lunes, 2 de septiembre de 2019

¡Qué poco clásico era el toreo clásico!

Por Jose Morente


Bicheando por Internet, me encuentro en la Biblioteca Digital Taurina de Castilla-León, una Tauromaquia decimonona escrita por un tal Juan Corrales Mateos (1) . En el fondo, no es más que un refrito de las dos tauromaquias primeras: la de Hillo en 1796 y la de Montes en 1836. Pero lo importante o lo curioso es que mucho de lo que ahí se dice es lo contrario de lo que sostienen hoy como dogma los aficionados más exigentes de nuestros días. 

En realidad, la cosa tendría su explicación pues al haber transcurrido tantos años parece lógico pensar que el toreo ha tenido que cambiar bastante, pero no es eso, pues lo que sostienen esos aficionados es que los clichés que ellos defienden responden a unas supuestas leyes inmutables del toreo, los cánones, que -afirman- siempre han tenido validez absoluta. 

El toreo moderno sería una especie de perversión de esas normas clásicas ("destoreo" le llaman algunos "entendidos"). Pero no es verdad. El toreo actual es evolución y no perversión.

Al contrario, cuando leemos las normas clásicas -como esta Tauromaquia completa de Juan Corrales- sorprende la coincidencia con lo que allí se dice, de muchas de las cosas que hoy hacen en los ruedos los toreros modernos . Lo contrario de lo que proponen los "entendidos" del tendido. 

Veamos solo un par de ejemplos. Veamos lo que dicen los aficionados de ahora que es lo clásico y veamos lo que de verdad era clásico, a la vista de lo que pensaban y decían los autores clásicos:

Primer ejemplo. Hay que cargar la suerte, echando la pata adelante, tras la arrancada del toro, no antes.
Es falso. Juan Corrales, por ejemplo, para el pase de pecho dice "Se le cita, se deja venir por su terreno sin mover los pies...". Sin mover los pies, repito, que es lo contrario que mover los pies tras la arrancada. 
Segundo ejemplo. Tras el muletazo, no se pueden perder pasos.
Falso también. No es un precepto clásico sino todo lo contrario. En el pase de pecho, Corrales aconseja que, con los toros revoltosos y de sentido: "se debe levantar el engaño y dar algunos pasos de espaldas al rematar la suerte, á fin de quedar bien puesto para la segunda".
Resulta que clásico de verdad es lo que ahora dicen que no lo es. Para pensárselo dos veces antes de invocar el clasicismo, digo yo.
"Los toros Españoles o Tauromaquia completa" incluyen 12 litografías que llama inéditas. Esta de un "pase de muleta" (pase natural por alto) es muy interesante pues el diestro retrasa -que no adelanta- la pierna de salida tal y como aconsejaba 40 años después F. Bleu y tal y como se hace hoy día: esa pierna escondida que tanto molesta a los ortodoxos del Sanedrín taurino.

Postdata para aficionados clasicistas:
Mantengan sus viejos tópicos ya que tanto les divierten y entusiasman pero, por favor, no nos digan que son clásicos. No lo son. No se equivoquen. No nos equivoquen.



(1) Corrales Mateos, Juan (1856): "Los toros españoles y tauromaquia completa" (Ed. facsímil, Madrid, 2010, Ayuntamiento de Madrid).


1 comentario:

Carlos Sanchís dijo...

Si nadie (ningún genio: Guerrita, Joselito, Belmonte) transgrede las normas y lo hace con inspirado estilo y personalidad, el arte del toreo no evolucionaría y estaría enquilosado. No solo en tauromaquia, en cualquier otra disciplina artística.