viernes, 21 de septiembre de 2012

Jose Tomás en Nimes (II) Le temps s'est arrêté

Por el Divino Calvo

 

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El paseíllo (Foto Terres Taurines)

Se paró el tiempo

Faltaba media hora para el mediodía cuando bajo los acordes de la “Marcha del toreador”, irrumpe en la plaza. Vestido de pizarra y oro. Adornos y capote de paseo con aires de Méjico. Ese es el momento.

Se alinean todos los astros. Eolo, dios del viento, ordena parar a su hijo, Mistral, ese maldito que nos atormentó en días anteriores. El dios Sol no se lo quiere perder, y brilla ansioso sobre el impoluto cielo de Nimes. Y tú reloj, párate, que lo que va a ocurrir no puede estar sometido a la esclavitud de tu yugo. Todos los allí presentes, que ni en el mejor de los sueños podían imaginar lo que iban a presenciar sus ojos, estallan en una atronadora ovación.

Cuando los dioses actúan, no deben enojar al resto de dioses, por eso para la ocasión no se podía defraudar al dios Tauro y fueron elegidos entre el campo bravo, seis ejemplares de distintos hierros. Trapío impecable, serios, impolutos, armónicos, bien hechos, sin exageraciones, cuatreños con cinco hierbas que le confieren la seriedad en sus caras, igualdad en su conjunto. Lo que debe ser un toro bravo.

Wine Rosé Tomás.These horns belong to a bull from El Pilar toreado by the matador José Tomas in Valencia, Spain on his reappearance in 2011. This year In Nimes, France to celebrate the performance of the matador Jose Tomas with six bulls on his own on September 16, 2012 the wine producer Eric Pfifferling, l’Anglore will offer 60 limited edition bottles with a portrait of the matador taken in Gijon during his presentation in 2011.<br /><br />©2011 Carlos Cazalis/All Rigths Reserved. July 23, 2011 Valencia, Spain.

El tipo de toro que le gusta a este torero, Este es uno de los del Pilar con los que reapareció Tomás en Valencia el pasado año (Foto Cazalis para Jacques Durand)

Todo lo que ocurrió después se puede resumir como la corrida más grande de toros que jamás vieron nuestros ojos. Actuación medida, ni un capotazo de más, ni uno de menos. Lúcida y lucida. La inteligencia, el valor, la claridad de ideas, la quietud, la variedad... todo a disposición del toreo más puro. El torero en plenitud. El toreo en su máxima expresión.

A cada toro le administró lo que necesitaba, sin ideas preconcebidas, con la más absoluta naturalidad. Como río que camina hacia el mar.

 

Le premier

Por delante, uno de Victoriano del Río, de serio trapío. Recibido con verónicas y chicuelinas que descorcharon el recital capotero de la mañana. Delantales, tafalleras, caleserinas, gaoneras, faroles, serpentinas, galleos, largas, recortes, medias..., a los que nuestra memoria casi no sabe situar en el tiempo, de tanta esfuerzo perceptivo que nos exigía... y un nuevo quite para la eternidad, que dentro de poco descubrirán.

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Y comenzó el recital capotero (Fotografía de Terres Taurines)

Gran tercio de varas, medido y un orden en la lidia impoluto que sería el hilo conductor de toda su actuación. Todo en reposo, sin prisa, sin aparente esfuerzo, dominio de la puesta en escena. Máximo respeto al rito. Tranquilidad absoluta que transmitía a sus cuadrillas y al público.

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Gran tercio de varas. Toda la lidia fue medida y ordenada (Fotografía de Terres Taurines)

Y en este primero, cogió la muleta, para resucitar al “Monstruo de Córdoba”. ¡Qué no, qué no murió en Linares! Compás cerrado, vertical, naturalidad en el trazo que conducía la embestida del toro. Y ese silencio, y esa acústica especial, y esa voz susurrante y suave “toro ven, toro ven...” y ese sonido del toro arrancándose, el golpear de sus pezuñas en el albero, que se clavaban en el alma. La muleta convertida en caricia. El toreo destilándose por cada poro de su piel. La estocada en todo lo alto. Pureza en la ejecución como exponente máximo del rito sacrificial. Entró en la mañana con el estruendo de la tormenta.

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José Tomas en Nimes demostró (y aquí debería acabar este absurdo debate) que cargar la suerte no exige necesariamente abrir el compás ni espatarrarse (aunque también se puede hacer así) sino que con el compas cerrado (como lo hacía Manolete) se puede parar, templar, cargar y mandar en el toro. El toreo más clásico y más puro en la versión magistral del diestro de Galapagar. Gran homenaje al Coloso de Córdoba.

