Por Paco Carmona
El Juli. Contra viento y marea
Lo que me interesa del toreo
Hace mucho tiempo que no me interesan los nombres sino las personas. Del mismo modo, me interesa sobremanera el toreo; no quien lo lleve a cabo, menos aún si estos son figuras. Entonces ahí pierden casi todo mi interés como protagonistas. Lo que hagan o no con sus vidas y con sus carreras (sin mirar para otro lado claro está) tampoco me obsesiona.
Debo ser un bicho raro al afirmar que me sobrecoge el toreo de José Tomás y que admiro profundamente la tauromaquia de El Juli. Me estremece Morante y procuro fijarme todo lo que puedo de un grandioso torero como Perera.
No me gustan las etiquetas, pero sí tengo claro cuales son mis gustos. Digo esto porque parece que aquí no te puede gustar Antonio Mairena si te gusta Manuel Torre o que si escuchas a Terremoto ya no puedes ponerte un disco de Enrique Morente. Yo lo que miro es el Toreo con sorpresa, con admiración, con la esperanza de ver que, aquello que como aficionado busco, ese torero me lo está dando.
Juli
Cuando Juli tenía 10 o 12 años se saltaba la barrera de la placita de la Escuela para banderillear vacas utreras, le cogían una y otra vez y ya su ambición era infranqueable. Tenía más claro que nadie que sería lo que hoy es, ni más ni menos. Nunca tuvo la mínima duda.
Con 13 años, una serie de matadores a los que todos admiramos e idolatramos le hicieron una medio encerrona en un festival en Palencia y dejaron que matara un toro con 520kg al que cortó el rabo. La cara que tenían mejor nos la ahorramos.
El Juli. Contundente becerrista
Cuando llegó a México, tieso como una regla, se ocupó en año y medio de arreglar la vida de una familia entera.
Los inicios en un México, lindo y querido pero muy duro para un chaval de 14 años.
Con 15, matador de toros. Con 20 llevaba casi 1000 corridas de toros; con 30 más de 2000 y, ahora, rico perdido le hace al toro las cosas que debió soñar entrenando día tras día en aquella placita de la Venta del Batán, bajo la atenta mirada de esos que éramos sus compañeros pero que ya veíamos en él en nuevo líder, el nuevo referente en cuanto a poder, capacidad, sabiduría, esfuerzo, inteligencia, ambición y afición.
La dificultad de triunfar en Madrid, una plaza muy complicada para los grandes toreros
Una tauromaquia impensable. El listo de la clase, el abusón del patio, no solo se ha salido con la suya sino que también ha querido mirarse en la Historia y le interesa su profesión más que nada en el mundo.
La importancia de triunfar en Sevilla, una plaza capaz de entregarse (a la larga) al buen toreo venga de donde venga.
Estaría bien, que pudiéramos quitarle la cabeza (solo de las imágenes claro) y empecemos a mirar lo que le hace al toro, porque somos unos suertudos que coincida con nosotros en el tiempo un torero tan grande y tan, tan admirado por todos y cada uno de sus compañeros de profesión.
Por las calles del Ensanche Cerdá. Todo un símbolo
Tauroteca: El corazón de la técnica
12/10/2014. Zaragoza. El Juli. Toro de Parladé
Si no ve el video pinche aquí
Guía de visionado
00:08 La difícil facilidad
Juli siempre fue un virtuoso del capote pero su verónica es aún más grande. Facilidad y estudio.
Aquí le vemos de inicio, parando un toro bravo que no regala nada. Muy abierto, dando espacio y tiempo para echárselo siempre en el momento justo.
Un toreo más de cambiar la trayectoria que de enganchar adelante, sirviéndose de una posición natural para economizar y no gastar embestidas. ¡Ya habrá tiempo!
00:26 Quietud y control.
Perfección inicial. En el inicio de faena de muleta, Juli espera al toro quieto e inmóvil, hasta que éste se coloca por completo después de cada muletazo.
Así, una y otra vez, sin forzar. Lo que le ayuda a fijar una embestida aún sin definir.
00:55 Pasión y entrega
Una tanda tremenda. Entrega absoluta en la primera serie por abajo.
La muleta siempre puesta, encarando de forma perfecta después del remate para hilvanar, engarzar y ligar los muletazos.
Juli se hunde en la posición, asumiendo el riesgo, antes de que el toro llegue a la muleta. Por tanto, da igual la pierna si la colocación es tan buena.
En esta tanda destacan dos grandes muletazos donde una vez fijado el toro en el engaño el torero se abandona por completo y se olvida de la técnica.
01:11 Choque de bravuras
Se juntaron dos muy bravos.
Con un temple poderoso y prodigioso, Juli alarga las embestidas sin quebrantar la voluntad del toro que acude cada vez más entregado a un torero en estado de gracia.
01:31 “Haciendo” al toro por el pitón izquierdo.
Una colocación precisa y natural.
Su muñeca sostiene la embestida para soltarla justo al final. Los muletazos son cada más reunidos, largos. Cada vez más despaciosos.
Cumbre el pase de pecho final.
01:49 “Exprimiendo” la embestida
De la intensa calma a lo más profundo.
Por abajo roto, encajado, ya no hay control ni medida.
Una vez que inicia la embestida hay que exprimirla al máximo.
