Por Clarito
La vuelta al ruedo al último toro de la tarde y de la feria, “Datilero” nº 31 de Miura. Cárdeno de 563 Kilos. De 4 años y 4 yerbas (Foto Arjona para Aplausos).
Sensacional cierre de la Feria de abril
La Feria de Sevilla acabó con esa traca gorda que trajeron las nobles y bonancibles embestidas (dentro de un orden ¡Claro!) de los otrora temidos toros de Zahariche. Don Antonio y don Eduardo Miura embarcaron el sábado para Sevilla una preciosa corrida que hizo honor al legendario hierro.
Y es que como decían los viejos aficionados a los toros: “
“¿Miuriyas? ¡Vaya usted a los toros que siempre se ve algo nuevo!”
Y algo nuevo vimos. Un encierro muy igualado y parejo de seis toros cárdenos, de magníficas hechuras. Toros muy en Miura por el tipo, lo que quiere decir muy finos, muy largos y, sobre todo, muy vareados.
Cada encaste es cada encaste pero ya va siendo hora que nos decantemos por el toro bien hecho y fino y vayamos dejando de lado ese toro grandón, con exceso de kilos, basto y destartalado que nos trajeron las modas de los años 80. Aquello fue una reacción justificable por los excesos de los 60. Hoy ya no tiene ningún sentido.
Datilero.en el reconocimiento matinal. Un toro fino y vareado con cuatro años justo al que algunos acusarían de anovillado si no llevara el hierro de la A con asas
Tenemos que cambiar el modo de “ver” los toros. Para empezar y para que vayamos poco a poco, propongo que empecemos por las culatas. Hoy, si un toro no está redondeado por detrás no nos parece toro. Antes, en los desencajonamiento solo a los “pablorromeros” los bajaban de nalgas (Foto Arjona para Aplausos)
Para colmo, otra sorpresa, los Miuras acompañaron sus estampas con embestidas largas y al galope. Fueron toros prontos en varas y con mucha movilidad en la muleta y tuvieron esa virtud que hoy tanto se busca, que es la toreabilidad (a lo que siempre hemos llamado nobleza y que es cualidad esencial del toro de lidia). Lo que no quiere decir que fueran tontos (antes al contrario pues tuvieron sus complicaciones) sino bravos.
Los Miuras fueron todos, en general, prontos y alegres en el caballo y en la muleta. Galoparon mucho. El único que sacó sentido, fue el cuarto bis. En resumen, una gran corrida de toros (En la Foto de Arjona para Aplausos, Datilero se arranca de largo al caballo del picador)
En realidad, sólo hubo un miura, miura. El cuarto, al que Rafaelillo le aplicó las recetas de la vieja lidia cuando se percató de que era imposible estirarse con él. Ese toro fue sustituto de otro que se rompió el pitón por la cepa y que, en el rato que estuvo en la plaza, nos dio la impresión que podría haber sido el más bravo de todos por su salida y su forma de derrotar en tablas.
El cuarto Rayito, hizo en su salida honor a su nombre. Parecía que iba a ser el más bravo hasta que se escobilló un pitón y después se partió el otro por la cepa al estamparse contra los burladeros, momento que recoge la fotografía de Arjona.
Recursos de la vieja lidia. Rafaelillo se dobla por bajo con el cuarto bis. Fue el único toro de la corrida del domingo que desarrolló sentido (Foto de Arjona para Aplausos).
Personalmente, el que más me gusto fue el segundo con el que Castaño, que lo entendió muy bien y le dio mucha distancia, hizo una buena faena que no coronó con la espada. Antes, en los dos primeros tercios, los toreros de su cuadrilla estuvieron sensacionales y muy valientes con un toro que daba mucha emoción a todo lo que con él se hacía.
El toro de la tarde Almendrero. Nº 34. Cárdeno oscuro de 547 Kilos. 4 años y 4 yerbas. Un toro bravo y alegre como pocos.
David Adalid y Fernando Sánchez tuvieron que saludar en banderillas. Con el capote les acompaño Marcos Galán que se lució en el 5º
Castaño citando de largo (de muy largo) a Almendrero. Javier estuvo muy bien con este bravo y pronto toro.
