El secular olvido que venimos denunciando de algunos cantaores de flamenco alcanza no sólo a los de raza gitana, sino también a los payos.
Uno de los casos más significativos es el de Manuel Vallejo (Manuel Jiménez y Martínez de Pinillos), aunque este por suerte tiene a algunos aficionados de hoy empeñados en mantener viva su figura y recuperar su recuerdo como, por ejemplo, Manuel Cerrejón y Juan Luís Franco que hace unos años publicaron un libro sobre el cantaor de la calle Padilla “Manuel Vallejo.Vida y obra de una leyenda del Flamenco” (1ª Ed., Sevilla, Ediciones Giralda, 2002) y que además incluía 4 CD´s con la recopilación de una parte importante de su obra discográfica.
Vallejo fue un personaje muy curioso huraño, nada amable y de trato difícil, pero en el fondo “no era mala gente”, aunque tímido y reservado. En todo caso, no se callaba lo que pensaba.
Esto es lo que contestó Vallejo, cuando Caracol le propuso trabajar pagándole lo mismo que a otros cantaores de menos fuste:
Vallejo se implicó además en la convulsa época que le toco vivir. Participando por ejemplo con sus Fandangos Republicanos igual que hiciera el Corruco de Algeciras, pero al mismo tiempo manteniendo sus ideas religiosas, por las que era capaz de dejar de ganar algún dinero.
En efecto, devoto del Gran Poder, estaba considerado uno de los mejores saeteros de Sevilla en una época donde competían por ese título La Niña de los Peines, Manuel Torre, Centeno, El Gloria, Tomás Pavón, La Niña de la Alfalfa,…
En 1934, se encontraba en Madrid a punto de cruzar el Atlántico, ya que estaba contratado para grabar en América. Era el Jueves Santo y Vallejo empezó a ponerse nervioso y comentar a quienes le acompañaban que solo faltaba una hora para que la Macarena estuviera en la calle. Luego recordaba como podría estar la plaza de San Lorenzo con la salida del Gran Poder.
Al final, no puede más y les dice.
“¡Ea! Se acabó. Nos vamos a Sevilla, viajando toda la noche podremos estar allí por la mañana, al Gran Poder no me da tiempo a cantarle, pero a las doce estamos en la Macarena. Se acabó el contrato y si quieren denunciarme que lo hagan”
La Macarena en el Arco. Mañana del Viernes Santo
En todo caso, después de la Guerra Civil, se tuvo que refugiar en las actuaciones privadas, él que había sido artista de masas, ganador de concursos (Tiene en su haber la segunda llave de oro del cante concedida en la historia y también ganó la Copa Pavón en 1925) y que fue cotizadísimo (Siguió cobrando, hasta su muerte, royalties de las grabaciones que hizo en sus años dorados).
Vallejo enseñando a Emilio Mezquita la Llave de oro del Cante.
Por cierto que cuando ganó la Copa Pavón, Chacón le dijo:
“Te he dado el premio porque te lo mereces, pero la Vieja [Chacón se refiere a Marchena a quien llamaban así por su precocidad] ganará más dinero que tú”
Como cantaor fue tremendo, con una voz cantaora, de clara dicción y afinada, aunque no era una voz gitana, sino una voz muy peculiar y atiplada, casi femenina, pero con un sentido exagerado del compás que, en la bulerías, lo coloca a la altura de Pastora, a quien muchas veces, le hizo son en sus grabaciones (lo que fue recíproco).
Vallejo toca las palmas para el cante de Pastora. Acompaña a la guitarra el Niño Ricardo.
Gran seguiriyero, nos dejo una versión del Reniego de Triana muy curiosa y diferente de la Tomás Pavón que se tiene por más canónica. Su versión de la seguiriya de cambio de Manuel Molina es muy efectista y espectacular y todavía hoy se canta. Igual que sus fandangos por soleá que son cante grande.
