jueves, 27 de octubre de 2016

Dos amigos: El Tormento y el Monstruo

Por Jose Morente

Manolete y Silverio (Del blog "La Aldea de Tauro")

A lo largo de la historia, la amistad sincera entre toreros que, cara a los públicos, sostenían una encarnizada competencia ha sido más frecuente de lo que, a primera vista, cabria pensar.

Poco sabemos de los toreros más antiguos pero desde Lagartijo y Frascuelo hasta nuestros días son muchos los casos en los que la lucha en la plaza se tornaba en fraternal relación fuera de ellas. 

Joselito y Belmonte, por ejemplo, se profesaban mutua admiración y viajaban en los mismos compartimentos de los trenes pero se separaban al llegar a las estaciones para que sus partidarios no los viesen juntos. 

Baste esta anécdota que nos recordaba hace unos días Vicent Climent en el blog gallista "La gracia toreadora", Convaleciente Belmonte de la cogida que le propinara un toro de Saltillo en Burgos, allá por junio del 15, José que viajaba de Valencia a Andújar donde pensaba estoquear 6 toros de Murube, hizo escala en Madrid para poder visitar al herido, al que hizo compañía durante un buen rato.

Lo mismo ocurrió con Manolete y Arruza, a partir de una famosa paella de arroz en Valencia que los hermanó. No obstante, en México, la relación más sentida que tuvo Manolete a quien la prensa internacional llamaba The Monster ("el Monstruo") fue la que sostuvo con ese extraño y mágico torero que se llamó Silverio Pérez "El Tormento de las mujeres".

Precisamente, en la última entrevista que le hicieron a Manolete en Linares, la misma mañana de su mortal cogida, el diestro de Córdoba hablaba así de Silverio:
P- De los matadores mexicanos que han actuado con usted, ¿a cuál destacaría
R. A Silverio Pérez. Como torero tiene momentos sublimes y como persona es único. Recuerdo una ocasión en la que le obligaron a saludar al terminar el paseíllo y me propuso que compartiera la ovación. Yo le dije que no, que de ninguna manera, y él me dijo: “Pero hombre, nos vamos a pelear antes de empezar
Estas declaraciones las recogía el propio periodista (K-Hito) en su libro póstumo "Manolete ya está muerto. Muerto está que yo lo ví".

Muchos años después y con motivo del cincuentenario de la muerte del Califa, entrevistaban al mexicano quien, sobre su compañero, decía lo siguiente:
"Su personalidad de él era su seriedad. Tenía una personalidad, seca, fuerte y... no se reía para nada. Pero ya entonces empezamos a tener más amistad, a frecuentar nuestras pláticas cuando íbamos a torear por fuera. 
Y ya inclusive me gastaba hasta bromas. Estábamos en la puerta de cuadrillas y me decía ¿Qué hay "Tormento"?. "Tormento" lo dice por el pasodoble que dice "Tormento de las mujeres". Entonces, yo le decía a él ¡"Monstruo"! pues sabe que le decían "El Monstruo de Córdoba".
 Entonces: ¿Qué tal "Monstruo", como estás? ¿Qué tal, "Tormento"?
Y así, sucesivamente". 


martes, 25 de octubre de 2016

Animales, mentiras y cintas de vídeos

La imagen amable pero engañosa con la que se presenta el animalismo ante la Sociedad.

Un eslogan (falaz): Tu voto es su voz

Una reflexión: Dar tu voto a los animales es una inmoralidad y una infamia porque ¿quien le da el voto y la voz a los niños que mueren de hambre en el mundo?

Hay que tener cinismo para hablar de medio ambiente y justicia social y defender los "derechos" de los animales y no los de las personas. ¿Cinismo o negocio?

Un consejo: No votes por los animales. Vota por las personas.



