sábado, 21 de enero de 2012

Así toreaba el Papa Negro (y III) El pase de la muerte

 

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Bienvenida ejecutando el pase de la muerte (en el fondo un pase estatuario) en Granada el 2 de junio del año 13.

 

El pase de la muerte. Un tema aparte

Si como decíamos, el capote se presta a dejar volar la imaginación, ésta en el caso de Bienvenida era tan grande que alcanzaba también el toreo de muleto. De ahí su pase cambiado a muleta plegada (del que hablaremos más detenidamente cuando comentemos el toreo de su hijo Antonio) y de ahí, el denominado “Pase de la muerte” cuya invención se le atribuye.

Según José María de Cossío, se llama “Pase de la muerte” a una variante del ayudado por alto que se da “cuando el toro viene muy arrancado y no se corren las manos, sino simplemente se levantan verticalmente y pasa la res bajo el engaño sin más mando que la dirección de su viaje”.

 

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El pase de la muerte de Bienvenida en la versión genial de un torero genial, Joselito el Gallo

 

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Aquí, por el contrario, Bienvenida ejecuta un pase ayudado por alto. Estamos en la tradicional corrida de Miura de la feria de abril sevillana del año 12. Un toro muy bien puesto de pitones al que Bienvenida trastea sin apreturas y con la lógica precaución.

 

Como hemos dicho, la invención de este pase se le atribuye. Se lo decía Bienvenida al Caballero Audaz, en la entrevista que citábamos más arriba, la mañana de la corrida de Madrid en la que resultó cogido:

Esta tarde, José Mari, voy a dar  en Madrid  un pase que si me sale bien armaré una verdadera revolución en el toreo

Después de la cogida le diría compungido:

“Tengo hecha cisco esta pierna. Ya ves. ¡El “pase de la muerte” que te dije, lo ha sido para mí!

 

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Genialidad del Papa Negro. En Caracas, muchos años después (1924), Bienvenida realiza una escalofriante versión del pase de la muerte, el pase de su invención, con las manos muy bajas y los codos muy pegados al cuerpo. Impresiona la impasibilidad del torero ante la embestida del toro. Un toro que se frena, se le vence y le busca.

 

Balance final. Siempre en torero

Si bien, en cierto sentido, la cogida del Trespalacios supuso –como él mismo decía- su muerte como torero, el Papa Negro perdura en la memoria de los buenos aficionados y no sólo por ser “el padre de los Bienvenida” sino por su propia torería, por su espléndido concepto del toreo y por su huella en los ruedos que ni siquiera el paso del tiempo consigue borrar.

 

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Manuel Mejías Rapela. Foto de estudio de 1894, con diez años.

 

Papa-negro-03_thumb_thumb_thumb_thum  El Papa Negro en una foto de estudio muchos años después pero con el mismo aroma de torero. El parecido físico con su hijo Antonio es tremendo.

 

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Bienvenida citando a banderillas en México en 1908. Muy en corto para un par de frente. Elegancia y torería.

 

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Muchos años después, hacia 1945, el Papa Negro, casi con 60 años pero con la misma apostura que cuando era joven, cita para banderillear en un festival en Arganda del Rey.

 

Genio y figura de un gran torero

En el Festival Homenaje a Nicanor Villalta que se celebró en Madrid, el Papa Negro intenta poner un par de banderillas. Se lo impidieron. El gesto de resignación que hace no tiene desperdicio.

 

Festival Homenaje a Nicanor Villalta (Septiembre de 1956)

 

Epílogo-homenaje 

Y para rematar, el par (magnífico) que sí puso unos años antes en Arganda.

Festival-Arganda-del-rey-Papa-Negro-[2]

El par de Arganda

4 comentarios:

  1. Corrígeme si estoy equivocado, pero ¿qué no es lo mismo el Pase del Celeste Imperio que el Pase de la Muerte? Considero que el pase cambiado a muleta plegada es una verdadera proeza, un compendio de valor y temple, pero este ayudado por alto no se me hace algo del otro jueves. Si el Papa Negro fue gravemente herido ejecutándolo, debe haber sido porque su honra no le permitió quitarse del viaje del toro, no por la peligrosidad inherente al pase.
    Un abrazo.

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  2. Gastón:

    Desde luego el pase cambiado a muleta plegada es algo excepcional y por ellos pocos han sido quienes lo han cultivado. El que mejor Antonio Bienvenida a quien se lo enseñó su padre (Hablaremos de ello espero que pronto)

    Volviendo al estatuario efectivamente se le llamó también (sobre todo cuando lo daba Rafael el Gallo) el pase del Celeste Imperio.

    Hoy nos hemos acostumbrado a los cites de lejos con el torero muy quieto y sacando la muleta al costado (El sensacional litrazo de Litri padre) o por detrás (Los de Perera o Castella en los medios) y le damos poca importancia.

    Pero la tienen pues, como bien dices, la honra o cualquier error de cálculo y con la velocidad que trae el toro puede tener funestas consecuencias.

    Que se lo digan al Papa Negro o sin ir más lejos, que se lo digan a nuestro admirado José Tomás quien seguro recuerda el tremendo testarazo que le propinó el toro de su regreso a los ruedos en Valencia.

    Un fuerte abrazo

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  3. Y hablando de poner banderillas ¿porqué ese empeñan en señalar que el par debe "sacarse de abajo"? ¿Porqué se considera "un canon" si no añade riesgo alguno,ni da más ventajas al toro ni, en consecuencia,aumenta el peligro del torero? En mi opinión es una mera cuestión estéticaa la que nos hemos acostumbrado a fuerza de verlo repetido
    Ahí estánlos vídeos de los hijos del Papa Negro poniendo banderillas, ejecución en la que no creo que se distanciaran mucho de su padre.Llevan el par arriba, cuadran, clavan y se van de la cara del toro, sin más.

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  4. Antonio:

    Lo cierto es que es algo que siempre me ha llamdo mucho la atención. La forma de banderillear de los Bienvenidas (y otros toreros antiguos) llevando los palos arriba.

    Como usted dice, no hay que considerar cánon algo que sólo afecta a cuestiones de estética.

    Precepto aplicable también -creo- al capote y a la muleta.

    Un abrazo

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