Por Jose Morente
Un blog gallista donde los haya: Recortes y Galleos de Rafael Cabrera Bonet
En una muy reciente y espectacular entrada del blog Recortes y Galleos de Rafael Cabrera, se hace un análisis exhaustivo y muy agudo del toreo de muleta al natural o por naturales de Gallito.
No sólo me ha encantado lo que dice y como lo dice, sino que, además, Rafael ha desempolvado, entre otras cosas, un artículo magnífico y poco o nada conocido de Luís Navarro de la revista Arte Taurino de julio del año 1915, donde se analiza -de forma muy pormenorizada- el toreo al natural de Joselito.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención de ese artículo es su referencia a un detalle que, aunque conocido, no deja de tener su enjundia y es la circunstancia de que, en sus primeros años, Joselito se ayudaba con el estoque en sus pases naturales.
Vamos a hablar un poco de este tema porque el caso lo merece.
Joselito toreando al natural en Málaga, el 28 de febrero en un mano a mano con Juan Belmonte y toros de Murube. Una corrida que no respondió a la expectación que el enfrentamiento de los dos colosos había levantado (Fotografía del Blog “Recortes y Galleos”.
Cossío, uno de los aficionados que más veces le vio torear pues le acompañó en numerosos viajes, señala en el análisis de su toreo, que incluyó al final de la biografía del diestro en el Tomo III de su monumental obra, que.
“Gustaba de torear al natural en redondo, y en estos pases acostumbraba a ayudarse ligeramente apoyando el estoque en la muleta”
Joselito en Madrid, en sendos naturales con toros de Contreras (Era el día 8 de mayo del año 1915 en mano a mano con Juan Belmonte). En ambos, se observa como se ayuda con el estoque. En el primero se adivina ese modo suyo especial de doblar algo la rodilla izquierda y que le confiere una estética muy personal a sus pases naturales. En el segundo, que corresponde al final del muletazo, resulta evidente la intención del torero de prolongar la embestida para ligar un natural con el siguiente. Frente al natural de Belmonte, diamante escaso, el natural de Joselito destaca por su propensión al toreo en redondo (fotografías del blog de Rafael Cabrera).
Un natural de Juan Belmonte, que no se ayudaba con el estoque, en la quinta de feria de Sevilla (21 de abril de 1915) a un toro de Miura. Al contrario que el natural de Joselito, el de Juan era más sesgado y hacia afuera aunque con una estética tremenda y mayestática. Un monumento en si mismo pero sin vocación –ni intención- de continuidad.
Sobre el natural de Joselito ayudado con el estoque, Don José María añadía que:
“Esta circunstancia en aquellos años de apasionamiento, le fue echada en cara como defecto.
Todo aficionado que de buena fe lo considerara había de convenir en que no era sino costumbre adquirida, según yo le oí declarar cuando le instábamos a que la abandonara, por creer que componía así mejor la figura”
Otro natural de Joselito en Madrid, esta vez en la corrida de Gamero Cívico (10 de mayo de 1915), celebrada dos días después del mano a mano con los toros de Contreras. En esta foto se aprecian muy bien las características del toreo al natural de Joselito, del que nos hablaba Rafael Cabrera en su entrada: Naturalidad (La pierna izquierda flexionada por la rodilla), intención de ligar el muletazo con otro natural (delatada por el giro de muñeca hacia atrás, el palillo horizontal y la punta del pie izquierdo mirando hacia la salida del toro) y la circunstancia de ayudarse con el estoque, propia de su primera época. La comparación de esta foto (que fue portada del número 1.004 de la revista Sol y Sombra) con la anterior de Juan Belmonte, es muy reveladora de la forma de torear de ambos diestros. Del cruce entre ambos nacerá el toreo moderno.
Que esa costumbre no era defecto, lo aclara el propio Luís Navarro en el artículo citado de Arte Taurino y que transcribe Rafael en su blog:
“Dícese con gran frecuencia que Gallito usa en esta suerte de enorme ventaja, consistente en extender y aumentar el tamaño del engaño con el estoque, que en él se apoya. Y no. No es exacto.
