Por Jose Morente
Un “cite sin complejos”. El cite del Juli en Aranjuez, muy llamativo y que ha llamado mucho la atención.Con esa novedosa forma de citar, el Juli consigue que el toro humille desde antes de entrar en jurisdicción. (Imagen capturada del video de TV2).
Una pregunta de mucho interés
La curiosa y novedosa forma de citar con la muleta de la que hizo gala Julián López el Juli ante un encastado y noble toro de Domingo Hernández en Aranjuez, el pasado 30 de mayo, festividad de San Fernando, ha llamado poderosamente la atención, tanto entre sus partidarios como, sobre todo, entre sus detractores. Y es que esa forma de citar tan poco convencional. no podía pasar desapercibida máxime después de la enorme difusión alcanzada por una fotografía en sepia captada por José Mendoza “El Bomba”.
Y aunque todavía colea el interesante, aunque asimétrico, debate que se ha producido en este blog entre nuestros lectores (muchos de ellos también amigos nuestros) a raíz de la publicación de la pertinente entrada sobre ese tema, parece oportuno ya darle un “quiebro torero” a todo esto y cambiar el tercio sin cambiar de toro.
Vamos a aprovechar, para eso, la interesante pregunta que, al hilo de sus comentarios (muy críticos) suscitaba nuestro lector, buen amigo y buen aficionado, Vazqueño:
Por cierto, antes de Juli, ¿hubo más toreros que usaron esta peculiar forma de citar que tanto chirria a la vista de muchos aficionados? ¿O estamos ante el precursor?.
El mismo natural de la foto que encabeza esta entrada pero captado un instante antes. El toro todavía está volviendo del muletazo anterior y ya se encuentra puesta la muleta.
Un concepto del toreo muy claro.
Chirríe o no el cite del Juli (que para mí, no chirría) resulta evidente que este torero tiene muy claro su concepto del toreo. Un concepto del toreo que (como el de los demás) no sale, no puede salir, de la nada.
Y es que cuando hablamos de precursores en el toreo (lo que es legítimo) hay que hacerlo con mucho tiento pues incluso aquellos toreros que han abierto nuevas sendas nunca han partido de cero.
De Belmonte dijeron los revisteros antiguos que había inventado el toreo y hoy pasa por padre del moderno toreo en redondo cuando lo cierto es que, toda su vida, toreó “en ochos” a la antigua usanza y no ligó naturales en serie salvo en dos o tres raras ocasiones.
Belmonte, resulta notorio, se inspiró y asumió (vía José María Calderón) el concepto del toreo que tenía Antonio Montes, el cual a su vez lo había heredado del Espartero.
Antonio Montes, precursor del toreo de Juan Belmonte, trastea al toro que le mató: "Matajaca” (que no “Matajacas” como fraternalmente me corregía en facebook mi buen amigo Gastón Ramírez, experto y sagaz aficionado)
Peor es lo de Manolete, a quienes muchos quisieron convertir en corruptor del canon belmontista por sus supuestas innovaciones heterodoxas. Craso error, pues el de Córdoba se limitó a dar una vuelta de rosca al toreo de Manuel Jiménez “Chicuelo”, al que conceptualmente estaba tan ligado, y ello pese sus estéticas tan distintas. No lo digo yo sino que lo dijo, muchas veces, el propio torero.
Chicuelo dando la alternativa a Manolete quien se reconocía públicamente seguidor del concepto torero del sevillano
Volviendo al Juli, está claro que su concepto del toreo no es nuevo aunque esa forma de citar si que huele a novedad.
El mismo natural, del que veíamos antes dos momentos del cite, pero en su tramo central el cual nos resulta más reconocible. Su concepto del toreo (de línea natural, sin forzar el viaje del toro, muy quebrada la cintura) no es nada nuevo sino muy añejo y de indudable valor estético, técnico y ético (Imagen captada de TV2).
Un texto de Paco Camino
En estas reflexiones estaba yo sumido, cuando otro buen amigo y también gran aficionado (éste práctico de los de verdad), Alberto Marcos Morante (¡Vaya apellido de tronío!) me enviaba unos textos con las opiniones de Paco Camino sobre su concepto del toreo.
Paco Camino es un torero que, desde joven, siempre ha tenido (y tiene) un concepto muy claro del toreo.
Leídas ahora (en plena trifulca sobre el toreo del Juli), las opiniones de Paco Camino, incluidas en el libro “Todas las suertes por sus maestros” de José Luis Ramón (1ª. ed., Madrid, Espasa-Calpe, 1998) aunque de sobra conocidas, me resultan sorprendentes y reveladoras pues tienen mucho que ver con el debate planteado, hasta el punto que parecen dichas ex-profeso para apostillar y comentar las imágenes de los naturales del Juli.
Vamos a transcribir esas opiniones y vamos a ilustrarlas con unas fotografías de actuaciones del propio diestro de Camas y con otras de la faena del Juli en Aranjuez. El resultado es sorprendente para quien esté dispuesto a leer y mirar sin prejuicios.
Dice Camino sobre la verticalidad
"Yo siempre he tenido varios conceptos muy claros: en primer lugar la cintura tiene que estar quebrada, rota, porque en mi idea no cabía la verticalidad, sino que al toro había que llevarlo, acompañarle, mecerse con él, prolongarle la embestida..."
“Siempre he tenido varios conceptos muy claros. En primer lugar que la cintura tiene que estar quebrada, rota, porque en mi idea no cabía la verticalidad” (Paco Camino)
Sobre acompañar al toro
"… En mi época en general, acompañábamos al toro con la cintura, la cabeza e incluso, la barbilla y cuanto más largo se llevaba, mejor. Hay una secuencia clara: cuanto más lejos se cogiese y más lejos se dejase, mejor. Algunos toreros lo que hacen es muñequear nada más y los toreros sabemos que con las muñecas, se pueden hacer muchas cosas, incluso trampas..."
Decía Camino que “con las muñecas se pueden hacer muchas cosas incluso trampas” lo correcto es llevar al toro con los brazos como hacen Camino y el Juli en estos dos naturales, no abrir las muñecas antes acortando el viaje.
Echar el cuerpo hacia la dirección de la embestida del toro
"... la ausencia de verticalidad implica que el torero, al ejecutar un natural, se encuentre vencido (incluso un poquito echado hacia adelante) en la dirección de la embestida del toro..."
Para Camino “la ausencia de verticalidad implica que el torero se encuentre vencido en la dirección de la embestida del toro”. El toreo vertical, cuyo mejor ejemplo es Manolete es sensacional e impactante pero el toreo con la cintura rota y el torero volcado hacia al toro, no lo es menos. Puestos a escoger lo hábil es quedarse con los dos.
La pierna contraria con el talón levantado
"...respecto a la pierna contraria, a veces levantaba el talón, siempre con la intención de llevar al toro, lo más largo posible."
Camino comentaba que “a veces levantaba el talón de la pierna contraria para llevar al toro lo más lejos posible”. El matiz es importante porque no se trata tanto de cargar el peso en la pierna de salida en el centro del lance como hace el Juli en la foto (aunque también es eso) sino al final del lance para prolongar el viaje como hace Camino (algo de lo que los teóricos del toreo nunca se han percatado)
Lo anterior, con ser mucho, no quiere decir, ni mucho menos, que Camino avale el toreo del Juli (magnífico, por otra parte). Esa es otra cuestión. Lo que es indudable es que ambos diestros dicen y, sobre todo, hacen cosas (con todos los matices que se quieran poner) esencialmente muy similares.
