domingo, 25 de noviembre de 2018

La Resistencia Catalana y Bombita

Por Jose Morente


La Monumental de Barcelona, aquella que inauguró Joselito el Gallo en 1916, permanece hoy lamentablemente cerrada por la intolerancia de los intolerantes.
Si Joselito levantará la cabeza no daría crédito a sus ojos pues la Barcelona que el conoció -europea, culta, librepensadora- ha pasado hoy a la historia.

Nada menos que tres plazas de toros abiertas al mismo tiempo tenía la ciudad de Cerdá hace 100 años. Tenía, además, una cualificada afición al flamenco. Puede que, para algunos, sean cuestiones menores (aunque lo dudo porque estamos hablando de nuestras libertades individuales, de nuestro derecho a la cultura) pero lo cierto es que hace cien años, en una época políticamente tan convulsa como la de hoy, los otros temas (los toros, el flamenco) quedaban al margen de esas controversias y a nadie - ni a la izquierda, ni a la derecha- se le ocurría intentar prohibirlos.

Hoy sí, hoy los prohibidores de lo que a ellos no les gusta proliferan por doquier, igual que los calçots en enero. Mal asunto. Mal asunto para la cultura y, sobre todo, mal asunto para nosotros, amantes de los toros, del flamenco y de la libertad. De la libertad de elegir lo que nos gusta.

El caso es que, aunque prohibidos los toros en Cataluña, todavía nadie ha conseguido que se prohíba hablar de toros y, aunque no hay que impacientarse pues ya lo han intentado y todo se andará (Los liberticidas son insaciables), a eso, a hablar de toros es a lo que se dedican los aficionados catalanes. Resistentes en tiempos de prohibiciones, forman, lo que yo llamo, la resistencia taurina catalana. Ya que no hay toros, nada mejor que pasar el año hablando de toros en Barcelona.

Por eso, para hablar de toros, en una feria de otoño que ya va por su edición número 36, es a lo que me ha invitado la Casa de Madrid en Barcelona, a propuesta de mi amigo Nicolás Sampedro Arrubla y con la venia del moderador, don Fernando del Arco de Izco, manoletista número uno del manoletismo mundial. 

Resulta que, muy cerca de Barcelona, concretamente en Santa Coloma de Cervelló está enterrado un torero histórico, Nada más y nada menos que el diestro de Tomares, Ricardo Torres Reina "Bombita". Aquel que, junto a Machaquito, llenó el interregno que va de Guerrita a Joselito el Gallo. Dos diestros, Bomba y Machaco, si no cimeros, si de probado pundonor y entrega. Fue, por ello, época importante pero menor pues los ganaderos sacudidos del yugo del Guerra empezaron a enviar a las plazas uno de los toros de mayor tamaño, edad y presencia de la historia (para hacernos una idea, al estilo del mastodóntico toro de hoy). Suerte que Joselito y Belmonte achicaron el toro y pusieron las cosas en su sitio...

Bombita visita a Machaquito convaleciente. Ambos diestros sufrieron numerosas cogidas durante su carrera (Nuevo Mundo del 29-10-1908)
Nicolás Sampedro se le ocurrió que, aprovechando mi viaje, no estaría de más acercarnos a visitar la tumba de Bombita para rendirle sentido homenaje (el gallismo todavía está en deuda con el pundonoroso diestro). Rápidamente se nos unió un grupo de buenos y entusiastas aficionados.

El caso es que Bombita se había casado en 1919 con María Regordosa Jover, heredera de un rico industrial catalán. La pareja se había conocido en 1905 cuando el torero le brindó un toro en la feria de Sevilla pero por la oposición paterna no pudieron unirse hasta pasado un buen tiempo. La pena fue que ella murió al año de casarse tras el parto de su único hijo y Ricardo se volvió a Sevilla aunque juró respetar su memoria por lo que nunca volvió a casarse. Además, pidió que a su muerte lo enterraran junto a ella, en el Panteón familiar, donde hoy reposan los restos de ambos. 




En el Panteón de la familia Regordosa en Santa Coloma de Cervelló, con algunos miembros de la "resistencia taurina" catalana. Allí están enterrados Bombita, su esposa, María Regordosa Jover y su hijo Ricardo Torres Regordosa.
En el Panteón, delante de su tumba, recordamos al torero, sus anécdotas y sus peripecias taurinas. Su dura lucha con su amigo y competidor Machaquito, con el emergente y arrollador Joselito, con los toros y con los públicos (puestos en contra de la pareja por el pleito de los Miuras). Dura época, sin antibióticos y sin penicilina, que Bombita sobrellevó con su sempiterna sonrisa.



De lo que se mencionó allí, merece mención especial el recuerdo a su famoso "quiebro de rodillas". Lance que se debe, en realidad, a Fernando el Gallo y que luego practicaron otros toreros como sus hijos Rafael José y algunos otros. Uno de los que más destacó en ese quiebro fue, probablemente, el sevillano Ricardo Torres "Bombita".

