sábado, 31 de enero de 2015

El peligro de los aficionados prácticos

Por Felipe Romero

El Peligro de los AP 01 - copia

Para el aficionado práctico, valga la paradoja, torear con ser importante no es –no debería ser- lo más importante (Capotazo del autor de este artículo)

 

Con relación a los aficionados prácticos en este momento hay algunas cosas sobre las que conviene pararse a reflexionar:

1º Cada uno debe saber porqué hace las cosas y cuales son sus metas.

2º Imprescindible diferenciar toreo profesional de toreo aficionado.

Respetar la fiesta y entender que el papel del aficionado práctico es aportar cosas a la fiesta y no quitarle cosas a la fiesta.

Me explico:

1º Tengo claro que es fundamental hoy en día que el aficionado no se conforme con serlo sino que tenemos obligación de mostrar nuestra afición.

Contrapesar en nuestro entorno de actividad el mensaje antitaurino con nuestro ejemplo personal de combinar nuestra actividad diaria y profesional con la práctica y el amor por nuestra afición. Hacer visible que se puede ser aficionado a los toros y ser una persona normal.

2º Torear nos brinda el espejismo de la vanidad y a veces nos puede confundir. La distancia entre el último profesional y el mejor aficionado es sideral. Son mundos no comparables y creo que se confunde quien trata de ponerse en un plano de igualdad.

Respetar la fiesta es clave. ¿Qué aporta el aficionado práctico? Simplemente aficionados con mayor grado de conocimiento, con capacidad de extender en el tendido el criterio y el ejemplo.

El riesgo de quitarle cosas a la fiesta desde los aficionados es cada vez más evidente. Quitamos vacas y campo a algunos toreros, encarecemos el precio porque pagamos por torear. Esto sería un precio tal vez asumible para la fiesta, pero lo que me resulta inaceptable es la tendencia que adivino a restar puestos a novilleros sin caballos y sustituir novilladas sin picadores por bolsines públicos con aficionados prácticos. Grave peligro este de hacer daño al eslabón más débil de la cadena del toreo.

Esto último me preocupa cada vez más y trataré al menos de no caer en ello.

Eppur si muove…

Con independencia de lo anterior, el aficionado práctico es hoy el cada vez más necesario punto de unión entre dos tauromaquias la popular y la profesional que cada día están más alejadas y que sin embargo se complementan y necesitan si queremos asegurar el futuro de la fiesta.

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El aficionado práctico se acerca al campo no para competir con los profesionales o para emularlos, sino para aprender de ellos y profundizar en su conocimiento del toreo. En suma para disfrutar del toreo por dentro. En la imagen, Paco Carmona explicando a un grupo de aficionados prácticos como se traza un muletazo o sea, la arquitectura interna del toreo.

 

El Peligro de los AP 02

Felipe Romero (Taller de toros) dando las últimas instrucciones antes de un tentadero de aficionados prácticos. Organizarse es clave. La participación, asesoramiento y dirección de un profesional (en este caso, Paco Carmona) también. Luego saldrá la vaquilla y comenzará a subir la adrenalina.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que los aficionados practicos ayudan a la fiesta. Toreamos los deshechos y el exceso de produccion de los ganaderos y representa un ingreso para los ganaderos. Tambien, por los menos en Mexico, utilizamos a aspirantes y novilleros en las cuadrillas, que les da oportunidades.
Jim Verner

J. Cisneros dijo...

Señor Morente, su articulo es de Tertulia Taurina de horas. Lleva razón en muchas cosas, claro que si, a mi me han llamado muchas veces aficionado práctico y jamás lo he consentido. Vengo de aquellos aficionados que iban por los pueblos a las duras capeas con vacas y toros que recorrian los pueblos desde que eran reses mamonas y las soltaban para los mas peques. Por otra parte tengo el carnet profesional desde que era un chaval y no lo he dejado caducar ahora menos qeu nunca, porque si me sale algun festival benéfico puedo hacerlo sin ningun tipo de problema y no haciendo un seguro valorado en 90.000 € como exige este Reglamento presidencialista de Andalucía.
Esto sería un tema largo de debatir, peri si, pienso que hay que ir a las capeas, a los pueblos, a los tentaderos de tapia quien pueda, que si te preocupas lo consigues, con dinero, todo resulta muy facil y vuelvo a repetir, lleva razón en muchos conceptos Señor Morente.

Anónimo dijo...

Son los ganaderos,los que necesitan al aficionado,que pague por torear,dada su maltrecha economía,estando organizados,hacen bien a la fiesta,incluido los bolsines,ahora bien, sin confundir los términos,ni quitarles pases a una vaca de uno que quiera ser torero. Manuel Vazquez

Anónimo dijo...

Quitamos vacas y campo a algunos toreros??? Es que son suyos?? Mi dinero, del que dispongo para torear vacas, debo gastarmelo en entradas a corridas de toros para que la fiesta vaya mejor??? Y renunciar a mi pasion?? He leido este articulo con expectacion, decepcion!!!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...



Amigo Felipe...

¡¡¡La vida es una constante ruleta de fracasos y decepciones, de tristezas y de lagrimas sin enbargo, también existen los buenos recuerdos!!!