Otro (falso) eslogan: El toreo no es arte ni cultura sino tortura


Frente a la imagen idílica con la que se presentan los animalistas, el toreo aparece pintado con los más negros tintes 
Otra reflexión: No es que me guste o no me importe ver sangrar a un animal, lo que realmente me importa y no aguanto es ver sufrir y menos morir sin motivo ni necesidad a los seres humanos




El problema: Se comienza tratando a los animales como personas y se acaba tratando a las personas como animales.

Así de fácil, así de sencillo.





Y finalmente, la (buena) iniciativa del Observatorio de las culturas taurinas: El Senado Francés investigará a los animalistas

Noticia publicada en Mundotoro
El Senado francés solicitará la reunión de una comisión de investigación parlamentaria en torno al movimiento animalista porque ‘el Estado no puede quedarse de brazos cruzados delante de su crecimiento’.

Para los Senadores que lo proponen, existe un peligro de ‘ruptura entre las poblaciones que defienden el ideal humanista y las que quieren sustituirlo por la ideología animalista’.


lunes, 24 de octubre de 2016

Zahonería = torería

Por Jose Morente




Unas fotografías de Diego Urdiales toreando en la Malagueta el pasado sábado han causado sensación entre los aficionados. No solo por la calidad intrínseca del toreo del riojano sino también por un detalle que no ha pasado inadvertido. Esos zahones puestos sobre el traje corto. 

Y aunque no ha faltado algún aficionado al que parece que no acaban de gustarle los zahones, en general la reacción ha sido más que favorable. Y es que los zahones traen a la plaza un aire campero que tiene su enjundia.

Joselito el Gallo, en un tentadero, toreando una vaca complicada con los zahones puestos

Identificados hoy con la indumentario de los rejoneadores, los zahones (léase "zajones") se han venido utilizando tradicionalmente por los caballistas, resultando imprescindibles en las faenas de campo. Cuando el torero que ha acosado a caballo, echa pie a tierra, los zahones evitan esos molestos varetazos y palotazos cuando no ese golpe en la rodilla que puede tener su peligro y sus consecuencias.

Antonio Bienvenida despliega su capote para colocar la becerra en suerte en un fotograma de la película "La Becerrada"

Luis Miguel citando para una gaonera en un tentadero en el campo (Del NO-DO)

Pero lo importante no es sólo eso sino ese aire de fiesta antigua y añeja, ese sabor a otra época, que transmiten determinados gestos, determinadas indumentarias. Algo que muchas veces resumimos con un vocablo: torería.

Una escena que rezuma torería de la buena.. Juan Belmonte en el campo
Joselito en el campo de cacería con los zahones puestos.

Diego Urdiales en Málaga, nos trajo el sábado a la memoria el recuerdo de todos esos toreros (Joselito, Belmonte, Bienvenida, Luis Miguel, Morante y tantos otros) a los que recordamos, ya sea por haberlos visto en directo, en las películas o en las antiguas fotografías de color sepia, con sus zahones puestos. En el campo o en la plaza. Lo dicho, torería.



Del campo a la plaza ¡Torería
(Fotografía de Urdiales del Blog La suerte natural. Fotografía de Morante facilitada por Christian Eduardo Franco)

domingo, 23 de octubre de 2016

La magistral clase de Diego Urdiales

Por Jose Morente


Diego Urdiales. La clase de un maestro

La enseñanza del toreo

La receta, para la enseñanza del toreo, es bien sencilla. Para empezar se necesitan los siguientes ingredientes:primero, un grupo de alumnos y en segundo lugar, un maestro.

Lo primero es fácil, las Escuelas proliferan por nuestra geografía y, pese a cierto desapego por parte de los aficionados más reaccionarios, han hecho y están haciendo mucho bien a la fiesta y al toreo. Y es que, en las Escuelas, los alevines de torero aprenden el oficio igual que en las Escuelas de Medicina, de Ingeniería, de Arquitectura o de Bellas Artes, aprenden sus respectivos oficios los futuros profesionales de cada una de esas materias. 