Joselito inicia el pase natural teniendo la muleta en la correcta y precisa posición. Ejecuta así el primero, y el segundo tiempos de la suerte. Y en el tercero, suavemente, da un ligero golpecito con la punta del estoque en la parte de la muleta que más cerca está del torero. Tiene esto por objeto que, al moverse la tela en su parte más próxima al diestro, el toro distraiga su atención para concentrarse en ese punto y se revuelva más prontamente para así poder más fácilmente repetir la suerte.
Pero esto no implica, cual quiérasenos hacer creer, un aumento en el tamaño del engaño. No hay tal. Además, de que si así fuese –y es para que veáis la extremadamente débil salida de ese argumento- en cambio del tamaño aumentado del engaño, el espada no podría estirar el brazo izquierdo tanto como con la muleta sola, con lo que se hallaría la compensación”.
La foto tiene mala calidad pero vale como testimonio gráfico. Joselito en Córdoba el 25 de mayo torea al natural a un toro de Murube. Se aprecia muy bien como se ayuda con el estoque en este muletazo.
El detalle de golpear, con la espada, la parte interior de la muleta creo que no lo había señalado nadie antes de este autor y no lo he visto recogido en ningún sitio posterior a él.
Evidentemente y como dice, no parece que Joselito utilizara el estoque para aumentar el tamaño del engaño, sino para fijar la atención del toro en la muleta y, quizás, también para evitar que flameen las bambas de la misma, algo primordial si se quiere dirigir correctamente la embestida y mandar en ella y no sólo limitarse a contemplar como pasa el toro.
Sin embargo, a Joselito por esta época empiezan ya los aficionados a no dejarle pasar ni una. Hasta tal punto, que la circunstancia de ayudarse con el estoque, esa “costumbre adquirida” que decía Cossío, le fue recriminada duramente:
“Recuerdo [continúa diciendo Cossío] que toreando en Santander Saltillos, creo que en el verano de 1915, un grupo de conocidos aficionados, le increpó al dar un natural en esta forma. Joselito se echó entonces la mano del estoque a la espalda y dio tres más admirables. Creo que fue esta la primera corrida en que toreó así por naturales, y así siguió toreando hasta su muerte”.
Efectivamente, la corrida de Saltillo de Santander a la que se refiere Cossío, tuvo lugar en el verano del año 15, concretamente el día 1 de agosto. La anécdota la relataba, de forma mucho más sucinta, el revistero de Sol y Sombra, José D. Soto:
La reseña de Sol y Sombra de la faena de Joselito a su segundo toro de Saltillo, la tarde del 1 de agosto del 15 en Santander, y que corrobora lo que afirma José María de Cossío. Al natural primero, ayudándose con el estoque, lo conceptúa como mero “ayudado”.
Algo muy parecido decía La Lidia del día 2 sobre esa faena de la que destacaba los tres “magníficos” pases naturales. El toro -detalle para la pequeña historia del toreo- se llamaba Tahonero.
Finalmente, el revistero de Palmas y Pitos, hacía hincapié en el detalle que nos ocupa (habla de tres naturales superiores sin ayudarse para nada con el estoque)
Joselito a partir de esa corrida de Saltillo en Santander, dejó de ayudarse con el estoque para el pase natural, como dice Cossío y como vemos en las imágenes que insertamos a continuación (todas de la segunda parte de esa temporada del año 15), algo que la Prensa de entonces, muy atenta, rápidamente señaló.
En San Sebastián, a mediados de agosto, dando un natural, ya sin ayuda del estoque, lo que aprovechaba el revistero del The Kon Leche para hacer proselitismo gallista.
Pocos días después (el 22 de agosto) también en San Sebastián, se encerraba en solitario con 6 de Santa Coloma y toreaba a uno de ellos –según dicen las crónicas- “por naturales” (En plural. No en singular). Alguno de ellos fue tan memorable como el de la fotografía. El vicio o costumbre de ayudarse con el estoque había ya desparecido.
