Por Jose Morente
La infinita belleza del toreo de ahora interpretado por un torero genial, Morante de la Puebla en Córdoba, el 1 de junio de 2013 ante un gran toro de Juan Pedro Domecq (Foto de Álvaro Pastor para Ambitotoros)
Apocalípticos e integrados
Ya comentábamos en alguna entrada anterior de este blog que en 1965, Umberto Eco reunía en un interesante libro, publicado en España por Editorial Lumen, tres años después, una serie de artículos donde analizaba y destripaba la cultura de masas. Sus pros y sus contras.
Para Eco las posturas, ante esta industrial y televisiva cultura, se resumirían en dos tendencias contrapuestas.
Por un lado, estarían los apocalípticos, que serían aquellos que de forma inmovilista negarían toda validez a los nuevos modos culturales y que, con un planteamiento dogmático e intransigente, se posicionarían radicalmente en contra de estos nuevos modos y a favor del pasado. En el otro extremo, se encontrarían los integrados, partidarios a ultranza de todo lo nuevo e incapaces de plantear la más mínima crítica al presente.
El análisis de Eco es perfectamente extrapolable y aplicable a otras manifestaciones culturales como, por ejemplo, el toreo pues entre los asistentes a las corridas de toros unos viven añorando continuamente el pasado (apocalípticos) y otros no son capaces de encontrar defecto alguno en lo de hoy (integrados).
Y ni una cosa ni la otra.
El toreo vive actualmente uno de esos momentos apasionantes donde posiblemente se está cerrando un ciclo para empezar otro nuevo.
El mejor análisis del toreo actual es el que se hace desde la estética (Inicio del comentario de Agustín Jurado en ABC sobre la corrida de Córdoba del día 1 de junio con Finito, Morante y Manzanares en el cartel)
El toreo actual
La técnica ha alcanzado niveles de depuración tan insospechados hace unas décadas que el espectador de hoy repudia hasta el menor enganchón en las telas de los toreros. Los toros del encaste Domecq alcanzan también prestaciones impensables en el toro de hace unos años y responden a las exigencias de los toreros que les proponen trayectorias imposibles.
Esa evolución ha sido producto de un proceso histórico que ha seguido una lógica aplastante y que ha llevado a adaptar el toreo a las condiciones sociales, económicas, culturales y sociológicas de nuestra época, como no podía ser menos.
Pero, algunas cosas se han perdido en el camino.
La apuesta por un encaste único que ha permitido al torero alcanzar la perfección en su toreo ha eliminado totalmente (como recordaba el maestro Capea hace pocos días en una entrevista publicada en Taurodelta) la sorpresa en los ruedos. El toreo de hoy al toro de hoy, magnífico y de matices exquisitos es, por desgracia, predecible. Demasiado predecible.
La sorpresa, ya sea positiva o negativa es ingrediente básico del toreo. Aunque a nadie le gustan las cogidas, la posibilidad de que se produzcan aumenta la admiración del público por el torero. En la foto, cogida de Fernando Robleño, quien ha estado hecho un jabato toda la feria, en la corrida de Cuadri el sábado pasado en Madrid. (Fotografía de Juan Pelegrín-Las Ventas)
La perfección en el toreo de muleta, que tanto encandila a los actuales espectadores (integrados) aunque no tanto a los descontentos aficionados (apocalípticos) ha ido en detrimento de la importancia concedida a los otros tercios. La faena como objetivo último convierte a la estocada en un epílogo insustancial pues ya no se trata de matar bien sino de matar rápido, algo acorde con la sensiblería que no sensibilidad de los tiempos que corren. La suerte de varas y la de banderillas se plantean como mero trámite de lo que viene después.
Los gustos del público actual se mueven entre el efectismo del lucimiento (integrados) y el espectáculo alternativo (apocalípticos) pero muy pocos valoran ya el mérito y la importancia de una gran estocada como la que dio Fernando Robleño el sábado en Madrid con un toro de Cuadri. Hubo una tiempo en el que estocadas como esta “valían una oreja”. Hoy no sirven ni siquiera para dar una mezquina vuelta al ruedo en la mayoría de las plazas. Madrid incluida (Fotografía de Muriel Feiner para Burladero)
Está bien (muy bien, diría yo) que se mantengan las cotas estéticas hoy día alcanzadas ya que la belleza es primordial en el toreo contemporáneo. Y si ello exige un toro donde la nobleza supere a la fiereza sin caer en la docilidad extrema, bueno va.