Las Escuelas no matan la inspiración. Al contrario, el oficio es la base necesaria para que se desarrolle la personalidad que se pueda tener. Que se tenga o no personalidad y en que medida. es otra cuestión muy diferente. No todos los arquitectos diseñan igual, ni todos los periodistas escriben del mismo modo, ni todos los artistas pintan o esculpen siguiendo las mismas pautas. Tampoco todos los toreros tienen el mismo estilo al torear.

Pero, en cualquier caso, para aprender el oficio, es necesario alguien que sepa enseñarlo. Hace falta un maestro. La palabra "maestro" viene del latín y en la cuarta acepción de nuestro diccionario de la lengua designa a la "persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo".

En el toreo ese título para enseñar lo da el conocimiento. Conocimiento que tiene la "persona que es práctica en una materia y la maneja con desenvoltura"(6ª acepción del Diccionario de la RAE). 

Hay que tener también, aunque el diccionario no lo diga, vocación de maestro o sea, ganas y disposición de enseñar el oficio. Un oficio, el de la tauromaquia, que se acerca más al sacerdocio (el toreo es un viejo y ancestral rito sacrificial) que al mercadeo. El toreo, aunque espectáculo, pues asiste el público, es, sobre todo, una ceremonia.

Por eso, el Diccionario de la Lengua enseña que se llama maestro de ceremonias a la persona, al maestro, que "advierte las ceremonias que deben observarse con arreglo a los ceremoniales o usos autorizados". 


El maestro Diego con los novilleros Manuel de Reyex (ET de Nimes-Barcelona), José Rojo (ET de Madrid), Jareño y Santiago Fresneda (ET de Málaga)
Como convertir una clase práctica en una clase magistral


Ayer en Málaga, Diego Urdiales ofició de maestro de ceremonia de la clase práctica organizada por la Escuela Taurina Diputación Provincial de Málaga. Era el VII Certamen Juan Pedro de Luna y torearon, por la tarde y con novillos de Zalduendo, "Jareño" y Santiago Fresneda de la Escuela de Málaga, José Rojo de la de Madrid y Manuel de Reyes de la Escuela de Nimes-Barcelona, Quede constancia para la historia que el último de los citados ha sido el primer torero catalán que ha toreado en una plaza de toros, después de la Sentencia del Constitucional que ha declarado nula la Ley catalana que prohibía el toreo en esa Comunidad, 

En el toreo, el público asiste expectante (o sea, a la expectativa y de ahí la palabra espectador) a los acontecimientos que se desarrollan ante sus ojos. Y va siguiendo la corrida, observando al toro y al torero. Celebrando sus encuentros y repudiando sus desencuentros (que también los hay). Aplaudiendo lo que le gusta o le sorprende y protestando ante lo que le desagrada o disgusta. Esa es su labor, que no es baladí, como participante del rito. 

La actitud del torero es radicalmente diferente. El torero no puede estar en la plaza impasible, a la expectativa como mero espectador.  El torero tiene que descifrar al toro y entender su comportamiento (muchas veces cambiante) para poder anticiparse a sus movimientos y a su ataque. El torero tiene que jugar a adivino. Y no puede equivocarse pues cualquier error se paga aquí muy caro.

Esa fue la clase teórica, la enseñanza que ayer nos dio Diego Urdiales en la Malagueta. Ir explicando y descifrando al público y a los chavales de las Escuelas, desde el callejón, micrófono en mano y por los altavoces de la plaza, como eran y como se comportaban los novillos de Zalduendo (alguno con hechura y, lo más importante, con comportamiento de toro). Cuales sus características y los matices de su embestida. Cuales sus virtudes y sus defectos. Una vez entendido el toro, el toreo surge o puede surgir ya libre y espontáneamente según el estilo y formas de cada torero..

