El 29 de agosto a las 5 horas y 17 minutos fallecía en el Hospital de los Marqueses de Linares, el diestro más honrado de todos los que han pisado un ruedo. Por culpa del público, de su camarilla, de su propio médico y, sobre todo, víctima de su insobornable concepto del toreo, fallecía Manuel Rodríguez "Manolete".
Estas son sus reflexiones, realizadas muy pocos días antes de Linares, sobre su exigente concepto del toreo, sobre la dureza de su profesión, sobre el riesgo de muerte que siempre acecha a los toreros y sobre su clara decisión de retirarse de los ruedos al final de esa dura e inacabada temporada.
Habla Manolete...
Esta profesión es muy ingrata y muy traidora; cierto que el que tiene suerte como yo, gana dinero; pero mucho menos del que la gente cree (...) Dice casi todo el mundo que yo soy un torero muy caro, que cobro tanto y cuanto; es cierto: ¡soy un torero muy caro! Pero también el torear me cuesta a mí ¡carísimo! Porque yo todavía no me he puesto una vez el traje de luces para salir del paso; siempre he hecho todo lo que he podido, sin pensar en que arriesgaba la vida.
Cuando yo estoy en la plaza, de lo primero que me olvido, es de mí mismo, y echo el alma atrás y el corazón adelante; no me importa el dinero, ni el triunfo, ni el dolor de la familia...; ni siquiera el público me importa. Yo me divierto a mí mismo aislándome de cuanto me rodea y sintiendo como una especie de embriaguez, que no puedo explicar, mientras trato de dominar al toro y ver cómo éste poco a poco, va obedeciendo a mi muleta. No tiene el público que agradecerme las tardes buenas.; yo tengo un concepto dramático del deber, pero es hasta que hago el paseo; después, cuando estoy ante mi toro, me empuja a cumplirlo la propia satisfacción.
¡A mí me da lo mismo torear un miura que torear ganado de Salamanca! La cuestión es que el toro sea bravo, y si no es bravo hago lo que puedo, sin pensar jamás en huir el bulto. Está por la primera vez que yo haya hecho el ademán feo de demostrarle al público que un toro me da gindama y que desisto de dominarlo, acudiendo a ratimagos cuando llega la hora de matar. Por muy malo que sea un bicho, yo trato de sacar partido de él, y jamás pienso en que pueda cogerme. Si la muerte me llega, nunca me cogerá en ese momento feo de la cobardía, sino con el gesto rabioso del luchador (...) si ha de venir la Muerte que sea en una tarde de éxito.
La existencia que llevamos los toreros es muy triste, aunque el público crea lo contrario (...) El público no quiere saber de razones. Ha ido a divertirse, para eso ha pagado caro, y no tolera la menor vacilación ante el toro, como si la vida nuestra no valiese na. Es muy dura ¡muy dura!, esta profesión, porque no hay que olvidar la rabia de nosotros, los artistas cuando nos vemos insultados por una muchedumbre de cobardes, que no tienen respeto por el hombre que se juega la vida. Nuestras horas de la temporada son una permanente tortura, siempre con una interrogación en el cerebro: "¡Dios mío" "¿Cómo quedaré en esta corrida?" "¿Me matará un toro en esta tarde?"
¿Para que morir, todavía, cuando uno apenas se ha asomado a la vida y se está congelado en los quince años? Que la muerte venga a su hora, ¡bien está!: pero que nos quite de la vida, nos rompa las ilusiones que tenemos para el porvenir, es una pena, y lo que nos inquieta seguramente a todos los que peleamos con los toros.
[Torearé este año] todas las corridas que tengo convenidas y las que salgan (...) empezaré con las dos de Vitoria, después San Sebastián, Santander, Pamplona, Gijón; otra vez Santander, el día 26; de allí a Linares.con toros de Miura; total hasta ahora tengo comprometidas treinta y dos corridas, Creo que con unas extraordinarias que pienso torear en Valencia y dos en Madrid, llegaré de aquí a octubre a cuarenta y tantas.
Si no me retira antes un toro, cuando termine la temporada me retiro.
Manuel Rodríguez Manolete. Declaraciones al Caballero Audaz publicadas en "El libro de los toreros" (2ª ed., Madrid, 1947)
Su contribución al conocimiento y difusión de la tauromaquia es encomiable. El blog es muy bueno y diferente a la mayoría de los que se dedican al mundo del toro.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Anónimo:
ResponderEliminarMuchas gracias a usted.
Saludos
Un placer poder leer temas tan interesantes de nuestra historia taurina.
ResponderEliminarMuchas gracias!!