martes, 5 de septiembre de 2017

Los tópicos (III) El cite de perfil

Por Jose Morente

Impactante cite de perfil de Manolete en la corrida de la Prensa de Madrid del año 44. Esa forma de citar -con tanto aguante- impresionó a los aficionados desprejuiciados y a los públicos de la época. No obstante, no acabó de convencer a los recalcitrantes (Fotografía de El Ruedo)
Mientras los aficionados desprejuiciados y los públicos se encandilaban con el toreo manoletista, los aficionados de la vieja guardia -lo que incluye algunos de los críticos más señalados de la época- se posicionaron desde muy pronto en contra del toreo de Manolete.

Las propuestas de este diestro eran resultado de la lógica evolución histórica del toreo clásico adaptado a los requisitos de los nuevos tiempos (en rigor, el toreo ligado en redondo) pero algunos aficionados no supieron entenderlo así. 

Para esos aficionados y para parte de la crítica, el cite manoletista de perfil era ventajista y mentiroso mientras que, en el cite de frente, se encerraba toda la verdad y la grandeza del toreo. Todavía hoy colea ese sambenito contra el toreo perfilero.


El argumento de Cañabate no se sostiene. Las afirmaciones dogmáticas hay que fundamentarlas y explicarlas y el no explica -no lo explicó nunca- por qué el cite de frente es el puro y por qué el de perfil un mero "truco". Pero esa ha sido en general la tónica de la crítica taurina,  incapaz de cuestionar o como mínimo justificar los dogmas recibidos. El crítico taurino en España (y ahora en Francia) siempre habla ex-cátedra (El Ruedo. 12 de febrero de 1948)
Para Raúl Galindo, esa preferencia por el cite de frente trae causa de los tiempos antiguos del toreo, cuando sólo el mero hecho de enfrentarse al toro era una proeza y una heroicidad. Hoy, las circunstancias son muy distintas.

En los tiempos antiguos del toreo, solo el mero hecho de presentarse ante el toro y citarlo se consideraba una proeza (Lagartijo ante un toro probablemente de casta Navarra)
Lo cierto, es que el cite de perfil no entraña menos verdad ni menos riesgo que el de frente. Más bien, y si nos referimos exclusivamente al primer tramo del muletazo, resulta lo contrario. Bueno será explicarlo y justificarlo en base a tres argumentos. Uno el que relaciona el riesgo con el control, otro, el anatómico y tercero, el argumento histórico

Además, vamos a partir de la base de que, en ambos cites, el torero se coloca al hilo, enfrontilado con el toro pero sin cruzarse, y que además presenta la muleta a la altura del cuerpo o levemente adelantada, pues esa es la colocación clásica y tradicional, la que prescriben las viejas tauromaquias. El tema de la colocación cruzada o al hilo, lo analizaremos en otra entrada de esta serie. Hoy sólo nos centraremos en la posición frontal o perfilada del diestro.

Vemos aquí a Manolo Vázquez quien rescató el toreo de frente en los años 50 citando, en su época de novillero con la muleta en la izquierda. El torero está colocado al hilo del pitón y con la muleta a la altura del cuerpo. Ese es el cite clásico de las viejas tauromaquias. Un cite muy similar, en muchos aspectos, al de  la fotografía de Lagartijo que acabamos de ver.


Primer argumento: Histórico

La Tauromaquia de Hillo y la de Paquiro, preconizaban el cite frontal pero siempre que el torero fuese girando al compás del toro. Por eso, decían que, en el momento del embroque, el torero debía estar perfilado (de perfil) con el toro. Esa tesis es la que también defendía Gregorio Corrochano.

Sin embargo,como también explicaba Alameda, no se entiende que se admita y aconseje el perfil en el centro del muletazo y no se admita en el cite. No se entiende que lo que es válido en el momento más complicado -el embroque- no sea válido antes del encuentro con el toro -el cite-. Dicho de otro modo, no se comprende que se proponga que el torero se ponga (cite de frente) para luego quitarse (colocación de perfil).

Este argumento hoy está superado si el torero que cita de frente mantiene esa posición a lo largo del muletazo pero, en ese caso, el remate resulta demasiado forzado.
Si se mantiene la posición frontal a lo largo del muletazo, el remate resulta demasiado forzado y rígido (natural de frente de Juan Belmonte)

Segundo argumento: control-riesgo.