Sin embargo, existe la posibilidad de “otra” fiesta como piden algunas aficiones (la francesa por delante) y como demuestran los toreros en la plaza.
Es posible, como se demuestra habitualmente en Francia y se vio en Madrid el sábado, una fiesta donde el equilibrio de los tres tercios haga posible un espectáculo integral sin que todo se centre en la muleta (En las Fotos de Juan Pelegrín para Las Ventas, Tito Sandoval citando a Pilarico de Cuadri y luego recibiendo el merecido homenaje del público de Madrid)
El toro encastado o, mejor dicho, el toro de otros encastes que exige una variedad de recursos, hoy casi innecesarios. sumado a la recuperación de un cierto equilibrio entre los tres tercios, donde la faena de muleta ceda algo (no es preciso que mucho, basta con algo) de protagonismo al tercio de varas y al de banderillas y todo ello bajo el paraguas de unos diestros dispuestos a sacrificar el éxito garantizado por el albur de la gloria, son apuestas que merecería la pena explorar, especialmente cuando, como en algunos casos y como pasaba en otras épocas del toreo, no son hijas de la necesidad sino opciones libremente elegidas por los toreros.
Espectacular par de Fernando Sánchez de la cuadrilla de Castaño, la tarde del sábado en Madrid. Fernando firmó con su compañero David Adalid dos tercios de banderillas sencillamente sensacionales. Como sensacional fue la brega de Marcos Galán (Foto de Juan Pelegrín para Las ventas)
El toreo es muy amplio y atraviesa un momento de máximo interés, repito. Como se demostró el sábado pasado en Córdoba y en Madrid, cabe ampliar este espectáculo por su base para, sin renunciar a lo que tenemos, engrandecerlo aún más.
Vino añejo en odre nuevo. Morante de la Puebla interpreta el kikiriquí en Córdoba (Foto de Álvaro Pastor para ambitotoros)
Apostemos por ello, disfrutémoslo y sobre todo, no renunciemos a ninguna de sus facetas. No lo partamos por la mitad.
Una foto (de Juan Pelegrín) para la historia del toreo. La cuadrilla de Javier Castaño da, por plebiscito popular, una clamorosa vuelta al ruedo en Madrid después del tercio de banderillas del quinto toro. ¡El toreo se engrandece!
29 comentarios:
Los juanpedros:justos de presencia,nobles,descastados y de pocas fuerzas.Carlos Crivell en el diario El Mundo.¿?
Hubo molinetes abelmontados.
Anónimo:
Sobre el trapío del toro y en especial, sobre su comportamiento en la plaza es muy interesante el capítulo "El toro determinante y el toro determinado" que se incluye en el libro "El hilo del toreo" de Pepe Alameda.
Sobre los molinetes abelmontados, resulta evidente que Morante suele recuperar lances y suertes evocadoras de muchos toreros, no sólo de Joselito el Gallo pero me parecía más interesante rescatar el kikiriquí gallista de Córdoba, al ser un muletazo que se prodiga hoy tan poco y al que dedicábamos casualmente algún comentario en reciente entrada de este blog al hilo del fallecimiento del maestro Pepe Lui que tan magistralmente los interpretaba.
Pero el fondo del artículo no era ese, sino proponer la ampliación del toreo poniendo el acento en los tres tercios no en uno (o en una parte de uno). Un ampliación de la que, guste o no, somos deudores de la afición francesa, ejemplo para todos.
Saludos.
Anónimo:
(sigue...)
Casi se me olvida:
Toros de Hijos de Celestino Cuadri, muy bien presentados, mansos, descastados y sosos.
Antonio Lorca en el País.
(Sin comentarios)
Maestro, ya le veníamos echando de menos. LRI no debe dejar parar sus aguas cristalinas. La Fiesta la necesita.