Una imagen vale más…
Las palabras se las lleva el viento y los conceptos no pasan de ser eso, conceptos. Por ello, muchas de las que se dicen o, mejor, decimos en estos debates puede sonar (por archirrepetidas) muy bien al oído y parecer que corresponden a la realidad pero puede que no lo sean tanto.
Es algo que ocurre con demasiada frecuencia. Hablamos de como toreaban Belmonte, Manolete o Paco Camino y los ponemos de ejemplo. Ejemplo que arrojamos a la cara de los toreros actuales.
Lo malo es que, la mayoría de las veces, hablamos por referencias, por los que nos han contado o, en el mejor de los casos, por lo que nuestra memoria recuerda de los toreros de otras épocas pero ¿Sabemos realmente como toreaban esos diestros? ¿Cuales eran sus recursos técnicos? ¿Cual su concepto del toreo? ¿O solo nos queda el recuerdo vago de una imagen que nos hemos creado (inventado) sobre su apostura, su valentía o su modo de torear?
Para que no queden dudas, después de leer las declaraciones de Camino y ver esas fotografías inéditas de su toreo (pues están extraídas de viejas películas), vamos a verlo torear en México, en sus primeros años de profesión, en dos fragmentos de dos faenas emblemáticas. La del toro Catrín y la de uno de los berrendos de Santo Domingo, Traguito.
Tauroteca 1. Paco Camino con Catrín (27-III-1963)
Vemos a Camino citando casi de espaldas al retrasar mucho la pierna de salida para darle profundidad al muletazo y presentando en el cite la muleta oblicua y al ojo contrario; Camino torea muy en línea en los primeros muletazos y algo más hacia dentro en los remates de los últimos. Todo, con mucho temple y con muletazos largos, ganando el pitón contrario cuando el toro tardea en la arrancada.
Camino torea en redondo respetando el viaje natural del toro, sin desviarlo, y manteniéndose siempre en el centro de la suerte, nunca atravesado con el toro, nunca embrocado. Toreo de reunión que no de expulsión. Un toreo, además, técnicamente perfecto y de muy altos vuelos.
Nota: Otro fragmento de esta faena lo pudimos ver ya, en una entrada anterior de este blog dedicada al toreo de este magistral diestro sevillano.
Tauroteca 2. Paco Camino con Traguito de Santo Domingo (1-III-1963)
Ya vimos en su día un fragmento de esta larga faena a Traguito. Aquel en que Camino enseñaba a este manso pero noble berrendo de Santo Domingo a embestir. Por cierto ¿no dicen ahora que torear a estos toros mansotes pero nobles no tiene mérito?
Vemos ahora dos tandas (una con la izquierda y otra con la derecha) previas a la estocada.
El concepto de Camino, roto por la cintura e inclinando el torso hacia el toro (Camino se yergue sólo en los remates, en los pases de pecho, e incluso en ellos de forma relativa pues siempre se inclina hacia el toro), situado siempre en el centro de la suerte, o sea, fuera de la trayectoria del toro para no expulsarle, para no quebrar su viaje, llevando al toro muy toreado, aparece en estos videos meridiano y claro.
Su lección está dada pero sólo para quien quiera verla y aprenderla, aunque no confío mucho en ello ya que, a fin de cuentas, lo nuestro es mantener criterios, dogmas y cánones contra viento y marea (“sostenella y no enmedalla”) pues somos hispanos o latinos pero, por desgracia, nada anglosajones.
Aunque de Camino y para ilustrar su toreo se han elegido siempre las fotos donde derrocha mayor verticalidad (fundamentalmente, las de sus últimos años) son, muletazos como este, los que mejor reflejan su concepto del toreo. Un toreo muy firme, dejando al toro su viaje natural sin forzarlo (líneas paralelas, sin avanzar la pierna de salida) pero con la cintura rota acompañando con el cuerpo el viaje del toro.
(continuará…)
39 comentarios:
Amigo Pepe; dos consideraciones breves y si ha lugar e interés, ampliamos.
1ª No es lo mismo "quebrar la cintura" que "retorcerse", en las parejas de fotos que incluyes, creo que se aprecia perfectamente lo que intento expresar: la perdida de la naturalidad. Tan solo en la cuarta pareja de fotos mantiene Juli una cierta naturalidad, levantando el talón, pero sin retorcerse.
2ª Estas "monerías" sería fenomenal que las hiciera Juli con toros de verdad.
Podemos seguir con el tema si hay interés tuyo ó de los seguidores de este magnifico blog.
Enrique Piriz:
Amigo Enrique:
Uno. Lo de la naturalidad es complicado. Habría que definir primero lo que es naturalidad y lo que no lo es. A mí el Juli me parece más natural y espontáneo que algunos toreros que se las dan de artistas y se pasan de afectación.
Ojo. Que eso no quiere decir que su "retorcerse" como le llamas sea mejor o peor desde el punto de vista de la estética. Pero todo esto de la estética es, evidentemente y lo reconozco, muy subjetivo.
Para mi, tan estético es el David de Miguel Angel como el Laooconte (que mira que es retorcido, ¿no?)
Dos. Lo de "los toros de verdad" justo en esta entrada y hablando del Juli no creo que sea muy justo. Primero, porque los toros que torea el Juli tienen más trapío, más hechuras y más pitones que los que toreaba Camino (y puede que la misma casta pues tiene mérito mover tantos kilos) y Segundo, porque de los toreros punteros actuales no creo que se pueda poner un pero a los toros que elige el Juli. Por ejemplo, ni a los de Domingo Hernández del Domingo de Resurrección (el de la cornada al Niño de Leganés era una máquina tirando cornadas) ni a los de Victoriano del Río del viernes de feria en Sevilla (la cornada se la llevó él y el toro era otro "malage") ni mucho menos a los Miuras del final de feria (que sirvieron para que triunfase Escribano, lo cual como comentamos nos alegró sobremanera a ambos). Vamos que de "mentira" tenían poco...
En cualquier caso, y como decía Corrochano para ser indiscutible antes hay que ser muy discutido. Por lo tanto, sigamos discutiendo sobre el Juli....
Un abrazo y gracias por el comentario a esta entrada.
Estimado José.
El Juli no torearía los Pablo Romeros que toreaba Pací Camino, ni recién nacidos. Menos los estoquearía como el Maestro de Camas, que sí era un MATADOR de TOROS, no un tumba toros como lo es este supuesto mandón del "toreo" actual.
Saludos,
Pocho
Muy humildemente considero que la discusión se tendría que centrar mas en el concepto de fondo a lo estético (forma). Esto último entra en el terreno del gusto personal.
Si bien pareciera que el pata p´alante se transformó en culo p´afuera en este caso de El Juli, yo creo que esto obedece a una forma de torear que resulta totalmente espontánea e intuitiva y me hace notar que toreó olvidándose de "poses ortodoxas" en pos de la largura y suavidad de los lances.
Esto ya se vislumbra en el quite por verónicas con el juego de brazos. Si observan bien el brazo que no torea en lugar de llevarlo a la entrepierna lo corre más hacia la cadera. Si bien es cierto que entre otras cosas esto resta la hondura del lance, a su vez gana en templanza y largura de la suerte, que es lo que considero que buscaba el torero.
En resúmen y aclarando, El Juli vió en este toro unas condiciones especiales para sacarle el máximo provecho de su embestida, y para lograr su cometido prescindió del cánon estético tradicional (esto inconscientemente) con pases y lances de una largura cadencia y mimo para el elogio.
