jueves, 22 de septiembre de 2022

Eso no lo manda la ley. Sobre las faenas cortas y largas.

Por Jose Morente

La faena de Juan Mora en la feria de otoño de 2010. Faena corta, pero intensa, de mucho aroma y torería, de muchos quilates. Una gran faena. Mora estuvo sublime esa tarde. Faena para el recuerdo.

Sostienen los aficionados integristas que las faenas de muleta tienen que ser cortas. "Como manda la ley", dicen. Es una opinión que a priori parece  razonable pues "lo bueno si breve, dos veces bueno".

Sin embargo no comparto ese criterio. Eso de la faena corta, no lo manda la ley.

Me parece oportuno recordar una reflexión de Pepe Alameda sobre esta opinión muy extendida , que algunos aficionados quieren convertir en dogma.

"Una de los poderes maravillosos que le descubren a Juan[se refiere a Belmonte] es el de que, con el talismán del temple, puede hacer pasar al toro, aunque este no embista.

Pero Juan no da más que diez o doce pases, los que el toro tiene, los que corresponden a su primer impulso y facultades. En cuanto el toro no viene, la faena se acaba. Y entonces, ¿de dónde se saca lo del talismán? Pero responden: "Ah, no, es que esos son los pases justos, los que debe tener una faena"... No me diga. ¿En dónde está escrito eso, en el Partenón, en el frontispicio de la plaza de piedra de Ronda, la de los toreros machos o en las tablas de Moisés?..."

En la misma línea Corrochano en su crónica sobre la histórica faena de Chicuelo a Corchaíto (1928) a base de naturales, indica que los hubo para todos los gustos, y añade:

"Del mío, fueron los últimos naturales, cuando ya había que enganchar al toro en la muleta y tirar de él y hacerle pasar. Tengo mis preferencias. No me importa que el toro pase porque le dé la gana.; me interesa mucho más que el toro pase cuando le de la gana al torero, cuando sé que el toro ya no quiere y el torero tira y obliga y le hace pasar. Por eso la última parte de esta faena preciosista fue más de mi gusto."

Voy obviar el adjetivo de preciosista aplicado a una de las más grandes faenas de la historia. Una faena que cambió el rumbo del toreo, dicho sin exagerar. Porque lo que aquí me interesa comentar es la opinión de don Gregorio valorando más los naturales finales que los iniciales porque, en los primeros el toro pasa solo por inercia y, en los últimos, el torero tiene que tirar del toro.

En esas faenas cortas de 15 o 20 muletazos tan ensalzadas por los puristas, se aprovechan las arrancadas iniciales, las inercias, del toro y, aunque tienen su mérito (en eso discrepo de Corrochano, pues ahí es nada enaltecer al público con tan poco), tanto o más mérito tienen (y en eso si coincido con Corrochano) esos muletazos del final de la faena tirando del toro, cuando el toro pierde su empuje inicial y se para. Cuando el toro pasa porque quiere el torero, no por inercia. Opinión en línea con ese aforismo reciente que dice que: "el toreo empieza cuando se para el toro"

Y conste que no defiendo la faena pasada de rosca, por exceso de muletazos, en los que se aburren el toro y el público. Esa no tiene defensa.

Opiniones hay para todos los gustos. Por eso bien está alabar y disfrutar con esas faenas cortas que emocionan por su brevedad y sorpresa, como la de Juan Mora en Madrid que recordábamos al principio de esta entrada, pero -como en el toreo no hay reglas fijas, salvo las que impone el toro- no deberíamos denigrar o criticar la faena más larga, aquella en la que, cuando el toro se para, el torero le obliga a pasar.

Disfrutemos con el buen toreo y vamos a dejar de encasillarlo en reglas y frases hechas que solo sirven para empobrecer nuestra visión de aficionados.

Como dice la letra de la caña:

A mí me pueden mandar
A servir a dios y al rey;
Pero dejar a tu persona,
Eso no lo manda la ley

Enrique Ponce ha sido torero de faenas largas y, precisamente, ha sido en esos tramos finales de esas faena con el toro parado donde ha conseguido los muletazos más largos y templados que, por inesperados, han calado enormemente en los públicos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola José:
“Disfrutemos con el buen toreo y vamos a dejar de encasillarlo en reglas y frases hechas que solo sirven para empobrecer nuestra visión de aficionados”

Esta frase es idónea para los toristas que no saben disfrutar de un Domecq encastado solo por el apellido y para los toreristas que niegas orejas a toreros encasillados en las duras o no les gustan los grises por ser grises
Los polos opuestos se tocan.

Faenas largas o cortas? Cuando se torea de verdad a toros con emoción las faenas se me hacen cortas y pueden durar lo que quieran, pero cuando simplemente se dan pases a toros sin emoción las faenas se me hacen eternas y aburridas
Un saludo
Juanjo Forner

Jose Morente dijo...

Juanjo Forner:

Suscribo punto por punto su comentario.

Un fuerte abrazo.