Fíjese Don José Morente, el día de antes, aquí en la plaza de mi pueblo, por lo mismo en el primero lo bordó de capa- lo abronqué; y es que este Maestro del Barróco del siglo XXI, había visto al 2º de los "cuvillos", comerse unos cuantos niños crudos de desayuno; luego en el 5º, del ordre nuevo sacó lo que le había "echao" (bien criado y envejecido) y que en reserva tiene para las grandes ocasiones.
Nos hizo disfrutar en la Romántica, Vieja y Bella Monumental de Frascuelo. Hoy he vuelto a disfrutar leyéndole.
Saludos de Gil de O.
Qué suerte has tenido de estar en Cordoba!
Yo no estuve y me limito a reflexionar sobre esto.
Cuando comentas sobre la "predecibilidad" de ciertos toreros creo eso no se debe solo a una tecnica cada vez màs depurada y a una seleccion ganadera siempre màs cuidada (cosas que influyen), sino tambien (o sobretodo) al echo que hoy podemos ver el 90% de las actuaciones de las Figuras por en video (en la tele o internet) en directo o pocas horas despues de terminar las corridas de qualquier plaza del orbe taurino. Asì que una media o un kikiriki de Morante pueden parecer requetevistos por muchos aficionado y parecen hasta "normales" o "banales". Y nosotros (o muchos de nosotros) nos dedicamos a hacer indegestiones de videos taurinos, a medir las posiciones de piè y de piernas, contar enganchones, calcular distancias entre toro y torero o medir la colocacion de una espada. Pero esto es peligrosisimo porque el toreo se vive en situ y en el momento que se hace y deshace.
No es casualidad que los Paula o Romeros y demàs artistas consiguieran la fama que tienen en tiempo donde no habian ni videos ni internet y cuando conseguian dar una de sus tardes de toros era una sorpresa tan grande que era noticia y de esas noticias han vivido mucho (con no quiero quitar ningun merito a estos enormes artistas, pero tampoco hay que mitificarlo todo).
Al revez la supuesta "predecibilidad" de hoy (o sea la regularidad de triunfar o conseguir altos niveles artisticos) deberia ser considerado como un merito (siempre que haya un Toro delante y mejor si fuera de varios encastes, aunque creo que muchos aficionados nos saben reconocer y premiar esta "variedad") y no como una sintoma de falta de fantasia o de "imprevisibilidad" del toro.
Si no, del mismo modo podriamos llegar a decir que tambien cuando torea Castaño ya sabemos lo que nos espera: gran cuadrilla (con banderillas espectaculare y magistrales, con suerte de varas como mandan los canones) y faenas de valor (en las que se le perdonan cosas que con otros hacen gritar al "escandalo"...) antes toros muy serios y pavorosos (aunque no necesariamente "bravos").
Entonces creo que mucho depende de los ojos con que se miran las cosas para disfrutar del toreo a 360 grados. Y muchas veces en el toreo los ojos no tienen solo que mirar, sino tambien que escuchar esa "musica callada del toreo" (esa "sonora soledad lejana" como la llamaba Rafael Alberti) musica que parece han tenido la suerte de escuchar los aficionados cordobeses este sabado.
Un saludo,
Paolo
Magnifica emtrada del maestro Morente...como magnifica la "ciber-tertulia"que nos deparará...y de la que disfrutaremos.
Estando totalmente de acuerdo en lo propuesto, creo que es pertinete preguntarse si es posible.
¿hay toros capaces para esa lidia completa, emocionante y artistica?¿y toreros?¿es el público el que no lo ha demandado?
En caso de que existan toros y toreros para la lidia descrita, habría que decidir que medidas adoptar para llevarse a cabo:¿basta con que el público lo aplauda? ¿y la critica no tendrá mucho de culpa aplaudiendo las corridas al uso?
Los Cuadri despiertan la expectación e interés del aficionado y las llamadas figuras siguen dando pases a las mismas ganaderías.
Cuando fracasan con su toro,lo justifican con:no humillaba,no fue colaborador,no fue agradecido,le faltó nobleza,punteaba la muleta al final del pase,se defendía,no colaboró,se revolvía pronto,aprendió rápido,no se dejó.Con los bobos es al revés.Falta emoción.
