Pintura rupestre de Altamira. En España existían ya toros desde muy antiguo
Aunque es innegable la existencia de toros en Iberia desde muy antiguo, sobre el origen del toro bravo existen varias hipótesis. Del uro primitivo (bos primigenius), que aparece representado en las paredes de las Cuevas del Cuaternario y que desapareció de Europa en la Edad Media, al toro de plaza hay una larga historia.
Dicen que aún quedaban Uros primitivos (bos primigenius) en los bosques de Prusia a principios del siglo XVII. Este grabado del último de su especie se lo envió Ortega y Gasset a Domingo Ortega y se publicó en el libro de conferencias de este último “El arte del toreo y la bravura del toro”.
En el siglo XX hubo algún intento de “reconstruir” el Uro primitivo. Este ejemplar fue “creado” por el Doctor Lutz Heck de Wiesbaden.
Lo más probable (Cossío, Luís Uriarte) es que el toro que había en la península descienda del uro primitivo, pero de un uro degenerado, de menor tamaño y más o menos doméstico, según casos y zonas.
También parece ser que a España llegaron toros por el norte (El Bos taurus célticus, que trajeron los Celtas) y por el sur peninsular (El Bos taurus aficanus. El toro africano).
Este último, el toro africano (O sea, el toro de Egipto) era más corpulento que el céltico y de cuernos robustos y lomo ensillado y siempre de temperamento bravo. Al mezclarse con el uro aparecería el auténtico toro español: el Bos taurus ibéricus, aún más robusto y de cuernos más desarrollados.
Bos africanus en un grabado de época
Las castas fundacionales. El tratado de Daza
El libro de Daza en edición de la Real Maestranza de Caballería y de la Universidad de Sevilla (1999) y con un título recortado por lo extenso del original
Las grandes ganaderías destinadas a criar toros de plaza (como entonces se decía) se forman bien entrado el siglo XVIII, aunque ya antes existían ganaderos afamados.
Estas ganaderías se formaron a partir de la raza existente en la Península (Bos Taurus Ibericus) y cuyas reses pastaban en manadas más o menos salvajes por todo el territorio, aunque presentando diferencias morfológicas y de comportamiento entre ellas. Diferencias debidas al clima y a una precaria selección.
Toros en la marisma
El primero que hablo sobre las castas fundacionales u originarias fue el piquero José Daza en un libro de extenso y extraño título.
Aunque para Daza existían más castas, creo que podemos (como hace Cossío) reducir las castas originarias a tres:
Casta castellana
Para Daza, eran toros que destacaban por su resistencia y dureza propia del clima castellano. Muy grandes, hermosos y de horrendo aspecto, por lo que dice que si fueran igualmente ágiles y uniformes en bravura “en cada corrida darían fin de caballos, Picadores, Toreros y aún de las gentes subidas en los andamios”
Sin embargo (alguna ventaja tenían que tener), no recargaban sobre el objeto derribado, del que una vez alcanzado “con desprecio, se retiran”.
Dentro de los toros castellanos destacaron los toros Jijones (llamados así por el nombre de sus ganaderos, el primero Miguel Jijón). Luego se llamaron jijones (por extensión) los toros de pinta colorada encendido, que era el propio y característico de este ganado.
Jijones, por cruza con este encaste fundacional, llegaron a ser también los toros colmenareños (los de las ganaderías de Colmenar Viejo: Aleas, Martínez, Bañuelos, etc.), llamados los toros de la Tierra, y hoy desaparecidos.
Toro colmenareño (De Aleas)
La casta Navarra
Por el contrario, todavía quedan hoy día ganaderías que conservan ejemplares de casta Navarra, aunque no se lidian en corridas y se destinan a concursos de recortadores.
Estos toros –decía Daza- eran pequeños en tamaño pero demasiado grandes en bravura y astucia. Los picadores inexpertos al verlos los llamaban torillos de Navarra para al final jactarse de haber picado “unos señores toros”.
Cabeza de toro de casta Navarra: Llavero de Carriquiri, quien en octubre de 1960 en la plaza de Zaragoza tomó ¡53 varas!
