Por Fernando Cámara
El Papa Negro entrenando en Madrid, antes de su reaparición, después de la cornada del toro de Trespalacios (Febrero de 1911)
Contestación a una pregunta del aficionado práctico salmantino Alberto Marcos Morante.
Esta es la idea…
Adaptar el cuerpo al toreo adoptando posiciones antinaturales que cuesta mucho mantener por un rato. Posiciones que aparte de acoplar al torero a las alturas que pide el toro, son de una gran expresión.
Para ello es necesario un riguroso entrenamiento manteniendo siempre el hombro de la mano que torea lo mas bajo que te permita el cuerpo, incluso si la muleta tiene que ir alta el hombro no debe subir sino que se flexiona el brazo.
Se debe sentir como las costillas inferiores se encajan sobre la cadera de descarga y se debe iniciar el muletazo descansando el peso de cuerpo en la pierna mas cercana al toro. Progresivamente hay que pasar el peso a la pierna de remate acompañando la embestida del toro siempre dando el pecho a la cara del toro hasta el final.
Cuanto más encajado y mejor vuele la muleta, mejor y más sólido se realiza el muletazo.
Justo 100 años después…José Tomás entrenando en Estepona, antes de su reaparición, tras la cornada de Aguascalientes (Febrero de 2011)
2 comentarios:
Muchísimas gracias, maestro. Soy Alberto y quería entender ciertos conceptos que sin duda me han quedado claros. Ha sido un detalle por su parte esta aclaración y espero daros las gracias tanto a usted como a José algún día en persona.
¡Enhorabuena, matador Fernando!
No hace falta más, con los conceptos y la foto se entiende a la perfección en qué consiste el muletazo que se ejecuta con verdad.
Falta que el público exigija eso a muchos toreros que se alivian de continuo. Pero para eso el público tendría que convertirse en afición.
Un abrazo.
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