24 de mayo del 2,013
Diario:Él País.
Crítico:Antonio Lorca.
Los artistas acaban con la fiesta.
3 Jandilla y 3 Vega Hermosa,mal presentados,mansos,inválidos,tullidos y descastados.Terna:Finito,Morante y Perera.
Parte del artículo.
Si ayer,el público de las Ventas no sé tiró en masa al ruedo y corrió a gorrazos,calle Alcalá arriba,a los toreros,al empresario y al presidente es que un cáncer mortal está irradiado por todos los confines de este espectáculo.
Porque lo visto ayer no tiene nombre; de principio a final,desde que salió el primer toro hasta que se arrastró el último.Todo fue un puro desatino,una verguenza,una lamentable visión de lo que nunca debe ser la fiesta de los toros:animales que proclamaron su ruina revolcándose por el redondel,un tercio de varas inexistente,ausente el toreo,y la conclusión final de que todo aquello era una gran estafa.
Todo sin fanatismo y a derechas.
A leer a Lorca en la hemeroteca de Él País,allí hay verdad sobre la fiesta.Escribe para el nuevo y antiguo aficionado.
Lo que más falta hace hoy.
Gil de O.:
Está claro que nada hay más interesante que el encuentro de un gran toro con un excepcional torero como el que dice usted que pudo presenciar en Granada el viernes pasado.
Pero es evidente que eso no puede y quizás no debe ocurrir todas las tardes. La tónica media de una temporada y de una época, la dan el toro medio de esa época y el torero medio de la misma. El día a día. Mucho más prosaico y cuyas claves son las que rara vez se nos cuentan.
Que ese tono medio se base en el toro y en el torero (No en uno sólo de estos dos elementos) puede ser la clave de una fiesta más ajustada.
Un abrazo
Paolo:
Efectivamente. Si siempre en el toreo la sorpresa ha sido un factor importante, parece que hoy día cuando las cosas están tan "vistas y revistas" es mucho más difícil conseguir sorprender al espectador avezado.
Y eso atañe, como usted acertadamente dice, no sólo al torero de arte sino también al torero que se enfrenta a esos toros siempre complicados pero no tantas veces fieros o encastados como nos cantan.
En esas condiciones, tiene mucho mérito el torero que consigue sorprender al espectador de hoy, como hizo Morante en Córdoba o la cuadrilla de Castaño en Madrid.
Casi un milagro.
Un abrazo
PD: Lo que si está claro es que, hablando de sorpresas, resulta sorprendente la incapacidad, de los públicos en general y de no pocos aficionados en particular, para valorar el enorme mérito de los que se sale del guion. Leáse la faena de Alberto Aguilar con el Escolar, la lidia y el buen momento de Antonio Ferrera, etc....
Josè, totalmente de acuerdo con tu "PD": si ni a esos toreros no se le reconoce lo que merecen (o si se aplaude el segundo Cuadri de Robleño) quien seria capaz de reconocer los gestos de las Figuras de matar esos encastes? Allì estan los de Ponce...olvidados por la gran mayoria. Asì que mucho depende de los ojos con que miramos.
paolo
Dejémonos de demagogias...el público y el "aficionado"sobre todo de madrid no es justo a la hora de enjuiciar las faenas que se les hacen a los toros de las ganaderias denominadas duras solo tenemos que echar la vista atrás unos dias y ver como a Robleño no le hacen ni caso con un toro que se las hace pasar "canutas" con la cara por las nubes y sin el mas mínimo resquicio de obtener lucimiento y pegarle una ovación a este como si hubiera sido bravo...y de la pelea con el caballo ni comentarla...creo que todos la vimos.
Y de Javier Castaño que comentar....despues de lucir al toro(cosa que agradecemos todos)mas de lo que se merecia y posibilitar que su magnífica cuadrilla realizasen unos tercios que quedaran para la historia..no mereciera por parte de la afición venteña ni una pauperrima vuelta al ruedo despues de una faena a base de exponer y extraerle al final los mejores naturales de la tarde...despues de recibir un pitonazo en la nariz que lo dejo KO unos minutos.Merece la pena realmente darle todas las ventajas a un toro para finalmente recoger tan poca recompensa?
