viernes, 23 de agosto de 2019

Juan Ortega, las chicuelinas en el aire de Chicuelo

Por Jose Morente
Una de las chicuelinas del excepcional quite que dio Juan Ortega en Málaga por este palo mirándose en el espejo de su creador (Foto: Hugo Cortés)
Una chicuelina de Chicuelo (Foto: Archivo Dinastía Chicuelo)

El pasado día 20 de agosto, el diestro Juan Ortega entró en los carteles de la feria de Málaga en sustitución de Sebastián Castella ante una mansa corrida del Puerto de San Lorenzo. Su actuación, muy torera estuvo plagada de múltiples detalles entre los que me apetece destacar un sensacional quite por chicuelinas, mirándose en el espejo del torero de la Alameda, al sexto toro de la tarde. Puede verse aquí a partir del minuto 6:18.

De Chicuelo a la fecha muchas son las chicuelinas que se han dado y muchas las que uno ha podido ver. Chicuelinas de todos los colores, formas y estilos. La chicuelina, el lance que puso en pie Chicuelo a partir de la vieja Navarra, ante la inesperada acometida de un toro, es hoy por hoy un lance recurrente que prolifera por doquier. Chicuelinas de frente y de perfil; esperando al toro o echando el capote adelante; garbosas (tal cual las daba Manolo González) o tremendas (¡Ay, aquellas de Manolete en la corrida de Coaxamalucan con Pepe Luis en México); hondas o ligeras; a toro parado o de salida; a pie firme o al paso... buenas y malas. 

Tanto se han visto, este y otros lances similares, que Corrochano llegó, en pública y pretendidamente jocosa denuncia, a indicar que, viviendo en época de grandes inventos, todos los terminados en "ina" menos la penicilina eran invento los toreros. Antibióticos del toreo, les llamaba.



Era una crítica a los inventos, a las nuevas suertes. Pero se equivocaba de plano el dogmático crítico de ABC, pues la valía y mérito de una suerte está al fin y al cabo no en su antigüedad, sino en su esencia y, sobre todo, en quien y como la practica y su profusión es únicamente indicio de que satisface los gustos del público. Hoy y siempre, la chicuelina ha sido y será piedra de toque de los buenos toreros. Ahí es nada atreverse con un lance creado por un torero tan genial como Manuel Jiménez Chicuelo y que han practicado otros toreros no menos geniales que su inventor. ¡Vivan las chicuelinas!

Aquí como prueba un ramillete de ellas...

Chicuelo. El modelo original. Arte en estado puro. La fuente en la que tienen que beber todos los que se acerquen a este lance. Chicuelo citaba con las manos altas y en posición de tres cuartos.
Manolo Bienvenida. Oro puro de ley en una chicuelina para la posteridad con las manos algo más bajas. Así también las daba Chicuelo.

Antonio Bienvenida. Estética indiscutible en una chicuelina con las manos muy bajas. Tan bajas que exige un toque para desplazar al toro.
Paco Camino. Citando con las manos altas pero de frente al toro y trayéndole muy toreado. El de Camas siempre aportó algo nuevo a todas las suertes que ejecutaba.
Manzanares padre. Clasicismo en vena de un torero en el que se miraban los otros toreros. Estética y personalidad a raudales.
Morante. Miles de registros en el torero de los mil matices. Un ideal de torería indiscutible pero discutido.
José Tomás. La novedad del cite con el compás abierto. Ensanchando el toreo.
Lance sutil, la chicuelina puede también cantarse por lo jondo. Registro dramático en una ajustadísima chicuelina de Saúl Jiménez Fortes.

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