Rafael Guerra “Guerrita”. No le dejaron torear en Madrid
Este blog ha recibido por “correo incorpóreo” una curiosa carta del célebre matador Rafael Guerra “Guerrita”. De su lectura resulta que Rafael anda muy enfadado con lo que ocurrió en la Corrida de Beneficencia por el (mal)trato que parte del público madrileño dispensó al diestro Julián López “Juli”, y que parece ha despertado en el diestro de Córdoba viejos recuerdos, quizás por semejanza con situaciones por él vividas.
Este es, pues, el contenido de su carta:
El Texto de la incorpórea carta del Guerra
(Transcribimos el texto completo de la carta del II Califa Cordobés):
A la afición madrileña:
Yo, Rafael Guerra “Guerrita” matador de toros en época de caballos sin peto y cornadas sin penicilina.
Yo, Califa del toreo y Pontífice máximo (Después de mi, “naide”…) que pude con todos los toros y a todos los “atoreé” bien ya que no me aperreó ninguno.
Yo, Rafael Guerra, al que no le importó tener que dejar de torear en Madrid (“En Madrid que toree San Isidro”), pero que al que le sentó como una “patá” en mis partes, lo que esa “afición” hizo con Joselito el Gallo, que fue irreparable, pues el pobre José murió al día siguiente en Talavera.
Yo, Rafael Guerra, a la vista de que lo mío y lo de José ya no tiene arreglo, pero lo de Julián sí, aconsejo a los aficionados de Madrid, que de una puñetera vez, empiecen a valorar el toreo "caro" y “güeno” y a aplaudir al que vale de verdad y no a los cuatro pintamonas que no tienen bragueta ni reaños, pero que hacen “mu” buenas posturitas.
Yo, Rafael Guerra, sabiendo el poco caso que se hará a mis consejos, les digo a todos los aficionados madrileños, incluidos los que no comparten el criterio de los protestantes, pero que callan y consienten:
¡HIJOS MÍOS! ¡NO TENÉIS ARREGLO!
¡LO VUESTRO NO TIENE REMEDIO!
Firmado, respetuosamente
Rafael Guerra “Guerrita”
Comentario de la Razón Incorpórea
Los que vimos la corrida por televisión no acabábamos de entender que es lo que ha motivado el fenomenal enfado del diestro de Córdoba con la afición madrileña.
Es cierto que a Juli se le protestó, pero eso se supone que es normal en Madrid cuando torean figuras. Sobre todo, cuando se pega un espadazo envainado como el que dio.
No obstante, aquello, según nos relatan algunos amigos nuestros que presenciaron en directo la corrida, no fue una protesta normal sino un ataque premeditado al torero, una protesta orquestada.
En el plus ni se vio ni se escuchó. No sé por qué motivo, si por vergüenza ajena o por no romper la imagen mítica que esa cadena ha creado del Tendido 7 madrileño y que su comportamiento del miércoles pasado (y de otros días) echa por tierra.
El caso es que el calibre y el tono desairado de la protesta (que no se vio en televisión, repito) explica sobradamente la reacción del torero de Córdoba, ya que él vivió una situación parecida en sus propias carnes y también conoció lo que ocurrió con Joselito.
Como esas historias (la de Guerrita, la de Joselito,…) están ya casi olvidadas y son menos conocidas, iniciamos aquí una miniserie sobre este tema: El público de Madrid y su actitud con los grandes toreros (con algunos). Serie a la que hemos llamado “En Madrid que toree San Isidro”.
Otra vez más en Madrid, por desgracia, se repite la historia. Esta vez con Julián López “Juli”
El más perjudicado. José Gómez Ortega “Joselito”
(Continuará…)
6 comentarios:
Me parece muy acertada esta entrada tras lo acontecido el día de la Beneficencia. Seguro que entre las intenciones de la misma no está la de herir sensibilidades y si poner de manifiesto que esta actitud no es nueva en la Plaza de Madrid. La historia se repite con toreros de otras épocas de los que hoy nadie duda su grandiosidad.
Por tanto, entiendo que debe tomarse como una crítica constructiva.
Bien está, reconocer que el sector duro de Madrid (concentrado fundamentalmente en el tendido siete, en las últimas décadas), ha tenido un efecto beneficioso sobre la personalidad de la plaza. Qué vayas el día que vayas (llueva, nieve o haga calor) allí están. Pero en estos momentos, su actitud ha degenerado tanto, que su comportamiento roza lo esperpéntico. Pierde su razón de ser, en el mismo momento que pierde el respeto: Al toro, al torero y al “resto de público”.
Cuando el público quiere tener más protagonismo que los verdaderos protagonistas: TORO Y TORERO, se invierte el orden lógico de la fiesta para estar más pendientes de lo que pasa en el fuera del ruedo, que lo que acontece en él. El que quiera protagonismo que baje al ruedo.
Muy mal público deber ser aquel que necesita público.
Yo soy uno de los que ustedes denominan “qué gente más rara ha venido hoy” y también creo encontrarme entre los que a coro llamaban “ignorantes” por valorar la actuación de El Juli. Pero me alegra enormemente, ser “raro e ignorante” porque como aficionado, sentí vergüenza ajena, por tan reprochable actitud.