Luego cuando Diego cogió capote y muleta en el 5º de la tarde (no hay quinto malo pero este tuvo sus complicaciones veladas por la mestría del torero de Arnedo) y saltó al ruedo, vino la lección práctica y magistral de ese gran torero. Torero de culto para muchos aficionados y algunos toreros. Un maestro del toreo más clásico, más añejo y más puro

El vídeo de su faena al toro de Zalduendo, está en las redes para quien quiera disfrutar con el buen gusto clásico de su toreo. y aprender con la maestría de su magisterio, 



Postdata riojana, taurina y vinícola

Organizado y convocados por Juan Carlos Estrada, el viernes un grupo de aficionados tuvimos el privilegio de participar en una cata taurina en Evoke con la compañía del torero de Arnedo. Una cata que finalizó con la degustación de un vino de la Rioja, el Pujanza. Un vino de ahora y adaptado a los gustos de ahora pero elaborado básicamente con la uva clásica tradicional de la zona, la uva Tempranillo.

Como me decía Joaquín Riera, un vino clásico pero actual igual que es clásico pero actual el toreo del maestro Diego Urdiales

Luís Bollaín y Juan Belmonte y ante una foto del trianero, se deshacían en elogios sobre la postura relajada y torero de una  de las manos del diestro. Precisamente, la que no toreaba. Pues eso, fijémonos en  esta foto, en esa  mano  torera que no torea" de Diego Urdiales.

sábado, 22 de octubre de 2016

Morante torea con los vuelos

Por Jose Morente

Morante en la goyesca de Ronda en 2013, el año que se encerró en solitario con toros de Juan Pedro y Parladé (Foto Arjona para el Mundo)

Morante es un caso aparte en la historia de la Tauromaquia.

Lógicamente hay cosas suyas que no nos gustan o nos desconciertan (ese riego de plaza vestido de torero, por poner un ejemplo) pero es posiblemente el torero de "arte" más valiente de la historia (con permiso de Curro Puya) y también el de más técnica, el de mayor capacidad técnica. Pero de una técnica fetén puesta al servicio del buen toreo.

Un aspecto que, hasta ahora siempre me desconcertaba y no era capaz de explicarme, es esa tendencia suya a hacer faena de muleta casi siempre en los terrenos de adentro, entre las rayas de picar, y no sacarse a los toros más hacia los medios.

Ayer un gran aficionado, Diego, me dio la clave:
Hoy en general y Morante en particular, se torea más con los vuelos que antes. Y toreando con los vuelos, el viento, el más mínimo viento, molesta una barbaridad.
Muy sencillo pero creo que ahí puede estar el quid de la cuestión.

jueves, 20 de octubre de 2016

Cuaderno de notas (CIX) Javier Ibarra y José Rojo de la Vega

Momentos trágicos. Los doctores Javier Ibarra y José Rojo de la Vega intentando salvar la vida de Carmelo Pérez (Cuadro del pintor mexicano Antonio Navarrete)
"En México, el doctor Carlos Cuesta Baquero hizo lo que pudo por salvar la vida de Montes, en la plaza México, antes de ser sustituido, ya en el Toreo, por el doctor Francisco P. Millán, quien era auxiliado por dos médicos muy jóvenes pero competentes y entusiastas, los doctores Javier Ibarra y José Rojo de la Vega.

Ello se hicieron cargo de la enfermeria en 1925, a la muerte de su maestro, y para darse una idea de lo que suponía por esos años una herida por cuerno de toro, como dicen todavía los partes facultativos, basta sólo con verlos durante su intervención a Carmelo, en las primeras horas de la noche, sirviéndose de un ayudante que sostenía un foco para iluminar el campo operatorio.

Años después, su magisterio no pudo vencer el destino de Balderas, Félix Guzmán y "Joselillo" pero, siempre al día, usaron la penicilina por primera vez en una cornada en 1944, para salvar a Luis Briones de la mortal meningitis cuando "Rondinero" de la Laguna le metió la punta del pitón por un párpado y le fracturó la base del cráneo, al echarse el capote a la espalda.

También salvaron a "El Soldado" cuando en estado agónico entró en la enfermería mientras la sangre y la vida se le escapaba a chorros por la femoral partida. "Manolete" no supuso para ellos mayor problema, salvo que la gran fama del herido hizo que el mundo taurino entero estuviera pendiente de su labor.