Sacrificio, sacrificio, sacrificio
Pero quien entendió la corrida, quien afrontó el reto de torear Miuras con un desparpajo que, sin embargo, nunca dio sensación de inconsciencia fue Manuel Escribano.
Escribano estuvo ante los Miuras como si no fueran Miuras (Foto de Arjona para Aplausos)
El día antes nos había producido verdadera alegría verle anunciado en en sustitución del Juli. Y es que Escribano se quedó en puertas de entrar en los carteles de ferio un cuarto de hora antes, como suele decirse, de hacerse públicos.
Tiene mucho mérito presentarse como se presentó. Y no lo digo por aceptar la sustitución lo que, en su caso, era obligado, sino porque se le vio tan en forma como a los que torean sesenta o setenta corridas al año. Y es muy duro mantener una preparación tan exigente como es la que obliga esta profesión cuando uno no sabe ni donde ni cuando va a torear. Cuando ni siquiera sabe si toreará.
Pero ahí está la clave. Y es que, como decía el maestro Paco Camino, esto del toreo sólo tiene una fórmula mágica: ¡sacrificio, sacrificio y sacrificio!
Con la mente muy despejada y dispuesto a darlo todo, Escribano se fue “a porta gayola” en sus dos toros. Por cierto, siguiendo el inteligente ejemplo del Juli, situándose a mucha distancia de la puerta de chiqueros. Casi en los medios. Posición que nos parece más que correcta pues da tiempo al que toro se oriente, enmiende su carrera y coja velocidad. Lo que es fundamental para poder ejecutar bien esta difícil y arriesgada suerte.
A su primero intentó recibirlo con un farol de rodillas pero el derrote del toro le arrancó el capote de las manos. Lo recuperó y toreó por verónicas con mucha enjundia.
Al otro toro (lección aprendida) lo recibió con la clásica larga afarolada, con el capote cogido por una de sus puntas. Las verónicas de recibo por el lado derecho tuvieron mucha suavidad.
La faena a ese toro tuvo mucho interés pues no fue fácil y hubo que hacerlo. Escribano estuvo muy firme y, entre que un aficionado le cantó un fandango que se oyó en toda la plaza y que la Banda (¡Por fin!) tocó pronto, le dio tiempo a acoplarse. Al natural firmó algunos de los muletazos más templados de la feria. Los remates finales, por trincherillas, fueron de cartel.
Se la jugó al matar por lo que las dos orejas fueron más que merecidas. Como merecida fue la vuelta al ruedo al toro de Miura pues aunque no fue el mejor, se premiaba en él al conjunto de la corrida.
Una reflexión casi final
Una de las cosas que más me han llamado la atención siempre en las crónicas antiguas de las corridas de Miura, es que los revisteros de antaño recriminaban muchas veces a los toreros por las excesivas precauciones adoptadas ante esas reses y señalaban que, aunque determinado toro había sido bravo y noble, la mala lidia que se le había dado, fruto del pavor de las cuadrillas, habían acabado por descomponerlo .
Este opinión, que se repite, como digo, en muchísimas de esa antañonas crónicas, me había parecido siempre fruto de un excesivo rigor de los cronistas y de su desconocimiento de lo que pasaba en el ruedo.
En la crónica sobre la corrida del 30 de mayo de 1920 (la corrida en la que se lidió Cortinero del que hablamos en anterior entrada de este blog), Paco Media-Luna en el Toreo, refiriéndose a la ganadería de Miura, hablaba de la “maldita preocupación que tienen todos los toreros siempre que lidian toros de esta vacada”
Sin embargo, visto lo visto en el ruedo de la Maestranza, empiezo a pensar que aquellos viejos revisteros podían tener parte de razón. Y es que Manuel Escribano trató a sus toros (bravos y nobles no lo olvidemos) como hay que tratar a los toros bravos y nobles, con firmeza, decisión y sin amilanarse, y no como se presenta uno ante los toros complicados y difíciles. Escribano hizo a los Miuras las cosas que se supone uno no debe hacerles a los Miuras y sin embargo sus dos toros le respondieron. Ahí estuvo una de las claves de su gran éxito.