Le deuxième

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Ahora por contra con el compás abierto. El torero adapta su toreo a las cambiantes y difíciles condiciones de sus toros (Papa Negro dixit) que supo apreciar el entendido público de Nimes (Fotografía de Terres Taurines)

El segundo, Jandilla de cara astracanada, exigente con el torero, que mejoraba a medida que el torero más lo apretaba. Compás abierto, riñones encajados. Mayor rotundidad a medida que avanzaban la serie. Extraordinarios los terceros y cuartos muletazos. Mugidos retadores al viento. Toro exprimido. Cierre por manoletinas de frente, a distancia, heladoras. Nueva estocada en lo alto, homenaje a Rafael Ortega.

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El toro hizo en la estocada lo mismo que había hecho en banderillas. Levantar la cara tapándose. Estoconazo con el diestro saliendo rebotado del encuentro.

Le troisième

Llegamos al ecuador con un toro del Pilar, fuerte, largo de cuello. Comportamiento típico de salida en esta ganadería, sin fijeza. Capote que brega encelando sutilmente. Remate en los medios. Primer problema solucionado.

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Solucionando el primer problema (Fotografía de Tierras Taurinas)

Tras el primer puyazo el toro blandea. Quite por alto, para aliviar al toro. ¿Quién dijo que los faroles son un pase de adorno o accesorio? Para este torero, cualquier pase cobra la categoría de fundamental. Los pitones sacando hilos de la taleguilla. Segunda ecuación resuelta.

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Por faroles (Foto el País)

Inicio por bajo, donde la muleta que antes fue caricia, ahora es látigo. Muñeca dislocada. Giro inverosímil. Fundamental el comienzo. Toro por hacer. Y después… a crujir al toro con series donde contamos siete y ocho muletazos. Cintura quebrada, riñones rotos, muleta absorbida por el centro de la tierra. Toreo de tintes telúricos. Cintura quebrada, riñones rotos, muleta absorbida por el centro de la tierra. Cierre torero por bajo. Desplante como escultura. Otro patas arriba.

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La muleta como látigo. Homenaje a Joselito el Gallo

Le quart

En este momento, satisfechos podíamos haber dado por terminada la mañana. Pero el dios del toreo, tenía un acuerdo con el dios tauro… y salió ese toro de Parladé, que tras saltar al callejón no hizo más que embestir con ritmo, clase, son… Verónicas de recibo de ensueño y tras el puyazo, el quite de la eternidad. Tomás cogiendo el capote por la esclavina, lacio, cual servilleta, presentado como muleta, torea por derechazos y remata con el de pecho. Y colocación para el segundo puyazo con toreo a una mano. Querido Rafael “el Gallo”.

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El capote por la esclavina. Homenaje gallista otra vez pero ahora con ecos no sólo de José sino también de Rafael (Foto de Antena3)

Cuando nuestra capacidad de sorpresa ya no aguantaba más. El torero se aleja de las tablas con un solo trasto. La muleta. ¿Sabía que no iba a necesitar su espada? Cosas de los dioses.

En los medios muleta a la espalda, cartucho de pescado. Querido Pepe Luis. Comienzo de la más perfecta obra de toreo natural. Estaquillador cogido por el centro. El toreo que nace en su cabeza pasa por su corazón, sale por la yema de sus dedos. Exclusivamente con los vuelos, hora por la izquierda, hora por la derecha. Y a pies juntos por la izquierda serie de trazo irreal.

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Todos los pases de la faena fueron verdaderos pases naturales. Por la ausencia de ayuda y por la naturalidad y suavidad del torero (Foto de Terres Taurines)

Y se fue a por la espada para someter al veredicto humano la obra de los dioses. Pero los hombres no deben interferir en estos asuntos. Y ese dedo hacia arriba en forma de pañuelo naranja que concede el indulto.

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Indulto a la bravura noble…como en Sevilla (Fotografía de Terres Taurines)

Granadina, ayudados, simulación de la suerte suprema y ese pase de pecho camino a la vida. Imagen imborrable del rabo depositado en el albero. Y esa mano de torero rindiendo honores al dios tauro. El torero antiguo, arde entre llamas, cual Roma ante Nerón.

 

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Entrando a matar sin estoque (El País)

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El pase de pecho final (Terres Taurines)

Le cinquième.

Rotos nosotros, todavía tenía cosas por contar el torero. Faena medida y precisa al de Garcigrande. Justo de fuerza se acabó pronto. Quizás ese quite excesivo del primer sobresaliente… Pero la tarde no podía tener ningún pero. Porque el dios del toreo además de grandeza tiene generosidad. La misma que derrochó para que el segundo sobresaliente tuviera su minuto de gloria en el sexto. Esos desplantes con esencia a Romero. Querido Curro. Restauración del rito sacrificial tras el paréntesis del cuarto. Otra estocada que dignifica al dios Tauro.

