martes, 8 de agosto de 2023

¡Que nombres aquellos!

Por Jose Morente

Diego Prieto Cuatrodedos y su cuadrilla. A saber, de izquierda a derecha: Zocato, Saleri, Morenito, Bienvenida y Blanquito.

En 1890, la imprenta de Diego Pacheco, situada en la emblemática y madrileña Plaza del Dos de Mayo, número 5, publicaba la obra "la Tauromanía", subtitulada "poema bufo-épico-avinagrado (en octavas republicanas-vulgo antirreales)" y firmado con seudónimo por "Perico de los Palotes".

Aunque su calidad literaria es discutible, los nombres de los diestros citados son sugerentes y evocadores (eufónicos y melifluos, dice el autor). Vaya arte.


La Tauromanía (Fragmento)

Los nombres de los diestros, pronunciados
Con amor, con respeto y con delicia,
Ojos y lenguas ponen exaltados
Á muchos, y aun á muchas, con justicia.
Y les hay que daríanse por pagados,
Á cambio de la más alta franquicia,
Por poder ostentar, de cualquier modo,
Del último torero el lindo apodo.


Qué nombres tan gallardos, tan bonitos.
Eufónicos, melifluos, dulces, ledos!...
Lagartijo, Frascuelo, ambos Gallitos,
Caraancha, el Currinche, Cuatrodedos,
Canales, Bocanegra, el Chuchi, Ojitos;
Otro tal á quien llaman Veintiundedos,
Y que pregona á gritos el descuido
Que al digital reparto ha presidido;

Badila, el Tiri, el Largo y el Manchao;
Manitas, Negri, Varillas, el Pelón;
El Charpa, el Zoca, el Grapo y el Gangao;
El Punteret, el Chato y el Hostión;
Agujetas, Melones, el Mellao,
Chicorro, Tragábalas, el Hurón];
El Culebra, el Cangrena y el Potrilla;
Matacán, el Califa, el Coca, Armilla;


Morondo, el Ciudadano, la Santera;
Quico, Gos, Antoñeja, el Herradito;
Lechuga, Bienvenida, la Pasera;
Gaceta, el Barbi, Fatigas, el Corito;
El Manene, Minuto, el Carretera ;
Colita, el Pulga, el Curro y el Currito;
Lagartija (44j, Juaneca, el Honorato,
El Boquüa, Veneno, el Gordo, el Tato...

Pero si los nombres son llamativos, sus figuras, vestidos de corto o con el traje de torear de la época, lo son aún más.

Vamos a sumergirnos en el siglo XIX viendo estas estampas tan toreras y pronunciando con unción y respeto el nombre de esos toreros de otras épocas.

Rafael Molina (a) Lagartijo

Salvador Sánchez (a) Frascuelo

Fernando Gómez (a) el Gallo, Manuel García (a) el Espartero y Currito

Diego Prieto (a) Cuatrodedos

Manuel Fuentes (a) Bocanegra

Saturnino Frutos (a) Ojitos

José Bayard (a) Badila


Manuel Mejías Luján (a) Bienvenida I

(a) Manene


El Pulga

Antonio Carmona (a) Gordito

Antonio Sanchez (a) Tato


sábado, 5 de agosto de 2023

Victorino Martín García

(Texto de Jose Morente, leído en los Jardines del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Málaga la noche del 3 de agosto para la Presentación de Victorino Martín García, Pregonero de la Feria Taurina de Málaga de 2023)

Victorino Martín García (Foto: Maurice Berho)

Si todos los elementos de la fiesta (Toro, torero y público) son importantes, está claro que el toro es el elemento fundamental

El toro de la carretera

El toro bravo, aunque animal es un producto artificial, fruto de una selección lenta y cuyos resultados tardan años en verse. El ganadero tiene que conseguir un toro bravo para el gusto de cada época, mezclando diferentes ingredientes a veces contrapuestos. La humillación, la fijeza, la entrega, la nobleza, la casta, la repetición, la duración, etc. Un conjunto al que llamamos bravura. Es una labor compleja fiada a las leyes de la herencia, a las leyes de Mendel que, en tocante a comportamiento, están lejos de las matemáticas. Por eso los ganaderos son verdaderos "alquimistas de la bravura".


Ganaderos míticos

Entre los ganaderos, hay nombres míticos que ya son historia. Recordemos algunos de ellos. 