Estos toros no han desaparecido, pero dejaron –como hemos dicho- de lidiarse en plaza, no sólo por su comportamiento, más adecuado al sistema de toreo antiguo, sino sobre todo por su escaso tamaño, en un proceso muy similar al que hemos vivido en los últimos 40 años, donde la exigencia de los públicos (especialmente, el de Madrid con su enorme repercusión mediática) de un toro de mayor tamaño y trapío, se ha llevado prácticamente por delante y hecho desaparecer aquellos encastes que producen ejemplares más terciados.
Toro de encaste Contreras (Un derivado de Murube). Terciado y de escasos pitones para lo que hoy se exige.
Es evidente que la exigencia del público madrileño no tenía por objeto, ni mucho menos, la desaparición de estos encastes pero esa ha sido la perversa consecuencia de la –en mi opinión- errónea actitud adoptada por el público aficionado de los años 80 del siglo pasado.
Las hechuras que se piden hoy en la mayoría de las Plazas de primera (Aquí un toro de una de las ganaderías predilectas de la afición madrileña) ha supuesto la imposibilidad de acudir a estas plazas para las ganaderías de reses más terciadas y encornaduras menos destartaladas.
Los toros Andaluces
De los andaluces dice Daza que por lo común son muy carniceros (o sea, de mucho peso) y de buena traza y estatura. Aunque algunos, por abandono de los dueños, se han bastardeado, aquellos que han sido objeto de cuidados se han afinado y hecho muy estimables.
Cossío añade que aúnan la bravura y nobleza necesarias y con la “vivacidad y alegría” que exige la lidia.
El toro andaluz fue definido fundamentalmente por dos ganaderos: El primero, el Conde de Vistahermosa, cuidó sus reses (procedentes de Rivas) con esmero y sin mezclarlas con ningunas otras.
Toro Vistahermosa (De Murube). El toro de la foto, fino de cabos y bien puesto de pitones, con el que Cossío ilustra la casta Vistahermosa, no podría lidiarse hoy día en Madrid ni en otras plazas de primera.
El segundo fue Vicente José Vázquez, un ganadero alquimista, quien logró reunir lo mejor de todo lo que había en su época y crear con ello una ganadería singular.
Toro Vazqueño (De Matías Sánchez Cobaleda)
Toro Vazqueño (De Concha y Sierra)
Además, y procedentes de los toros de los diezmos, también destacaron en su tiempo las ganaderías de Cabrera (de la que proviene Miura) y Gallardo (de la que proviene Pablo Romero), que –por suerte y aunque cruzadas- han llegado a nuestros días.
El toro de Miura (Cabrera cruzado con Vistahermosa) es agalgado, sin morrillo ni papada y con mucho cuello. Un toro muy listo y que aprende rápido.
El toro de Pablo Romero, hoy Partido de Resina (Gallardo cruzado -según dicen- con Saltillo) es el más guapo de toda la cabaña brava. Sin embargo, últimamente, su comportamiento en la plaza no suele estar a la altura de sus magníficas hechuras.
(Continuará…)
15 comentarios:
Siento contradecirle pero la foto de la cabeza que aparece en su comentario no es la de "llavero" indultado en Zaragoza sino la de un toro de premio en Pamplona del mismo nombre.
el toro indultado se quedó de semental y cuando murió fué enterrado en la ermita que presidía la finca. Por tanto su cabeza yace en dicho enterramiento.
Saludos catedrático Morente y amigo. A título informativo indicarle que a principios de este año se ha inscrito una ganadería de casta Navarra en la Unión de Criadores de Toros de Lidia, "Reta de Casta Navarra". Leí que tenían intención de lidiar alguna novillada picada durante esta temporada.
Le animo a que nos haga un pequeño análisis del cartel de la Feria de Málaga, le pilla cerca.
Un fuerte abrazo, mi gratitud hacia usted.
Claudio de Diego, @TendidoSur
Saludos catedrático Morente y amigo. A título informativo indicarle que a principios de este año se ha inscrito una ganadería de casta Navarra en la Unión de Criadores de Toros de Lidia, "Reta de Casta Navarra". Leí que tenían intención de lidiar alguna novillada picada durante esta temporada.
Le animo a que nos haga un pequeño análisis del cartel de la Feria de Málaga, le pilla cerca.
Un fuerte abrazo, mi gratitud hacia usted.