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Empaque y pureza extremas (Antena 3)

Le sixième

Los dioses envidiosos de tan magna obra, decidieron que Tauro enviase un sexto que pudiera poner un fin trágico y acabar de golpe con la apoteosis. El Victoriano del Río, difícil. Cortísimo de viaje. Exigía en cada pase el tributo de la sangre del torero. Pero hoy no era el día. Los pitones amenazantes acariciaban las femorales. Valor seco, seguro. Arrimón sincero. El cuerpo por delante y la muleta retrasada para conducir tan corto viaje. Ni una brusquedad, ni un zapatillazo.El toro elige, su cuerpo o el imán de su muleta. Los dioses ya no quieren verlo. Se retiran a sus aposentos Desde hoy ya tienen otro inquilino en el Olimpo. Y todo acabó con la quinta estocada. La obra había concluido. Capilla sixtina del toreo.

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La obra concluye exponiendo las femorales al pitón astifino del toro (Antena 3)

Ese coliseo que se cae. Desde el primero hasta el último roto. El toreo grande. El toreo que duele. Cuadrillas que aplauden rindiendo pleitesía. La elipse, pierde sus dos focos. Ya sólo queda uno. El torero haciendo de centro del universo con una reverencia se despide. Se lo llevan en volandas por la Puerta de los Cónsules. Unos dicen que se quedó en la tierra, otros que ascendió a los cielos. Nadie más lo ha vuelto a ver.

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La obra concluida. El torero se despide del público (El País) 

El reloj del tiempo vuelve a caminar

En ese mismo momento la arena de ese reloj detenido, atraída por la gravedad de la tierra, vuelve a caer. El reloj nuevamente comienza a caminar. Pero ya nada es igual. Estamos en otra era. El futuro de la tauromaquia ya está aquí. Un nuevo tiempo ha llegado. Ha comenzado una nueva era: La era del toreo.

Esta crónica no admite discusión porque los hombres no deben discutir las cosas de los dioses. Las cosas de los dioses, se creen o no se creen.

Y tú que estuviste allí, bienaventurado seas, porque tus ojos han presenciado el reino del toreo.

Y a ti que no estuviste, cual Cristo con la mano de Santo Tomás metida en su costado, te digo: “No seas incrédulo sino creyente. Dichosos los que creyeron sin haber visto

AMÉN.

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La soledad del torero en el redondel infinito.

Esta crónica se firma de vuelta a casa, el día uno del año 0 después de J.T. en N. (José Tomás en Nimes).

 

Fdo.: El Divino Calvo.

Selección y texto de las fotografías: Jose Morente.

(continuará..)

6 comentarios:

Gil de O. dijo...

Sr. Morente, quiero decirle que el tema de José Tomás es un debate que está encima de la mesa. Tomás merece respeto por lo que hace "aquí y ahora" y eso, amigos, no tiene discusión. Otra cosa es que por sistema traiga sus "toritos" debajo del brazo. ¡Dios, si las figuras de otros tiempos levantaran la cabeza! Dedico este párrafo a los grandes José, Rafael, Juan, Pepe Luis, Manuel etc, a los cuales ha hecho referencia.

El asunto debe centrarse, al menos desde mi perspectiva, en que Tomás no asume la responsabilidad, que ante la historia del Toreo le ha tocado vivir, cuando reúne todos los resortes, condicionantes y medios para ello. Maneja el marqueting, maneja la mayor parte del dinero limpio (por mucho que se lleve) de la Fiesta; además de torería, valor y conocimientos. Polariza la atención de todo el mundo taurino, pero los focos de la elipse de la Milenaria de Nimes, seguirán ahí hasta tanto no asuma la responsabilidad que la imagen en que se mira, la de Don Manuel Laureano Rodriguez Sánchez “Manolete” le tiene encomendada.