En las imágenes (la primera, de una portada de la Lidia y la segunda del blog Recortes y Galleos) vemos dos de los cinco naturales que le ligó en Madrid, el 26 de septiembre, a un pavo de Santa Coloma. Cuatro días después le cortaría a otro Santa Coloma de nombre “Cantinero” la primera oreja que se concedía en Sevilla.
Reflexiones y conclusiones finales.
Repasando esta pequeña historia de la evolución del pase natural de Joselito se me ocurren dos reflexiones.
Una. Que, a la vista de las fotografías disponibles y tal y como afirma Cossío, parece claro que Joselito, que se ayudaba con el estoque para el pase natural en su primera época, dejó de hacerlo a partir de la corrida de Saltillo en Santander, donde se echó la mano del estoque a la espalda, tras ser recriminado por varios “conocidos aficionados”.
Dos. En cualquier caso, esa “costumbre adquirida” del diestro de Gelves no creo que fuera en él ni vicio ni defecto, pues si bien es cierto que lo primero que se piensa es que el estoque sirve para alargar el tamaño de la muleta (como el pico serviría para alejar al toro del cuerpo del torero) creo que hay que admitir que, igual que el pico se utiliza hoy -en la mejor ejecución de la suerte- para acercar (y no alejar al toro), resulta plausible pensar que el estoque lo utilizara Joselito para mejorar el trazo del muletazo y ¿porqué, no? hacer volver al toro y facilitar la ligazón, tal y como señalaba Luis Navarro en el artículo de Arte Taurino, que ha tenido la gentileza de rescatar Rafael Cabrera Bonet.
Y esto me lleva a dos conclusiones:
Primera. Frente a la habitual tendencia al encasillamiento a que propendemos los aficionados, los toreros cambian. No ya de un toro a otro o en un mismo toro (como Joselito) sino de una tarde a otra o de una temporada a otra y, sobre todo, en las distintas etapas de su vida.
No voy a citar casos recientes de buenos toreros que, en un momento dado, atraviesan un “bache” o de toreros capaces que empiezan un año a entender el toreo cabal y plenamente. Sus nombres están en la mente de todos. Sin embargo, el “aficionado medio” rara vez es capaz de aceptar y reconocer esas mudanzas pues se obstina y obsesiona en mantener sus obsoletas valoraciones. Y se queda tan ancho.
Segunda. La protesta de los aficionados santanderinos resultó, a la postre, beneficiosa para el propio torero. Sin embargo, no debemos olvidar que este caso es una excepción, debida a la inmensa clase y capacidad torera de José quien era capaz en un instante de cambiar su toreo, algo que no está al alcance de nadie o casi nadie.
En la Feria de San Isidro de 2011, un indocto (y grosero) sector del público, exigía a Juan Mora que cambiase -sobre la marcha y después de tantos años de profesión- su forma de coger la muleta por el extremo del estaquillador en el pase natural. El torero, lógicamente, se plantó ante el poco respetuoso “respetable”. En la fotografía de Juan Pelegrín, Juan Mora torea al natural con la muleta cogida por el extremo del estaquillador sólo unos meses antes del anterior incidente. (Exactamente, el día 2 de octubre de 2010 –Feria de Otoño- cuando el diestro de Plasencia salió a hombros por la Puerta Grande de las Ventas)
En resumen, los toreros cambian su modo de torear pero pretender que lo hagan en la plaza y sobre la marcha –al hilo de una protesta-es un desiderátum impropio de buenos aficionados.
Que no se nos olviden estas dos enseñanzas de Joselito.
…Y Joselito siguió toreando al natural sin ayudarse del estoque hasta su muerte en Talavera (Écija, mayo de 1920)
16 comentarios:
Cada torero debe torear como lo sienta y con su personalidad,eso de ir a los toros a decirle a un torero como tiene que torear y hacer las cosas me parece de pesimos aficionados.Otra cosa es que nos guste mas o menos su actuacion lo que expresaremos al finalizar esta.