Ricardo Torres "Bombita" dando el "cambio de rodillas" en Alicante, el 16 de marzo de 1912. El vuelo del capote semeja una flor grana y oro, concretamente y según el poeta Gerardo Diego, una peonía.
Por eso, ante su tumba, recordamos los versos que Gerardo Diego dedicó, a esta suerte y a este diestro, en su libro "La suerte o la muerte". Un poema que leímos ante la tumba del torero:

Quiebro de rodillas
(Recuerdo de "Bombita")

Queda en el ruedo y se mece
-oro y grana- una peonía.
(Da tiempo para que rece
Angustias su avemaría.)
Prendido por punta y cuello
el pétalo, se hinche al resuello
que el quiebro cruza y evita.
Pasó rozando la mole
y al estampido del ole
sonríe frágil "Bombita".

El cambio de rodillas (del que, en octubre de 2012 publicamos un extenso artículo que puede leerse aquí) no tiene nada que ver con la larga cambiada afarolada de rodillas aunque muchos las confunden, como Andrés Amorós en su, por otra parte, magnífica edición comentada del libro de Gerardo Diego (Editorial Biblioteca Nueva, 1999).

Si, desde el punto de vista técnico, Amorós yerra, no lo hace al analizar la poética de este poema pues nos aclara y explica las analogías que utiliza el poeta santanderino en el poema dedicado al quiebro de rodillas de Bombita. Copiamos el texto de Amorós.
"En esta décima, la punta del capote es una flor roja, una peonía. El tiempo se hace larguísimo mientras se espera que se arranque el toro. Cuando lo hace, el pétalo de la flor, lo conduce, se consuma la suerte y sonríe, frágil, Bombita, con su cara de niño feliz". 

La peonía roja con pistilos amarillos tiene un claro parecido en sus colores con el capote de los toreros.
Tenemos pues un cambio de rodillas y al hilo poético de ese cambio, una flor y una sonrisa. La flor, cual capote grana y oro, es la peonía . La sonrisa, la de Bombita, el torero de la sonrisa permanente. 

Bombita. El torero de la sonrisa permanente.

Una sonrisa que se convirtió en proverbial pues, incluso, sonreía cuando cogido lo llevaban, tantas y tantas tardes, camino de la enfermería.

Bombita en San Sebastián, en septiembre de 1913, mientras le arreglan la taleguilla tras una cogida. El diestro de Tomares mantiene su sempiterna sonrisa (ABC).
Después de recordar su memoria, dimos por finalizada nuestra visita con una sentida ovación que resonó magnífica en la magnífica acústica del Panteón de la familia Regordosa y con el grito espontáneo de "¡Vivan los buenos toreros!" en homenaje a Bombita, el torero que descansa en una tierra donde hoy están prohibidos los toros.


Nota de LRI: Este artículo está dedicado a nuestro buen amigo Nicolás Sampedro Arrubia y, por extensión, a los miembros del recién nacido "Círculo Memoria de Bombita" y, en general, a todos esos buenos aficionados (Fernando, Albert, Carles, Ernesto, Marta, Carlos, Werner, Gerard, Lola, Cuco, José Luis, Elena, Vicente, Abelardo y un largo etcétera) que tan bien y con tanto cariño nos han acogido estos días en nuestro periplo por esas tierras catalanas de tan arraigada tradición taurina. Una tradición taurina hoy rota, por desgracia, por mor de la intolerancia de los intolerantes.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Un articulo precioso.Gracias por vuestra visita y vuestras explicaciones.cuatro politicos quiza incultos nos han prohibido las corridas de toros en barcelona, pero no conseguiran nunca prohibirnos hablar de ellos.un cariñoso saludo!! Marta

Jose Morente dijo...

Marta:

Gracias por tu comentario. Puede que yo sea un iluso pero -parafraseando a Labordeta- me atrevería a decir que:

¡Habrá un día que todos
al levantar la vista
nos veremos en la plaza
llamada Monumental!

Y -añado yo- para ver una corrida de toros como siempre ha sido y siempre tendría que ser.

Un fuerte abrazo

Unknown dijo...

Y otro grande decia: la vida es sueño, y los sueños, sueños son...por que no soñar entonces el poder volver a nuestra amada monumental algun dia??? Dicen que la esperanza es lo ultimo que se pierde, no??? Un abrazo!!Marta

Unknown dijo...

José ha sido un verdadero placer conoceros a ti y a Ester. Hemos aprendido un montón de tu sabiduría torera. Tenéis unos amigos en Barcelona. Lula u Cuco.

joan dijo...

Don José.

No pude ir a su charla, pero me han hablado muy bien de ella. No esperaba menos de ud. y así se la recomendé a todos los aficionados que pude. Espero que no haya convencido a muchos...

Por cierto, su visita a la tumba de Bombita es todo un detalle viniendo de un Gallista como usted. Seguro que sabe (esos aficionados que le acompañaron seguro que se lo comentaron) que queda algo de la casa y la finca que tenía Bombita en el municipio de Montcada i Reixac, dónde se casó el torero con la "pubilla" de la rica familia Regodorosa. Y donde, dicen, tenía pensado Bombita afincarse e incluso tener una ganadería.

En fin. Me alegro que su visita a las tierras catalanas le haya sido grata.

Un saludo.

joan

Anónimo dijo...

curiosamente conozco a su nieta, María Torres, aficionada al caballo y la caza, enhorabuena, por este artículo de investigación, desconocido, abrazo

Manuel vazquez