José Tomás impone y lo dá casi todo; y en ese casi todo, es dónde tenemos el problema los que lo queremos para nuestra causa. Esto es:
Echarse el Toreo a la espalda, matando Toros, haciendo temporada en plazas de Primera y con lo más Bravo del campo, con la Televisión (no obscena) de testigo para que sirva de formación a los futuros aficionados, ya que pagar a José Tomás es patrimonio de muy pocos, cuestión de medios; formación necesaria para el reciclado de los toreristas del medio-toro entre los cuales estaba a punto de incluirlo a usted (le ha salvado la matinal de Nimes), ya que conocerían la verdad del Toreo, o el Toreo de la Verdad.
Sr Morente aún siento ese “oleeee” que me echó el día que le contaba de como en mi casa me enseñaban a conocer a José”. Hoy, yo le devuelvo otro casi tan grande al ver como ha reconocido en Tomás los fundamentos del Toreo; los ha sacado del altar sacrílego de los “fetiches” y del cajón de los “emplastos” para comprender su vigencia; y todo, gracias a José Tomás. La lista de fundamentos, casi me la ha recitado en el párrafo dedicado al Le Premier (pie de foto). Muy conforme en su clarividencia para con la interpretación manoletista de cargar la suerte.
Y sobre todo, que obligaría a levantar las cartas a a los malsanos del periodismo, a los indolentes de los atríles malversos en sus conferencias de invierno; a esos aficionados y literatos oportunistas de "mirarse el ombligo" y a los sobregogedores de la prensa instituída, incluyo medios de imagen y los del papel couchè de alto gramaje, con tiradas extenuantes de lector cautivo en las Peñas y en las sociedades culturales del orbe taurino.
En otro de mis comentarios, dejé dicho que Tomás va de cosechero. Me reafirmo en ello con ésto de Nimes. Lamento que no descubriese que en el guión de la matinal constaba lo del Indulto, negociado supongo. Ese toro, si lo quería el ganadero para sus vacas paridoras de seguidores del pañuelito como mascotillas de salón, que no lo hubiese lidiado (sabía lo que mandaba); ésto, independientemente de que matar ese tipo de toros mientras juegan, lo considero un asesinato. Eso no es el toro que yo quiero ver en la plaza, donde debe aparecer un Toro que quiera matarme; no el que venga a jugar conmigo alrededor de la era, como escribo en un poema que otro día le leeré.

Saludos de Gil de O.

Anónimo dijo...

Nunca falta alguien como Gil de O. El clásico apóstol del "sí, pero no" y del chocante "mi muy particular opinión, que no todos entienden". Se trata del sempiterno Gil aguafiestas puritano, que le quiere enmendar la plana hasta a JT, diciéndole qué debe y qué no debe hacer con su vida. Gracias a Dios el señor Gil no se viste de luces -por pudor y compasión hacia los pobres toreros que lidian mascotillas de continuo- que si no habría acabado con el cuadro, estoqueando enormes galafates feroces día y noche, para escarnio de las generaciones actuales, pasadas y venideras.

Y pasando a cosas serias: ¡Gran texto, mi querido Jose! Un abrazo de parte de Gastón.

Unknown dijo...

Señor Gil de O.
Fué siempre el privilegio de las máximas figuras de poder elegir las reses y ganaderías que iban a matar. Guerrita provocó la ira de sus compañeros porqué eligiría sus toros, lo qué fué al origen del sorteo (San Sebastián 1896).
En cuento a la falta de responsabilidad de JT que no torea en lugares, fechas y condiciones importantes, no olvide que JT no está todavía un joven mozo (37 años), que ha dado mucho para la fiesta y que uno no puede acusarle de falta de entrega en su vida profesional. Así lo hacen los músicos, futbolistas,actores... cuando se acercan del final de sus carreras.
Por otra parte, si esta corrida de Nîmes tenía tan pocas virtudes (toritos sín presencia, torero sín sentido de sus responbilidades, plaza minor, ausencia de la televisión...)no es menester de lamentar de la haber perdido. Mejor hacer como la zorra de "La Zorra y las Uvas" :
"--No las quiero comer. No están maduras." (Félix María Samaniego)
Cordialement
J.Coursier

Unknown dijo...

Toutes mes amitiés, José!
Jack

Jorge dijo...

Enhorabuena Sr. Morente por la bella narrativa de tan memorable tarde, tarde Tomasista a pleno arte y cánon --conste que no soy partidario de metáforas mitológicas y mucho menos de delicadas analogías bíblicas pero es clara la grandeza de este diestro, verdadero torero de época. Por cierto, ¿no se decía que Manolete también escogía a veces sus bureles? Qué privilegio esto de hablar del Tomás de hoy y del Manolete de entonces. ¡Oléeeee! Gracias, gracias por su dedicación y visión a lo que es, y debe ser, la fiesta brava. Que JT toree más, eso sí. // Atte., Torotino.

Anónimo dijo...

Hola, José, soy Ignacio Jáuregui. llevaba tiempo queriendo asomarme a tu blog, muy elogiado por una buena amiga, ella sí taurina de pro.
Yo, de toros, ni idea, pero de arte y pellizco algo entiendo. después de leer tu crónica (y otras) no me cabe duda de que aquí hay arte mayor y que es culpa mía si no entro en los códigos.

Enhorabuiena por el blog, voy a enlazarlo en el facebook del colegio para que lo disfruten los compañeros.

(Picando en mi nombre se debería poder llegar a mi blog/cuaderno de viajes; date una vuelta por él si te apetece, está un poco dejado pero tiene fondos abundantes)

Un abrazo,
NJ