Se han erigido en “defensores del templo”, únicos poseedores de la verdad absoluta sobre aquello que creen defender: EL TORO Y EL TOREO PURO, y que (creo que) realmente desconocen. No me gustaría pensar que sabiendo lo que están viendo, su actitud es premeditada. Porque eso sería de malas personas.
El toro que se lidia hoy, jamás salió en toda la historia de la tauromaquia. Ese trapío que ustedes tratan de imponer a todo tipo de encastes. Así que para los que aplauden al de la pancarta del “monoencaste”, ¿qué parte de culpa han tenido ustedes en la desaparición de encastes que por su tamaño ya no pueden lidiar en Madrid (coquilla, contreras, Santa Coloma…)?
Todavía están a tiempo de rectificar.
Con el mayor de los respetos de un “raro e ignorante”.
Luis Miguel:
No sé si esta entrada se puede calificar de crítica constructiva o no. Guerrita NO era una persona moderada y le perdían las formas, al contrario que a nosotros. Quizás, por eso, esté bien que por una vez hable alguien más directo, como era el Guerra que además se ganó en su día el derecho a réplica.
Por lo que respecta al objeto de la miniserie está claro. No es la primera vez que esto ocurre. En el caso de Guerrita y Joselito y visto a toro pasado, la actitud del público resultó venal e injustificable. Hoy, estamos viviendo un caso similar de comportamiento del público para el que ya no cabe justificación alguna. Antes había menos información y menos cultura. Hoy, no.
No dudo (aunque sea más que razonable dudarlo) que parte de los aficionados protestantes se muevan por nobles intenciones y convencidos de que actúan en bien de la Fiesta, pero pienso dos cosas:
-Que aunque tuvieran razón (lo que es discutible), la pierden por las formas empleadas. Con lo que los resultados pueden ser contrarios a lo que se pretende.
-En segundo lugar, tanta seguridad y radicalismo en lo que se plantea, en materia tan resbaladiza y compleja como el toreo (que no se puede ni debe simplificar), es en el fondo y para mí, al contrario de lo que se pueda pensar, prueba de desconocimiento en la materia.
Convendría recapacitar sobre todo esto.
Un abrazo
Discrepo bastante en que el toro que se lidia hoy sea el de más seriedad de la historia, en todo caso hay mayor regularidad en cuanto a presentación en las plazas de primera, en otras épocas había mucha más desigualdad, unos días había toros con remate y otros se veían auténticas sardinas que, afortunadamente, ya no se ven con tanta frecuencia en plazas de máximo nivel (en Madrid hemos visto alguna que otra este San Isidro).
Lo del trapío para mi tiene otro significado, a mayor trapío no hay mayor tamaño ni más kilos. Trapío es el toro que se correponde con el prototipo racial del encaste de procedencia, simplemente.
Sobre El Juli. Veo bastante complicado que corte dos orejas en un mismo toro en Madrid (al menos que no se protesten) mientras siga haciendo la suerte de matar tan rematadamente mal. Tengo entendido que los toros se matan con el cuerpo detrás de la espada y no con la espada en paralelo al cuerpo del torero, envasando la espada a cabeza pasada.
Luis Miguel: quieres decir que toda la culpa de la desaparición de encastes la tiene el sector torista del tendido 7 de la plaza de Madrid?? No sé si es a lo que te refieres...
Saludos.
Amigo Vazqueño, no me refiero a que la culpa de la desaparición de encastes sea imputable exclusivamente al tendido 7 de Madrid. Lo que quiero decir es que el público de Madrid ha impuesto un tamaño de toro al que muchos encastes no pueden llegar.
Así que entiendo que parte de culpa del "monoencaste" la puede tener el aficionado.Si un ganadero quiere lidiar en Madrid, lo más fácil es recurrir a un encaste que quieran los toreros y tenga un trapio suficiente para pasar el reconocimiento (gusto de los aficionados). Por tanto, no siempre hay que buscar los culpables en los toreros y ganderos.
Si queremos variedad de encastaste lo primero que tenemos que estar dispuestos es a admitir tamaños que hoy en día, al menos en Madrid no se admiten, máxime si torean figuras.
Espero que este comentario resuelva su duda.
Un saludo.
Entiendo lo que usted quiere decir pero no lo comparto.
Las razones por las que muchos encastes se encuentran seriamente amenazados se debe a multitud de factores que darían para escribir un libro, sobre esto hay varias teorías y todas tendrán su parte de razón. Todo empezó a partir de la camada del año 73...
Los aficionados saben cómo son las hechuras de un coquilla o de un contreras, no creo que sean ellos los que pidan kilos y pitones.
Saludos.
Amigos Luis Miguel y Vazqueño:
Interesante el debate planteado sobre las causas de la desaparición de algunos de estos encastes de las plazas de toroa. Sobre todo, de las plazas de primera.
Creo que puede ser procedente algunas entradas del blog dedicadas a este tema y que hablemos de los encastes y de su evolución pasada y futura
Un abrazo para ambos
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