Un humilde aficionado argentino,
El Soldado.
PD: Yo también soy un especial admirador del toreo de Félix Rodríguez. Se, por haber leído algún libro sobre su vida, que su único hijo se radicó con su madre en mi país.
Pocho Paccini Bustos:
Estimado Pocho:
Bueno, esta es la eterna discusión sobre el toro que se toreaba antes y el que se torea ahora. Voy a intentar resumir mis ideas sobre el tema para matizar o reflexionar sobre las suyas:
Uno. Es evidente que los toreros actuales han renunciado a la diversidad de encastes.
Dos. Esta claro para mí que eso se debe a su intento de disminuir el riesgo pero no tanto el riesgo físico como el riesgo de un fracaso.
Tres. Existen ganaderías de la época de Camino que hoy rara vez dan un toro medianamente aceptable. Pabloromero y Prieto de la Cal son ejemplos muy evidentes.
Cuatro. Otras han dejado de lidiarse en plazas de primera por sus hechuras.
Cinco. El toro actual tiene un trapío, unas hechuras y unos pitones que no tenía (ni por el forro) el toro de los años 60
Seis. Dicen que era más encastado. Yo no lo tengo tan claro como he dicho en anterior comentario, el de ahora tiene que mover más kilos y tiene más edad. por tanto, más sentido y es menos revoltoso que el de los 60, que iba y venía con facilidad pero al que el aficionado de la época sólo le encontraba defectos cuando lo comparaba con el toro de la preguerra.
Sobre el tema de la estocada me reafirmo en lo dicho otras veces. Juli NO es un matador ortodoxo como lo era Camino (que ha sido uno de los mejores con los aceros) sino un matador eficaz y muy digno. Aunque repito su estocada no es modelo de pureza, tampoco es desdeñable como muchos sostienen. En ese sentido prefiero guiarme por el criterio de los 3 ó 4 toreros profesionales que tengo la suerte de conocer.
Un fuerte abrazo
Vaya por delante que mientras escribo, dudo:
Tiene razón el señor Morente: hay que definir la naturalidad.
En el caso de torear, y concretamente en un lance como el referido, bajo mi punto de vista la naturalidad sería el mantenimiento de la normal posición del cuerpo en base a la naturaleza del lance, de tal forma que si el lance es dado de pie, erguido, como es el caso, el cuerpo perderá la naturalidad cuando, sin dejar de renunciar a ese tipo de posición, el cuerpo adopte un movimiento que le haga perder su naturaleza, del tal forma que ya no esté en esa posición sino en otra o yendo hacia otra. Tenemos que tener en cuenta que hablamos de posiciones no compuestas de un cien por cien de pureza pero que si poseen (precisamente para ser reconocidas como esa y no otra) una estructura general que las define. En el caso concreto del natural del Juli, la posición de la que parte el pase es erguida, de la cual podríamos decir que se define por la verticalidad (insisto, nunca en pureza cien por cien, lo cual es imposible, sobre todo para una posición que incluye movimiento). El Juli pierde naturalidad porque al dar un pase esencialmente vertical introduce en él una componente de horizontalidad excesiva, lo que va contra la naturaleza de la posición argumentada de inicio por el torero (torea de pie, no genuflexo o de otra manera). El Juli anuncia un pase de pié, vertical, pero adopta una posición contraria a la naturaleza de la posición. El Juli incluye en la verticalidad una horizontal demasiado forzada que “subvierte”, “traiciona”, “quiebra” esa verticalidad, la natural posición erguida; que es erguida por algo, se define por algo esencialmente. Por que no es que se incluya esa posición para ir hacia otra posición: el Juli no quiere dejar de estar erguido, en vertical. Si así fuese estaríamos hablando de un cambio. Lo que hace que sea poco natural es que aún queriendo estar en vertical introduce un elemento que hace que esa verticalidad parezca “forzada” al tensar demasiado la verticalidad con un movimiento de otra naturaleza: lo horizontal. Es forzado porque como posición vertical no puede incluir tanta componente de horizontalidad sin chirriar, sin que el concepto de verticalidad se vea atacado. Es evidente que cualquier lance acaba incluyendo horizontalidad por la propia largura del muletazo pero no tiene por qué perder naturalidad si se mantiene en el margen de “flexibilidad” que incluye lo vertical. En este caso el precio a pagar por alargarlo tanto es perder esa naturalidad. Podría ser “natural” que el Juli se doblara “algo” para dar el lance pero no tanto (creo que las posiciones de Camino se mantienen aún en una verticalidad esencial sin acusar forzamiento).
En fin, que lo natural de la verticalidad es ser vertical (mayoritariamente) y por eso la presencia de la horizontalidad le hace perder naturalidad.
(continúa)
(sigue)
Pero es que las conclusiones estéticas que bajo mi punto de vista deja ver la faena del Juli conllevan también connotaciones éticas. El Juli se dobla para ganar extensión y poner la muleta allí donde, sin doblarse, debería estar la franela y con ella su cuerpo en una posición más erguida. Julián se dobla para “quitar” su cuerpo mientras deja puesta la muleta allí donde debe estar si quiere llevar al burel toreado. No creo incurrir en ningún dogma intolerante si digo que el toreo es valentía. Es un imperativo ético del toreo. Por necesidad. El torero se pone delante del toro, sin que ello signifique por supuesto posiciones suicidas, tremendistas, etc. Pero eso define uno de los valores del toreo, la valentía, que es una cuestión de ética (no hace falta que nos vayamos a Aristóteles para saberlo). Por tanto, la no asunción de la posición valerosa o su disminución excesiva es una reducción de la ética del lance, de la ética del toreo.
Por tanto: ni estética, ni ética. En ese orden.
Y ojo, tengo en cuenta que El Juli está allí con el toro, está él en el ruedo mientras yo estoy en el tendido y lo valoro. No se me escapa. Pero hay formas de estar. Hay formas de estar delante, y delante quiere decir delante, no demasiado a un lado ni detrás: DELANTE. Y ese delante no es completamente de frente, claro, pero hay formas de estar. Y es de esas formas de donde surge la ética. El error de los que atacan este lance (para suerte del señor Morente y de los que lo defienden, ya que es fácil rebatirlo) es que creen que hay una ética en un más allá de las ideas taurinas de donde deben brotar las formas cuando en realidad es al revés y es así como se desmiente esta posición y sus conclusiones: es la forma la que nos lleva a la ética y no al revés. ¡Por que solo tenemos la forma! No hay que poner por delante una esencia a la que los toreros deberían ajustarse por que no existe, ni ha existido, y en eso tiene razón José Morente y por eso siempre gana la partida. Pero si hay una esencia de lo que YA TENEMOS DELANTE: tiene una naturaleza, conlleva algo, DICE.