Curioso cartel de una actuación de Vallejo anunciado como el Fleta del Flamenco después de ganar la Copa Pavón. Por cierto también se anuncia la proyección de la película de una corrida de la Prensa de Madrid con Gaona, Joselito y Belmonte.
Destacó también en los cantes de Levante, Málaga y Granada. Su media granaína, “la media granaína de Vallejo” (en realidad, la granaína larga), hizo furor y todavía se canta. Dominó también los tangos y las cantiñas. En resumen un cantaor largo y muy completo.
Manuel Cerrejón, incansable reivindicador de la figura de Vallejo
Audiciones
1. El “Ay, ay, ay” de Miguel Fleta en versión de Manuel Vallejo
Vallejo convirtió en bulerías el éxito del tenor Miguel Fleta “Ay, ay, ay” que ambos grabaron el mismo año (1929) y que les escuchamos para comprobar como Vallejo metió por bulerías esa canción. Este cante lo montó del tirón una noche en Villa Rosa, cuando Fleta gran aficionado al flamenco le cantó su media granaína. Vallejo le dijo a Fleta:
“Ya verás lo que voy a hacer con tu ay, ay, ay…”
Miguel Fleta
Y ahora, la versión de Vallejo del cante del Fleta.
Asómate a la ventana-Ay, ay, ay, gitano (Bulerías)
Manuel Vallejo-Guitarra: Ramón Montoya
Asómate a la ventana, ya, yay
paloma del alma, mía
que ya la aurora temprana
no viene anunciando el día
Y el amor mío se muere, ya, yay
y se me muere de frío
porque en tu pecho de piedra
ya no quiere darle abrigo
Ya, yay, ya, yaaaaaaaa
2. Saeta de Manuel Vallejo.
También escuchamos, ya que nos acercamos a la Semana Santa, una de sus saetas. Está Saeta fue la misma que, con un pequeño arreglo en la letra, cantó la Semana Santa sevillana de 1932 en la Plaza de San Lorenzo, cuando no salió el Gran Poder por los disturbios de la época (sólo se procesionó ese año la Virgen de la Estrella, que por eso llamaron “La Valiente”). La anécdota nos la cuenta Nicolás Sala:
La única cofradía que se procesionó el año 32 fue la Virgen de la Estrella
La letra con la que la grabó es la siguiente:
Descubrirse hermanos míos
vamos a hincarnos de rodillas
que va a pasar el Nazareno
honra y gloria de Sevilla
el Cristo del Gran Poder
Canta después de esa saeta, la Toná del Cristo que es una toná antigua que Chacón salvó del olvido al ponerla como estrambote de sus saetas. Aunque Don Antonio no llegó a grabarla si lo hicieron otros cantaores como Vallejo.
Y eres Pare de almas
y Ministro de Cristo
Tronco de Nuestra Madre Iglesia Santa
y árbol del Paraíso.
Justísimo homenaje a Manuel Vallejo. Algún día se le colocará en el lugar que merece este largo y extraordinario cantaor.
ResponderEliminarVicente:
ResponderEliminarEstoy seguro, como acertadamente dice, que poco a poco conseguiremos entre todos los aficionados hacer justicia a Vallejo y tantos cantaores hoy olvidados (y por supuesto también a los "grandes desconocidos" de nuestra época)
Un abrazo
Jose Morente
Qué cosa más bonita la versión del ay, ay, ay de Fleta por bulerías, Vallejo tenía un jilguero en la garganta, sólo que en sus primeras grabaciones ya tenía casi 40 años, me hubiera gustado oirle cantar con 20 años como cuando empezó a grabar Marchena. Es una pena que esté casi olvidado, qué le costaría hacer al Ayuntamiento de Sevilla una estatua en su honor que es lo mínimo que se merece, si lo hicieron con Caracol e incluso con Machín. Bueno ójala se reavive más su figura.
ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarCierto lo de su olvido aunque también es cierto que no hace mucho se ha re-editado (por la Junta de Andalucía) toda su obra discográfica completa.
Algo es algo.