Si hemos acusado a Manolete por ayudarse con el estoque -de palo o no- de falta de naturalidad, qué razón hay para no hacerlo con José. El natural para serlo, necesita además de naturalidad, ejecutarlo a pelo. De forma que si es ayudado no es natural, lo que debe quedar claro.
Ni que baje de los Toreros Cielos ese "Ángel alado de Versos" que les hace guardia a José y a Manuel, me convencerá de lo contrario.
Respecto de la forma de coger el destaquillador, considero que debe ser optativo del torero. Como aficionado práctico que he sido -ya menos o nada- de siempre he usado un palillo corto -sobre los 55 cm.- para darle mas dimensión a los vuelos; la caída, no más de 85 cm. y es por ello que siempre he arrastrado en mis naturales con el destaquillador bastante oblicuo y cogido traserillo, desde media panza hasta el vuelo exterior; fenomenal para ligar sin necesidad de dejarla puesta. La foto de Mora es expresiva de mi concepto.
Ese espectador -uno y localizado, nada más- de las Ventas que le pedía a Mora el centro del destaquillador por lo visto tiene la idea de patentar destaquilladores con "asa". Palabras a modo de chiste de Juan Mora en la Tercio de Varas de Linares en sus Tertulias 2012.
Saludos de Gil de O.
Domi.
Suscribo al 100 por 100 su opinión, como no podía ser menos
Un cordial saludo.
Gil de O.
Plantea usted de entrada dos cuestiones distintas al exigir la naturalidad en el natural. Una de orden técnico y otra de tipo estético.
Sobre la cuestión técnica o semántica de como denominar los naturales ayudados con el estoque creo que el tema debe quedar abierto pero si yo leo en una crónica (p. ej. Sol y Sombra) que Joselito dio un ayudado no pienso en el pase que comentamos por eso, lo de natural ayudado con el estoque me parece más gráfico.
La otra cuestión es aún más compleja y es el tema de la naturalidad con que deben realizarse las suertes. Un tema de estética o de expresión y no ya de técnica.
Partiendo de la base de que tan arte es el expresionismo alemás como el neoclasicismo francés, las opciones son infinitas. Por ello optar (o exigir) que el natural exprese naturalidad no es sino una opción más.
Y dicho sea de paso, sin pretender convencerle de nada, por supuesto.
Con lo del estaquillador (o destaquillador)cincido que debe ser privativo del torero. Nada que añadir a lo ya dicho por usted.
Saludos
Evidentemente si la obra, bien dentro de la corriente expresionista alemana o la neoclásica francesa, me emocionan, las consideraré Arte.
Si la característica principal, dentro del orden semántico, es tan importante como para darle nombre al pase "natural", es imposible entender que el lance ejecutado sin esa naturalidad que lo define, deba llamarse de tal guisa.
No es natural el ayudado, no es natural si hay crispación, no es natural si se corrige la posición, no es natural -valga la redundancia- si la posición de cite no es la natural frente al toro, no es natural si la muleta se coloca atrasada y en ocasiones forzada su caída para evitar el ser adelantada en caso de que la construcción del muletazo así lo exija, bien por las condiciones del Toro o la falta de entrega del matador. No obstante, en algunas de estas excepciones puede haber Arte, sin ser la ejecución natural.
Me va a perdonar sr. Morente: Yo si quiero convencerle con alguna de mis argumentaciones. Usted puede que con las suyas no lo pretenda, pero sí que me convence; de lo contrario no intervendría con mis comentarios con tanta frecuencia en su/nuestra "la razón incorpórea".
Por muy gráfico que quede, en sí la expresión "ayudado" ya es más que suficiente.
La naturalidad en todas las suertes es lo ideal, es por ello que los disfraces, desvíos y alivios de los elementos protagonistas que intervienen en ellas tan frecuentemente en estos días, no los aceptemos los que hemos tenido la suerte de vivírlos -siempre en dosis breves- a lo largo de nuestra vida.