(continúa)
(sigue)
Creo que he dejado claro que no parto de una concepción ideal o esencial (dogmática se suele decir por aqui) de la manera de situarse frente al toro. No digo, como suelen los del 7: “¡a tu sitio!”. Expongo lo que creo que subyace bajo la posición adoptada por Julián López. Si al ponerle la muleta al toro (piensen en la segunda foto de esta entrada del blog) el torero estuviese cruzado un pado más no necesitaría doblarse ya que la muleta estaría en el mismo sitio con el torero erguido. Engancharía al toro delante igual. ¿Qué a Julián le gusta doblarse? Perfecto, pero que no me intenten vender que eso es estético y ético, porque ni respeta la naturaleza de una posición erguida (cuando está toreando erguido, no genuflexo o como sea) por lo que rompe la forma de la verticalidad, ni es ético por que se aparta (demasiado). Pero es que además esto conecta con la manera horrible de matar de este torero. Es que son cosas que se van juntando. Primero: la espada casi nunca cae en el sitio. Casi siempre trasero. Si andara con corridas menos nobles (por cierto, es verdad que los Pablo Romero o los Prieto están mal, pero es que El Juli nunca –excepción frustrada de Sevilla al margen- se anuncia con sus equivalentes actuales, que las hay) se le irían vivos los toros por que la leve muerte que llevan esas estocadas otros toros se las tragan. Pero los toros ultra enclasados y nobles de bravura casi transparente por super destilación que suele matar caen por que están ahogados de pura entrega -excesivamente ingenua, por usar una palbra del gusto del señor Morente- (y esto nos llevaría a las lenguas, otro tema de moda que el señor Morente ha soltado pícara y provocadoramente en un uso del lenguaje que ni el Orwell de 1984; pero no voy a entrar en eso ahora). El caso es que el Juli mata feo, muy feo. Pega un salto fuera. No es estético y no es estético por que la naturaleza de la acción es ir hacia el toro -para matarlo- y no hacia afuera; hacia abajo y no hacia arriba. Pero el Juli se echa afuera y así rebaja el valor y por tanto la ética. Por que la ética del toreo es ir de frente, repito. Más o menos de frente, sensatamente de frente, lucidamente de frente... pero no descaradamente por fuera. Y aparte, es una falta de respeto al toro (más ética). Hay cierta ética del toreo que la dicta el toro. Sobre todo cuando el toro va de frente el torero no puede ser menos. Eso es la nobleza. Le piden al toro que sea nobñe y enclasado, tanto, que ya no hace falta que el torero lo sea. En mi opinión solo valen recursos cuando el toro es el primero en mentir, en no querer, en usar resabios. Pero ante un toro noble que va de frente la ética del toreo dicta que el torero le gana la partida también así. Y el abuso del echarse fuera es antiético. Por eso creo que El Juli reduce, denigra, disminuye la ética del toreo. Y si el toreo es en parte ética, pues disminuye el toreo mismo. Y con más motivo aún en su caso, siendo un torero en posesión de conocimiento, técnica y lucidez como es.
Demasiada.
Un saludo
El crítico J. C. Romero
P. D. :
La frase: "Pero ante un toro noble que va de frente la ética del toreo dicta que el torero le gana la partida también así".
Es un detalle esencialista y dogmático que me he permitido para mayor disfrute del señor Morente.
Un cordial saludo
El crítico J. C. Romero
Pese a la 52 comentarios de la entrada precedente -no estaba agotada- no aparece ninguna respuesta por parte de Don José Morénte en la que se pueda considerar el cierre de la misma. Pero eso sí, nos trae una primera parte de lo qué titula "un ¿nuevo? concepto del Toreo"; y menos mal, que “nuevo” lo coloca entre interrogación. Evidentemente la sutileza del Sr. Morente es tal, que ya adivinaba que por ahí le podían venir los tiros, ya que de nuevo ese arrastradíto se pone en tela de juicio; arrastradíto al que adorna este aficionado pueblerino con el complemento de acariciar la arena, para situarlo metafóricamente en todo su valor. Me gusta; pero ¡ay! con la pérdida de la ética y su estética a la par, nuestro arrastradíto se convierte en parodia y ridículo.
Una verticalidad "forzada" al tensar, según nos dice J.C.Romero, especialmente en la composición de la figura para CITAR, para una vez ha determinado la distancia, su toreo se aparta de toda la ética desde la tensada y artificiosa verticalidad, al dar paso al retorcimiento, no de dolor como el del Laocoonte, sino de amaneramiento y exageraciones que llevan a la pérdida de la naturalidad ante la presencia del riesgo y la muerte, a la vez que clamorosa, triunfante y artística del Toreo bien ejecutado.
Si se cruzase –no todos los toros lo admiten- el arco de la trayectoria del muletazo acortaría el radio, aumentando grados la semicircunferencia o más en ocasiones, y por consiguiente perdería ese muletazo, ya desde el vértice hombro, gran parte de su negativa afección. Una vez el toro comienza su movimiento, no digamos cuando la arrancada se ha formalizado con la fijeza definida, el Juli ya está fuera de suerte, privándonos del Toreo –cánones perdurables- Eterno.
El Juli no es Varelíto matando. Su forma -fuera de suerte flagrante- es insultante; de hecho no hay tal suerte; ya que al taparle toda la cara al toro, la muleta actúa a modo de contera para forrar las puntas; y el vuelo "gallináceo" además de antiestético es impropio de un conocedor de los Fundamentos del Toreo, los que aplica a conveniencia, muy aisladamente y en función de la plaza dónde se encuentre. Ese salto, pero sin regateos en la entrega que exige la Suerte Suprema, ya se le veíamos a un torero –les hablo de otro Torero más- Chicuelo II y nadie se lo reprochaba; tampoco a Domingo Valderrama, ambos muy bajos de estatura. Es censurable –artificioso liar la muleta en este caso- el Juli y su "julipié", quién pese a ser considerado bajito -no lo es tanto- se entretiene en ser 4 centimetros más alto que Manolete, y sin embargo se permitía templar y recrearse en la Suerte, cómo nadie después haya hecho.
Sí, Camino se aliviaba con demasiada frecuencia. Se lo tengo como anotaciones negativas entre las muchas aportaciones de grandeza a la Fiesta. Otro, que de haber querido esto marcharía por otros cauces. Tuvo la obligación de borrar al Cordobés y no lo hizo. Claro, a partir de ahí comenzó a cobrar el doble. ¡Ya me dirás!
Hombre, don José, si tenemos que empezar por definir "naturalidad", podríamos continuar por la definición de "concepto" (de torear), porque a lo mejor no estamos hablando de lo mismo.
Por cierto, a mí no se me ocurre juzgar a un torero "por conceptos o aspectos que ni encajan en su concepto del toreo, ni en sus capacidades ni en sus intenciones". Lo que discuto es que se pueda separar la estética de la técnica al hablar de concepto.
Para justificar el contorsionismo, nos pone a Camino. Francamente, no veo que Camino se contorsione (me ratifico en que el ejemplo está cogido por los pelos). Por cierto, qué horror verlo agarrándose a los lomos del manso. En eso sí ha hecho escuela en los toreros actuales.
Otra cosa que no acabo de entender es esa obsesión por prolongar la embestida (ni por la mano baja bajísima tampoco). ¿Es eso lo fundamental?
Sí, ya sé que al público le entusiasma ver al toro dar vueltas lo más largas posibles alrededor del torero, aunque se trate de la "noria" con el matador pegado a los costillares, pero ¿hay que subordinar todo lo demás (estética, colocación, naturalidad, técnica...) a la longitud del pase?
Sería interesante ver de nuevo la maravillosa faena de Antoñete en Jaén para que podamos aprender cómo se domina un toro sin contorsionismos y prolongando la embestida lo justo y lo necesario.
Un cordial saludo y que siga la polémica.
Vaya, se me olvidó firmar el anterior mensaje. Soy Mosquete
El Soldado:
Poco puedo añadir a su comentario pues lo comparto enteramente. Efectivamente pienso que el Juli sacrifica su estética (la estética del cuerpo del torero) a la eficacia del lance pero consiguiendo en mi opinión, una estética superior, la de la conjunción de la embestida del toro con el movimiento del cuerpo del torero que acompaña esa embestida (tal y como gustaba Paco Camino) con una sincronización perfecta en ritmo y, como usted apunta y me alegro que lo destaque, cadencia.
