con apuesta. Manzanares, perdió la fe. La que si tuvo y mucha, Talavante en el sexto. Qué solo vio él. Su principal mérito.
De los de Victoriano, muy bien hecho el tercero. Además buen toro para la muleta con el único pero de apagarse un poco pronto. El cuarto de Morante, además de hacer algún extraño al torero, se paró, ¿serían los kilos? Pero como la tablilla marcaba más de seiscientos, es un toro de Madrid. Pitos para el torero y aplauso para el toro. Donde era de justicia y sólo en parte, lo primero.
Las bonitas hechuras del 3º de Victoriano del Río
Morante no está dispuesto a tragar
Morante, definitivamente, no está dispuesto a tragar. Siguiendo la teoría de que los Cuvillos son el termómetro del escalafón, el primer toro era de apuesta y el de la Puebla no está en ese momento. En su descargo diré que le molestó mucho el viento, pero no más que a Talavante. Con el cuarto, de Victoriano (el de seiscientos y pico), estuvo algo más dispuesto (quite de chicuelinas aladas). Ayudados en el inicio, donde el toro le apretó cerca de tablas. Incluso, pareció falto de recursos físicos
Y colorín colorado, este cuento…
Para algunos, la imagen más torera de la tarde fue esta
Manzanares ni estuvo bien ni le echaron cuentas
A Manzanares con el lote de Cuvillo completo, no le echaron cuentas.
Bueno, si se las echaron para reventar los atisbos de posible lucimiento. Tanto, que creo que desanimaron al torero y se desangeló. La vulgaridad inundó su toreo. Faena de pegapases, intentando cubrir el expediente sabiendo que daba igual lo que hiciera. Ya se conocía el resultado. No me gustó el alicantino, pero es que así es muy difícil por no decir imposible.
Aunque Manzanares no acabó de estar bien, el viento que sopló a rachas hacía imposible manejar con precisión los engaños, algo imprescindible con los siempre exigentes toros de Cuvillo.
Talavante, bien de verdad
Talavante, estuvo muy bien. Dio una gran tarde de toros.
Quizá en algún momento, sobre todo en su primer toro, en busca de la sorpresa y la variedad (arrucinas y pases que empiezan a ser clásicos en su tauromaquia) perdió rotundidad en su obra. En la tercera serie, este inicio le hizo perder la distancia y que la faena no alcanzará la rotundidad a la que me refería. Mató muy bien (volcándose en ambos toros). Parece que el extremeño está cogiendo el sitio a lo que hasta ahora ha sido su talón de Aquiles.
El sexto, como antes indicaba, sólo lo vio él. El torero está en muy buen momento (termómetro Cuvillo) y a partir de mitad de la faena grandes muletazos con ese muñecazo característico que dota de gran dimensión a su toreo.
Destaca siempre el preciso juego de muñecas del torero de Badajoz, aquí en el sexto toro.
Final de Puerta Grande
Al final puerta grande, para mi gusto algo justista. No sé si porque esperamos obras grandiosas, o porque la vueltas al ruedo se han vuelto imposibles en Madrid, o si por el ambiente que reinó en la plaza y que afectó a mi ánimo… Pero, si me olvido de justicia o no de la salida por la puerta grande, me vuelve la cordura y la claridad a mi mente. Talavante dio una gran tarde de toros, con el material que tuvo delante. Punto.
Y yo que soy de pueblo, que lo único que tengo claro es que no sé de toros, cuando acabó la corrida… me volví al pueblo. Contrariado, y acordándome del Guerra.
“En Madrid que atoree, San Isidro”
Y apostillo, también Don Arte y Doña Cultura que para eso han inventado una feria en su nombre. Y ya tenemos terna.
Talavante dio una gran tarde de toros
Postdata. Visita matinal al Museo Taurino
Casi lo mejor estuvo por la mañana. Estuvimos en el museo taurino.
Entrada al Museo
Yo lo visité de muy pequeño, supongo que tendría 8 ó 9 años. Tenía vagos recuerdos. Ahora lo han remodelado y está muy bien. Sólo eché de menos de la anterior visita el recuerdo del casco de la yegua Espléndida de Don Álvaro Domecq y Díez.
Lo recuerdo perfectamente porque teníamos una yegua a la que pusimos ese nombre como homenaje. Mi padre me dijo que era por esa yegua. Yo, que por mi edad, no la conocía ni había leído de ella, ver su casco en el Museo taurino de Madrid, me dio una idea de lo importante que tenía que ser.
Fotograma del episodio dedicado a la yegua Esplendida en la película de José María Forqué “Yo he visto a la muerte” (1967)
Están las cabezas de los toros Perdigón, Jocinero, Burlero… De un toro de Victorino lidiado en la década de los 70 y del primer toro mexicano que se lidió en las Ventas. A los aficionados retros que defienden un pasado idílico, les preguntaría que pasaría si esas cabeza asoman hoy por toriles.
Jocinero, el Miura que mató a Pepete (Foto del blog Blanco y Oro)
De los trajes, destaca el chaleco utilizado por Joselito “El Gallo” la tarde de Talavera. Me acordé de José y elevé al cielo mi plegaria.