Carriquiri, el de toros navarros, pequeños y picantes como guindillas 

Nazario Carriquiri (Cuadro del Museo del Romanticismo de Madrid)
"Si te llegara a coger/un toro de don Nazario/ de poco te iban a valer/médico ni boticario!)

El conde de Vistahermosa, el ganadero de la ganadería madre de todas las ganaderías.

El palacio de los Condes de Vistahermosa, actual sede del Ayuntamiento de Utrera (Fuente: Wikipedia)

La viuda de Concha y Sierra, doña Celsa Fontfrede, una de las Suripantas, ante cuya casa sevillana se descubría al pasar Juan Belmonte, en homenaje a ese toro que le echó en Madrid y que le permitió pegarle un baño a Joselito y a Gaona

Celsa Fontfrede en una foto de juventud poco conocida. Llegó a Sevilla como "bicycle ryder" junto a Natalia Brambatti. Celsa se casó con Fernando de la Concha y Sierra, de quien enviudó, pero fue amante del Espartero (Foto: Tierras Taurinas Opus 24)

Pablo Romero, ganadería tan querida en Málaga y cuyo ganadero, don Felipe Pablo-Romero y Llorente, trataba a Gallito como un hijo... ¡hasta el día que le dijo que quería casarse con su hija Guadalupe!

Felipe de Pablo-Romero Llorente, el ganadero de los toros más guapos (después del cruce con Saltillo, claro) 

Miura, con 175 años de historia y leyenda... en manos siempre de la misma familia

Don Eduardo Miura Fernandez, el ganadero de las patillas (Fotografía publicada en Nuevo Mundo

El Conde la Corte (o debería decir mejor el marqués de Tamarón), la ganadería simiente de tantas ganaderías.

Manuel Mora-Figueroa, tan aficionado como su hermano Ramón Mora-Figueroa (VII Marqués de Tamarón y creador del encaste que es hoy, vía Conde la Corte-Juan Pedro, universal) banderillea en la Maestranza junto a Manolete (Fuente; El Ruedo). 

Saltillo

Hablando de simientes, hay una ganadería del siglo XIX que tiene una relevancia especial en la historia de la Fiesta. Es la ganadería del Marqués de Saltillo quien la fundó en 1854. Ganadería de toros bravos, aunque criticada por los radicales de la época por ser la preferida de Guerrita (las monas de Saltillo decían los integristas de entonces). 

Antonio Rueda y Quintanilla. Marqués de Saltillo y fundador de la ganadería (Fuente: Tierras Taurinas. Opus 2)

Un detalle de bravura: En época de caballos sin peto, cuando era dificil picarlos, de los toros de Saltillo se decía que se venían arriba cuando la sangre les llegaba a la pezuña.

Otro detalle de bravura: Esa embestida al paso y humillando, tan característica del toro mexicano, y que viene de las vacas de Saltillo que Bombita llevó a México.

A principios de siglo, el conde de Santa Coloma, cansado de la excesiva nobleza de sus toros, decide cruzar sus reses ibarreñas (bravas, nobles y galopadoras) con toros de Saltillo. Como se suele decir se le fue la mano. La mezcla fue tan explosiva que Santa Coloma le endosó la parte más picante de su ganadería, la más asaltillada, a su hermano el marqués de Albaserrada (No confundir con el actual Albaserrada, ganaderia de encaste bien diferente). Un toro del marqués, Barrenero, el día del debut de la ganadería en Madrid (1919), fue causa de una gran debacle de Gaona y de su posterior retirada de los ruedos españoles.

En el centro sentado, el Conde de Santa Coloma, a la izquierda, el Marqués de Albaserrada, junto a dos de sus hermanos (Fuente: Tierras Taurinas. Opus 3)

El caso es que tras varias vicisitudes y varias manos (Jose Bueno-Juliana Calvo-sus sobrinos los herederos de Escudero Calvo), a principios de los 60 y con la ganadería totalmente perdida y desperdigada, pero siempre con un importante fondo de casta latente, la va a ir comprando por lotes o hatos Victorino Martín Andrés quien, con no pocos esfuerzos, consigue reflotarla y colocarla en primera línea. 

