domingo, 13 de noviembre de 2016

Manolete. La culminación de un sueño (I) De Guerrita a Manolete (1ª parte)

Por Jose Morente

De Guerrita...
...a Manolete
























El pasado viernes, bajo el título genérico de "Manolete. La culminación de un sueño", y junto a Manuel Vazquez (coordinador del acto), Antonio Luis Aguilera y José Francisco Coello Ugalde (siquiera este de forma virtual), evocábamos y recordábamos, bajo la tutela de la Tertulia Taurina "El Castoreño" en el Real Círculo de la Amistad y  presentados por José María Portillo, la figura del gran torero de Córdoba, 

La citada conferencia a la que pusieron flamenco y sentido cierre, Antonio de Pozoblanco y Javier el Tomate, fue el aperitivo  para el paseo que, magníficamente organizado y dirigido por Antonio Luis Aguilera y con la colaboración impagable de Rafael Sánchez González, tuvimos la fortuna de poder realizar el sábado por la mañana por los rincones de la ciudad cordobesa vinculados a la memoria del genial torero muerto en Linares. Muchas gracias a ambos.

Lo que sigue es un resumen la conferencia que bajo el título "De Guerrita a Manolete" dedicamos a intentar desvelar el verdadero papel que jugó y juega Manolete en la historia del toreo.


Manolete. Figura clave en la historia del toreo

Sepultado bajo un alud de críticas, la figura de Manolete que nos presentan historiadores y aficionados está muy lejos de acercarse a la verdad.

Entender el toreo de Manolete resulta imprescindible para entender la verdadera historia del toreo. Sin entender a Manolete no se puede comprender el toreo de nuestros días.

Es más, estoy convencido que gran parte del desapego del aficionado de hoy hacia el toreo de hoy trae causa en el desconocimiento de la historia real del toreo y, sobre todo, en el desconocimiento, del verdadero papel jugado por Manolete, en esa historia.


Manolete no rompe el canon clásico ni transgrede el canon belmontista

El análisis del toreo, hecho desde posiciones dogmáticas y tradicionalistas, induce a confusión y error. 

Ir a la plaza a juzgar si lo que el torero hace se ajusta a nuestras convicciones previas (hechas a base de tópicos y dogmas de escaso fundamento) es ir dispuestos a no entender nada.

Solo desde esas posiciones acríticas, se explica que hayan sido aceptadas sin reservas las injustificadas críticas vertidas contra la figura de Manolete.

Manolete no tergiversa los cánones clásicos porque (al contrario que Domingo Ortega su principal impugnador), Manolete es torero de la más pura línea clásica del toreo. Tampoco puede traicionar el canon belmontista porque el toreo de Belmonte (campero y personal) le es radicalmente ajeno a su concepto del toreo. Son toreros de cuerdas muy diferentes.




Manolete en la línea de Guerrita, Joselito y Chicuelo

Manolete está en la línea torera de LagartijoGuerrita, Joselito y Chicuelo que es la cuerda del toreo de línea natural (aquella en la que el torero al torear respeta el viaje natural del toro, toreando al hilo, sin quebrarlo defensivamente). Un toreo practicado por toreros de escuela, hijos de toreros o formados al amparo de un maestro.



Apostura vestidos de corto de los toreros de Escuela: Lagartijo. Guerrita. Joselito

Es un toreo muy diferente al toreo de línea cambiada practicado por los toreros cuyo aprendizaje se ha efectuado en el campo, en las capeas o en las marismas, tales como el Espartero, Belmonte, Domingo Ortega o Paco Ojeda.



Los toreros que practican el toreo cambiado. Del campo a la plaza: Espartero, Belmonte y Domingo Ortega
Mientras los primeros (Lagartijo, Guerrita, Joselito, Chicuelo, Manolete) practican el toreo natural, de reunión, en redondo, cargando la suerte con los brazos; los segundos (El Espartero, Belmonte, Domingo Ortega), gustan de practicar el toreo cambiado, de expulsión, en ochos, cargando la suerte sobre las piernas.


Dos modos de torear radicalmente diferentes 

Son dos modos de torear radicalmente diferentes. No tienen nada que ver uno con el otro. Lo que vale en uno de ellos, no vale en el contrario. Entender esto es clave para poder entender la historia del toreo.

Pretender juzgar el toreo clásico de Manolete, desde el punto de vista del toreo cambiado, es injusto y erróneo y sólo se explica desde el dogmatismo más recalcitrante

De igual modo, pretender juzgar el toreo en redondo de nuestros días desde los modos del supuesto canon belmontista, propios del toreo cambiado y de expulsión (cruzado) es un un engaño.

Dicen que "el mejor aficionado es aquel al que más toreros le caben en la cabeza". Yo corregiría el aserto y señalaría que "el mejor aficionado es aquel al que más modos de torear le caben en la cabeza".

Sin entender el toreo de Manolete, no se puede entender el toreo de hoy

(Continuará)



4 comentarios:

  1. Buenas tardes ,

    Siempre que entro a leer al Blog me asalta la idea de que se aprende más de toros en una tarde leyendo La razón incorpórea que viendo corridas.