Claudio de Diego, @TendidoSur
Entiendo que hubo (o hay, no estoy cierto), un ejemplar de esos uros "reconstruidos" en el zoológico de Madrid, donado por el escritor mexicano don Aurelio Pérez "Villamelón", el año en el que se restauró la monarquía en España. Incluso, en el Cossío hay una fotografía del ejemplar, con la correspondiente nota al pie.
Saludos.
Pues en relación con los murubes discrepo de su apreciación, hay fotos que yo las he visto, que acreditan que cuando estos toros estaban en manos de la familia Murube sus hechuras les permitían el que hoy se pudieran lidiar en cualquier plaza, incluyendo el mes de julio y el de agosto.Es una pena no haber podido fotografiar las fotografías, lo que aún no descarto,pues en ellas se ven claramente sus proporciones al estar el mayoral y algún vaquero, creo recordar, subidos de pié encima de los toros. Son toros muy hondos, con mucho cuajo y un trapío de excepción, de forma que su transformación en un toro más liviano habrá que achacarla a la selección posterior aunque creo que no era ese su tipo originario. Saludos.
el toro mas liviano,fue una exigencia de toreros figuras,y como siempre el "ganaduro" tubo que cludicar,y ahora los herederos de esas ganaderias protestan porque no van a plazas de primera¡jajajaja¡.
Corrochanito:
Es probable. La fotografía está obtenida de la enciclopedia Toro, en cuyo pie de foto se asegura que esa cabeza es la del genuino toro Llaverito, indicando el número de varas que tomó.
No sería la primera vez que aparece un dato erróneo en un libro taurino o no. Normalmente procuro cruzar la información en este caso sólo disponía de esa foto que di como buena.
Voy a intentar verificar su afirmación y si es correcto lo que afirma modificaré la entrada.
Muchas gracias por su aportación y un abrazo
Amigo Claudio:
Efectivamente. También he leido una entrevista con los ganaderos y efectivamente tienen nterés en lidiar novilladas. A mí me parece sensacional, porque aunque no haga pancartas sobre este tema (como algún simpático conocido mío), me apetece que existan diversos encastes y variedad de tipos, tamaños, pelajes, etc. (¡Viva la diversidad cultural!) en el toro de lidia.
Por ello, el regreso como "toro de plaza" de los toritos navarros creo que sería noticia sensacional y a celebrar por los aficionados.
Xavier:
Efectivamente algún zoológico tiene "uros" reconstruidos, aunque parece ser que existen muchas dudas y discusiones entre naturalistas y experos sobre lo adecuado de estos experimentos.
Hay quien afirma que más puntos de contacto tendría con ese toro primitivo el toro de la Camarga que el que habita en los zoológicos.
Ha habido también intentos de reinplantarlos en Polonia lo que no han aceptado las autoridades medioambientales de ese pais.
Es muy curiosa la entrada siguiente, donde se hace un recorrido sobre estas cuestiones y además con algunas afirmaciones que pueden resultar polémicas:
http://www.patronatodeltorodelavega.com/LANCEROS/HISTORIA/el-uro.htm
Un fuerte abrazo.
Oselito:
No discrepe, ya que yo no he dicho que los murube en general tuvieran probelma de presentación, sino que me refería exclusivamente al murube de la foto que inserto en el blog y que es el que Cossío utiliza como ejemplo del trapío del encaste Vistahermosa.
Es cierto como usted afirma que el toro de murube era en general de buen tamaño, si bien sus cabezas han presentado cuernas más recogidas que otros encastes. Por lo que respecta al comportamiento destacaba su excepcional galope que lo define y diferencia.
El de la foto, lo repito, estoy convencido que hoy día no "pasaría" en Madrid.
Un abrazo
El Cortinar:
Si bien este tema es evidentemente cuestión de opiniones, sólo me gustaría recordar que varios de los toros más bravos de la historia (y no voy a hablar de los toritos de Navarra) han sido toros pequeños (Evidentemente también ha habido toros bravos grandes).
Por otra parte, y aunque parece cierto que el toro se achica relativamente cuando existe una figura que manda de verdad en la fiesta (Guerrita, Manolete, etc.), y crece cuando los toreros punteros de una época determinada no tienen fuerza suficiente (Bombita y Machaquito, los años 30, etc.), pienso que -visto con cierta perspectiva- el tamaño del toro depende de más factores y no sólo de la fuerza de la figura de turno.