Victorino Martín Andrés (Fuente: web de la ganadería)

No voy a contar su historia que todos conocemos, pero tal es su importancia en la Fiesta que el nombre de Victorino Martín Andrés y su ganadería (los Victorinos) puede ponerse a la altura y parangonarse con cualquiera de las ganaderías míticas que hemos nombrado antes.

Victorino Martín Andrés, ganadero mítico, junto al mayoral de la ganadería, y los toreros (Ruiz Miguel, Esplá y Palomar) da la vuelta al ruedo de las Ventas en la corrida del siglo (Fuente: Página web de la ganaderia)

Victorino Martín García

Victorino Martín García, nuestro pregonero, nace en Madrid en 1961, hijo del ganadero Victorino Martín Andrés. Desde muy temprana edad (10 años), decide hacerse torero debutando como becerrista en septiembre de 1978 en un festival celebrado en Alcaraz (Albacete). En el 82 debuta como novillero en Logroño, con novillos de Hernández Pla. Y con picadores en Nimes, en abril de 1983, con reses de José Luis Sánchez junto al portugués Tino Lopes y Luis Miguel Campuzano. Torea ocho novilladas en las dos temporadas siguientes, entre ellas un festejo dentro de la Feria de Fallas de Valencia (Cebada Gago) y Castellón (Cortijoliva). Se retira en Calahorra con Jaime Malaver y Gallito de Alfaro. y novillos de Camaligera.

Victorino Martín García, noviellero (Fuente: web de la ganadería)

Estudiante de Veterinaria en la Complutense de Madrid, se licencia en 1987, y trabaja como veterinario interino de la Consejería de Sanidad de la Junta de Extremadura hasta 1993.

Fue en esa época cuando inicia su faceta como ganadero de toros bravos en la ganadería familiar, ayudando a su padre al que consideraba, según sus propias palabras "maestro, espejo y referente"

Victorino, padre e hijo, en las Tiesas (Fuente: web de la ganadería)

Tras la muerte en 2017 del fundador del hierro, Victorino hijo asumirá la dirección de la ganadería junto a sus hijas Pilar y Miriam, regentándola hasta la actualidad.

Ese mismo año 2017 asumió la presidencia de la Fundación del Toro de Lidia, compareciendo en la Comisión de Cultura y Deportes del Senado donde explicó de manera brillante las nefastas consecuencias del animalismo en la cultura occidental.

Victorino Martín en el Senado (Fuente: Aplausos)

Polifacético ha sido también autor de un libro sobre su ganadería y apoderado de algunos diestros, como José Tomás (conjuntamente con Antonio Corbacho), Miguel Abellán o el colombiano y amigo Luis Bolívar.

Victorino por Victorino (Espasa Calpe)

Victorino hijo, un ganadero excepcional

Por lo que respecta a su papel como ganadero, tras la muerte de su padre muchos agoreros presagiaban el fracaso y decadencia de los “Victorinos”. Nada más lejos de la realidad pues gracias a su buen hacer y su criterio ganadero su ganadería está en alza

Sin ir más lejos, este mismo año en Sevilla un excepcional toro suyo, Patatero, de embestida mexicana al ralentí, permitió a Manolo Escribano, demostrar su capacidad y su valor (hay que tener mucho valor para no dudar cuando el toro pasa tan despacio que parece que se va a parar -o que se para como hizo Patatero- y seguir el muletazo). Por cierto, Escribano fue quien indultó también en Sevilla en 2016 al famoso Cobradiezmos, padre de una larga camada de toros bravos, Patatero incluido (émulo por tanto de aquel histórico Diano de Ibarra que hizo la ganadería de Vicente Martínez) y al que Escribano lució con sapiencia y conocimiento. 

Escribano y Cobradiezmos

Para el que guste, no la alimaña (¡Vade retro, satanás!) sino el toro bravo y muy encastado, ahí tiene la corrida de Madrid de este año. Una corrida para toreros valientes y entregados, Emilio de Justo y Ureña lo fueron. Una corrida para esa épica tan del gusto de la plaza madrileña.

Paco Ureña en Madrid ante un toro de Victorino. Una tarde para la épica (Fuente Mundotoro)
Se trata por tanto de una ganadería con abanico excepcional que va desde el toro bravo, pero nobilísimo hasta el toro bravo, pero encastadísimo. Esa es la ganadería de nuestro pregonero.

