NOTA DE LRI: Frente al público que sólo va a divertirse, el público que sólo va a enjuiciar. Frente al espectador que concibe el toreo como una Fiesta (en la que participa sin entrar en más complicaciones), el que lo concibe como un rito sagrado (del que se considera depositario y defensor de sus esencias).
Dos posturas antagónicas y aparentemente irreconciliables que han obligado al Alto Tribunal Superior del Toreo a tomar cartas en el asunto y emitir una Sentencia ejemplar que, sin embargo, no contentará a ninguna de las partes en litigio, lo que será prueba palpable de su equidad e imparcialidad pues en el término medio está la virtud.
En Valencia, a 21 de marzo de 2017, reunidos los miembros del Alto Tribunal Superior del Toreo, para juzgar a los aficionados valencianos, por su actitud complaciente y en exceso festiva en la corrida celebrada en esa capital el día de San José del año de gracia de 2017, así como en el resto de las corridas falleras según denuncia interpuesta por la Organización Mundial de Aficionados Integristas Taurinos y Adláteres (conocida como OMAITA).
RESULTANDO Que, según el denunciante OMAÍTA, los citados aficionados valencianos se comportaron el día de autos, de forma festiva y vocinglera sin el rigor, gravedad y seriedad que se supone se debe a un rito centenario por no decir milenario, como es el toreo a pie.
RESULTANDO Que según el denunciante OMAÍTA, la actitud del público con su prodigalidad en la petición de trofeos -trofeos concedidos por un palco complaciente y sin rigor-, conlleva que se banalice el triunfo, se rebaje el mérito y, por ende, reduce el objetivo y la intención del torero en la plaza a la mera obtención de esos apéndices auriculares convirtiendo el final de la lidia de cada toro, en mero reparto de despojos (léase casquería).
RESULTANDO Que aunque la concesión del -inmerecido según el denunciante OMAÍTA- premio de vuelta al ruedo al 4º toro de la tarde (de nombre "Malagueño") se debe atribuir a la impericia del Presidente de la corrida, dicho hecho cabe imputarlo también al debe de los aficionados valencianos asistentes al festejo, pues está fuera de duda -según el denunciante- que fueron ellos lo que con su jolgorio continuado durante toda la tarde -y durante toda la feria- crearon el ambiente propicio que para que se produjera tal desafuero: Y, en cualquier caso, también se debe a los aficionados imputados la irresponsable petición de indulto del toro 6º (de nombre "Pasmoso") que -otra vez según los denunciantes- no era en ningún caso merecedor a dicho galardón.
RESULTANDO Que aunque la concesión del -inmerecido según el denunciante OMAÍTA- premio de vuelta al ruedo al 4º toro de la tarde (de nombre "Malagueño") se debe atribuir a la impericia del Presidente de la corrida, dicho hecho cabe imputarlo también al debe de los aficionados valencianos asistentes al festejo, pues está fuera de duda -según el denunciante- que fueron ellos lo que con su jolgorio continuado durante toda la tarde -y durante toda la feria- crearon el ambiente propicio que para que se produjera tal desafuero: Y, en cualquier caso, también se debe a los aficionados imputados la irresponsable petición de indulto del toro 6º (de nombre "Pasmoso") que -otra vez según los denunciantes- no era en ningún caso merecedor a dicho galardón.
CONSIDERANDO. Que este Alto Tribunal comparte las tesis mantenidas por los denunciantes relativas a lo excesivo de algunos de los premios y galardones otorgados y también las relativas al valor histórico de la Tauromaquia como rito. Un rito que, sin perjuicio de las modificaciones impuestas por modas y nuevos modos, presenta valores ancestrales que no cabe desconocer, obviar o mixtificar y que merece nuestra protección.
CONSIDERANDO Que, no obstante, lo anterior, también es secularmente reconocido el carácter festivo y bonancible del público valenciano, hasta el punto que su filiación torerista antes que torista deviene en seña de identidad propia, carácter que también es merecedor de la protección de este Alto Tribunal, so pena de caer en una globalización tan injusta como perniciosa si se quiere mantener la tradicional idiosincrasia de cada plaza.
CONSIDERANDO Que resulta evidente que no corresponde a este Tribunal entrar en la valoración artística de la actuación de los toreros ni en el análisis del comportamiento de las reses lidiadas en la plaza, pues dicha tarea compete en exclusiva a los aficionados y, de entre ellos, sólo a los asistentes al festejo o sea a aquellos que han abonado religiosamente su entrada y cuyas manifestaciones de agrado o desagrado a cuanto acontece en la plaza son inapelables e indiscutibles, sin perjuicio de que deban ser moduladas legalmente por la autoridad competente
CONSIDERANDO Que no obstante lo anterior, este Alto Tribunal puede exigir a los aficionados asistentes a los festejos un mínimo de rigor y coherencia en su comportamiento aunque siempre de conformidad a la categoría de la plaza y, sobre todo, a su tradicional carácter que en ningún caso, debemos traicionar o modificar de forma artificial.