No debemos olvidar que en el Toreo, lo bien resuelto técnicamente, va acompañado de Arte. Son conceptos inseparables. Extraño fenómeno que no se da en todas las Artes.
Saludos de Gil de O.
¡Y por eso son estos blogs tan estupenda y tremendamente taurinos! Cátedras e enciclopedias de información justa y apasionada, de romance y torería. GRACIAS por este caudal de arte y cultura que sólo se producen mediante una fina investigación de historia, hechos e interpretación muy conocedora de la fiesta brava. En efecto, el arte y estilo de Joselito... y su don de lidiar al natural con y sin la ayuda del estoque son testimonio -parcial, claro- de su dominio y estampa tan únicos.
Enhorabuen Dn. José Morente. // Atte., Torotino.
Estimado Gil de O.:
Varias cosas:
Uno. La expresión "ayudado" es posiblemente válida y suficiente para el aficionado conocedor de la jerga o tecnicismo taurino pero creo que queda muy lejos del mero espectador.
En la crónica de Sol y Sombra, la referencia del cronista (dio un ayudado y tres magníficos naturales) sólo la podían entender cabalmente los espectadores que asistieron a la corrida (¡y también nosotros gracias al testimonio de Cossío!) pero no los que no asistieron.
La clave creo que está en para quien se escribe y que se le quiere contar al lector. Aunque eso es temario de un Curso de Periodismo Taurino (y no taurino).
Sobre el unamuniano tema de convencer o no, creo que el debate -y los de este blog cada vez me divierten e interesan más- es más motivo de aprender que de convencer como, por ejemplo, su reflexión sobre la "naturalidad" del toreo al natural.
Eso sí, le matizaría que los aspectos que razonada y razonablemente comenta y le sirven para definir el natural, a mí me valdrían para definir el
"buen" natural pero no para negar el título de tal al pase que no los cumple.
Sin embargo, este tema (la naturalidad o -más ampliamente- la expresión estética en el toreo) ni puede ni debe quedar aquí.
Ando empeñado en los temas técnicos pues son los más olvidados pero reflexionar sobre el valor y la estética en el oficio taurino debe tener también la necesaria cabida en este (nuestro) blog.
Atentamente. Un cordial saludo
Jorge:
Lo de "romance y torería" me ha calado hondo.
Estoy como los toros de Saltillo cuando les llegaba la sangre a la pezuña: Viniéndome arriba.
Muchas gracias.
Enhorabuena por la entrada.
Me ha encantado, sobre todo, por su alto contenido técnico.
La verdad que los comentarios y "pequeños debates taurinos" me han parecido muy sabrosos.
Me ha llamado la atención un aspecto: Joselito dejó de utilizar la ayuda, después de que lo increparan...
No me gustan nada las "recomendaciones" que se le hacen desde los tendidos a los que se juegan la vida (sobre todo en Madrid) pero en momentos muy puntuales, que quizá tengamos en mente, toreros como los maestros Ponce o Juli, muy cuestionados en Madrid, han sacado su mejor versión y su mejor toreo después de "revelarse" tras algún improperio.
Quizá sea anecdótico... o no?
Un saludo y enhorabuena de nuevo. A veces me da miedo abrir un blog taurino ( por el mero hecho de ser taurino) y leer lo que dice.
Aquí es un gusto entrar
Estimado don Jose, en mi vida he visto quizá a uno o dos toreros que han cambiado para bien, los demás o permanecen en su mismo estilo o se vuelven peores.
Pasando a lo del ayudado, me parece obvio que el derechazo es menos expuesto que el natural porque el estoque simulado ayuda a pasarse más lejos al toro con una muleta aumentada. Me gustaría ver, en una tarde de mucho viento, a algún torero pasarse la espadita de palo a la zurda y ayudarse para pegarle derechas al toro. ¿O usted ha visto ya eso? Un abrazo y ¡Enhorabuena por su blog! Gastón Ramírez C.
Alberto:
Muchas gracias por sus comentarios.
Estoy de acuerdo con usted y es cierto que a veces, una protesta en la plaza ha forzado a un torero a hacer algo que, sin ella, no hubiera hecho y, en ocasiones, para bien del espectáculo.