Por todo ello, es para mí un verdadero placer y un honor presentarles esta noche a don Victorino Martín García, hijo de un ganadero mítico y el mismo excepcional ganadero de toros bravos (… ¡pero bravos de verdad!) y, esta noche, pregonero de nuestra feria taurina de Málaga de 2023. 

Don Victorino, tiene usted la palabra

Victorino Martín García, pregonero de la feria taurina de Málaga de 2023

Nota final: El Pregón taurino de la Feria de Málaga va ya por su edición XXIX gracias al tesón, esfuerzo y trabajo de Juan Manuel Pozo Torres, con quien los aficionados a los toros estaremos siempre en deuda. Quede aquí constancia pública.

No

domingo, 25 de junio de 2023

Suertes en desuso (IX) Sacando la espada con una banderilla

 Por Jose Morente

23 de julio de 1911. Primera corrida de la feria de Santander. Vicente Pastor sacando el estoque con una banderilla (Fotografía publicada en Arte Taurino el 2 de agosto)

Hoy es muy frecuente a la hora de descabellar, sacar antes la espada del cuerpo del toro ayudándose con la cruceta del estoque de descabellar.

Algo que era imposible antes de la guerra civil cuando aún no se había inventado el verduguillo y se descabellaba con el mismo estoque de matar sin cruceta, lo que ocasionaba situaciones de riesgo con peligro para toreros y espectadores por la facilidad con la que las espadas salían disparadas al tendido.


San Sebastián. Belmonte descabellando con el estoque normal ante la atenta mirada de Joselito el Gallo.
Para sacar el estoque del cuerpo del toro con la mano había que exponer en exceso. Por eso, los matadores antiguos utilizaban una banderilla como ayuda para esa extracción. Como veíamos hacer a Vicente Pastor en la curiosa imagen que abre esta entrada.

Eso ocurría en Santander el día 23 de julio de 1911. Poco días después. el 27, Pastor repetía esa suerte en Valencia y con toros de Miura.

Valencia. 27.07.1911. Pastor intenta sacar el estoque del cuerpo del miura con la banderilla que lleva en la mano derecha (Fotografía publicada en Arte Taurino el 2 de agosto)
La reseña de la corrida publicada en Arte Taurino lo contaba así:



Y, otra vez lo intentaba tres días despúes, el 30, en Santander con otro toro de Miura. Era la tercera de abono y esta vez, Pastor tuvo la mala fortuna que al intentar quitarle una banderilla para sacar el estoque con ella, el miura alargó el pescuezo y le lanzó un pitonazo que, resbalando por el pecho, fue a entrar por la garganta del torero de Embajadores. Pastor empezó a sangrar por el cuello lo que causó la lógica alarma del público al creer que el toro lo había degollado



Secuencia de la cogida. Pastor esperando la muerte del 5º toro de Miura de la corrida del 30 de julio en Santander; el momento de la cogida -tras llevar el toro a las tablas- cuando intentaba coger una banderilla para sacar el estoque (Fotografías publicadas en Nuevo Mundo el 3 de agosto) y el diestro cuando era retirado en brazos de las asistencias (Fotografía publicada en la Actualidad de Barcelona el día 8)
Aunque muy aparatosa pues el pitón entró por la regíon submaxilar inferior, saliendo por la boca y hubo abundante hemorragia, las consecuencias no fueron graves y, aunque en Madrid se pensó que la cornada había sido mortal, Pastor pudo volver a torear pocos días después, reapareciendo en Alicante el día 11 con toros de Veragua.

La cornada de Pastor fue por su trayectoria muy similar a la sufrida por el diestro Julio Aparicio en Madrid el 21 de mayo de 2010. Habían pasado 99 años.
Como la cornada de Santander era el bautismo de sangre de Vicente, hubo aficionados que pensaron que después de esa cogida Pastor no volvería a ser el mismo. Craso error pues el valor del torero de Madrid no decayó un ápice tras lo de Santander. Al contrario en una interesante entrevista realizada durante su convalecencia Pastor se quejaba, no de la cogida o sus consecuencias, sino de los gastos que se ocasionaban (médicos. farmacia, hotel y hasta los telegramas para tranquilizar a sus partidarios). A lo que había que añadir (¡ruina!) la cuenta del sastre pues al desgarrón de la piel solía acompañar el desgarrón del traje.

