La belleza del toro bravo en el campo. Estampa y trapío. Pasmoso, el toro indultado en Valencia el pasado día de San José, recuperándose de sus heridas (Foto Aplausos) |
Según declara su ganadero Justo Hernández, el toro Palmoso indultado el día de San José en Valencia, está ya en el campo, restableciéndose de sus heridas. Las primeras curas se las hizo en la propia plaza el mayoral de la ganadería, hombre ya experto en esas lides. Posteriormente, fue intervenido con más profundidad por los veterinarios de la ganadería.
Lo curioso es que las heridas más graves no han sido las provocadas por los puyazos sino por el arpón de la divisa: Como cuenta el propio ganadero:
"Fue una cura más importante. Se le quitaron los arpones de las banderillas, se curaron los puyazos y se vio que lo que peor estaba era la divisa, porque el arpón se hundió para adentro y había que sacarlo sin hacer grandes destrozos".
Aunque pueda resultar sorprendente, el caso es parecido, en cierto modo, a lo que ocurrió con Velador como nos recuerda Javier Sanz. En julio de 1982, Joaquín Vidal informaba del estado del toro indultado en las Ventas y recogía las información que le facilitaba el propio ganadero, Victorino Martín, pocos días después del evento.
Según Vidal, un veterinario de la Unión de Criadores de Toros de Lidia la había curado, quitando los arpones de las banderillas y de la divisa.
"El Victorino tenía, aparte los desgarros ocasionados por dichos arpones, tres grandes boquetes, como consecuencia de otros tantos puyazos. Los más graves eran uno en un costado y, sobre todo, otro justo en la cruz donde, además de la puya, había penetrado la banderilla con que Ortega Cano simuló la suerte de matar. Con tanta decisión y fuerza la clavó el diestro, que. de poco lo mata de verdad".
O sea que, al final, al Victorino estuvieron a punto de matarlo, no los puyazos, sino el arpón de la banderilla con la que se había simulado la suerte suprema igual que al toro de Domingo Hernández, le pudo costar caro el arpón de la divisa,
Se muestra como una palmaria incoherencia el acto ejercitado por parte de algunos de cuantos se visten de luces, atañedero con el hecho de simular la "suerte de matar" a un toro que, previamente, ha sido indultado; lo propio, aun cuando tal remedo sea sin el empleo de una banderilla -tantísimo más con ella-. Ello, comoquiera que lo que así se denota, de cara a la razón, es el decaimiento del valedero argumento consistente en que el torero es quien más quiere y reverencia al toro de lidia. Si la res se ganó la vida en el ruedo, ese proceder es mezquino para con el astado y lo que él representa: el sostén de la Tauromaquia que, entre otras cosas, debe ser entendida como una dialéctica ética entre el hombre y la bestia, donde primará el Arte para que todo lo suscitado entrambos tenga sentido, mas siempre dándole importancia, valoración y RESPETO al toro, máxime cuando, en tratándose de los casos de marras, hizo méritos para volver al campo.
ResponderEliminarPues nada, que no se ponga la divisa, y que a la puya y a las banderillas le pongan un chupon en lugar de arpon. Y ademas que no se hierre, ni se ponga el numero en el costillar, ni el guarismo y se me olvidaba, tampoco que se le haga la señal de la oreja. Hombre y que procuren hacerle menos daño cuando le corten el piton. Todo sea por el bienestar animal.
ResponderEliminarCreo que esta doctrina del animalismo comienza a ser preocupante si hasta los mismos ganaderos se la creen.Asi nos va, ya veremos con el nuevo reglamento navarro, el San Fermin que vamos a tener.
Anónimo 1:
ResponderEliminarPues lo dicho... No estaría mal que le leyeran los toreros indultadores y que obrando en consecuencia y siguiendo sus criterios, dejen de ser incoherentes.
Anónimo 2:
ResponderEliminarEs posible que no me haya explicado bien. Ninguno de los ganaderos citados ha comentado el tema de las complicaciones de las heridas sufridas por sus reses (una de ellas ya muerta y disecada después de algunos años de semental de la ganadería) con la intención de modificar, atenuar o reducir ninguna de las circunstancias que usted enumera. Solo han destacado las complicaciones del aparente inocuo arponcillo de la divisa o las banderillas que, por su forma, puede causar daños irreparables en un animal que, sin embargo, se ha ganado en el ruedo el derecho a la vida. Velador salvó la suya y Pasmoso parece que también se recuperará- Esperemos que así sea.