El toro antiguo palurdo y cornalón (el de los mediados del siglo XIX) podría ser adecuado para una fiesta basada en el tercio de varas, pero cuando el interés se desplazó a otros tercios, el toro se adaptó en conformación y mediante selección a la nueva función que tenía que realizar en la plaza.
A la inversa, cuando en los años 70-80, el toro empezó a aumentar de edad y tamaño y se empezó a "parar" más que el utrero de los 50-60, resulta evidente que no fueron los toreros los que impusieron ese cambio. Más bien al contrario, los toreros tuvieron que adaptar su "toreo" (la forma de torear) al tamaño y a la forma de embestir del nuevo toro.
En este último proceso, creo además que puede estar la clave (o alguna de las claves) y la explicación de la evolución actual de la fiesta hacia el innecesario y discutible mono-encaste ganadero.
Por ello, no creo que sea defendible como usted propone (y mucho menos divertido) prescindir en plazas de primera de determinadas ganaderías sólo por fastidiar al ganadero de ahora, mero heredero del ganadero de antes y todo por el hecho de haber éste último supuestamente aceptado –según usted afirma- las imposiciones del torero figura de su correspondiente época.
Un abrazo
Jose Morente:
lo que tienen que conseguir los ganaderos,es un toro del siglo XXI,claro que los toros pequeños deben de moverse mas,pero el ganadero tiene la obligacion en presentar un toro con el trapio de ahora y que se mueva igual que los de la epoca de camino y compañia.
Estamos en un momento,creo que muy especial para la fiesta del toro,lo importante es que en la plaza exista un ambiente de responsabilidad y de algo de miedo,con esos toritos,y usted me perdone maestro,no hay nada de eso.
los toreros saben latin,estan preparados como atletas de olimpiadas,el duelo tiene que ser parejo.
"caballo grande ande o no ande"
el cortinar
El Cortinar:
Esta vez estoy de acuerdo con usted, aunque con algún pequeño matiz.
Comparto su opinión de que el ganadero está obligado a conseguir un toro que embista pero con el trapío que se demanda ahora. De hecho creo que ese es el proceso que estamos viviendo. Pienso que de una década a esta parte, el toro en general ha mejorado. Está saliendo más encastado y se ha paliado el problema de las caídas.
Como he comentado alguna vez y como usted mismo señala, un elenco de toreros de alto nivel técnico ha hecho posible ese cambio.
En cualquier caso reitero mi defensa por la diversidad de encastes, incluso los de ganaderías de hechuras menos aparatosas, a condición lógicamente de que demuestren máxima bravura. Con eso creo que se conseguiría ese ambiente de respeto en la plaza del que usted habla. Ambiente que no creo que dependa sólo del tamaño del toro, sino sobre todo de su casta y fiereza. Recordemos el ejemplo, tan aleccionador, de los "toritos" navarros, pequeños y sin embargo temidos.
Un abrazo
Corrochanito:
Indagando en la red encuentro la página de "amigos de la casta navarra" con la cabeza reproducida en el blog y que asegura que se trata del genuino Llavero.
Como no me parece concluyente, he seguido indagando y en otra página "El rincón de Ordoñez" encuentro la misma foto y al pie un recuadro con la placa que acompaña la cabeza del toro y que asegura que se trata del auténtico Llavero de Zaragoza.
En esta página se dic además que la cabeza era propiedad de los Hnos. Ustarroz que la cedieron al Club Taurino de Pamplona.
http://3.bp.blogspot.com/_4M119ht_iDs/S65HjpHIBhI/AAAAAAAABz4/p7CKYdKtB2A/s1600/rueda_prensa_pamplona_02.jpg
No obstante, si tiene usted algún dato que confirme que la cabeza de la foto incluida en el blog no es la del toro Llavero de Zaragoza (el más famoso)corregiríamos el dato publicado.
Un abrazo
Aquí Miguel Reta comenta que Llavero sí es Casta Navarra, a partir del minuto 5 .http://www.toroprensa.com/2011/07/en-busca-de-la-casta-navarra.html
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