Por Luis Miguel López-Rojas y José Morente
La muleta en la izquierda. La espada en la derecha. Y el corazón en el centro. Antonio Bienvenida (Don Antonio Bienvenida) cita para el pase cambiado a muleta plegada que heredó de su padre el Papa Negro (Plaza de Madrid. 18 de septiembre de 1941)
Manuel Mejías Bienvenida iba camino de la gloria taurina pues había enjaretado cinco triunfos seguidos en la Plaza de Madrid el año 1910, algo que no es nada fácil, cuando el toro Viajero de Trespalacios se cruzó en su camino y truncó su prometedora carrera taurina.
A partir de ahí el Papa Negro (como le motejó Don Modesto) inició un azaroso y complejo periplo por todo el mundo para sacar adelante su numerosa prole. Sus andanzas fueron sustanciosas y rayaron en lo fantástico. Bienvenida se ganó el agradecimiento eterno de sus hijos (los hijos de Bienvenida) para quienes re-compensar a su padre, por los desvelos que había tenido con ellos, se convirtió en una especie de deber moral.
Es desde esta perspectiva como se comprenden muchas de las actuaciones y acciones de Manolo, Pepote, Ángel Luis, Rafael, Juanito y sobre todo las de un torero como Antonio Mejías Jiménez (Antonio Bienvenida) quien gustó en su carrera asumir los retos que su padre había dejado incumplidos y recuperar las viejas suertes del toreo que le había enseñado su progenitor. Como, por ejemplo, el pase cambiado a muleta plegada.
El pase cambiado a muleta plegada.
El 18 de septiembre de 1941, Antonio Bienvenida dio en Madrid tres sensacionales pases cambiados a muleta plegada. Uno de ellos es el de esta fotografía ¡Lo nunca visto!
El jueves 18 de septiembre de 1941, Antonio Bienvenida armó la tremolina en Madrid con el toro “Naranjito” de Antonio Pérez al que dio el pase cambiado a muleta plegada seguido de tres naturales rematados con el de pecho.
Esa serie (Pase cambiado-tres naturales-de pecho) la repitió ¡tres veces seguidas! lo que convirtió la plaza en un manicomio. Los viejos aficionados, aquellos que llegaron a ver a Lagartijo y al Guerra, a Joselito y a Belmonte, dijeron que nunca (¡nunca!) habían visto nada igual.
Y es que hoy estamos acostumbrados al toreo en series de pases del mismo tipo, pero para esos viejos aficionados engañar al toro varias veces seguidas por un mismo lado y con un mismo pase tenía un mérito enorme.
Bienvenida no mató al toro por lo que no cortó las orejas pero los espectadores se lo llevaron en hombros camino de su casa en General Mola, 3 (lo que se convertiría en una tradición) entre el clamor de los que paseaban por los bulevares madrileños (Cuando en Madrid todavía había bulevares por los que pasear).
18 de mayo de 1959. La habitual procesión del público madrileño llevando en hombros a Bienvenida por la calle de Alcalá camino de su casa. Esta vez, acompañado de Pepe Luis Vázquez y Julio Aparicio.
La descripción de cómo era el pase cambiado de Antonio la hizo en el libro “Todas las suertes por sus maestros” de José Luis Ramón (1ª ed., Madrid, Espasa-Calpe, 1998) su hermano Ángel Luís quien decía:
“Para dar el pase cambiado había que colocarse de frente al toro con la muleta plegada en la mano izquierda, como en un cartucho, a la altura de la cintura, y con la espada en la cadera, o con un pañuelo, como a veces cogió Antonio, en la mano derecha.
Una vez que se cita al toro, se le provoca con la voz y el cuerpo pero no con la muleta. Ya arrancado se le hace un quiebro como si se tratase de un par de banderillas, y según va arrancado el toro se le pasa la muleta como si fuera un pase de pecho, aunque sin desplegarla.
En realidad, lo que hace cambiar al toro es el movimiento de la pierna y del cuerpo y no la muleta que no interviene para nada”.
Ángel Luis añadía que ese pase lo aprendieron de su padre quien lo había dado muchas veces. Su padre lo había cogido de su abuelo quien lo había visto hacer al Gordito.
¡Fuera gente! (Lámina de la lidia del 19 de mayo de 1890). Un torero (¿El Gordito, quizás?) muy decidido pide quedarse sólo ante el toro. ¿Citará para el pase cambiado a muleta plegada?
La atribución del pase al Gordito parece indiscutible no sólo porque es lo que nos dice la tradición oral sino por pura lógica ya que Antonio Carmona fue el inventor del quiebro y un quiebro (si bien con ayuda de la muleta) es, en el fondo y como bien explicaba Ángel Luís Bienvenida, el pase cambiado a muleta plegada.
Las cogidas
Antonio Bienvenida fue torero muy castigado por los toros ya que sufrió 12 cornadas fuertes además de la voltereta propinada por la vaca “Conocida”, de fatales consecuencias, que acabó con su vida el día 7 de octubre de 1975.