Un gran final de Feria
Al fin tuvimos una corrida de Miura que se recordará dentro de unos años por como salió de buena. Está claro que don Antonio y don Eduardo saben muy bien lo que tienen en su casa. Y no es casualidad que enviaran seis toros propicios para triunfar con ellos cuando en los carteles se anunciaba una figura. Algo que no ocurría desde hace demasiados años.
A Escribano por su parte, la ausencia del Juli le ha brindado una ocasión que no ha desaprovechado.
Felicitemos a los ganaderos de Zahariche y al torero de Gerena que han sabido poner broche de oro a la interesante feria de abril sevillana de este año. Y felicitemos a la afición sevillana que pudo y supo disfrutarlo.
Una combinación perfecta: un toro bravo y noble y un torero con mucha decisión. En la foto de Arjona para Aplausos, uno de los espléndidos naturales de Manuel Escribano al 6º de la tarde.
Otro latazo de Clarito.
ResponderEliminarMichihuacán.
Comparto plenamente tu crónica José,
ResponderEliminarMiura ha mejorado y Manuel Escribano estuvo en figura en toda la corrida por los datos que e visto ya que no asistir a la misma; tardes como esta con todos los encastes son muy necesarias para la actual TAUROMAQUIA.
Michihuacan:
ResponderEliminarLamento que la reseña no le haya parecido interesante. No obstante, le agradezco que la haya leído.
Saludos.
Juanito:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu opinión. La corrida completa se puede ver en el blog banderillas negras http://banderillasnegras.blogspot.com.es/2013/04/sevilla-21-abril-2013-faenas-completas.html
Eso si cuando se habla de faenas completas se refiere a faenas de muleta. Pero al menos, estas están sin cortes. Merece la pena.
Por lo de Miura. La verdad es que me alegra mucho pues es una de mis ganaderías predilectas. Ya era hora que alguien se atreviera a torear al Miura bueno como lo que es (un toro de mucha nobleza). Eso es lo que hizo Escribano.
Como dice, si esto sirve para afianzar la recuperación de los encastes minoritarios, bienvenidas sean tardes como esta.
Un abrazo
Para los que sentimos la ganaderia de Miura como algo nuestro y de la historia de la tauromaquia la tarde del domingo sera inolvidable.Excelente crónica.Saludos!!
ResponderEliminarFalta hacía esta entrada o crónica, como queramos llamarle. Está ahí, con su análisis y su verdad. Pero ya, con las aguas amansadas y trás el arrebato que ha supuesto reconocer a Manuel Escribano, felicitarle, darle parabienes y desearle lo mejor, vamos a poner las cosas en su sitio, de forma que la pasión -bendita sea- no reste conocimiento ni al aficionado, ni al torero.
ResponderEliminarSr. Morente me va a disculpar, si desde este comentario pudiera observar que trato de enmendar la plana a su ya bien y más que demostrada objetividad. Usted estuvo en la plaza; yo devolví la entrada (rehusé) y es por ello que el resuello no se me vino a la mollera, y con la tranquilidad de no padecer o disfrutar del trance, salvo en lo hecho público, me permito:
Lo primero quedar extrañado de que un matador con tanto oficio, pudiese estar parado; entró por la vía de la sustitución y con la de Miura, la más tiernecíta que le he visto, incluyendo una sin caballos, año 78 en Pegalajar (Jaén) aunque ésta tuviera cinco años y seis yerbas. Y le he visto algunas a los de Zahariche.
Escribano tuvo mucha suerte, mucho coraje y mucha ratonería. Observen la lidia al que cerró plaza: Un chivoncito bravísimo al que le dió lidia de manso en el últino tercio, con todos los remates hacia los adentros; y a partir de la tercera tanda, tomándolo también por dentro y siempre en suerte natural al objeto de quitarle peso a la intensa bravura que obligaba al torero en los medios, ya demostrada desde los primeros lances de capa, reponiendo en las zapatillas por adolecer del mismo defecto de el Juli,no cruzarse.