El consuelo es que, como decían los médicos e ironizaba Pastor, las heridas de asta de toro son dolorosas pero fáciles de curar.

¿Fáciles? Desde luego los toreros -de ayer o de hoy- están hechos de otra pasta,

Pastor tras la cogida de Santander convaleciendo en la habitación de su hotel y contestando a los telegramas de sus partidarios y amigos (Fotografía publicada en Nuevo Mundo, el 3 de agosto de 1911)

lunes, 12 de junio de 2023

Los que tiran la piedra...

 Por Jose Morente


(Sin comentarios)





Como lo de ayer no es nuevo, no me sorprendió lo más mínimo que el público de las Ventas se volviera de manera unánime contra los reventadores amargados que, por desgracia, son legión minoritaria, pero legión, de esta plaza.

Lo que le hicieron a Roca Rey lo llevan haciendo desde hace muchos años contra las figuras. Madrid tiene sus "consentidos", pero también tiene sus inquinas. Inquinas históricas que, en épocas pretéritas se desataron contra Cúchares, el Gordito, Lagartijo, Frascuelo, Guerrita, Joselito el Gallo, Luis Miguel Dominguín y tantos otros, recientemente contra el Juli. Lo dicho, los mejores.

No es nuevo y no sorprende. Lo que sin embargo, si sorprende, es esta nueva moda, de hace unos cuantos años a la fecha, de "reventar" las faenas mientras se torea. De protestar la colocación diestro. De vociferar en los cites de muleta cuando el toro se para. O de tocar las palmas de tango tras una tanda o una estocada. Solo porque a ellos y solo a ellos no les gusta una forma -legítima- de torear. Una guerra ideológica de quienes demuestran tarde a tarde y toro a toro saber muy poco, o nada, de toros.

Cuando llegué a Madrid a estudiar a mediados de los 70, no existía el 7 sino la Andanada del 8. Unos simpáticos (simpáticos visto lo de hoy día) protestantes que se limitaban a corear algunas frases hechas (como "a picar, a picar", "a tu sitio") sobre todo durante la suerte de varas y a protestar cojeras de toros,  pero cuya interferencia en las faenas de muleta era mínima. Eso sí, se protestaban entonces las malas estocadas (por colocación; que por ejecución nadie echaba ni echa cuentas) y también se protestaban (en las vueltas al ruedo y haciendo gestos negativos con el índice de la mano derecha) las orejas que no se consideraban merecidas. Mientras la prensa "independiente" (esto de independiente hay que ponerlo entre comillas) alentaba y jaleaba estos incívos comportamientos con el peregrino argumento de que siempre había habido broncas en los toros.

Como Madrid es una plaza muy barata, algunos descubrieron que el 7 (tendido de sol pegadito al 8) era una muy buena localidad para hacerse escuchar. La llegada del Canal+ no hizo sino darles vuelos a algunos de esos personajes que, como Molés los sacaba en televisión, empezaron a hacerse famosos (¡Y a quien no le gusta la fama!). Así en vez de conocer el nombre de banderilleros y picadores empezamos a conocer al Lupas, al Brillantina, al Ensabanao, al Rosco, al japonés del 7 y a unos cuantos elementos mediáticos más.

Empezó el postureo y, sobre todo, empezó el intentar -y a veces lograr- que el  espectáculo se desarrollase en función de los gustos particulares de los gurús de ese tendido. Un tendido que funcionó y funciona como funcionan los grupos ultras los estadios de fútbol. Con sus mantras, sus clichés, sus tópicos, sus eslóganes y sus consignas (a los antes indicados, se unieron el "crúzate", "pico", "fuera de cacho", "se va sin torear", etc.). Todo, sea dicho, dicho a destiempo. El colmo es que algún crítico llegó a dirigir esa orquesta en algunas ocasiones...

De aquellos polvos vinieron estos lodos y el 7 (aunque parecía imposible) siguió degenerando. Hoy una caterva de chavales (y no tan chavales), criados a los pechos de quienes ahora (¿ahora?) reniegan de ellos, gritan y se desgañitan desaforadamente, visceralmente, irrespetuosamente, haciendo imposible que en esa plaza se pueda -no ya torear- sino respirar. Han viciado la atmósfera taurina de las Ventas. Convertida por su culpa en plaza de talanqueras.