Salvaron también a Solórzano, el Chato Guzmán, "Lecherito" y tantos, quienes siempre consideraron que caer en sus manos había sido previsto por Dios." 

NAVARRETE TEJERO, Manuel. "Antonio Navarrete-Trazos de vida y muerte" (1ª ed., Madrid, Francisco Javier Fernández Soto editor, 2005. Pág. 136)

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Tauroteca. Los doctores Javier Ibarra y José Rojo de la Vega atienden a Manolete en la enfermería de la Plaza El Toreo de la Condesa, el día de su presentación en México.

martes, 18 de octubre de 2016

Postales taurinas (XVI) Cossío hace un quite a Joselito

Por Jose Morente


Fotografía publicada en el Tomo primero del Cossío


Si existe un libro de toros por antonomasia ese es el Cossío, No hay enciclopedia taurina más completa, más veraz ni más sistemática y ordenada.

Y lo curioso es que su autor, José María de Cossío era puro desorden, según contaba, en un artículo publicado en marzo del 47 en el Ruedo, Antonio Díaz Cañabate compañero de don José María en la Editorial Espasa Calpe.

Decía "el Caña", como le llamaban amistosamente, que Cossío disfrutaba cuando iba recopilando textos y fotografías para el primer Tomo de su obra. Un tomo que incluía un estudio completísimo de todas las suertes, un estudio titulado "Análisis histórico técnico del toreo" y que es, en realidad, una verdadera Tauromaquia. Una Tauromaquia tremendamente objetiva aunque sin perjuicio de, cuando le convenía, arrimar el autor, el ascua a su sardina. Su sardina era, no podía ser otro, que Joselito el Gallo.

Cuando los amigos se lo reprochaban, don José María se sonreía y contestaba:
-¡Pues naturalmente, y el que quiera llevarme la contraria, que escriba otro libro como este!
Que es lo mismo que, en la Escuela de Arquitectura nos enseñaba Javier Carvajal en su cátedra de proyectos.

Precisamente, rastreando fotos para "ese" libro, José María encontró la foto que encabeza este post. Una foto de Joselito tentando una becerra y haciendo las veces de picador. Una foto que, salvo eso, no tenía nada de particular. Pero Cossío le indicó al Caña que se fijara en el personaje que asomaba por un burladero.
-¡Eso soy yo!. Y se me ha ocurrido publicarla en el capítulo de "Tientas" con el siguiente pie: "Joselito tentando una becerra. Al fondo, dispuesto al quite, el autor de este libro". ¡Eh, qué tal? ¡Yo, haciéndole un quite a Joselito!
La foto en efecto se publicó, y publicada está con ese pie, en el primer tomo del Cossío.

Huelga decir que José María, sobre ser de la misma edad, era íntimo del diestro fallecido en Talavera al que acompañó en múltiples ocasiones por las plazas de toda la geografía española.

domingo, 16 de octubre de 2016

Morante. La reserva espiritual del toreo

Por Fernando Cámara

Morante ayer en Zaragoza (Tuneado de una magnífica fotografía de Arjona para Aplausos)

Representante del sevillanisimo toreo, Morante, en este caso embajador en tierras de Aragón, deja su esencia en el alberizo escenario maño. Trajo Morante un puñadito de albero maestrante para reunirlo con el de Zaragoza, creando dualidad en su esencia, y así, poder deslizarse en un precioso baile con Lanudo

Trajo consigo sus primorosas formas para mover los paños y acariciar con sus muñecas la clase del de tierras del Grullo como en su día con Dudosillo a las orillas del Guadalquivir. Sutiles caricias acompañan una apasionante danza. Ambos derraman fluidez  y suscitan siluetas en el oro redondel de la vida, la muerte y la gloria

Precioso escenario resguardado de elementos inclementes bajo acogedora cubierta, cuyo cobijo recoge a un público erudito, apasionado y receptivo al talento, a la elegancia y al arte del toreo. Haciendo parte del espectáculo, el público mañico, acompaña la tauromaquia que aflora en Morante, haciendo eco de sugestión al rítmico temple del de la Puebla