Pero estábamos ante un Miura, y el valor añadido que ello supone. Le hize lo que le convino a él, no lo que convenía al Toro, por lo que ejecuciones con sabor y recreándose que merecía este sexto, solo las apreciamos y a favor de obra, en los naturales de final de faena. Hasta las trincherillas -ya no se confió en los de pecho- fueron a la aprovechanda. Esa faena en los medios y dándole al novillo (no son toros hasta que no tienen cinco años) lo que pedía, hubiera sido de Indulto.
Justo reconocer que estos toreros que tragan por esas plazas de Dios lo que les quieran echar, si no se defienden con las ratonerías, ¿ya me dirán con que habrían de hacerlo?
Ahora se le abre una nueva perspectiva, y debe aprovecharla. Sepa que ha de ser con "toa" la verdad por delante. La tarde de Miura había que asegurarla, bien. Suerte al Torero.
Saludos de Gil de O.
Enhorabuena a todos!
ResponderEliminarPaolo
Qué falta hacía tarde de toros cómo esa¡¡¡ Tardes qué dignifican la profesión de torero, qué dura es¡¡¡ Que un torero tenga que estar entrenando todos los días sin saber cuando va a torear y que de la noche a la mañana pueda cumplir su sueño hace más grande esta profesión. Después de torear en Venezuela, Francia, ... sin mirar el DNI de los toros, y tras años, poder aprovechar una oportunidad así¡¡¡¡
ResponderEliminarEstoy de acuderdo José en que a lo mejor sería bueno que viéramos ese tipo de lidia ante este tipo de ganaderías, las denominadas duras, aunque más bien son muy bravasssss, cuestión esta que algunos ganaderos no tienen en cuenta buscando solo la nobleza. Tenemos que alegrarnos los aficionados que la mejor corrida sea la de Miura, y que no se pierdan encastes y variedad en el campo bravo.
Muy acertada tu crónica y un placer siempre leer tu blog. Espero que pronto nos podamos ver y poner en práctica a nuestro nivel lo que los maestros hacen en el ruedo, jejejjee.
Un saludo afectuoso.
Fdo_ Jose Sevilla ( APTA)
Paolo:
ResponderEliminarEspero que nos volvamos a ver pronto.
Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Magnífico reportaje por literatura (forma y contenidos) y por sus fotos y vídeos, que confirman lo escrito. Muy entretenido. Como madrileño deploro la ausencia crónica de los miuras, y envidio a Sevilla, las plazas del Norte y de Francia. Gracias.
ResponderEliminarPablo:
ResponderEliminarLa feria de Sevilla ha tenido máximo interés (como casi todos los años).
Ahora toca Madrid (por medio o entremedias, Códoba, Granada y, en Francia, la última corrida de encaste Coquilla). Madrid es, desde luego, otra cosa. Los Miuras no suelen ir últimamente pero también es cierto que corridas de Miura como la de Sevilla no había visto en todo el tiempo que llevo de aficionado.
Espero que el público madrileño encare la Feria con actitud positiva y no tan negativa como acostumbra pues seguro que saltará alguna sorpresa y es que, en Madrid, los toreros salen a jugársela de verdad, además de hacerlo con un toro importante.
Eso hay que agradecerlo y saber verlo.
Un cordial saludo y muchas gracias por sus elogios
José Sevilla:
ResponderEliminarEfectivamente, la profesión de torero es muy dura como, a veces, podemos comprobar incluso (eso sí, a nuestro nivel) los aficionados.
En cualquier caso, no llamaría bravas a las ganaderías "duras" pues creo que la preferencia por ciertas ganaderías tiene que ver sobre todo con las garantías de éxito que dan. En concreto, por el porcentaje de toros bravos y nobles respecto a los "incorregibles". Muy alto en esas ganaderías y muy bajo en las duras.
Y recuerde que como decía Cossío, torear como se quiere ver hoy torear a un toro bravo y noble es más complicado en realidad que aliviarse con una "alimaña".
Un saludo y espero que se encuentre usted ya plenamente recuperado.