Tu artículo me da mucha pena, no responde al tipo de persona que tu eres o pretendes ser.

Anónimo dijo...

Me parece sorprendente el planteamiento del artículo. Supongamos que un aficionado al fútbol, tenis, motor, natación, esgrima, hípica, o cualquier disciplina o afición que alguien tenga no la pudiese practicar por..ética?. Aún más cuando la afición a los toros tálvez sea la más pasional, interiorizada y sentida por un aficionado, pues el peligro mortal que esto tiene hace que todo adquiera un cáliz muy intenso. Como se va a privar a alguien que siente tanto algo...que lo practique. Me parece tirar piedras contra el propio tejado. Yo he puesto a algún amigo delante de una becerrita y la dimensión de lo que antes veía creció tanto que ahora son aficionados. Otra cosa es tener la cabeza en sus sitio y saber que ser torero es otra cosa muy muy distinta a torear una vaca. Pero creo que una afición no puede ser más sana hasta el punto de que se practique con respeto y devoción.

Agustín aficionado dijo...

Creo que el aficionado practico ha existido toda la vida y en este momento es muy necesario. Casos como Paquito fdez Ochoa o Adolfo Suárez son un buen ejemplo de ello. No soy partidario de que se organize como espectáculo, (personalmente prefiero la soledad del campo),pero en algunos sitios es mejor eso que la becerrada de peñas que eso si es un espectáculo lamentable. Por otro lado las vacas que toreamos son los excedrntes de los ganaderos de segundo nivel donde no van profesionales y que es una ayuda para mantener la ganadería. Además el hecho de que no se den festejos menores no es otro que los costes altísimos y permisos por un lado, y la baja afluencia de público.

F. Romero dijo...

He visto aquí y en algunos otros foros comentarios que interpretan mi artículo en el sentido de que los aficionados prácticos seamos peligrosos o dañinos. Y me llega incluso a parecer que yo recomendara que nos privemos de torear. En absoluto.
Asumo que cuando las cosas no se entienden en el sentido en el que uno las dice es porque uno se ha expresado mal.
Soy ¡cómo no! y creo haberlo demostrado, partidario hasta el extremo de la existencia de los aficionados prácticos. Y he indicado en el texto la contribución importantísima que hacen a la fiesta. Mucho mayor que los potenciales perjuicios.
Pero creo que hay algunos riesgos que existen, que están ahí y que, al menos a mí me llegan.
Por eso creía necesario, a riesgo de decepcionar a algunos y bien que lo lamento si ha sido así, advertir de que también tenemos que ser cuidadosos. Simplemente eso. Disfrutemos al máximo de nuestra afición pero seamos cuidadosos.
Creo que el comentario de Jim Verner nos indica acertadísimamente alguno de los caminos a seguir.

Alejandro Segundo dijo...

No se como estará el campo por donde viven ustedes,no se si podrán quitar vacas a profesionales por donde viven ustedes y si eso de reemplazar las clases prácticas o las becerrada sin caballos por bolsines lo harán como dice usted en el artículo,pero una cosa le voy a decir,yo soy de castellon,aquí por desgracia hay muy poco campo y lo que hay es todo autóctono lo cual para la muleta no suele servir pero nosotros por afición y pasión al toreo nos ponemos delante y nos las hacen pasar muchas veces canutas.No le quitamos vacas a ningún profesional,pero si se nos presenta alguna oportunidad(que se nos ha presentado)de torear algo de calidad,usted cree que después de guerrearnos con todo tipo de animales difíciles podemos desaprovechar esa oportunidad?que mal le hacemos a la fiesta?y ojo,que entrenamos 3 o 4 días a la semana con un profesional y nos acompaña siempre a los tentaderos que podemos hacer.Por aquí no se ha hecho ningún bolsin público nunca!!en alguna pequeña finca alguno pero más en familia que como usted se refiere al articulo.Entonces me gustaría saber cual es el efecto nocivo que aficionados como mis compañeros o yo podemos hacerle a la fiesta?
Gracias y seguir haciendo lo que nos apasiona!!!

CARLOS DE SAN LAZARO CAMPOS dijo...

El aficionado práctico es la esencia y motor que desde los inicios de la Tauromaquia ha sido el puente necesario hacia el doctorado como torero. Maletillas y becerristas que sembraron y recogieron sus frutos en forma de satisfacción personal.Que soñaron con llegar a ser figuras del toreo y que madurando su amor por la tauromaquia decidieron combinar su vida profesional con su afición. Lo indispensable es ofrecer más festivales para incentivar la valentía del pueblo a sentirse toreros , esforzándose en cumplir con majestuoso respeto e ilusión a lo que esto representa, por este motivo creo que convocar becerradas para aficionados es un tremendo acierto siempre que intervengan también novilleros de escuela.Estos novilleros de escuela participando junto a novicios del toreo aficionado sirve para ambos y para los espectadores como un aliciente del espectáculo . Tanto los novilleros como diestros profesionales que participen en estos festivales constituye todo un honor para los aficionados prácticos por orgullo y por anhelar compartir puerta grande o ser obsequiados por la ovación del respetable.

Por eso animo a que existan más festivales para aficionados prácticos siempre que sea mano a mano con noveles becerristas de las escuelas taurinas.