Idílicamente Lanudo hace honor a su nombre con la suavidad de un sedoso vellón. Suavidad y nobleza que embravan un sublime gusto para interpretar y expresar el sentir de un toreo rescatado de esencias añejas, esculpido al más puro estilo neobarroco. Refinadas y ornamentales formas hacen aparición espontánea en su gesto, en sus muñecas, en sus pasos danzantes que buscan las vueltas de los costados deslizándose en primorosos círculos al compás del ritmo

Distinguida prestancia fundida para el toreo en la grandiosidad de un singular hombre. Un torero, una persona como otra cualquiera, con la excepción de ser Morante, Morante de la Puebla. El que torea, el que se siente, el que interpreta y expresa el principio fundamental del toreo bajo la creativa expresión artística de la tauromaquia...

miércoles, 12 de octubre de 2016

Illescas. Corrida total. restauración total

Por el Divino Calvo

Un cartel que ya es histórico: La Corrida Total de Illescas

Illescas. 8 de octubre de 2016. 

Plaza de toros de Illescas (Toledo).  Toros de Victorino Martín, preciosos de hechuras y de un gran juego en conjunto. Destacando el primero, nº 95 de nombre “Escogido” premiado con la vuelta al ruedo y el quinto, “Platónico”, con el nº 4 en los costillares, indultadoBravos y con matices 4º y 6º. Para Cristian Escribano, Gómez del Pilar y Raúl Rivera.

Puede que esta corrida pase al recuerdo como una gran corrida de toros donde todos salieron a hombros, o como la corrida donde se indultó un toro de la A coronada, o quizás,  como un “nuevo” invento publicitario que se denominó “corrida total”. Pero fue más, mucho más…

Esta crónica no puede empezar de otra forma que no sea remontándose al acierto en  la concepción del festejo. Se quiso dar importancia al toro (la elección de toros de Victorino y una corrida muy en tipo). A los tres tercios que componen la lidia con la elección de las cuadrillas y como “novedad”, el anuncio de sus nombres en los carteles junto al de los matadores (y en este punto me trajo al recuerdo aquellos carteles del siglo XIX). Una plaza de un pueblo. Illescas, muy bien situado. A las puertas de Madrid, y a media distancia entre la capital y Toledo. Con una plaza cubierta y cómoda. El mejor seguro contra las eventuales inclemencias del tiempo (sobre todo en estas fechas otoñales). No sólo para el desarrollo del festejo, también para comodidad del público, que, aunque parezca obvio, se olvida que al final es a quién se dirige el festejo y… quién financia o debe financiar la fiesta. Fundamental esto último para que perdure. Tres toreros que, como tantos otros, han quedado parados en seco tras su alternativa. Toreros de la zona, con interés y que puedan llevar público cercano. Muy buena promoción. Una política de precios asequibles y gran despliegue publicitario bajo un eslogan impactante “Corrida total”. Su difusión además se acompañó de entrevistas en los medios taurinos a Victorino, donde explicaba el sentido que se quería dar al festejo… 

Independientemente de todas las buenas intenciones de sus organizadores, en los tiempos que corren y justo al final de la temporada, la apuesta era, cuanto menos, arriesgada.

Todo buen guiso precisa de ingredientes fundamentales de los que dependerá el resultado final, y en este caso, había dos no atribuibles directamente de la organización. La asistencia de público y el juego de los toros. Pero ambos acompañaron. A la hora de iniciarse el paseíllo, la plaza presentaba una gran entrada. tres cuartos largos, que al no ser tendido numerado, la distribución de la gente daba aspecto de lleno aparente. Todos los detalles muy cuidados. En todas las bocas de los tendidos los acomodadores repartían un folletín con el cartel y un cuadro donde apuntar los datos de los toros. Al ser plaza de tercera y dado que no existen los recursos de imprenta que pueda tener una plaza de primera, sí que es una opción muy interesante, y es que cuando hay imaginación y ganas de hacer las cosas bien, siempre se encuentran soluciones.