Trajes de Belmonte, capotes de paseo. El traje de Manolete el día de Linares. Impacta ver la sangre en la taleguilla. Además estaba su camisa. Creí haber leído que decían que Lupe Sino o alguien la había vendido hecha jirones como reliquias en México, por lo que no debe ser cierto lo que leí o mi memoria falla. La jeringuilla de la transfusión del polémico plasma.
El traje de Yiyo de Colmenar y esa mancha de sangre en su camisa. ¡Maldita sea! que mala suerte tuvo el príncipe del toreo y esa trayectoria de 8 cm. directa a su corazón.
El lila y oro de Antoñete que se ha convertido en Chenel y oro…
El cuadro de Zuloaga a Domingo Ortega, trajes suyos…en fin que merece la pena ir. Además es gratuito. Bien por la Comunidad de Madrid que tan mal lo hace en otros asuntos taurinos.
El retrato de Domingo Ortega pintado por Ignacio Zuloaga (Museo Taurino de las Ventas
Luego vino el apartado, la charla de toros… y después lo que cuento en el relato de la tarde, donde parece más importante el público que los que deberían ser siempre los verdaderos protagonistas…El toro y el torero.
El toro y el torero. Los que deberían ser únicos y verdaderos protagonistas (Foto web Arte Toreo)
Nota. Las fotografías de la Corrida de Beneficencia son de Juan Pelegrín (web de Las Ventas)
5 comentarios:
"Están las cabezas de los toros Perdigón, Jocinero, Burlero… De un toro de Victorino lidiado en la década de los 70 y del primer toro mexicano que se lidió en las Ventas. A los aficionados retros que defienden un pasado idílico, les preguntaría que pasaría si esas cabeza asoman hoy por toriles".
A mi me encantaría, pero con esas mismas expresiones fieras en la mirada.
El público que tenemos es fiel reflejo del lugar que ocupa la Tauromaquia en la sociedad actual y de lo que se está creando por parte de todos los entes, empezando por los toreros que enseñan más que nadie al público y continuando por los medios de comunicación, taurinos y no taurinos,fundamentales para crear aficionados con criterio.
Pienso que va en consonancia, en época de toreros maestros el público será de mayor calidad que en época de toreros medianos que el público será más ramplón. La masa se contagia de lo que suceda en el ruedo.
Saludos
Vazqueño
Esperemos -como usted plantea- que esta sea (o se convierta en) época de toreros maestros y de público de mayor calidad.
Por lo que respecta a los toros, esperemos también un poquito más de acometividad (fiereza) que realce lo que el torero sea capaz de hacerle a sus toros.
Un fuerte abrazo
Yo estaba convencido de que el chaleco de José estaba en la Casona de Tudanca, la de José María de Cossío. Y es que hace tiempo leí en "altoromexico" que el escritor Antonio Gala contaba como su padre acabó por regalárselo a D. José María de Cossío, padrino del escritor: "Dice que su padre era partidario de Juan Belmonte, y el compadre de éste, el autor de la famosa enciclopedia “Los toros”, seguidor acérrimo de Joselito El Gallo. Se acuerda de las tremendas broncas entre ambos, discutiendo quién era mejor torero. Un día, después de tanto rogar y dar la lata, el padre de Gala salió de la habitación con el chaleco de Joselito, el que llevaba puesto el día de su muerte en Talavera, y le gritó furioso a Cossío: ¡Toma ahí lo tienes! Y hasta le araño la cara al arrojarle la prenda. A Cossío no le importaron los arañazos. Cogió el chaleco lo apretó en su pecho y se fue feliz de la vida con su anhelada reliquia".
Saludos.
Antonio Pineda.
es triste que usted con tanto conocimiento taurino lo approveche para hacer derrotismo sobre los toreros como dicer a morante que es un sinverguenza,no me diga que no sabe que el guerray joselito el GALLO el publicose metia con ellos injustamente porque eran figuras, este ultimo prefiero ir a Talavera en en vez de madrid aquel año por llas exigencias de gente como usted y encima dice que le reza una plagaria a élno entiendo seguramente a joselito el GALLO tambien le dijeran sinverguenza como usted a Morante, usted ha visto o se imagina como tiene de cicatrices Morante de la Puebla? si seguro que si lo sabe porque usted sabe mucho y tambien sabe que este torero recibio cornadas muy fuertes hasta el punto que hizo un comunicado de prensa diciendo que se retiraba, y tambien sabe que es el torero mas artista que existe hoy en la actualidad a triunfado en todas las plazas Madrid Sevilla Bilbao etc etc etc y mas etc etc , si usted lo sabe, el porquue eso de sinverguenza a santo de que me lo puede explicar si usted sabe que los toreros tienen sus horas flojas en fin usted sabe y sabe un saludo y aver si pone este comentario quiero saber quien es el sinverguenzade verdad un saludo
el fragua
Como entiendo que su comentario no es irónico, solo puedo decirle que creo que no ha captado el sentido de esta entrada que si es irónica y que precisamente propone y defiende lo mismo que propone y defiende usted: A Morante de la Puebla y a su toreo
Un saludo
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