La cogida más grave en su carrera taurina la sufrió, precisamente dando el pase cambiado a muleta plegada (el pase emblemático de su padre), el 26 de julio de 1942, en Barcelona, en corrida de 12 toros, alternando con Chicuelo, Villalta, Pepote, Manolete y Pepe Luis Vázquez.
El cartel de ese día: Manolete, Pepote, Chicuelo, Antonio, Pepín y Villalta. ¡Ahí es nada!
El toro “Buenacara”, de don Ignacio Sánchez (curiosamente, de origen Trespalacios), le infirió una cornada en el vientre, de carácter gravísimo, cuando el torero citaba para el pase cambiado a muleta plegada. El toreo estuvo al borde de la muerte.
Lo peor es que la cogida se vio venir. El diestro comentaría años después que
“El toro no era nada fácil. Mi padre que me conoce a fondo, como es natural, adivinó con mi gesto mi resolución definitiva. Tanto es así que abandonó la plaza. Es la primera vez que mi padre, toreando uno de nosotros y presenciando la corrida, se ha marchado. Y es que no quiso ver el percance...”
Antonio cita a Buenacara para el cambio a muleta plegada. La cogida se presentía por lo que su padre se marchó del callejón y su hermano Pepe le quitó una vez el toro, pero Antonio insistió en citarle de esa forma, muy confiado. Confianza en el triunfo que se refleja en su cara…
Pero el toro, al fin, no obedeció al engaño. El encontronazo es brutal.
El desconcierto ante la evidente gravedad de la cogida, gravedad que se refleja con claridad en el semblante del torero.
Tan brutal como el tremendo boquete que dejó, en la barriga de Antonio, el cuerno de “Buenacara”. El puño del galeno cabe entero dentro de la herida.
Lo volvió a repetir
Gran parte de los arrestos juveniles de Antonio se fueron por el tremendo boquete de la cornada del toro de don Ignacio Sánchez, pero su torería permaneció incólume. Por eso, sin llegar a mandar en el toreo fue durante muchos años referente de clasicismo y buenas formas aparte de poseer una de las mejores muletas de la historia, pues Antonio fue un muletero excepcional además de torero completo como corresponde a alguien doctorado en la Academia de General Mola, número 3.
Por lo que hace el pase cambiado, Antonio volvería a realizar esta peligrosa suerte alguna vez más, como en México en la temporada 44-45 o en la Corrida de la Prensa de 1946 de las que hay testimonio gráfico.
Antonio preparando el pase cambiado en México. Era la temporada 44-45.
Magnífica foto de Cano de la corrida de la Prensa del 46 con Antonio Bienvenida citando para el cambio a muleta plegada. Un detalle, lleva en la mano derecha un pañuelo, con el que iba secándose el sudor mientras se dirigía hacia el toro. El pañuelo en la derecha es un homenaje privado a su padre quien a veces realizó así esta suerte (Entre paréntesis, Antonio ha sido uno de los diestros mejor vestidos de la historia pues cuidaba mucho todos los detalles de la indumentaria torera).
Antonio Bienvenida rematando el pase cambiado. En la foto se observa perfectamente el quiebro de piernas del que hablaba Ángel Luis al describir este pase (En la mano derecha conserva el pañuelo con el que –a veces- se secaba el sudor en el cite).
A las puertas de la muerte
Grave fue la cornada de Barcelona, como graves fueron algunas otras de las que recibió Antonio, pero, sin duda, la más terrorífica fue la cornada en el cuello que le propinó en Madrid, el 17 de mayo de 1958, un manso de Cobaleda pues le dejó al aire la yugular.
17 de mayo de 1958. Un toro de Juan Cobaleda (encaste Conde de la Corte) lo derriba y, en el suelo, le asesta una puñalada en la yugular.
Los banderilleros Guillermo Marín y Cantitos no logran convencer a Antonio para que marche a la enfermería.
La escena familiar que se produjo después de la operación del diestro fue tremebunda y difícil de comprender fuera del mundillo que forma el Planeta de los Toros o Aldea de Tauro.
Estando Juanito Bienvenida, junto al resto de la familia a los pies del moribundo Antonio, éste -todavía bajo los efectos de la anestesia- gesticula, pues no podía hablar.
El Papa Negro interpreta lo que dice e indica al menor de los hermanos:
“Lo que te quiere decir tu hermano Antonio es que salgas de viaje para Baeza, donde toreas mañana.
Yo te mando que lo hagas ahora mismo.
Si se muere Antonio, pondremos el entierro a la hora precisa para que tú puedas asistir, después que hayas toreado la corrida”
Juanito toreó y cortó cuatro orejas y dos rabos. Volvió después junto Antonio, que por suerte conseguiría recuperarse siquiera lentamente de la gravísima cogida.
Antonio con su hermano Juan antes de un mano a mano en Madrid (año de 1960)
Antonio Bienvenida en solitario. Homenaje a su padre
Otro reto que gustó de acometer Antonio Bienvenida fue el de encerrarse con seis toros para él sólo como único espada, lo que repitió con frecuencia a lo largo de su carrera.