Un cordial saludo de acá para allá.
PD: estoy recopilando información sobre Félix Rodriguez a ver si podemos publicar algo sobre este torero "maldito" que tan buen recuerdo dejó entre los aficionados que le vieron. Hay un pequeño opúsculo de Domingo Delgado (publicación de una conferencia qu dio en los magníficos cursos del CEU organizado por ese infatigable aficionado que es Rafael Cabrera Bonet) que merece realmente la pena leer.
J.C. Romero.:
Para empezar permítame decirle que considero una lástima que reflexiones como la suya y las de los otros lectores de este blog, queden en un mero comentario a pie de página pues casi todas ellas (exceptuando algún curioso exabrupto) deberían ser entradas independientes.
En cualquier caso, aprovecho para agradecerlo a usted y a los restantes lectores el tiempo invertido en leer las entradas, "destriparlas" y comentarlas. Un verdadero placer.
Y es que disfruto tanto, aveces, escribiendo, como leyéndoles a ustedes pues me sugieren ideas y puntos de vista en los que no había reparado.
Y mucho he disfrutado leyendole a usted pues aunque no comparto algunas de sus reflexiones o, por mejor decir, comparto sus reflexiones pero no sus conclusiones si que tengo que reconocer que su posición o postura o razonamiento no es, en absoluto, dogmático, lo cual en este mundillo del aficionado a los toros es un verdadero acontecimiento.
(sigue...)
J.C. Romero.:
Cuando he destacado el cite del Juli, lo he hecho fundamentalmente por la novedad.
Me ha llamado poderosamente la atención por lo que suponía (ya lo he dicho) una "vuelta de rosca" a ciertos planteamientos del toreo de la actualidad.
Como usted dice, la discusión de estos modos desde puntos de vista dogmático están creo irremediablemente condenados al fracaso.
Tengo que señalar que no he pretendido (aunque parezca lo contrario) defender esta forma de torear como modelo, ejemplo, canon o sistema (eso queda para otros) sino como opción personal del torero que no sé, a priori, si podría servir de modelo o no.
Yo, desde luego, si fuera torero, ya estaría utilizando ese modo de citar, por ejemplo, en esas tardes de viento que tanto abundan en nuestra geografía.
El fin de semana de Resurrección, con un vendaval del demonio, vi torear a varios toreros. El menos afectado por el viento fue el Juli (salió a hombros por la Puerta del Príncipe). No sólo la muleta tan baja sino su magnífico dominio del engaño marcaron las diferencias con quienes torearon esos dos días. Mucha diferencia.
Pero dicho esto, y los restantes valores que desde el punto estrictamente torero (de técnica) tiene ese torero, es legítimo. Totalmente legítimo, el doble debate que usted plantea: el estético y el ético.
Orts y ramos, a quien ya he citado varias veces, decía que el espectador sólo tenía obligación de apreciar los valores o aspectos estéticos y éticos del toreo y que la técnica con ser importante quedaba para los toreros. Nadie tenía obligación de valorar al torero por sus recursos técnicos.
Es esa capacidad técnica que se sobrepone a la estética y a la ética la que ha hecho que, en la historia del toreo, los aficionados (dogmáticos no dogmáticos) hayan penalizado en sus valoraciones a diestros como Cúchares, Guerrita, Joselito el Gallo y, ahora por ejemplo, el Juli.
De todos ellos se ha dicho, con más o menos razón, que su estética era deplorable y su ética inexistente. Por cierto todos ellos matadores habilidosos, nada ortodoxos y reputados como tramposos.
(sigue)
J.C. Romero:
...Sin embargo, marcaron época y, pese a su mala prensa fueron los que marcaron los nuevos rumbos al toreo.
Pero como digo, el debate planteado es más que legítimo. Voy pues a dar mi opinión rápida sobre ambos temas.
Estética o naturalidad.
Este es creo, el tema más complejo. Si el toreo es elegancia (como enseñaba Lagartijo o Rafael el Gallo), el Juli no es elegante. Si el toreo es verticalidad (como proponía Manolete), el Juli no es vertical.
Pero el toreo no sólo o, mejor dicho, no siempre, es elegancia o verticalidad. Ya lo enseñó Juan Belmonte y lo decía Paco Camino, hay líneas rectas y hay líneas curvas. Hay tanta estética en la recta como en la curva. ¿Que parece exagerado? Posiblemente, pero no será la primera vez que, en la historia del toreo, sorprenda una postura o un modo de hacer que, rechazado al principio acabe convertido en canon.
El pase natural es, dice usted, por esencia vertical. Puede ser, pero ¿porque no curvo, quebrado, roto? Natural viene del lado por donde se da la salida pero no prejuzga la naturalidad del lance.
A mí, ya lo decía también, me parece muy natural, la forma de andar por la plaza y delante de la cara del toro del Juli y, como también decía, me parece menos natural la afectación impostada de tantos toreros que, por mirarse en el espejo del otro denotan falta de personalidad.
En cualquier caso y rematando el tema, la estética es subjetiva y, por tanto, valorable subjetivamente. Fulano prefiere el clacisismo y Mengano el barroco ¿Cual de los dos tiene razón? O dicho de otro modo ¿Porque no nos guste personalmente el barroco hay que descalificarlo? No lo creo.
(PD: No me alargo más pero por si se le ocurre esta objeción, no creo que en el toreo del Juli exista incoherencia estilística. Ni contra el propio lance ni contra su propio estilo)
(...)
J.C. Romero:
...Vamos a ir acabando que esto se alarga en demasía (pido disculpas)
La ética. Estoy convencido de que con el Juli estamos ante una de las propuestas más éticas que se han visto en el toreo en los últimos años.
Y cuando digo esto, lo digo desde el punto de vista de la "valentía" que se necesita para ser fiel a uno mismo.
Al profesional que vive del público le es muy fácil (recursos le sobran al Juli como usted señala) torear para el gusto del público, para la galería. Pero torear "contra" la opinión del aficionado radical, con lo que eso pesa no es nada fácil.
Además, no comparto en absoluto, su apreciación de que la posición tan tendida del torero y la muleta tan baja, sea una argucia para llevar al toro alejado del cuerpo (para eso son más fáciles los toques hacia afuera que tanto prodigan y han prodigado otros diestros, pierna adelantada incluida).
De hecho el toro pasa bajo absoluto control del torero en un lance muy largo que, para muchos aficionados, es lo que tiene mayor mérito.
Un inciso, es tan difícil y tan valiente pasarse todo el toro por delante del cuerpo en un muletazo largo que pasarlo fugazmente por el costado aunque, en este caso, parezca de más merito al aficionado. Estoy convencido de que más de un profesional será de esta opinión.
Dicho esto, el reproche ético creo que queda anulado aunque quizás el matiz del cite enfrontilado (algo que usted analiza con lucidez aunque mi opinión difiere de la suya) me parece que merece una entrada en el blog.
En conclusión, creo que el Juli como los toreros que he citado (Cúchares, Guerrita, Joselito) concede más importancia a los aspectos técnicos del toreo, a llevar el toro muy toreado durante mucho tiempo (algo muy llamativo en el video y que todavía no he visto ningún detractor que lo reconozca) que a los gustos éstéticos y a los criterios éticos del aficionado o, mejor dicho, de ese sector de la afición que no gusta de su toreo.