CONSIDERANDO Que resulta evidente que una actitud alegre y positiva en los espectadores asistentes a estos espectáculos ha causado más beneficios que inconvenientes no sólo moralmente sino desde cualquier punto de vista y como tal debe procurar mantenerse, mientras que el exceso de rigor, casi siempre injustificado, acarrea desazones y rechazos lógicamente comprensibles y la huida de las plazas de las mayorías que debemos procurar atraer a ellas.
CONSIDERANDO Que, pese a todo, este Tribunal está obligado a resolver el conflicto planteado buscando una solución equilibrada y razonable que conjugue de forma adecuada los contrapuestos intereses en juego
Por todo ello, a la vista de todo lo anterior y de las pruebas documentales aportadas por las partes y que, por innecesarias y conocidas no reproducimos
FALLAMOS Que no procede condenar a los aficionados valencianos a la pena de extradición solicitada por OMAÍTA,
De igual modo, FALLAMOS que no obstante si procede reconvenir a dichos aficionados para que, entren en cordura, sin perjuicio de mantener el talante alegre y festivo que a la afición valenciana caracteriza, por lo que debemos imponer, a cada uno de los asistentes al festejo del día de San José del presente año, la PENA de asistir -individualmente o en un grupo- a un mínimo de dos corridas del ciclo isidril (y una de ellas, al menos, de carácter torista) debiendo hacerlo necesariamente (y sin que sirvan excusas) bien en el Tendido 7 o en la Grada 6, una vez que desparecida en combate la Andanada del 8, no sirve dicha localidad a los fines regeneracionistas que pretendemos.
Por lo que respecta al demandante OMAÍTA y si bien no se se aprecia en su denuncia dolo que haga necesario imposición de costas, también estima este Tribunal necesario moderar el celo -excesivo- que estos aficionados integristas ponen en la defensa de la Fiesta, que consideran de su exclusiva propiedad. Resultando que los árboles de los errores cometidos (evidentes aunque aquí conviene recordar aquello de "errare humanum est") les impide apreciar el árbol de la grandeza actual de la Fiesta por lo que también se les CONDENA, esta vez a petición del Ministerio Fiscal, a la PENA de tener que asistir -individualmente o en grupos- a un mínimo de dos corridas de las próximas Fallas del 2018, de las cuales una necesariamente debe corresponder a un cartel de figuras y con toros de Garcigrande o Cuvillo (Zalduendo nos parece excesivo).
Todo ello en el entendimiento, por parte de este Alto Tribunal, de que relativizar las cosas es necesario y que tan nefasto puede ser el extremismo torerista que todo lo acepta como el extremismo torista que todo lo niega.
Lo que declaramos en Valencia para su ejecución inmediata y sin que quepa interponer recurso ordinario alguno contra esta nuestra meditada y entendemos que moderada resolución.
Pasmoso de Domingo Hernández, el toro indultado por López Simón, en la última corrida de las Fallas de 2017(Foto: Alberto de Jesús para Mundotoro) |
Excelente texto, José.
ResponderEliminarAquí no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.
D.José Morente,a pesar de su fina sutileza y su exquisito sentido del humor,no puedo más que solicitarle una excusa para los aficionados valencianos cabales,que también los hay y que hemos expresado nuestro rechazo absoluto a la actuación de LOS Presidentes,matadores,empresa y Aficionados de clavel VENIDOS DE TODA ESPA y que han llenado los tendidos haciéndose partícipes y cómplices del atraco sufrido por la Valencia taurina.
ResponderEliminarSi el castigo es asistir a dos corridas en Madrid,le puedo decir que bendita penitencia. Pero en mi caso con 43 años consecutivos asistiendo a La Maestranza,a Las Ventas,Bilbao...cono 60 corridas AL AÑOS en mis espaldas y mi cartera....no puedo sentirme aludido por su jocoso articulo,del que sin embargo suscribo algunas líneas.
Valencia,por su historia y tradición merece un respeto que desde luego HAY QUE GANARLO,pero no juzgamos tan genéricamente a nuestro público,entre el que había gente de TODA ESPA, des de Coruña archivo Málaga y desde Girona a Cádiz....Todo esto con mi más profundo respeto hacia Vd. a quien admiro y hacia todos los que deciden una tarde,venir al los toros.
