miércoles, 4 de abril de 2012

Ceci est une saeta

 

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La paradoja del más conocido cuadro de la serie La trahison des images (1928–1929) de René Magritte. Serie  sobre la que Foucault escribió un no menos conocido ensayo.

 

Uno de los temas recurrentes en el flamenco es la relación que, por origen, tiene con la música de negros. No sólo musicalmente como es el caso del tango flamenco en cuyos primeros años los movimientos procaces de cadera propios de este baile provocaron el horror de las clases bien pensantes, sino sobre todo por tener ambas músicas similares raíces vitales.

Y es cierto, pues el flamenco comparte con esas músicas (blues, jazz) su origen en las capas sociales más bajas, su desgarro, su queja individual, su desespero…

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Siempre se ha dicho que el jazz comparte muchas cosas con el flamenco (En la foto una jazz-band)

Y hasta tal punto es verdad que estoy por decir que una de las saetas más puras que se ha podido oír en la historia del flamenco no la hizo un cantaor de la calle Sierpes sevillana, ni un gitano de Jerez, ni un saetero malagueño o cordobés. Tampoco la ha cantado una monja de clausura de Utrera ni un Don Guido al uso, arrepentido y llorador de sus culpas, sino un afroamericano como ahora tan fina y tan hipócritamente se dice.

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Miles Davis. Sobran las palabras

Dicho en plata, una de las saetas más sentidas y más representativas que pueden oírse la firma este señor de la foto, un trompeta de jazz negro, llamado Miles Davis, quien la grabó en 1959 y la incluyó en su disco Sketches of Spain (1960) primera muestra de ese flamenco-jazz que tan prolífico ha sido y tanto tiene que dar de hablar todavía.

La traducción del título es “Bocetos de España” y resulta sorprendente que, cuando aquí muchos nos llevamos bastantes años intentando descifrar el flamenco (con los toros pasa igual), llegue un señor de Estados Unidos (de Alton, más concretamente) y en un esbozo capte la esencia de este arte nuestro tan de buenas a primeras.

La cosa tiene su miga pero dejémonos de pueriles reflexiones y vamos a lo interesante que es oír esta saeta de Miles Davis. ¡Casi ná!

Esta grabación la rescató (e incluyó) Miguel Mora en la magnífica selección que hizo de cantes para su libro “La voz de los flamencos-Retratos y autorretratos” (Editorial Siruela, Madrid, 1ª ed., 2008)

 

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Portada de la Voz de los Flamencos de Miguel Mora

 

Saeta (del Album Sketches of Spain-Columbia 1960)

Miles Davis (con acompañamiento de banda de cornetas y tambores)

 

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Musicalmente si algo distingue a este trompeta y compositor de jazz es su capacidad creativa y de evolución (pasó por el bebop, el cool y la vanguardia casi sin proponérselo).

Su sonido, no obstante, fue siempre suave y melodioso quizás por el uso de la sordina de acero que en él fue tan característico. Lo que unido a sus raíces (Alton esta en la ribera del Mississippi) viene que ni pintiparado para interpretar con acierto la música de la saeta.

 

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Alton (Ilinois) en la ribera del Mississippi, lugar de nacimiento de Miles Davis (Grabado de 1858)

 

Miles Davis había nacido en 1926 y falleció en Santa Mónica en 1991. Pero antes, y entre sus muchas obras, nos dejó esta (impresionante) música.

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Lo de Magritte no era una pipa, pero lo de Miles Davis si que era una saeta, una de las más curiosas y sorprendentes saetas de la historia del flamenco.

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