domingo, 18 de octubre de 2020

Cuaderno de notas (CXLIII) Ha toreado Juan Ortega

 Por Zabala de la Serna

Juan Ortega en Jaén


En un solo quite por chicuelinas Juan Ortega había borrado toda la tarde. Toda la crónica. Todas las letras del abecedario. Ido el sol, caída la noche, la luz se hizo. Fue la escultura a Chicuelo y su deslumbrante broche un anuncio, el momento exacto en que Ortega sacó la escoba. Y luego brindó al público la gloria. Pues gloriosa fue la faena. Desde que acarició por alto los ayudados. Que barrían sedosos el lomo de Basurilla, el toro más fino, el más lindo, el de más clase. A calidad más calidad. Y esa brotó de las muñecas paroxísticas de Juan. Para inmortalizar el toreo, reducirlo a las esencias de la naturalidad. Donde todo es cadencia, y lentitud, y armonía. Había poesía la torería desnuda de toda alharaca. La ligazón del natural con el de pecho, tal como los cantaba Belmonte, vertían el cuenco de las maravillas. Qué despacio discurrió todo y qué pronto pasó. Después de tanta espera. Después de tanta nada. Al fin, el todo.

Juan Ortega enterró la espada en el segundo viaje. Y estalló la plaza, desgañitada, afónica ya por entonces. Ronca de jalear el sueño del toreo. Cayeron las dos orejas con una fuerza atronadora, borrando todos los demás trofeos conquistados. Y los recuerdos amargos con el hondo toro tercero que se agarró a la tierra como un buque varado. Ortega barrió todo con su escoba. Como el lomo de Basurilla, arrastrado en una vuelta al ruedo por el pañuelo azul.

Zabala de la Serna, "Hasta que Juan Ortega sacó la escoba" en El Mundo. 17.09.2020

La gran estocada de Juan Ortega a Basurilla de Victoriano del Río

El toreo de Juan Ortega en Jaén

Música: Adagio en G menor. Albinoni / Imágenes: Movistar plus






2 comentarios:

César de Juste dijo...

Allí estuvimos, en el reconocimiento casi universal a un torero al que seguimos desde sus comienzos como becerrista, sin caballos con caballos, como torero y en múltiples tentaderos; viendo cómo ha ido evolucionando pero manteniéndose fiel a ese estilo tan personal, clásico y puro a la vez. Y que a pesar de las dificultados no ha desfallecido.

Coincidimos en Córdoba en la Taberna San Cristóbal en la previa a su mano a mano con Morante con una mascarilla de capote como nexo conversación.

Jose Morente dijo...

César de Justo:

En efecto, César allí coincidimos ese día del mano a mano de Córdoba. Para mi la única corrida del año, pero un día magnífico por esos encuentros con buenos amigos y buena gente.

Un abrazo