Joselito en la plaza de las Arenas de Barcelona el 2 de julio de 1918. A este toro de Medina Garvey le toreó a base de pases naturales en redondo
Veíamos en la anterior entrada del blog como el toreo había evolucionado, a lo largo del tiempo, pasando de un mero encontronazo con una fiera a la faena que hoy conocemos.
Los toreros en su afán por reducir el protagonismo de varilargueros y matadores fueron rizando el rizo de sus propuestas, intentando prolongar al máximo los tiempos de su encuentro con el toro y procurando componer (en ese encuentro) imágenes plásticas lo más atractivas posibles para el espectador.
Me parece muy interesante ilustrar ese complejo e interesante proceso revisando (en nuestra particular y peculiar tauroteca) algunas de las viejas imágenes de cine que han llegado hasta nosotros.
Track 01. Guerrita (El primero que intuyó la necesidad de otro tipo de toro)
Esta película es de final del siglo XIX. De los hermanos Lumiére. El que torea de muleta en la plaza de Nimes parece ser que se trata de Rafael Guerra “Guerrita”. Aunque da igual.
En otras imágenes de esta misma película si se distingue claramente a Mazzantini quien era matador antes que torero y cuya fama le vino, en parte, por cuestiones extra-taurinas. Su toreo no tiene relevancia alguna en el proceso que comentamos.
Al contrario que el de Guerrita quien fue el primero que se dio cuenta que hacia falta otro tipo de toro pues el toro antiguo palurdo y cornalón de la época de Lagartijo y Frascuelo les valdría a ellos pero no podía servir en la nueva etapa. Por eso Guerrita empezó a pedir a sus picadores que aumentasen el castigo en la suerte de varas dejando a los toros enganchar a los caballos. Para que el toro llegase a la muleta menos agresivo. Más pastueño.
El Guerra (o quien fuere) torea (¡lástima que, a veces, lo haga fuera de encuadre!) con mucho conocimiento pero al modo que era entonces habitual: Un pase por un lado y el siguiente por el contrario, con el toro siempre por los mismos terrenos (las afueras en este caso).
Un detalle técnico muy interesante es que el torero (torero de línea natural pura y dura) se cambia la muleta de mano en cada pase con lo que consigue evitar el toreo cambiado.
Track 02. Bombita (El que mantuvo el tipo)
En este segundo corte vemos a Bombita con un toro manso en Valencia a principios de siglo XX.
Los pases siguen siendo uno por cada lado pero sin cambiar de mano la muleta. La faena tiene enjundia porque aunque el torero se limita a resolver el problema técnico del toro manso y a prepararlo a la muerte, existe en Bombita una cierta intención estética. El Bomba era tildado de torero de clase especialmente en comparación con Machaquito, muy valiente y emocionante matador pero más limitado en su toreo.
Bombita y Machaquito cubrieron el interregno entre el Guerra y la época de Joselito y Belmonte, pero no llegaron a alcanzar la categoría de ellos ni a mandar en el toreo. Por eso, en su época, el toro creció de tamaño, edad y defensas (como se aprecia claramente en el morlaco de las imágenes) en claro ejemplo de la teoría del sube-baja:
“Cuando el torero crece, el toro mengua (Y viceversa)”
Con las imágenes de estas dos películas queda claro (muy claro) como era el toreo a finales del siglo XIX y principios del XX. O mejor dicho, como se construía entonces la faena. Faena que consistía en una sucesión de pases con el fin de ir preparando al toro para la muerte, quitando resabios y corrigiendo defectos e intentando un mínimo lucimiento.
Track 03. Joselito (El que propuso el nuevo modo de torear)
Estas imágenes son muy importantes pues representan un momento clave en la historia del toreo y desmienten muchos de los tópicos acuñados por los escritores taurinos de cuerda belmontista (¡Maldito video, dirán ellos!).
En ellas vemos a Joselito el Gallo toreando a “Descarado” segundo toro de la tarde de los 7 toros de Martínez en Madrid. Era el 4 de julio de 1914.
Esto lo descubrió Pepe Alameda. No las imágenes, que ya se conocían hace tiempo pues esta película es uno de los mitos del toreo, sino su importancia pues Joselito torea con la izquierda y en redondo. O sea, a un pase con la izquierda sigue otro por el mismo lado. Es la primera tanda documentada de la historia del toreo.
Cossío remacha y dice que José gustaba, casi todas las tardes, torear al natural en redondo. Un detalle: al principio se ayudaba con el estoque, lo que se le reprochó. Por ello, abandono esa costumbre y ya nunca más lo hizo (la estética empezaba a pesar en el ánimo de los espectadores).
En su ejecución, esta tanda iniciática es un esbozo rudimentario de lo que vendría después, pero está clara la intención del torero de ligar los pases en redondo tendiendo la suerte y, sobre todo, sujetando al toro al final del pase. Para que no se vaya. Para que vuelva.
Estamos en el comienzo del toreo moderno para el que hizo falta un nuevo toro pues como explicaba Fernando Cámara, para hacer esto –para torear en redondo- es necesario un toro bravo. Si no, no es viable.
Joselito puso ambos, pues trajo el nuevo toro y (lo que es más importante) apuntó el nuevo modo de construir las faenas.
Track 04. Chicuelo (El que lo hizo)
Track 04. Chicuelo. No hay imágenes. Fundido en negro
La faena de Chicuelo a Corchaíto. La faena emblemática del toreo moderno, hecha a base de tandas de naturales, no se grabó en película.
Ni esa, ni (que sepamos) su faena de Figueras, en 1922. O la del toro Dentista, en México en 1925. Tampoco está filmada la faena que este genial diestro hizo en Maracay, el año 1935, a Carpintero de Antonio Pérez de San Fernando. Suma y sigue…
Fundido en negro.
Track 05. Manolete (El que lo hizo –casi- todas las tardes)
Manolete puso en práctica el nuevo toreo de Joselito y Chicuelo casi todas las tardes. Con él, por tanto, se cumplía quizás la profecía de Belmonte (“llegará un día un torero que toreará a todos los toros”).
Vemos a Manolete en México el 9 de diciembre de 1945. El nuevo toreo se impone y ya todas las faenas se harán a base de tandas de naturales con la izquierda o con la derecha. Estos últimos habían sido puestos de moda, en los años 30, por el baturro Nicanor Villalta y rebautizados con el horrendo nombre de derechazos.
Algo se perdió en el camino, pues no todos los toros admiten este tipo de toreo. Pero, si no todos, si lo aceptarán casi todos lo que permitirá depurar las suertes y los muletazos hasta límites insospechados en la época del Califa de Córdoba.
Hoy no sé si se torea mejor o peor que ayer (como se preguntaba Luís Miguel López-Rojas en anterior entrada de este blog que aconsejo releer) pero se torea por tandas lo que tiene su mérito y, desde luego, el muletazo se ha complicado mucho desde el punto de vista técnico (fundamental la aportación de José Tomás) buscando acentuar su estética para captar la atención y el interés de los públicos en un proceso cuyo paso siguiente (¿Cual será?) no se adivina.
(Continuará…)