Un muy cordial saludo.
Si se considera que lo natural es el contrario de lo aprendido, de lo cultural, de lo afectado, pués ¿cual movimiento, compostura de los toreros es sin ambigüedad « natural » ? Las huidas, cuando el torero siente los pitones cerca de sus nalgas ; cuando bebe, a proximidad del burladero, antes de coger los engaños ; y... y... poco mas. Todos los gestos de los toreros son anti-naturales : los movimientos técnicos necesitan un largo aprendizage, lo que comproban rapidamente los principiantes, con sus gestos « naturales » tan torpes ; los movimientos de precencia : andar, saludar, sacar pecho, hacer muecas etc. Nada de naturalidad, toda artificialidad. Y cuando un torero intenta parecer « natural », esto es el fruto de su estudio. Como todo artista en frente de un publico, el torero compone su actitud. La verticalidad de Manolete es tan artificial como la corvatura de El Juli. Cada torero elige su imagen, unos con buen gusto, otros con ramplonería. A mi me parece así...
Le salut le plus amical
J.Coursier
Gil de O.:
Estimado amigo, efectivamente, no he dado por cerrado el debate pues siguiendo el "libro de estilo" de este blog (que existe y algún día publicaremos) esa decisión corresponde a los lectores.
Ello no impide, como decía al comienzo de esta entrada que demos un cambio de tercio al tema y derivemos hacia nuevas consideraciones sobre el toreo de hoy y, en concreto, el toreo del Juli.
Me alegro que le guste el toreo arrastrado y espero que mi contestación al anterior comentario le aporte algún dato que le lleve a considerar que ese "arrastradito" no está tan exento de estética y ética. Aunque el tema, desde luego no está agotado.
Sobre la pérdida de verticalidad y el amaneramiento ya hemos dicho también algo. Sólo añadiría que el manierismo italiano es de las cosas que más placer estético me ha proporcionado y el "barroco" andaluz lo llevo en la sangre. La exageración dramática no es ajena al cante jondo, puro llanto, que tanto tiene que ver con el toreo.
No soy "preciosista" ni nunca lo he sido aunque me han emocionado (y he seguido) a los toreros más finos y elegantes (Tal un Aparicio o un Finito de novilleros).
Devoto como soy de Pepe-Hillo, creo que el toreo cruzado (atravesado con el toro) es contraproducente, contradictorio y inadecuado en el toreo en redondo (en eso se que diferimos en nuestros conceptos, mejor pues así tenemos motivo de ameno debate y agradable discusión).
Cruzarse en el toreo en redondo no es lo pertinente, aunque tanto lo denosten los vociferantes aficionados madrileños cuando los toros se paran a mitad de un lance ("El belmontismo que no cesa" parafraseando a Miguel Hernández).
Y es que cruzarse ¿para que? ¿Para llevar al toro más largo y toreado? ¡Imposible pues sería todo lo contrario! ¿Para dar sensación de riesgo al espectador del tendido? tampoco pues sería impostura y este torero ya ha demostrado que no está por la labor de torear para la galería (aunque la galería la compongan la "creme" de la "creme" de la afición madrileña o francesa).
El Juli no es Varelito, efectivamente. Nadie es perfecto pero ya me gustaría a mi asemejarme aunque sea en los defectos a nuestro querido Joselito (lo apodaban Matolín), a Guerrita (matador eléctrico) o a Cúchares (motejado de tramposo y fullero como matador).
De Paco Camino he traído dos faenas indiscutibles (para mí) y que, sobre todo, rompen cierto concepto que se tenía de él por su toreo posterior en España cuando la conferencia de Domingo Ortega y las presiones de cierta crítica le obligaron a mixtificar su toreo que en esos años era mucho más puro. Eso si que se lo reprocharía, pero poco porque el camero me cae de bien como muy pocos toreros.
Un fuerte abrazo.
Mosquete:
Estimado amigo:
El ejemplo de Camino me sigue pareciendo procedente y oportuno y cada vez que releo sus opiniones (las de Camino) más me lo parece.
Eso no quiere decir Camino tenga que aprobar o gustar del modo de torear del Juli. Es otro tema. Pero está claro que la negación de la verticalidad y el "encajar" o quebrar la cintura que hace el camero, está dentro del mismo mundo estético o conceptual del que parte el Juli. Veo evidente que ahí en ese planteamiento está la clave de lo que el Juli está planteando en las plazas hoy día.
Dice que no entiende esa obsesión por llevar al toro toreado mucho tiempo por prolongar al máximo su embestida.
En mi opinión tiene mucha lógica por lo siguiente. El toreo era, en sus orígenes, un cruce fugaz de toro y torero (un cambio de terrenos como decían antes) que se producía en algunos lances y, sobre todo en la estocada.
Ese encuentro tangencial, propio por cierto del toreo en ochos, dio paso a un toreo circular donde el torero se empezó a colocar en el centro de las suertes (no atravesado) llevando al toro toreado alrededor suyo en un lance tras otro y por el mismo pitón manteniendo la distancia del toro a su cuerpo prácticamente constante a lo largo de todo el recorrido.
Es muy emocionante el cruce sesgado del toro por delante del torero muy próximo a sus piernas y a sus femorales y, de ahí, la admiración y entusiasmo que a los aficionados pendientes de estos detalles provoca el toreo cambiado, el toreo de expulsión o en ochos, pero es tanto o más emocionante, prolongar la embestida del toro alrededor del torero durante mucho más tiempo. Mientras más largo el pase, más intenso y más calado en el espectador provoca por ello.
Juli es un torero de ahora, con un concepto claro del toreo de ahora, que quiere prolongar esa embestida pero, cuidado, sin sacrificar ritmo, mando, entrega, precisión, conocimiento, temple, coordinación de movimientos y tranquilidad para ver pasar al toro y ajustar al máximo los movimientos del torero a los movimientos del toro.
Eso son, creo los valores que intuye el público cuando jalea ese toreo, no los defectos (supuestos o verdaderos, éticos o estéticos) que le atribuimos los aficionados.
Cada cual que lo mire como le plazca pero si sólo se mira desde el punto de vista del arcaico toreo en ochos, no acabaremos de entender porque el toreo del Juli ha impactado tanto a los públicos, a bastantes aficionados y a muchos toreros.
La faena de Antoñete me encantaría verla de nuevo. Estoy seguro que aporta muchos e interesantes matices dentro de su "propio" concepto del toreo.
Pero no creo procedente la comparación que propone. No por nada, sino porque entiendo que no es correcto juzgar a ningún torero (El Juli en este caso) por conceptos o modos que le son ajenos (los de Antoñete).
Creí que había dicho usted que tampoco se le ocurriría juzgar a nadie por modos o conceptos ajenos. Me temo que ahora-quizás sin percatarse- acaba de contradecirse.
Un abrazo.
J. Coursier:
Amigo Jack. Lapidario y pertinente comentario.
Estoy seguro que todos los toreros los compartirían porque (leyendas urbanas aparte) si hay algo ensayado, forzado o aprendido es el toreo.
La manera de andar en las plazas y ante el toro es, en todos los toreros, puro aprendizaje.
Y una pregunta que me gustaría hacer al Juli ¿Cuanto tiempo dedica a torear de salón y cuanto a torear reses en el campo? ¿En que proporción hace una cosa y la otra? ¿Y en que proporción lo hacen otros toreros?