¿Se engrandece el toreo?
Y el fraude de hoy en Madrid.¡ja!
Os espero.
¿El toreo se engrandece con Morante?
Hablemos de Madrid y no por la canción de J.Sabina.
Francisco Butler:
Disculpas por el retraso en contestar pero la semana se me ha complicado un poco.
Contestando a su pregunta, creo que -en parte- sí. Creo que hay toros y toreros pues precisamente la lidia consiste en torear en función de las condiciones del toro.
Otra cosa es que no siempre es posible un resultado tan espectacular como el de los dos casos que comentaba en la entrada y en ese supuesto. El aficionado es difícil que se aburra nunca o casi nunca en los toros pero el público es otro cantar.
En cuanto a los medios para llevar a cabo esa revolución creo que es a los aficionados a los que correspondería tirar del carro. El ejemplo francés es inapelable. Son las comisiones de aficionados las que dicen lo que les gusta y lo que no y las que están consiguiendo que en Francia cambien las cosas, lo que no quiere decir que siempre acierten pero, acertados o no, lo importante es la actitud de defensa de lo que creen y lo que quieren.
Deberíamos tomar ejemplo pues aquí somos más críticos pero mucho menos activos.
Un cordial saludo.
Anónimo 2:
Es evidente que las ganaderías toristas despiertan interés entre cierto sector (importante) de la afición. También me parecen evidente las razones por las que las figuras no se apuntan a estas corridas pues prefieren "asegurar" el triunfo con hierros y encastes predecibles tal y como comentaba en la entrada.
Pero cuando las cosas no salen como debieran aquí nadie justifica a nadie. Otra cosa es que el torero está en su legítimo derecho de explicar como ha visto a su toro y, sobre esto, tengo que decir que, en general y en mi opinión, son mucho más objetivos los toreros que los aficionados si bien, es verdad que pueden tener una cierta tendencia a justificarse (lo cual, por otra parte, resulta bastante humano y disculpable).
Con el toro dócil (que a mí no me gusta nada por cierto) es evidente que sólo hay emoción si el torero alcanza cotas muy altas compensando la emoción que le falta o no pone el toro, algo que, desde luego, no es nada fácil.
Un saludo.
Anónimo 3:
Como no vi la corrida (lo que visto lo leído fue una suerte), no puedo opinar sobre si el texto de Lorca se ajusta a la realidad sin fanatismos o exagera un pelín.
Pero como en el toreo siempre ha habido tardes malas ("corrida de expectación, corrida de decepción") sin que, por ello, se hunda el mundo, me inclino por pensar que mi segunda hipótesis es la correcta.
Un saludo.
Anónimo 3:
Como no vi la corrida (lo que visto lo leído fue una suerte), no puedo opinar sobre si el texto de Lorca se ajusta a la realidad sin fanatismos o exagera un pelín.
Pero como en el toreo siempre ha habido tardes malas ("corrida de expectación, corrida de decepción") sin que, por ello, se hunda el mundo, me inclino por pensar que mi segunda hipótesis es la correcta.
Un saludo.
domi:
Estoy de acuerdo con usted en que -en general- ni el público, ni el aficionado y ni siquiera el aficionado madrileño es justo con los toreros que matan las corridas "duras".
Lo de Robleño fue para nota.
Saludos
domi:
Y lo Castaño quizás peor aún.
Parece que eso es lo que hay y lo que quizás explique la razón de que las figuras no quieran estas corridas.
Otro saludo.
Anónimo 4
Evidentemente, no.
El toreo no se engrandece con una mala corrida. Me parece obvio.
También me parece obvio que no todo lo que los aficionados han calificado de "fraude" a lo largo de la historio del toreo merece, en puridad, ese calificativo. No todo.
Saludos.
Anónimo 5:
Evidentemente, sí.
Las grandes faenas, como la de Morante en Córdoba, son las que van creando y tejiendo el entramado del que se nutre nuestra memoria de aficionados pues la malas suelen pasar pronto al olvido (en el mismo momento que vemos una buena corrida). Y esto vale (y mucho) para los diestros de arte, irregulares ellos de siempre.