Saludos.
Antonio López Almenar
Antonio López Almenar:
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario. Me alegro que haya sabido captar el tono jocoso y amable del post incluso con quienes desbarran por exceso o por defecto en las plazas.
Lo bueno que tienen las decisiones del Tribunal Superior del Toreo no sólo es que son inapelables sino que no hay necesidad ninguna de cumplirlas. Aunque está claro que si el castigo es ver toros (ya sea Valencia o Madrid). Bendito castigo.
La polémica valenciana me ha parecido excesiva. Excesivos los premios a una (indudable) interesante tarde de toros. Y excesivo el mosqueo ante los premiso de algunos aficionados (para mi gusto demasiados). Es bueno que existan extremos (el toreo es pasión o no es) pero es mejor que la mayoría se sitúe como hace usted en su justo término medio.
En cualquier caso, prefiero estas polémicas que nos hacen hablar de toros (sea con la postura que sea) que la indiferencia. Como prefiero las plazas llenas a las plazas vacías, ya sea de aficionados como de público itinerante y variopinto. Sea cual sea el modelo de fiesta que a cada uno guste, lo importante es que la fiesta exista.
Un cordial saludo
Antonio Luis Aguilera:
ResponderEliminarMuchas gracias, Antonio. En efecto y en este Planeta de los toros hay demasiados "reparados de la vista".
Un fuerte abrazo.
Un "Juez" demasiado indulgente. Saludos
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ResponderEliminarhttp://www.mundotoro.com/noticia/mejor-que-nunca/1317836
Muchas gracias Antonio Luis. Efectivamente en nuestro Planeta hay muchos "reparados de la vista" y Papas dogmáticos, poseedores de lo que consideran "LA/SU VERDAD ABSOLUTA".
ResponderEliminarSeamos tolerantes y Buenos aficionados por favor.
Un abrazo.
Me encanta el artículo, José. Y estoy completamente de acuerdo en la moderación, en que en el término medio está la virtud. En que los extremos, muchas veces, se tocan. Y el fallo del Alto Tribunal me ha parecido sensato, ecuánime y equilibrado.
ResponderEliminarNo obstante, y aunque la sentencia sea inapelable, me atrevo a enviar mis consideraciones: que no van más allá de pensar que, en general, el prestigio de un determinado premio viene dado por el prestigio de los premiados, convocatoria tras convocatoria. Si un premio se lo otrogan a "cualquiera", el resultado es su depreciación como premio. Si hubiera un premio nacional de restauración que premiara a determinadas cadenas de hamburgueserías seguramente muchos dejaríamos de tenerlo en consideración. No nos importaría quién fuera el premiado del año siguiente. Y seguramente habría mucha más gente, muchísima, que defendería el premio a la cadena hamburguesera. Y diría que es el restaurante más frecuentado por los españoles (y españolas) Y que las hamburguesas están buenas. Y además son baratas. Y que al haber tantos crean muchos puestos de trabajo. Etc. Y que los que no lo sabemos valorar somos unos radicales. Y minoritarios. Y snobs y que nos creemos los guardianes de la gastronomía más pura. Etc. (Y no estoy comparando el festejo del día 19 en Valencia con ninguna cadena de comida rápida, que conste)
Se respeta, por supuesto, la decisión de la plaza, el público, el presidente, etc, en Valencia. Pero eso no quita para que se pueda criticar. Y no por arrogarnos la defensa de la tauromaquia más pura ni nada por el estilo. Un indulto, creo yo, tiene que ser algo muy excepcional. Simplemente porque es muy excepcional que salga un toro merecedor del indulto. Que realmente sea excepcional en todas las suertes. Si se indulta de cualquier manera, a cualquier toro, simplemente porque el público lo pide, se está rebajando la categoría, la excepcionalidad del mismo. Y se está poniendo al mismo nivel a toros excepcionales con otros que no lo son. Lo mismo pasa con el corte de apéndices. Si se dan dos orejas por cualquier cosa, se están poniendo al mismo nivel todas las puertas grandes. Y yo creo que está bien diferenciarlas. Y valorarlas.
Así pues, de nuevo, de acuerdo con el fallo del Alto Tribunal. Respeto a unos y a otros, a toreristas y toristas. Pero recordando que si rebajamos la calidad del espectáculo por contentar a un público mayor, a lo mejor acaba todo lleno de hamburgueserías.
Perdón por enrollarme.
¡Un abrazo grande!
No comparto el fallo, para mí el único que debió ser condenado es el Juez de Plaza por no cumplir con sus obligaciones y la condena debió ser: No volver a ocupar el palco por el resto de sus días.