Un cordial y afectuoso saludo.
José. Me parece muy pertinente esta pregunta : toreo de salón/toreo de campo. El Juli me parece el arquetipo del toreo del campo, pensando más en :"¿Qué hacer?" que "¿Cómo hacer?". Algo campesino...
Amitiés
jc
Lo primero decir que el placer es mío, señor Morente. Siento gran aprecio por su blog y leo con tremendo interés lo que en él se escribe. Más allá de filias personales creo sinceramente que de todos los blogs es el que ofrece una visión más amplia de la Tauromaquia. Es también un honor participar en él y que usted tenga a bien contestarnos.
J. C. Romero
Por alusión, a Coursier:
Por supuesto juzgo la “naturalidad” en base a lo que este concepto puede significar dentro de los parámetros de la estética, y no en la vida en general. Creo que todos tenemos claro que son cosas diferentes. Es de uso común en términos artísticos decir que una obra es artificiosa pese a que ya damos por hecho que es un artificio, algo fruto de una convención, cultural, aprendido... ¡faltaría más! Incluso decimos que una obra es convencional pese a que ya sabemos que ES una convención. Lo que pasa es que al instalarnos en el ámbito artístico las palabras se reformulan al llegar a un nuevo nivel, “convención” ésta que todos asumimos con “naturalidad”. Por tanto dentro de los parámetros artísticos la naturalidad también significa algo. Por eso hay afectación, soltura, ligereza… En cine se suele hablar del estilo transparente (cine clásico y hoy por ej. Eastwood), cuando evidentemente estamos viendo imágenes “visibles”. Decimos de un autor que es formalista, cuando también sabemos que toda obra consiste en una “forma” (es interesante ver para esto las acepciones de las que hablara Arnheim: shape y form). Creo que la naturalidad podría ser vista como el mantenimiento de la coherencia estilística asumida de inicio, por usar unas palabras de Morente. O que dentro del enrevesamiento propio de toda obra (que es un constructo) el enrevesamiento es menos aparente dando la impresión de que la obra brota fácilmente…
Y esto vale para cualquier estilo, ya que no es algo de un género concreto, aunque a priori pueda sonar a un movimiento determinado, como el naturalismo, pero esto es otra historia.
J. C. Romero
Señor Morente,
en sus respuestas anteriores plantea muchas cosas, intentaré dejar algunas notas:
Entiendo que toreros que han pasado a la historia fueron criticados en su época por las innovaciones que introdujeron, que eran vistas como degradaciones. Todos sabemos que tiene que ver con el cambio de los tiempos y la evolución de las disciplinas, pero también es verdad que nunca sabemos que es lo que va a quedar. Usted lo insinúa lucidamente. Por tanto hay que ser prudente al criticar, ya que solo el tiempo dirá lo que queda. Sabiendo esto, creo que tampoco podemos caer en una ausencia de crítica (no es su caso), por que al igual que no sabemos si algo va a ser lo bueno de esa época, tampoco sabemos que es lo malo o que propuestas de un torero importante no se asumen (estoy seguro de que usted, que tiene un conocimiento enciclopédico tremendamente rico conocerá suertes de toreros históricos que no pasaron al repertorio). En esta tesitura debemos criticar lo que consideremos oportuno sin ser siempre tachados de dogmáticos (sé que algunos dan razones para ello). Evidentemente esa crítica debe ser prudente, con rigor, análitica y no solo limitarse a pitar. ¿sin crítica no iríamos a una especie de sofismo donde valiese todo? Es más, me atrevo a decir que la crítica es necesaria: es la prueba de fuego de los públicos, pero no solo de uno, sino del de varias generaciones. Veremos qué pasa. Medio en serio medio en broma me permito jugar a hacer de adivino: ese tipo de toreo que el Juli plantea en la faena de Aranjuez exige un toro excesivamente ingenuo (intentaré explicar luego porqué), un toro demasiado ingenuo da pena, la pena genera antitaurinos, por lo que sólo nos quedarían dos caminos: corrida sin muerte o abolición.
J. Coursier:
Efectivamente, Esa es también mi opinión.
Torero más de torear miles de reses en el campo (torero práctico, valga el simil) que de teorizar el toreo.
Un fuerte abrazo
J.C. Romero:
Con independencia de lo que pueda opinar Jack Coursier, me gustaría matizar que, aunque he discutido el concepto de naturalidad, tengo claro que al margen de teorías y disquisiciones existe (como usted atinadamente señala) algo que todos reconocemos e identificamos inmediatamente, cuando brota, como "naturalidad" ¿Valdría de ejemplo, Ángel Teruel en este último San Isidro?.
Aunque, y retomo mi discurso, en el fondo seamos también conscientes de que esa "espontaneidad" lleva detrás mucho trabajo (lo que -en mi opinión. no le quita un ápice de mérito).
Un cordial saludo.
Don Jose, por más que le busco no logró verle nada de valioso al cite del Juli que a usted tanto le agrada y sorprende. Creo que se trata de un soberano embuste para destorear con mayor impunidad. No sé, quizá sólo ocurre que me es muy difícil buscarle tres pies al gato, que no entiendo el afán de defender lo indefendible. Bueno, quizá es sólo que como ciertos amigos mutuos italianos, ya estoy muy viejito y nunca fui remotamente experto ni sagaz. Un abrazo.
Gastón Ramírez Cuevas.
Anónimo 1:
Pone usted el acento en un tema que, aunque tratado de pasada, es de lo más interesante. Las propuestas que, magníficas o no tanto, no llegaron a perdurar en el tiempo.
El toreo es contínua creación. Hemos visto a lo largo de la historia, proponer a los diestros nuevas fórmulas, nuevos modos y nuevas suertes de las cuales unas, las menos, perduran y otras se van perdiendo.
Pasa el tiempo, y un día un diestros (¿Gaona?¿Joselito el Gallo?¿Luis Francisco Esplá?) recupera una suerte que se creía perdida (¡la suerte al costado! ¡El galleo del bú!¡La mariposa!) porque la ha aprendido de un maestro que le ha contado como se hacía años atrás (¿Ojitos?¿Paco Frascuelo?¿Marcial Lalanda?) y los públicos y el torero sueñan que el toreo es eterno. Otro día un torero, un gran torero (¿Juan Belmonte?¿Chicuelo? ¿Manolete?) recrea una suerte menor quizás ya existente pero que en sus manos se convierte en oro puro y renacen de nuevo (¿La media verónica?¿La chicuelina?¿La manoletina?).
Si hablamos de modos de torear, la cosa se complica pues aún es más dificil crear algo. Más fácil es innovar, matizar, introducir alguna variante en el toreo que se viene haciendo. Aportaciones que muchas veces escapan al ojo de la afición o de la crítica.
Si la crítica consiste en buscar defectos, no me interesa pero si la crítica consiste en estar atentos a esto matices para, ojo avizor, avisar al resto de la afición (un buen crítico tiene primero que ser un gran aficionado) de la innovación, del matiz, de los nuevos rumbos; entonces bendita sea la crítica.
Un cordial saludo
PD: Sobre su profecía de adivino sólo un pequeño comentario pues intuyo (y espero) que su comentario tendrá continuación.
Es este. Pienso, al contrario que usted que la muleta tan baja del Juli no exige un toro excesivamente ingenuo. Más bien al contrario y como opina un gran aficionado y amigo mío, ha sido la circunstancia de encontrarse en la plaza un toro muy bravo ("encastadísimo" decía Juan Antonio Polo), lo que le ha permitido al Juli (torero práctico no de teorías) bajar tanto la muleta (algo que probablemente estaba deseando hacer desde hace algún tiempo).