    No es ironía, es que da gusto leer las cosas bien explicadas.

    Un Saludo.



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  2. Aarón Fernández:

    Pues me alegra sobremanera que me diga eso. Evidentemente, el objetivo de este blog es facilitar la mayor parte de datos posibles y reflexiones sobre el toreo para que luego en la plaza podamos gozar al máximo con la corrida sin teorías extrañas que distorsionen la realidad y hagan imposible nuestro disfrute.

    Un cordial saludo y muchas gracias

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  3. Don José, felicidades por su blog y su pedagogía.

    Otra cosa que tienen en común Guerrita, Joselito y Manolete (además del toreo en línea natural como bien dice usted y como decía Pepe Alameda) es el abuso en los despachos. Llegando al clímax Manolete con Camará. Pero eso ya no sé si tendrá que ver con su tauromaquia.

    Ya sabe usted que al Guerra cuando le dicen que hay un sevillano que da verónicas sin enmendarse dice aquello de que "no puede ser y lo que no puede ser además es imposible" y recomienda que la gente vaya pronto a ver torear a Belmonte porqué no durará mucho. Y no lo dice sólo por el riesgo que corre Belmonte sino porque su manera de torear (cambiado y al sesgo) al Guerra le parece una herejía.

    Don José, me gustaría hecerle dos preguntas.

    1.- Se dice que los toreros de línea natural serían: Guerrita, Joselito (discutible para mi), Chicuelo y Manolete. Del cruzado: Belmonte, Arruza y Domingo Ortega. ¿Dónde situaríamos a José Tomás? Para mi tiene un inicio más belmontista y a partir de su reaparición es más amanoletado (siendo el clímax de ello su primera reaparición en Barcelona dónde torea con la muleta retrasada y con un aguante increíble).¿Está de acuerdo?

    2.- Y en la actualidad. ¿Quiénes serían para ud. los toreros representativos de las dos líneas?

    Gracias. Un saludo.

    joan

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  4. Joan:

    Muchas gracias por su opinión sobre el blog.

    En efecto, Guerrita, Joselito y Manolete tienen en común su capacidad de mando sobre la fiesta. Su capacidad para disponer en los despachos, una capacidad ganada legítimamente en los ruedos. Tienen más cosas en común como, por ejemplo, su interés por decidir el tipo de toro y orientar la selección ganadera (hacia un toro bravo y de buena casta, no lo olvidemos).

    Respondiendo a sus preguntas, diré:

    1.- La división de los toreros en dos líneas tiene más alcance didáctico que real (el toreo es mucho menos esquemático y su única verdad es que en el ruedo se muere de verdad). Dicho esto, Manolete es un torero de pura línea natural, como Ortega o Belmonte son toreros de pura línea cambiada. Para el resto de los diestros la cuestión es más compleja y cada diestro suele presentar una mezcla más o menos equilibrada de ambas cuerdas o conceptos.

    Joselito es torero ecléctico, de mucha capacidad que puede alternar el toreo en redondo con el toreo en ochos. Su papel crucial en esta historia que estamos contando y su obsesión por los naturales en serie, me induce a incluirlo entre los toreros de esa cuerda pero su toreo cambiado (con reses menos encastadas a las que hay que pisar el terreno) es maravilloso (mucho más armónico y elegante, como veremos en su momento, que el toreo de Ortega, por ejemplo)

    José Tomás, como diestro de esta época, participa de ambos conceptos. Su evolución desde el toreo cambiado al toreo natural puede tener varias explicaciones. Una sería el cambio del toro desde los inicios de su carrera hasta nuestros días. El toro más parado y bravucón de finales de los 90, exigiría un toreo cambiado, cruzándose el diestro para provocar la arrancada del astado. Un toro más bravo y encastado y con más movilidad, como es el toro de hoy, permite el toreo de línea natural que es, probablemente, el más acorde con su concepto. Aunque esto sólo nos lo puede aclarar el propio diestro. Aunque puede haber otras explicaciones, creo que esta es la más probable.

    2.- Los toreros de hoy participan de ambas cuerdas y conceptos pasando del toreo cambiado al natural y viceversa casi todas las tardes y en casi todos los toros.

    Para clasificarlos yo utilizo varios indicadores. Torero capotero más que muletero, suele ser torero de línea cambiada (A la verónica se torea alternando pitones). Estarían en esa tesitura, Juan Belmonte y todos los toreros de su cuerda: Gitanillo, Cagancho, Ordoñez (con matices), Curro y Paula.

    Igual que es de línea cambiada, el torero que se encuentra más a gusto dando el pase de pecho que toreando al natural pues son muletazos de muy diferente contextura. Lo mismo vale para el toreo en redondo y el toreo en ochos. Quien torea de muleta al natural de uno en uno, pero engarza con fluidez los remates finales alternando pitones, con trincherazos y pases de la firma, por ejemplo, es probablemente torero de línea cambiada.

    Con esos detalles, creo que cualquiera puede intentar la clasificación de los diestros de ahora (y de antes). Pero como repito, esas clasificaciones no pasan de tener un valor limitado y acotado.

    Un cordial saludo.

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