El paseíllo. Un éxito de público (Foto Julián López-Aplausos)

La lidia total en la corrida total

En lo chiqueros había un corrida muy en tipo de Victorino, los seis de pelo cárdeno, vareada, baja, bien hecha, sin exageraciones, pero muy bien presentada y con el trapío propio de este encaste y de lugar en que se iba a lidiar. 

Salió el primero de nombre “Escogido”. Hizo honor a su nombre y fue fundamental para el devenir del festejo. Lo recibió por verónicas Cristian Escribano para rematar con un muy buena media. Y llegó la suerte de varas. Se le dio distancia en el primer puyazo al que acudió presto. Se le sacó rápidamente por la cuadrillas para con un recorte, volver a dejarlo colocado un poco más lejos… y se volvió a arrancar. El segundo puyazo también fue muy medido. El toro era bravo y se quiso medir su grado de bravura con un tercer encuentro, esta vez desde los medios… y desde allí se volvió a arrancar… gran tercio. Muy buena la lidia en banderillas y la labor de los banderilleros

Todos y cada uno de los actuantes se tomaron muy en serio el mensaje que se quería transmitir. Este fue el hilo conductor de toda tarde por parte de las cuadrillas (picadores y subalternos), pero todo ello sin exageraciones ni caer en lidia absurdas como se puedan dar en la corridas-concurso. Todo medido, lógico. Se dieron o dos tres puyazos en función del toro. Midiendo siempre el castigo. Se intentaron hacer tercios lucidos en banderillas, arriesgando incluso a veces más de lo razonable, pero todo en pos de dar importancia a todos los tercios de la lidia. No hubo tiempos muertos. Por razones de brevedad no podemos entrar a detallar todas y cada una de las lidias, por eso no quiero destacar a nadie y quiero destacar a todos y cada uno de los actuantes. Mi más sincera enhorabuena.

Nos sorprendió gratamente Cristian Escribano, que fue capaz de encauzar ese torrente de bravura. Muy humillado, de embestida lenta. Suavidad en su muleta, y casi ausencia de toques. Fueron surgiendo las series, cada vez más profundas. Especialmente importante las de naturales con la mano zurda. Media estocada en todo lo alto. Dos orejas y vuelta al ruedo al de Victorino. Triunfo merecidísimo de toro y torero.






La lidia total en el primero de la tarde (Fotografías de Julián López para Aplausos)

A porta gayola recibió Gómez del Pilar a su primero. Toro muy fino y de mirada profunda. Esta vez dos puyazos compusieron el tercio de varas. De embestida más compleja y corta que la que su hermano. De enganchar y tirar de él. Cosa que siempre intentó Del Pilar. Meritoria su labor. Lástima que una estocada haciendo guardia dejara en ovación el resultado de su actuación. 





La compleja lidia del segundo

El tercero de la tarde, fue el toro más complicado. A lo que se unió al menor oficio de Raúl Rivera. A pesar de ello, siempre se mantuvo el interés y la emoción en el ruedo.


El más complicado para Raúl Rivera

El cuarto fue otro buen toro, con los defectos -de ser defecto- de ser un poco tardo, pero una vez arrancado su embestida era humillada y profunda. Tardó Escribano en coger la distancia y en dejarle la muleta puesta, pero cuando lo consiguió surgieron series que llegaron mucho al tendido. Esta vez y a pesar de tirarse por derecho, la espada no funcionó. Una pena porque si triunfo hubiera sido rotundo.