No se como se arregla este desaguisado. Que, en el fondo, solo denota una falta enorme de educación cívica, de respeto a los demás. Pagar una entrada (máxime lo barato de los abonos de Madrid) no da derecho a nada. No da derecho a incomodar a los demás espectadores ni mucho menos a inomodar y a increpar a los toreros. Un dato importante: en Madrid no se protestan las malas faenas. En Madrid la protesta es ideológica o conceptual. Se protesta un concepto del toreo que se tiene por impuro. Es como una guerra santa. Por eso, esos aficionados se han ganado a pulso el apelativo de talibanes. Lo son.

Objetan que, cuando se torea de verdad todo el mundo se pone de acuerdo. Es mentira, cochina mentira. Entre otras cosas porque cuando se torea como a ellos les gusta, los demás (incluidos aquellos a quienes no nos gusta el toreo que a ellos les gusta, ni el toro que a ellos les gusta) nos callamos educadamente.

Para colmo de males, a todo lo anterior se une la incompetencia de los presidentes. Ayer un presidente incompetente estuvo a punto de provocar un conflicto de orden público por incumplir el reglamento denegando una oreja pedida mayoritariamente. No lo provocó porque el público de los toros (menos los susodichos) es un bendito. Pero no hay derecho a tomarle el pelo a una plaza entera solo por chulería, desconocimiento o miedo a la crítica de los integristas. Ya está bien.

Pero lo peor es lo del título. Lo peor es que, quienes aleccionaron, adoctrinaron y amamantaron a sus pechos a los jovenes indocumentados y vociferantes que ahora enrarecen el ambiente de una plaza que hogaño fue referente del mundo taurino, quieran ahora escurrir el bulto y negar su paternidad. Su responsabilidad en este desaguisado. 

Lo peor es que quienes tiraron la (primera) piedra, quieran ahora esconder la mano....

Surrealistas declaraciones de quienes llevan años alabando la nueva hornada de jovenes aficionados de la grada 6 y altos del 7 (sus díscolos discípulos) y ahora -vista la reacción del resto de la plaza- los repudian. Esta claro que los valientes solo están en el ruedo (El Mundo).



martes, 6 de junio de 2023

¿Y cuando han tenido casta los toros?

 Por Jose Morente

Entrada al caballo de un toro de Santiago Domecq lidiado esta feria de San Isidro en Madrid (Fotografía de Ana Escribano publicada por la Asociación  El Toro de Madrid)

Leo, casi a diario, ese tole-tole de la falta de casta del toro de hoy y de la casta fiera del toro antiguo... ¿De la casta del toro antiguo?

Hablemos un poco de la casta del toro antiguo. De ese toro antiguo (¿Cual?¿El de que época?) que dicen los toristas de hoy (que, por cierto, no lo vieron) que tenía mucho más casta que el toro actual.

De los toros antiguos de verdad, los del siglo XIX, no me atrevo a hablar. Muy bonitos, a la vista de las espectaculares láminas de la Lidia o de los dibujos de M.Castellanos, pero cuyo comportamiento me genera muchas dudas. Sobre todo cuando el baremo de la bravura se cifraba en una suerte de varas sin petos en los caballos. Toros que tomaban 10 o 12 varas (algunos), derribaban unas cuantas veces y mataban algunos caballos... sin peto, repito.

De lo que tengo más datos es del toro del siglo XX. No solo por ser más reciente y parecerse más al de ahora el modo de torearlo, aunque se le exige mucho menos, sino porque de esa época quedan algunas pruebas irrefutables en las viejas películas. Y ¿que vemos en esas viejas películas? Pues lo que vemos es un toro mucho más manso, cobarde y descastado que el toro de nuestros días, ese que tan poco les gusta a los conspicuos toristas de hoy..

Dos escenas pueden servir para hacernos reflexionar. Primera, la del toro de Miura liadiado el año 1913 en Zaragoza, al que Joselito le cogía un pitón. Un año antes de que Belmonte se proclamara como el primer torero que había cogido un pitón a un Miura (Hazaña, por tanto, más falsa que un Judas).

Segunda escena, la del tercio de quites de Gitanillo de Triana en Sevilla en los años 20 (una de las pocas películas donde aparece Curro Puya) en el que el toro se le para y desentiende... a mitad del capotazo.

