Por el Divino Calvo
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Un cartel que ya es histórico: La Corrida Total de Illescas |
Illescas. 8 de octubre de 2016.
Plaza de toros de Illescas (Toledo). Toros de Victorino Martín, preciosos de hechuras y de un gran juego en conjunto. Destacando el primero, nº 95 de nombre “Escogido” premiado con la vuelta al ruedo y el quinto, “Platónico”, con el nº 4 en los costillares, indultado. Bravos y con matices 4º y 6º. Para Cristian Escribano, Gómez del Pilar y Raúl Rivera.
Puede que esta corrida pase al recuerdo como una gran corrida de toros donde todos salieron a hombros, o como la corrida donde se indultó un toro de la A coronada, o quizás, como un “nuevo” invento publicitario que se denominó “corrida total”. Pero fue más, mucho más…
Esta crónica no puede empezar de otra forma que no sea remontándose al acierto en la concepción del festejo. Se quiso dar importancia al toro (la elección de toros de Victorino y una corrida muy en tipo). A los tres tercios que componen la lidia con la elección de las cuadrillas y como “novedad”, el anuncio de sus nombres en los carteles junto al de los matadores (y en este punto me trajo al recuerdo aquellos carteles del siglo XIX). Una plaza de un pueblo. Illescas, muy bien situado. A las puertas de Madrid, y a media distancia entre la capital y Toledo. Con una plaza cubierta y cómoda. El mejor seguro contra las eventuales inclemencias del tiempo (sobre todo en estas fechas otoñales). No sólo para el desarrollo del festejo, también para comodidad del público, que, aunque parezca obvio, se olvida que al final es a quién se dirige el festejo y… quién financia o debe financiar la fiesta. Fundamental esto último para que perdure. Tres toreros que, como tantos otros, han quedado parados en seco tras su alternativa. Toreros de la zona, con interés y que puedan llevar público cercano. Muy buena promoción. Una política de precios asequibles y gran despliegue publicitario bajo un eslogan impactante “Corrida total”. Su difusión además se acompañó de entrevistas en los medios taurinos a Victorino, donde explicaba el sentido que se quería dar al festejo…
Independientemente de todas las buenas intenciones de sus organizadores, en los tiempos que corren y justo al final de la temporada, la apuesta era, cuanto menos, arriesgada.
Todo buen guiso precisa de ingredientes fundamentales de los que dependerá el resultado final, y en este caso, había dos no atribuibles directamente de la organización. La asistencia de público y el juego de los toros. Pero ambos acompañaron. A la hora de iniciarse el paseíllo, la plaza presentaba una gran entrada. tres cuartos largos, que al no ser tendido numerado, la distribución de la gente daba aspecto de lleno aparente. Todos los detalles muy cuidados. En todas las bocas de los tendidos los acomodadores repartían un folletín con el cartel y un cuadro donde apuntar los datos de los toros. Al ser plaza de tercera y dado que no existen los recursos de imprenta que pueda tener una plaza de primera, sí que es una opción muy interesante, y es que cuando hay imaginación y ganas de hacer las cosas bien, siempre se encuentran soluciones.
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El paseíllo. Un éxito de público (Foto Julián López-Aplausos) |
La lidia total en la corrida total
En lo chiqueros había un corrida muy en tipo de Victorino, los seis de pelo cárdeno, vareada, baja, bien hecha, sin exageraciones, pero muy bien presentada y con el trapío propio de este encaste y de lugar en que se iba a lidiar.
Salió el primero de nombre “Escogido”. Hizo honor a su nombre y fue fundamental para el devenir del festejo. Lo recibió por verónicas Cristian Escribano para rematar con un muy buena media. Y llegó la suerte de varas. Se le dio distancia en el primer puyazo al que acudió presto. Se le sacó rápidamente por la cuadrillas para con un recorte, volver a dejarlo colocado un poco más lejos… y se volvió a arrancar. El segundo puyazo también fue muy medido. El toro era bravo y se quiso medir su grado de bravura con un tercer encuentro, esta vez desde los medios… y desde allí se volvió a arrancar… gran tercio. Muy buena la lidia en banderillas y la labor de los banderilleros.
Todos y cada uno de los actuantes se tomaron muy en serio el mensaje que se quería transmitir. Este fue el hilo conductor de toda tarde por parte de las cuadrillas (picadores y subalternos), pero todo ello sin exageraciones ni caer en lidia absurdas como se puedan dar en la corridas-concurso. Todo medido, lógico. Se dieron o dos tres puyazos en función del toro. Midiendo siempre el castigo. Se intentaron hacer tercios lucidos en banderillas, arriesgando incluso a veces más de lo razonable, pero todo en pos de dar importancia a todos los tercios de la lidia. No hubo tiempos muertos. Por razones de brevedad no podemos entrar a detallar todas y cada una de las lidias, por eso no quiero destacar a nadie y quiero destacar a todos y cada uno de los actuantes. Mi más sincera enhorabuena.
Nos sorprendió gratamente Cristian Escribano, que fue capaz de encauzar ese torrente de bravura. Muy humillado, de embestida lenta. Suavidad en su muleta, y casi ausencia de toques. Fueron surgiendo las series, cada vez más profundas. Especialmente importante las de naturales con la mano zurda. Media estocada en todo lo alto. Dos orejas y vuelta al ruedo al de Victorino. Triunfo merecidísimo de toro y torero.