ResponderEliminarCordialmente:
Michael E. Mego Tarrillo
Miranda:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con usted. "Nuestro" juez es demasiado indulgente. Habrá que pensar en pedir un cambio de jurisdicción y pasar estos temas a los juzgados "militares". Un buen Consejo de Guerra puede obrar milagros.
Un abrazo
Manuel:
ResponderEliminarMe ha convencido su comentario sagaz y bien argumentado y ello me plantea un dilema importante. Por un lado, la "necesidad" de defender el toreo como Fiesta o sea, como reflejo de un sentir popular y, por otro, la "obligación" de mantener una cultura milenaria sin adulteraciones (lo contrario de lo que parece ser que hacen las cadenas de comida rápida)
Estoy de acuerdo en que no podemos rebajar la calidad del espectáculo pero me temo que, a veces, el problema está no tanto en la calidad de ese espectáculo sino en nuestra incapacidad de apreciarlo o disfrutarlo. Es lo mismo que ocurre con la gastronomía que al final lo que nos llena es un buen guiso tradicional de cuchara.
No sé si esto que digo tiene mucho sentido pero la verdad es que no sé como se resuelve ese embrollo. Siempre he pensado que la clave está en el conocimiento (en aumentar nuestro conocimiento de la historia del toreo, de la técnica, del comportamiento de las reses, etc.) pero a veces, visto lo visto en algunas plazas rigoristas, también dudo que ese mayor conocimiento sirva para algo.
En todo caso, un abrazo y gracias por compartir aquí sus reflexiones.
MIchel Mego:
ResponderEliminarLa verdad es que, visto lo visto, el juez ha salido bien librado... Alguién tendría que denunciarlo ante nuestro Tribunal.
Un cordial saludo
Parece unánime el sentimiento de reprobación hacia la Autoridad que ocupaba el palco en la ya vituperada corrida del día 19 en Valencia, tanto para el Alto Tribunal de la OMAÍTA, como para cualquier cabal que tenga el más mínimo conocimiento de la "FIESTA".
ResponderEliminarY no deja de ser curiosa esta denominación de fiesta para los que consideramos la Tauromaquia algo mucho más profundo, con raíces en los ancestros más profundos de nuestra cultura, que realmente surge del Pueblo, pero que origina sentimientos en lo más recóndito de nuestro ser, que hacen brotar en las mentes más privilegiadas, auténticas obras maestras que enriquecen nuestra Cultura, en todas las expresiones de la misma: Literatura, Pintura, Escultura, Música e incluso Periodismo...
Todo este preámbulo me sirve para reivindicar el deseo de tantos aficionados de solicitar la asunción de la Presidencia de los espectáculos taurinos mayores por parte de aficionados de reconocida solvencia,SUPRIMIENDO de una vez la presencia en el palco de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía. Ejemplos como Bilbao, Pamplona y ocasionalmente Sevilla avalan la efectividad de la medida, que cuanto menos, garantizarían el conocimiento de lo que sucede en la arena.
Estoy de acuerdo con denunciar ante el Alto Tribunal las arbitrariedades cometidas en la famosa corrida, tal como hemos hecho ante la Dirección General de Interior de la Generalidad Valenciana, responsable del nombramiento de Presidentes, pero realmente creo que sería más eficaz mandar a los gendarmes de la Cárcel de Papel, para que castiguen al susodicho presidente a controlar el crecimiento de las valvas de los moluscos en las playas de Turks y Caicos...
Muchas gracias por leerme.
A Don Antonio López Almenar:
ResponderEliminarSi usted observa la hora en que envié el comentario a esta magnífica página taurina comprobará que fue antes que el suyo, por lo que difícilmente, al no conocer lo que usted iba a escribir, puede darse por aludido, que no es otra cosa que si a las plazas de toros solo acudieran los aficionados la Fiesta habría desaparecido hace muchos años.
El público en general, nos guste más o menos a los aficionados, es necesario como sostén económico de este espectáculo que nos emociona a todos, pero cada cual es libre de manifestarse como considere conveniente.
En cuanto a la verdad, siempre procuro tener presente a don Antonio Machado: "¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela".
Con la mayor de las tolerancias, reciba un cordial saludo
Antonio L. Aguilera
Totalmente de acuerdo. Nada más lejos de mi voluntad que dogmátizar. Ni soy poseedor de la Verdad,ni desde luego lo deseo. Todos los comentarios que surgen,los considero enriquecedores y siempre bien intencionados,por lo que es muy gratificante aprender de esta sabia Cátedra.
ResponderEliminarMuchas gracias por contrastar pareceres.
Saludos.