Pero, sin embargo, demasiado riesgo y demasiada responsabilidad el que por una exigencia inoportuna ocurra una desgracia en el ruedo, algo que ha pasado demasiadas veces (Curro Guillén, Varelito, etc.) y que, por eso, deberíamos evitar.
En consecuencia, coincido con su opinión y sensato criterio.
Un abrazo.
PD. Y cuidado, que no se entienda mal. No se trata de evitar todas las protestas sino de evitar las protestas a destiempo. Y, sobre todo, como decía Corrochano, es más dificil aconsejar (para lo que hay que saber mucho de toros. Más que el torero) que recriminar.
Gastón:
Yo he visto de todo.
No cito las decadencias o la pérdida de facultades por prolongar indebidamente una carrera y de la que tenemos multitud de ejemplos, algunos muy jaleados por algunos aficionados pero de mejorías recuerdo bastantes. Y es que el toreo es tan complejo que un torero recién alternativado tarda ,a veces, varios años en "hacerse".
Como cambios espectaculares, pondría el ejemplo del Niño de la Capea, un gran torero desde novillero pero que, a su vuelta triunfal de México, creo que descubrió que se podía torear más despacio que como el lo hacía antes de cruzar el charco.
Resultado: Que cuando se presentó en San Isidro ese año, montó un verdadero lío en la plaza de Madrid. Yo pude ser testigo afortunado de aquello. A partir de entonces fuo otro.
Un fuerte abrazo.
PD: Lo de cambiar de manos la muleta y la ayuda no lo he visto.
Pero si he visto torear sin ayuda. Recuerdo haberlo visto hacer así a Daniel Luque en Madrid y Granada hace pocos temporadas y, sobre todo, a José Tomás en Nimes.
Este último, con el mérito añadido de que así fue como empezó la faena y la continuó casi hasta el final. Sin ayuda.
Como asiduo lector-devorador de este blog. me permito hacer dos comentarios:
-el primero ,de infinito agradecimiento por lo que tiene el blog de conocimiento, torería , sensatez y enseñanza.
-el segundo, es que creo que no debe caer en saco roto lo comentado en el post de Gil de O.:"No debemos olvidar que en el toreo lo bien resuelto tecnicamente, va acompañado de arte. Son conceptos inseparables.Extaño fenómeno que no se da en todas las artes."
Me parece que desgranar lo comentado por Gil de O., puede ser del máximo interes. La comparación y singularidad del toreo con otras artes.
Cuando los "sabios" de Madrí le gritaron "¡Pico!" a Currito Rivera (allá a principios de los setenta, mientras toreaba al toro "Langostero"), Francisco Martín Rivera Agüero plegó la muleta a la mitad y toreó perfectamente al natural. Huelga decir que los trogloditas enmudecieron y hasta aplaudieron. Un ejemplo mucho más torero que lo que hayan podido hacer Ponce y Juli, casos a los que alude don Alberto Marcos. Saludos, Gastón Ramírez Cuevas.
Francisco:
Lo primero, muchas gracias por el elogio
Y lo segundo, muchas gracias por el consejo.
Es verdad que hablamos aquí más de técnica que de otras cuestiones (valor, arte, etc...), la razón es que esa sigue siendo la asignatura pendiente de (la mayoría) de los públicos, de (bastantes) aficionados y de(algunos) periodistas.
No obstante y aunque sobre la relación entre técnica, valor y arte ya dedicamos alguna entrada en este blog, no debemos dejar caer en saco roto la sugerencia de Gil de O. (que usted hace suya) y, por tanto, volveremos sobre ese tema al hilo, por ejemplo, del toreo de Juan Belmonte, ejemplo apropiado pues, además, hemos entramos en el año de su Centenario de alternativa.
Un cordial saludo.
Gastón:
Buen ejemplo el de Curro Rivera. Otro que añadir a la lista de agravios inferidos por los públicos a los buenos toreros. Y van...
Un abrazo
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