Parece evidente que, a mayor control del muletazo habrá menor riesgo físico para el torero, y viceversa.

Eso aceptado, el torero que se coloca de frente tiene mejor control y manejo de la muleta, por el desembarazo del brazo, en el inicio del muletazo, que el que se coloca de perfil. Al tener mejor control de la muleta, existe menos riesgo que si se cita de perfil.

En el remate, la situación se invierte y el torero que citó de frente, pierde control, por lo que aumenta el riesgo que asume (además se hace más difícil la ligazón). Por el contrario, el torero que cita de perfil tiene mucho mayor control en el tramo final del muletazo y puede ligar en mejores condiciones el toreo en redondo. Todo eso es lo que explica que, en general y condiciones particulares del toro al margen, puestos a elegir, sea preferible la colocación de perfil que la colocación frontal y, por eso, la colocación de perfil es la más habitual desde Manolete a nuestros días.

Pero en lo que nos interesa, el argumento está claro, en el cite de frente, existe mayor control del inicio y, por tanto, menos riesgo, en ese tramo del muletazo, que en el cite de perfil.


En el cite de frente, el torero está en mejor situación de controlar la embestida o mejorar su situación que si se coloca de perfil o de espaldas. Hay por tanto menos riesgo en ese tramo inicial del muletazo (Cite de Rafael el Gallo a un impresionante torazo)

Tercer argumento: anatómico

Es muy frecuente que, en defensa del toreo de frente se argumente que, en esa forma de citar, el torero presenta al toro las partes nobles de su anatomía. Se dice que lo que da miedo y tiene riesgo es darle a los toros el pecho y las ingles.

Es cierto, pero creo que conviene matizarlo. Recordemos lo que decía Pepe Alameda en "El hilo del toreo":
"Al que torea de perfil, el toro le pasa por todo el frente.
Al que torea de frente, el toro le pasa solamente por el flanco"
Lo importante no es tanto, la parte de la anatomía que ofrecemos en el cite, sino la parte de nuestra anatomía que rozan los pitones al pasar. Y si en el toreo de frente, los pitones rozan el flanco del torero, en el toreo de perfil, los pitones rozan el frente del diestro: las ingles y el pecho.



En el toreo de perfil, son las partes nobles de la anatomía (ingles y pecho) las que se exponen a los pitones en el momento del embroque, que es el momento del muletazo -y no el cite- en el que se corre verdadero peligro (Fotografías: José Tomás) 
Conclusión

El toreo de frente es más antiguo pero no entraña mayor riesgo y, por tanto, tampoco mayor verdad, en el inicio del muletazo, que el cite de perfil. En el cite de perfil hay mayor riesgo en el inicio mientras que en el toreo de frente lo que se torna más complejo y arriesgado es el momento del remate.

Cada torero, en función del toro y, sobre todo, en función de su concepto personal del toreo, debe elegir, en cada momento de la faena, entre colocarse -tanto monta, monta tanto- de frente o de perfil en los cites, con el objeto de conseguir un mejor ajuste a su oponente. O sea, con objeto de conseguir el mejor toreo posible.

La emoción del cite de frente en el inicio del muletazo proviene no tanto de esa colocación frontal sino de la posición de la muleta retrasada al rafe del cuerpo. Ver llegar al toro sin saber si va a elegir el cuerpo o la tela, es lo emocionante, tanto si se cita de frente como -recordemos a Manolete- si se cita de perfil.

Acabamos donde comenzamos. Ver llegar al toro con la muleta a la altura del cuerpo, ya se cite de frente o de perfil, resulta emocionante (Manolete. imagen extraída de una película)

6 comentarios:

Juncal dijo...

Suscribo las palabras del crítico que citó:
Manuel Rodríguez Sánchez es el torero que marca el rumbo de la tauromaquia contemporánea. Para gloria del toreo. Para su propia gloria.
(Fernando Fernández Román)

joan dijo...

Sr. Morente.