Y no sigo, aunque hay más. Muchas más escenas donde se comprueba que ni el león es tan fiero como lo pintan, ni el toro de antes tan encastado como algunos (que no lo vieron) quieren hacernos creer.

No se lo digan a nadie, pero lo que creo que algunos lo que quieren hacernos creer es que el toro de hoy no vale un pimiento y que no tiene ningún mérito ponerse delante. Salvando, siempre hay excepciones, aquellos encastes o ganaderías que son de su agrado. Y es que, toros encastados y toros mansos, los ha habido antes y ahora...

Por cierto, algunas de esas ganaderías preferidas por los toristas pueden figurar por méritos propios entre las que menos casta gastan de toda la cabaña brava de este pais... Contradicciones del torismo.

Cazarratas. Un toro descastado y peligroso de Saltillo. (Foto de Andrew Moore publicada en el Blog Dominguillos)


domingo, 4 de junio de 2023

Un lujo que los aficionados no podemos permitirnos

 Por Jose Morente y David Bracho (fotografías)


Son muy complejas y complicadas las corridas de un solo matador. Como decía Corrochano fue norma de los maestros en Tauromaquía "con clase y recurso para ello" encerrarse con seis toros en solitario. De manera esporádica u ocasional y con objeto de medir sus fuerzas, por hacerse valer o por un, muy taurino, sentimiento de superioridad.

En cualquier caso, la prueba no ha sido nunca empresa corriente ni siquiera tratándose de muy buenos toreros. Muchos grandes diestros (Belmonte, por ejemplo) nunca la hicieron. Lo que prueba lo difícil del empeño.

El resultado de estas corridas no se mide por el corte de orejas, ni debe medirse por la faena excepcional que, si viene, bienvenida sea, sino por el conjunto, por la variedad y por el repertorio. Por la sensación de poderío que transmita el torero, maestro, y por su capacidad de resolver las cambiantes condiciones de la lidia de cada toro pues cada toro es diferente, máxime si al alarde se añade la complejidad de elegir astados de diferentes categorías, en una especie de tour de force de estas complicadas corridas.

Remataba Corrochano diciendo que lo principal es, por tanto, la variedad, el repertorio amplio que evita la monotonía, peligro de estas fiestas, el conocimiento de las reses y de las suertes, los recursos empleados.

Ayer Saúl Jiménez Fortes se encerró en Antequeraen solitario  -otra vez más- con seis toros de distintas ganaderías (Blazquez, El PIlar, Julio de la Puerta, Victorino, Valdefresno y Garcigrande).

Sin tener que recurrir a la épica (aunque la verdad y pureza en la ejecución de las estocadas a todos los toros merecen destacarse), la tarde se fundamentó en el conocimiento de las reses (pues todas las lidias fueron exactas y diferentes) y en el conocimiento de las suertes (pues todos los lances tuvieron el sabor de la pureza verdadera). Los dos conceptos fundamentales del toreo.


Cortó 5 orejas y salió a hombros, pero, por esta vez (y solo por esta vez), estoy de acuerdo con mi amigo Javier Sanz y el balance de las orejas cortadas no me sirven para medir la importancia de la tarde. Cuajó al toro de Julio de la Puerta, pero estuvo cumbre toreando de muleta y bregando (llevó el peso de la lidia) toda la tarde y en todos los toros y muy especialmente en el encastado pero complejo toro de Victorino Martín. Me encantó la lidia de ese toro.

Eso de la brega y la lidia merecen comentario aparte pues, a Fortes, el valor se le supone y la pureza en la ejecución de la suertes también. Sin embargo, lo verdaderamente destacable, lo llamativo en la tarde de ayer fue el recital de maestría que dió este torero bregando y lidiando. Dando a cada toro lo que el toro pedía, tanto en terrenos y distancias como en el trazo de los engaños. ¡Que suavidad y sutileza en los toques! ¡Que templado en el toreo de capa y muleta! ¡Que capacidad para resolver los problemas (ahora les dicen teclas) de cada toro!


Un recital de maestría y como maestro sale consagrado Saúl de la tarde de ayer en la plaza de Antequera. Y todo eso en su primera actuación de esta temporada. Un dato sorprendente e inexplicable que pone en solfa a todo el sistema y al sistema todo.

Que Fortes no esté toreando todas las tardes es un lujo que los aficionados no podemos permitirnos.