Estoy convencido que, con este gesto, Antonio quería reivindicar la memoria torera de su padre, el Papa Negro, pues precisamente fue en una de esas “encerronas” (que dirían los aficionados mexicanos) donde se truncó la trayectoria de su progenitor.
Pocas veces una fotografía podrá tener tanto valor simbólico como esta que traemos a nuestras páginas. El Papa Negro y Antonio Bienvenida se enseñan mutuamente dos carteles de tardes en las que actuaron como únicos espadas (1910 y 1955, respectivamente). La importancia de las Dinastías toreras no está sólo en la carga de conocimientos que transmiten, con ser esto importantísimo, sino en el cabal concepto del toreo que pasa de padres a hijos.
Uno de los sueños de su padre había sido el de mejorar el record de Guerrita quien toreó tres corridas en un solo día (El Puerto, Jerez y Sevilla). El Papa Negro pretendía también torear tres corridas pero en solitario. No tuvo ocasión de intentarlo por la cornada de Viajero.
Quizás por ello y en su homenaje, Antonio quiso hacer doblete en una de estas actuaciones en solitario y se anunció en Madrid para torear doce toros el día 16 de junio de 1960, en sesiones de tarde y noche.
Aunque no pudo culminar la proeza pues, según Rafael López Egea, cometió el error (contra la opinión de los galenos) de retirarse a descansar durante el intervalo entre las dos corridas. Ello le provocó fuertes calambres y el agarrotamiento en las piernas lo que le obligó a abandonar al término de la lidia del noveno toro.
Como su padre
La vida de Antonio Bienvenida, como la de su padre, es ejemplo de casta, dignidad, orgullo, y responsabilidad. Y, en definitiva, sangre torera derramada por él y los demás miembros de esta gloriosa dinastía que, a lo largo de siglo y medio, bien merecen el reconocimiento eterno de los aficionados.
Antonio Bienvenida convalece de una cornada (1947). La mirada de su padre quien había vivido en sus propias carnes trances similares y sabía las graves consecuencias que pueden tener las cogidas, lo dice todo.
10 comentarios:
Siento curiosidad por saber si este pase cambiado lo han practicado otros toreros actuales, creo recordar haberselo visto a algun torero pero no recuerdo a quien.
Pues por las imágenes que he visto parece ser que ese pase cambiado a muleta plegada fué el primero que dió Joselito al toro "Caballero" de Moreno Santamaría el día de su alternativa, el primero con la muleta de su carrera de matador de toros. Un abrazo.
Esther:
De los toreros modernos creo que pocos han intentado este pase. Otra cosa, y eso si es probable que usted lo haya visto es presentarse ante el toro con la muleta plegada (el famoso cartucho de pescado) para esperandole a pie firme desplegarla al llegar el toro a jurisdicción en emocionante pase natural.
Quien más popularizó esa suerte fue Pepe Luis Vazquez a quien ni usted ni yo pudimos ver en activo aunque si hemos tenido la suerte de ver a su hijo, un grandioso torero que mereció mejor fortuna.
Un abrazo
Oselito:
Efectivamente y ya lo contaremos (o mejor lo veremos) cuando hablemos de esas campañas novilleriles del menor de los Gallo y de su alternativa.
Joselito recibió al toro de su alternativa con un sensacional pase cambiado a muleta plegada para a continuación dar un magnífico pase natural sin enmendarse.
Y tiene mucha lógica que diera ese pase pues no en balde, José (como vimos en documento gráfico) fue discípulo y recogió las enseñanzas del Gordito, el inventor de esta suerte.
Un fuerte abrazo
¡Qué privilegio poder deleitarse uno con esta clase de torería de ayer! Los Bienvenida, Joselito, Belmonte, Chicuelo, tantos otros. Un millón de gracias Sr. Morente por sus muchas reseñas y observaciones taurinas aquí en LRI -verdaderas cátedras de tauromaquia. // Atte., Taurotino.
Bien clara queda expuesta la ejemplaridad de don Antonio Bienvenida. Creo que, junto a Manolete, es uno de los toreros que mejor han sabido transmitir la idea de lo cabal y el ideal de lo caballeroso, dentro y fuera de la plaza.
Muchas gracias por la calidad de sus escritos.
Genial, gracias por la entrada, es fantástica.
Don Antonio Bienvenida es uno de los toreros que más admiro. Honestidad, torería y majestad.
Saludos.
Vazqueño:
Honestidad, torería y majestad
¿Que más se puede añadir?
Un fuerte abrazo
Taurotino
Gracias a usted por seguirnos y leernos.
Un abrazo
PD: Me gusta lo de LRI (no se me había ocurrido)
Retablo:
Pues vaya pedazo de cartel:
¡¡¡Manolete y Bienvenida!!!
Dos conceptos tan distintos pero tan toreros (¡toreros!) los dos.
Un abrazo
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