Y ya puestos a hablar de Madrid, recuerde que "el resto (Córdoba, sin ir más lejos) tambien existe" pues el toreo no acaba en la Villa y Corte, creo.
Saludos.
Desde el respeto a Don José Morente, y de igual manera a Humberto Eco, en el que se apoya para exponer una serie de ideas con cierta ligazón, no exenta de gratuidad,sin tener en cuenta que a tan leído autor -oportuna su época- al que hubiere sido conveniente entrarle en razón de que las modernas culturas de masas, nacen y se desarrollan desde un latido de ideas que a modo de cordón umbilical, las alimentan y mantienen.
No habría de ser menos en esto del Toreo, porqué esas ideas son la correa de transmisión a la nueva masa, su alineación de conductas creativas y el fiel económico en consecuencia. Todo ello, pese al desprecio de los manejadores -taurinos- los qué, al final y a modo de reducción al absurdo, caen en sus denuestos y recaen en su manifiesta ignorancia perversa, para actualizarlas; la mayor parte de las veces tan a "la trágala" que se dice en mi pueblo, que pareciese impuesta, y con el profundo ánimo del deseo de su fracaso para salvaguardar sus oportunismos(monoencaste, afeitado, figurítas de cartón, exclusivas y exclusiones, facultativos de opereta, instituciones serviles, etc).
Y no habría de serlo ya que la memoria histórica (palabro) nos recuerda todo lo que de bueno y útil tiene el pasado para su aplicación presente. Ahí está el latido del aficionado profundo, del que me da la sensación, Don Jose Morente mete erróneamente en el mismo "puchero" qué, a los que denomina "apocalípticos".
Saludos de Gil de O.
Gil de O.:
Como diría mi amigo Tomás Gasset: "Negativo, compañero"
La distinción de Eco entre apocalípticos e integrados en la cultura de masas, me parecía sumamente sugerente para analizar ciertas posturas que se dan frecuentemente entre los espectadores a las corridas de toros.
De una parte, el espectador ocasional que va a los toros de vez en cuando y que, por eso, tiene una visión ingenua de la fiesta (lo que es positivo) pero que carece del menor espíritu crítico ante ella (lo que es bastante negativo). El integrado en la terminología de Umberto Eco.
Y, por otro lado, y en el otro extremo de la balanza, el espectador asiduo cuya visión del toreo de su época es tan negativo que sólo ve o encuentra defectos en ella pues las posibles virtudes que podrían existir se perdieron para él en un pasado que ya nunca volverá. Este es el que hemos llamado aficionado apocalíptico.
Es evidente que, no se agotan en esas posturas extremas, fácilmente identificables hoy día, las distintas formas o modos en los que se puede asistir a las plazas pese a que ambas, la primera por lo numeroso y la segunda por lo estruendoso, sean las más aparentes y llamativas.
Pero como usted apunta, hay muchas más opciones. Y de ellas, no es la de menor importancia la que concede al pasado el valor de referente histórico que debe tener, ni más ni menos, sin que eso implique necesariamente que tengamos que despreciar todo lo actual.
No era, por tanto, ni es mi intención incluir en el grupo de apocalípticos, a este último grupo de aficionados que usted llama "profundos". Aquellos que conociendo bien la historia de la Fiesta saben que está hecha de claroscuros y que no siempre esa historia fue ejemplar y, por ello, son capaces de "distinguir" lo malo pero también todo lo bueno que encierra el toreo de nuestros días.
Un abrazo.
PD: Y no olvidemos tampoco a quienes saben "leer" correctamente el toreo de su época (por ejemplo, los propios toreros) pero que, al desconocer su historia, desconocen algunas de las claves que explican porque hoy estamos donde estamos.
NADA EL MEJOR TORERO ES VICENTE BARRERA SIMO ES UN FIGURA DEL TOREO ES UNA RECARNACION DE MANOLETE ES UN MAESTRO ENTRE MAESTROS GRACIAS POR DEJAR QUE OPINE
Teresa Ferrandis Monzo:
Gracias a usted por leernos y dejar su opinión en este blog
Saludos.
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