Un toro bravo para Escribano (Fotografías de Julián López-Aplausos)

Y esta vez lo de “no hay quinto malo” se cumplió. De nombre “Platónico”, muy en tipo. Gran espectáculo en el tercio de varas. Tres puyazos. Arrancándose con alegría y cada vez desde más distancia. Como gran tercio de banderillas que acabó con el lidiador y banderilleros montera en mano. Calidad y duración en sus embestidas y siempre a más. Quizás las ansias de triunfo de Gómez de Pilar imprimieron una velocidad excesiva a las primeras series. Pero no se puede reprochar nada a estos toreros y mucho menos exceso de ganas.  A partir de la tercera, toro y torero se acoplaron. No es nada fácil estar a la altura de un toro bravo. Incluso se permitió el lujo de iniciar las últimas  series con molinetes y cambios de mano, no muy aconsejables en este tipo de toros y embestidas. Hasta tres veces intentó montar la espada por ejecutar la suerte suprema. Frenada por una petición de indulto cada vez más clamorosa. Llamada telefónica del presidente, suponemos que para pedir opinión al ganadero. Y esta vez imperó la petición popular y apareció ese pañuelo naranja que concede el indulto. Indulto que Platónico tendrá que agradecer en gran medida a su hermano corrido en primer lugar. La inversión del orden en el sorteo a buen seguro que también hubiera cambiado su vuelta a la vida.














La apoteósis. Indulto de Platónico y faena de Gómez del Pilar (Fotografías de Julián López-Aplausos)

Bien por el presidente que no se quiso convertir en protagonista en ningún momento. Incluso la concesión inicial de dos trofeos, puesto que el público una vez concedido el indulto no pidió trofeos para el matador. Hasta que, en el momento, de la entrega dándose cuenta de la no concesión del rabo, protestó e hizo aparecer el tercer pañuelo. El público estaba feliz

Embalada la corrida, puso toda la voluntad Raúl Rivera en el sexto para conseguir el triunfo. Lo recibió con una larga de rodillas. Colocó al toro en suerte galleando. Tres nuevos puyazos, el último casi de punta a punta del ruedo. Muy bravo en la muleta y con la sensación de desbordar por momentos al torero. Buena estocada que desató la petición del público, más con intención de que todos los integrantes se fueran en volandas, que de premiar su actuación. Accedió el presidente por aclamación popular y se repitió aquella esa imagen del 82 en lo que se denominó la corrida del siglo. Los tres toreros, mayoral y Victorino Martín (esta vez García y no Andrés), por la puerta grande y el público feliz.



Un digno final (Fotografías de Julián López-Aplausos)


Éxito total en la Corrida Total (Foto COPE)

Apreciación

Independientemente de la opinión que pueda tener cada cual, todas ellas muy respetables y sin entrar en polémicas sobre el triunfalismo que quizás pudiera acontecer, no cabe duda de que la corrida total ha sido todo un éxito. Todo el que ha vivido esta tarde de toros, quiere volver. Una tarde de las que crean afición. Donde ha imperado la sensatez para la organización de un festejo en una plaza de tercera. Toros en tipo y en hechuras de toros bravo, muy alegados de esos toros grandes y destartalados que se lidian en muchas plazas. Pero íntegros, serios y dignos. Toreros de esa segunda y tercera fila hoy extinguida y devorada por el “sistema”. Lugares donde se puedan rodar y estar preparados para mayores compromisos. Precios asequibles y búsqueda de la comodidad para el público. Cuadrillas con la voluntad de hacer bien las cosas dando importancia a todos y cada uno de los tercios de la lidia (modelo Francia) para no apostar todo el éxito a la faena de muleta, que muchas vece no puede llegar. 

Las corridas de figuras en los pueblos, con precios abusivos, con toros disminuidos, en plazas incómodas y a horas intempestivas como puedan ser una tarde de pleno verano al sol, es un sinsentido en pleno siglo XIX. 

Al igual que el año pasado la  tarde de Albacete donde el Juli compartió cartel con Garrido y Simón se convirtió en un ejemplo a seguir para la apertura de carteles en esta. Espero que la celebración de esta “Corrida Total” en Illescas se convierta en un modelo a seguir en los festejos de los pueblos y plazas de tercera. Bien con corridas, novillas con caballos o sin ellos. Espectáculos serios y dignos

Por eso esta “corrida total” fue más… mucho más… una restauración total.

Victorino Martín (García, no Andrés)

El gif de #lacorridatotal