Le ha faltado el elemento ÉTICO. Elemento esencial en la tauromaquia y respecto al cual se basan los cánones del toreo (esto exige un desarrollo más detallado, todo llegará). El elemento ético está cada vez más olvidado en pro de una tauromaquia moderna pragmática, adocenada. Basada en elementos estéticos infantiles por encima de conceptos éticos esenciales que fundamentan la razón de la tauromaquia.

Al grano, en el toreo las suertes se hacen de frente para dar la mayor de las ventajas al toro y porque es la manera más honrada y valiente de hacer las cosas. En el toreo y en la vida los hombres valientes y honrados van de frente. Y a los adversarios a los que se les respeta y se les honra se les hace frente de frente.

Se mata yendo de frente, se cita en el caballo de frente (con los pechos del caballo), se banderillea cuadrando en en la cara de frente.

El toreo de perfil es obviamente una ventaja. Se expone menos y es más fácil (de ahi lo de la ventaja) templar y llevar a los toros. Eso cualquiera que se haya puesto delante de una becerra lo sabe. También cualquiera que haya jugado al tenis, fíjese cómo se colocan los tenistas (antiguamente de pies ahora de hombros) para golpear la pelota (como los golfistas). De ahí que sea una ventaja y una competencia desleal para los que torean más ortodoxamente).

Dentro de todo esto hay matices, el medio pecho y el cite ahora tan de moda (y tan horroroso) con la cadera directamente o peor aún con la nalga o de culo.

Pero quédese con esta idea Sr. Morente. En la vida uno se puede poner de frente o de perfil. Elija usted mismo.

Un saludo.

Sebastián García dijo...

Es increíble que quien escribe en su propio blog nos dé lecciones magistrales de destoreo
Pero lo peor de todo es justificar la mentira repetida una y mil veces
No son los antitaurinos los que se cargarán esto,si no gente como usted,que escribe al dictado de no sé quién,pero defender el destoreo y alabar a matadores como el Juli,lo dice todo

Jose Morente dijo...

Joan:

El acierto (y mérito) del perfil está en no alterar la trayectoria del toro y, sobre todo, en mejorar la posición del torero en el remate. Ese tercer tiempo que los mexicanos (toreros, críticos y públicos) acertaron a descubrir y valorar al instante y que aquí (anclados en el pasado sólo por ser pasado) todavía no hemos aprendido a valorar.

Lo triste de esta historia, es que seguimos ensalzando como de mayor mérito lo que lo tiene menos y viceversa. En vez de mirar al ruedo, el aficionado dogmático, lee y relee a sus escritores de cabecera y cada vez se afianza más en esa percepción parcial y excluyente del toreo.

Corren muy malos tiempos para los aficionados sin prejuicios.

Muy malos.

Saludos.

Jose Morente dijo...

Sebastián García:

Lo dicho. Nos encerramos en los viejos tópicos y ensalzamos aquello que nos "parece" de más mérito, aunque no lo sea. No analizamos sino que repetimos. No cuestionamos sino que "creemos". Nuestras convicciones se imponen a nuestra inteligencia. Nuestra percepción está mediatizada por tanto y tanto crítico y aficionado que solo saben repetir -sin analizar- esos viejos dogmas.

El problema es que se acaba calificando como mentiras las verdades. Pasó con Guerrita, con Joselito y con Manolete. Y, por contra, se defiende como verdad, la demagogia más obsoleta.

El toreo tiene que fundamentarse en la ética, en la estética y, sobre todo, en el conocimiento, en la inteligencia. El toreo como arte es, sobre todo, creación y avance. Lo otro, quedarse anclado en las nieblas del pasado es condenarlo a su inexorable desaparición.

Arte que no progresa muere. Parece que eso es lo que algunos desean.

Un saludo.

corchaito.blogspot.com dijo...

Magnífico artículo. ¡Enhorabuena, maestro Morente!
Pepe Alameda llamaba a la imposición dogmática algo contra natura, decía que la única verdad es que el torero representa la vertical y el toro la horizontal, y que todo lo que se haga razonablemente dentro de esa realidad es técnicamente válido. Y remataba contra los dogmas diciendo: “Meter al arte –y más a un arte vivo con el del toreo– en pequeños corsés ideológicos, es como querer meter a un águila en una jaula” (Alameda, 1989, El hilo del toreo. Colección La Tauromaquia Madrid: Espasa-Calpe. p.130).