Impresionante foto de un impresionante Pablo Romero (Fotografía de JUAN PELEGRÍN publicada en el blog Toro, torero y afición
Nos gustan tanto los toros Pablo Romero que nos cuesta aceptar que unos toros tan bellos, tan bonitos, tan históricos, puedan tener un comportamiento tan malo en el ruedo.
Ya no se trata de analizar y buscar matices pues la corrida no los dio. La corrida de ayer, no dio nada a nadie.
Pero, como nos cuesta aceptar que unos toros tan bonitos no den juego, buscamos culpables. Buscamos responsables del mal juego de los toros.
Primero, los toreros. Una terna a la que se le reprocha y achaca el mal juego de los toros. Un mal juego del que, sin embargo, no son responsables. Los más avispados hablan de la vieja lidia que se les debía haber hecho a esos toros. Una lidia que ni ellos ni nosotros (que conste) nunca hemos visto. No hay tal, en este caso. La vieja lidia estaba pensada para el toro fiero y con sentido en el que tiene sentido pelearse sobre las piernas. En los toros descastados y huidos eso no procede y lo único que tiene sentido en ir detrás de ellos hasta conseguir cazarlos.
Si la culpa no la tienen los toros ni los toreros habrá que matar al mensajero que, en este caso, son los comentaristas del plus. Los cuales se limitaron a poner en evidencia lo malos que salieron los toros pero que (eso también es cierto) se metieron en el innecesario berenjenal de valorar encastes. Un tema muy delicado y que levanta demasiadas susceptibilidades. Sus opiniones se vieron gravadas (y agravadas) por la inmediatez de la retransmisión en directo y el calentón de lo malos que salieron los toros. Algo que no ayuda al juicio sereno.
Este tema de la diversidad de encastes es un arma de doble filo o, quizás mejor dicho, de doble rasero o doble moral. Y es que, hoy, con los encastes minoritarios, es muy difícil poder opinar con objetividad.
En estos encastes, si los toros salen buenos y llevan premio (que salen buenos y llevan premio bastantes veces aunque los de la cuerda contraria no se lo crean) miel sobre hojuelas. Pero si salen malos, como salieron ayer los toros de Pablo Romero, decirlo (decir que fueron malos) no se admite porque eso atenta contra la fragilidad de esos encastes.
A todas luces, es una trampa verbal.
Por eso, en estas ocasiones, añoro los buenos viejos tiempos (siglo XIX) y añoro a los buenos viejos revisteros que no tenían empacho en llamar a las cosa por su nombre. En llamar bueyes a los bueyes. Que es lo que fueron los toros de ayer (pese a su encaste). Una corrida de bueyes.
Pero ¿y qué importa? De corridas malas está llena la historia del toreo. Lo malo es no decirlo ni reconocerlo.
Eso es lo malo de esta historia que nos acostumbramos a engañar a los demás y a engañarnos a nosotros mismos.
Todo porque nos gustan tanto, tanto, los bellos toros de Pablo Romero.
Postdata para los íntimos (que diría Barquerito)
De Pablo Romero (toreaba don Antonio Bienvenida) fue una de las primeras corridas de mi vida de aficionado. En Málaga, era una ganadería emblemática y estrella. Llevo por tanto al toro de Pablo Romero inscrito en mi código genético de aficionado a los toros. Tanto que me emociono con solo oír el nombre de esa ganadería (por eso no me gusta llamarla Partido de Resina). Pero la corrida de ayer fue mala sin paliativos y no me gusta que se le busquen excusas intencionadas.
Si se quiere ayudar a ese ganadero y a esa ganadería, que contraten sus toros (como propone Javier Hernández) las empresas de Algeciras, Granada, etc... Plazas para las que seguro tendrá toros aptos y de sobra y donde la cosa puede empezar a funcionar.
6 comentarios:
Una pena lo de ayer, porque parecia que se empezaban a ver los frutos de estos largos años de trabajo y salimos un poco (bastante) decepcionados por su juego...seguiremos esperando y viendo la evolución a lo largo de la temporada, Malaga puede ser un punto de inflexión ya que hay reseñada una corrida para su feria de agosto, estaremos atentos. Saludos.
Estos que ven los toros por la TV y se creen que han visto la corrida...
¡Ay, Señor!
Fdo: Luis.
Hoy Andrés Roca Rey toma posesión de un Pablo Romero y se lleva la primera oreja con el primer toro. No basta con el toro sino se tiene al torero!
domi:
En efecto, habrá que esperar a Málaga y desear que la ganadería repunte
Un abrazo
Luis:
Es cierto que la reacción del público no se perciben plenamente en televisión (sobre todo si manipulan el sonido ambiente) pero el comportamiento del toro y el trabajo del torero si que se pueden apreciar perfectamente. Siempre que se sepa ver, claro.
No es malo ver toros por TV o Internet. Lo malo es ver los toros en la plaza y no enterarse de lo que ocurre en el ruedo.
Un saludo
Jos Castro:
Efectivamente, el toreo es cosa de dos.
Un saludo
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