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La lidia total en el primero de la tarde (Fotografías de Julián López para Aplausos) |
A porta gayola recibió Gómez del Pilar a su primero. Toro muy fino y de mirada profunda. Esta vez dos puyazos compusieron el tercio de varas. De embestida más compleja y corta que la que su hermano. De enganchar y tirar de él. Cosa que siempre intentó Del Pilar. Meritoria su labor. Lástima que una estocada haciendo guardia dejara en ovación el resultado de su actuación.
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La compleja lidia del segundo |
El tercero de la tarde, fue el toro más complicado. A lo que se unió al menor oficio de Raúl Rivera. A pesar de ello, siempre se mantuvo el interés y la emoción en el ruedo.
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El más complicado para Raúl Rivera |
El cuarto fue otro buen toro, con los defectos -de ser defecto- de ser un poco tardo, pero una vez arrancado su embestida era humillada y profunda. Tardó Escribano en coger la distancia y en dejarle la muleta puesta, pero cuando lo consiguió surgieron series que llegaron mucho al tendido. Esta vez y a pesar de tirarse por derecho, la espada no funcionó. Una pena porque si triunfo hubiera sido rotundo.
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Un toro bravo para Escribano (Fotografías de Julián López-Aplausos) |
Y esta vez lo de “no hay quinto malo” se cumplió. De nombre “Platónico”, muy en tipo. Gran espectáculo en el tercio de varas. Tres puyazos. Arrancándose con alegría y cada vez desde más distancia. Como gran tercio de banderillas que acabó con el lidiador y banderilleros montera en mano. Calidad y duración en sus embestidas y siempre a más. Quizás las ansias de triunfo de Gómez de Pilar imprimieron una velocidad excesiva a las primeras series. Pero no se puede reprochar nada a estos toreros y mucho menos exceso de ganas. A partir de la tercera, toro y torero se acoplaron. No es nada fácil estar a la altura de un toro bravo. Incluso se permitió el lujo de iniciar las últimas series con molinetes y cambios de mano, no muy aconsejables en este tipo de toros y embestidas. Hasta tres veces intentó montar la espada por ejecutar la suerte suprema. Frenada por una petición de indulto cada vez más clamorosa. Llamada telefónica del presidente, suponemos que para pedir opinión al ganadero. Y esta vez imperó la petición popular y apareció ese pañuelo naranja que concede el indulto. Indulto que Platónico tendrá que agradecer en gran medida a su hermano corrido en primer lugar. La inversión del orden en el sorteo a buen seguro que también hubiera cambiado su vuelta a la vida.
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La apoteósis. Indulto de Platónico y faena de Gómez del Pilar (Fotografías de Julián López-Aplausos) |
Bien por el presidente que no se quiso convertir en protagonista en ningún momento. Incluso la concesión inicial de dos trofeos, puesto que el público una vez concedido el indulto no pidió trofeos para el matador. Hasta que, en el momento, de la entrega dándose cuenta de la no concesión del rabo, protestó e hizo aparecer el tercer pañuelo. El público estaba feliz.
Embalada la corrida, puso toda la voluntad Raúl Rivera en el sexto para conseguir el triunfo. Lo recibió con una larga de rodillas. Colocó al toro en suerte galleando. Tres nuevos puyazos, el último casi de punta a punta del ruedo. Muy bravo en la muleta y con la sensación de desbordar por momentos al torero. Buena estocada que desató la petición del público, más con intención de que todos los integrantes se fueran en volandas, que de premiar su actuación. Accedió el presidente por aclamación popular y se repitió aquella esa imagen del 82 en lo que se denominó la corrida del siglo. Los tres toreros, mayoral y Victorino Martín (esta vez García y no Andrés), por la puerta grande y el público feliz.
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Un digno final (Fotografías de Julián López-Aplausos) |
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Éxito total en la Corrida Total (Foto COPE) |
Apreciación
Independientemente de la opinión que pueda tener cada cual, todas ellas muy respetables y sin entrar en polémicas sobre el triunfalismo que quizás pudiera acontecer, no cabe duda de que la corrida total ha sido todo un éxito. Todo el que ha vivido esta tarde de toros, quiere volver. Una tarde de las que crean afición. Donde ha imperado la sensatez para la organización de un festejo en una plaza de tercera. Toros en tipo y en hechuras de toros bravo, muy alegados de esos toros grandes y destartalados que se lidian en muchas plazas. Pero íntegros, serios y dignos. Toreros de esa segunda y tercera fila hoy extinguida y devorada por el “sistema”. Lugares donde se puedan rodar y estar preparados para mayores compromisos. Precios asequibles y búsqueda de la comodidad para el público. Cuadrillas con la voluntad de hacer bien las cosas dando importancia a todos y cada uno de los tercios de la lidia (modelo Francia) para no apostar todo el éxito a la faena de muleta, que muchas vece no puede llegar.
Las corridas de figuras en los pueblos, con precios abusivos, con toros disminuidos, en plazas incómodas y a horas intempestivas como puedan ser una tarde de pleno verano al sol, es un sinsentido en pleno siglo XIX.
Al igual que el año pasado la tarde de Albacete donde el Juli compartió cartel con Garrido y Simón se convirtió en un ejemplo a seguir para la apertura de carteles en esta. Espero que la celebración de esta “Corrida Total” en Illescas se convierta en un modelo a seguir en los festejos de los pueblos y plazas de tercera. Bien con corridas, novillas con caballos o sin ellos. Espectáculos serios y dignos.
Por eso esta “corrida total” fue más… mucho más… una restauración total.
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Victorino Martín (García, no Andrés) |
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El gif de #lacorridatotal |