Es decir, no pienso que ese toreo pida un toro dócil, sino que es el toro bravo el que pide (pues humilla) que lo toreen de verdad. O sea, por abajo y desde allí hasta allá.
(Al final el pequeño comentario no ha sido tan pequeño, pero me parecía un matiz interesante de exponer)
Ah, disculpen, el comentario sobre la crítica es mío, soy J. C. Romero
Gastón Ramírez Cuevas:
Lamentablemente esta vez no puedo ayudarle.
Si por mucho que busca no encuentra nada en el toreo del Juli... ¿porqué no deja de buscar?
Un afectuoso abrazo.
Así lo haré, tomaré en cuenta su consejo, don Jose. Mil gracias. Y conste que antes era yo muy ista de Juli, cuando toreaba derecho y no mataba al julipié. Un abrazo. Gastón Ramírez Cuevas.
P.S. Lamento no haber leído antes su respuesta a mi comentario en esta primera parte, así le hubiera ahorrado a usted el disgusto de mi muy reciente comentario en la segunda.
A Romero. (perdón por escribirlo en Francès; son cosas demasiado difíciles para mis pobres conocimientos de la lengua de Cervantes)
Tout est tellement conventionnel et conforme à des modèles immuables dans la tauromachie qu’elle a fini par créer une seconde nature, scrupuleusement respectueuse de traditions, de normes, de codes. Ce qui s’écarte de ces modèles convenus, ce qui est inusité, apparaît comme incongru, artificiel, dérangeant, voire choquant, même lorqu’il s’agit de gestes, de mouvements effectués spontanément, librement, simplement. Je me demande si la posture de El Juli, lors de ce désormais fameux cite, n’est pas tout bonnement le fruit d’un moment d’ « intrega », d’intense envie d’obtenir le résultat escompté, d’enthousiasme, donc, où le torero, dans sa fougue, a oublié le « beau style ». Le fond est passé avant la forme ; le but impérieux a imposé un moyen et a écarté la gène de la manière ; autrement dit, le naturel, avec son aspect négligé, a pris le dessus sur le conventionnel guindé.
Cordialement
J.Coursier
José Morente, bajo mi punto de vista:
Un toro simplemente noble no es completamente bravo; un toro excesivamente ingenuo (es a lo que me refería) posee
una bravura casi esteril. El solo movimiento y la admirable humillación se queda en nada si el toro es excesivamente ingenuo.
Un torero no es valiente por que haga algo en contra de cierto sector de la afición. Esa valentía es relativa,
es en base a algo (además externo). Es secundaria. La valentía en si misma es por lo que hace en el ruedo.
Un torero valiente debe enfrentarse a los toros más serios y no que haya problemas en los reconocimientos cada vez que torea,
incluyendo plazas de gran importancia como Sevilla, Pamplona, Madrid, Bilbao...
Un torero técnico debería enfrentarsde a distintos tipos de toros para demostrar que es técnico y no que tiene "una
sola" técnica.
Crítica viene de cribar, purgar, discriminar... estoy con usted que el crítico debe rastrear lo bueno pero tampoco
puede huir de su ser.
Acepto Teruel como ejemplo de naturalidad. De hecho, se dobla un poco, lo justo para que parezca fluido y natural a
una posición erguida. De hecho es más parecido a lo que hace Joselito en las fotos de su nueva entrada que al Juli.
Coursier: desgraciadamente no hablo francés, pero voy a intentar traducirlo.
Un saludo a ambos
J. C. Romero
Quiero matizar un punto del comentario anterior: el solo movimiento y la admirable humillación es mucho, por supuesto, pero no la bravura completa.
J. C. Romero
En varias de las fotos y videos de Paco Camino, el esta 'rompiendo la cintura' inclinando para adelante, no al lado de salida del muletazo. En Mexico, esta forma de torear se llama 'comiendo taco' ya que se inclina para adelante para que no se manche la camisa, y en el toreo es para enviar el toro mas lejos del cuerpo. El Juli esta toreando major.
Jim Verner
Jack Coursier:
Aunque dirigido a J.C. Romero, entiendo que este es un debate a varias bandas, por ello, me permito opinar sobre su comentario (aunque sea con un poco de retraso temporal).
Y, mi opinión es que me parece muy interesante (y probablemente, fecundo) su punto de vista. En resumen, que en el toreo (y creo que podría decirse lo mismo de todas las manifestaciones artísticas) lo convencional acaba por convertirse (por definición) en lo natural (en lo naturalmente aceptado). De tal manera que juzgamos (y quizás con razón, no obstante) forzado, artificial, todos los movimientos que atentan contra los "códigos" aunque sean realmente expresión personal y natural de cada torero.
En esa línea, creo oportuno traer a la palestra el recuerdo del toreo de Belmonte que causó un verdadero cataclismo en la Fiesta fue tenido por forzado e, incluso, por impostado. Luego esas formas se convirtieron en canon y siguen siendo hoy, a veces, una pesada losa en las espaldas de los toreros...
Un cordial saludo.
J.C. Romero.
Aforismo por aforismo:
El toro demasiado ingenuo (yo lo llamo excesivamente dócil) no causa ningún placer al torero ni al aficionado (salvo al aficionado práctico, claro)
Un torero si es valiente por defender su concepto contra viento y marea. No es valiente el que torea para satisfacer los gustos del público (Valor aquí hay que traducirlo por valor moral, no físico)
Lo importante del toro no es la presencia o el tamaño (con ser importante la presencia y el tamaño, y los kilos y los pitones, cuidado) sino lo que lleva dentro.
Un torero puede ser técnico porque tenga muchos recursos para dominar muchos toros (conocimiento de las reses) pero también se reconoce como "técnicos" a los dominan muy bien la forma de ejecutar los lances (conocimiento de las suertes). Por tanto, hay toreros que son técnicos y largos y toreros que son técnicos y cortos (estos últimos son hoy los que más abundan)
Efectivamente, criticar es discernir aunque para muchos lo importante es denunciar (bien está y es necesario) pero como yo no soy crítico prefiero entretenerme en reflexionar...
Aceptado Teruel, discrepo en su comparación con Joselito. Puede que en las formas (aunque no lo creo) haya coincidencia casual pero me interesa el fondo y ahí Juli gana en coincidencias.
Un cordial saludo.
PD: Humillar no es la bravura, pero es muy importante desde el punto de vista del torero. Al toro que humilla generalmente se le puede ganar o intentar ganar la partida = torear.
Jim Verner:
Es cierto que Camino está toreando en algunos lances aparentemente para afuera (¿comiendo taco?)y que así se toreaba entonces pero el caso es que cada vez que veo uno de estos videos me emociono...
El torero de entonces, buscaba resolver los problemas de un toro muy juvenil y que tenía mucha movilidad y no estaba exento de casta. El muletazo era más simple, más sencillo en su trazo, hoy se riza mucho más y las muñecas juegan un papel primordial (para atraer al toro no para expulsarlo).
En la época de Camino se toreaba más con el brazo y cuando se daba un muñecazo era para echar al toro fuera, por eso Camino habla de las "muñecas tramposas".
Era otra forma de torear, distinta pero también muy bella aunque nos pueda parecer demasiado simple a los que hoy estamos acostumbrados. al toreo de José Tomás, Morante o el Juli.
Un fuerte abrazo
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