02:08 La obsesión por “bajar la mano”
A estas alturas de la faena, el bravo Parladé ya exige toques precisos y firmes para mantener fija su brava y encastada embestida.
Bajar la mano, en estos momentos, no es sólo una apuesta sino también responder a la pregunta ¿Quien manda aquí?
Bajar la mano confiere la máxima profundidad y reunión en el trazo del muletazo pero supone un riesgo añadido por parte del torero.
02:33 Recordando a Ojeda
El Toreo en ochos... Pura geometría.
El torero como eje absoluto, engancha por fuera para hacer circular la embestida alrededor suya a un toro que exige lo que no se ve.
Aplastante seguridad en un cuerpo a cuerpo que se resuelve como no podía ser de otra forma en este grandioso torero. Triunfando.
Conocedor de todo el toreo y líder absoluto. Cuando pase el tiempo, Juli será menos discutido y su tauromaquia, plena y rebosante de todo, habrá servido de base y cimiento para el futuro.
Magníficas imágenes de un Juli magnífico, muy torero, muy conocedor. Gracias por vuestras observaciones. Ahh, ¡si tan sólo reparara en deshacerse del "julipié" y entrara en la suerte suprema como merece cerrar sus faenas! // Atte., Torotino.
ResponderEliminarPaco Carmona, piedra Rosetta del toreo.
ResponderEliminarHe tenido la suerte, la gran suerte diría yo, de asistir dos veces a los toros con Paco. Ya en la primera, en Málaga, me impactó esa forma de sentir el toreo. Y de sobremanera, esa facilidad para explicar el lenguaje jeroglífico de esa ciencia indescifrable para la mayor parte de aficionados que, como yo, nunca nos hemos puesto delante, que es la tauromaquia. Todo tiene su por qué y sus porqués. Me cautivó esa capacidad pedagógica, ese comentario justo, medido, oportuno, cuál toque en la muleta, que te va descubriendo los secretos del toreo. Eso que antes intuía pero no sabía si era real o no. Encontré mi piedra Rosetta y por primera vez en mi vida, me sentí aficionado en plenitud. Es ver el toreo por dentro. ¡Qué privilegio! ¡Qué pena que el aficionado no pueda tener a alguien como Paco a su lado en cada festejo! ¡Otro gallo nos cantaría!
La segunda vez, en Madrid, no hizo sino confirmar esa primera impresión. Sólo me preocupaba disfrutar y que la tarde no terminara. Cosa que inevitablemente sucedió. Con el deseo de volver a encontrarnos en una nueva temporada, nos despedimos.
Pero cual no ha sido mi sorpresa cuando a través de LRI, me vuelvo a encontrar con Paco y “sin estar”, he estado con él en Zaragoza, viendo al Juli. Gracias a internet y a LRI, todos los lectores del blog han podido sentir lo que yo sentí y lo que torpemente, he tratado de explicar con mis anteriores palabras. Gracias José Morente por esta localidad que nos brindas hoy y por tu blog.
Siempre he profesado una profunda admiración y respeto por el toreo de Juli. Un animal del toreo. Si bien es cierto, tengo que reconocer que quizás por mis gustos estéticos, no era un torero que se encontrara entre mis predilectos. Pero igual que hace con sus toros, poco a poco y a medida que “me ha ido bajando la mano”, me he ido entregando y he acabado rendido a su toreo. Ese toreo hundido. Ese toreo telúrico. El año pasado en Aranjuez tuve la sensación de encontrarme ante una nueva evolución de la tauromaquia. Ese cite “julista” y esa forma de torear tres metros antes del embroque, me impactaron. Algo que hoy corrobora en su entrada Paco Carmona (“base y cimiento para el futuro”). Y este año en Carabanchel, que al fin y al cabo son los aficionados de Madrid, pero sin ese yugo dictatorial al que tienen sometido los radicales en las Ventas, percibí que ahora esa forma de torear tan baja, es también esperada. Algunos alegarán que no es la afición de Madrid, pero en este punto, da igual. Es el público, siempre el público, el que tal y como muchas veces ha señalado J. Morente en su blog, y así se demuestra a lo largo de la historia de la tauromaquia, el que antes percibe y acepta los cambios que se consolidan en el futuro y que luego los aficionados tomamos por cánones. Sigue en el siguiente comentario
Continuación...
ResponderEliminarNo me gustaría terminar este comentario sin decir que yo cambiaría el título de la entrada y la pondría “De torero a torero…”. Es difícil encontrar personas como Paco que, ya no como aficionados, sino como toreros, expresen de manera pública y sincera, esa admiración por las grandes figuras del torero actual. Idolatrar a los que no vimos y a los que hemos leído está muy bien y queda muy bien. Ser capaces identificar la magnitud de lo que acontece en nuestro tiempo, está mucho mejor y tiene mucho más valor. Aquí insertaría esa frase que me impacto al oírla de Paco: “Torear para la historia”. Por esto considero que realmente se trata de un dialogo entre toreros. De admiración de Paco hacia el Juli, donde los aficionados hacemos de meros interlocutores a través de esta explicación magistral de una lección de toreo. Del Julien la práctica y de Paco Carmona en el comentario.
Cuando charlas con Paco, a poco espabilado que seas, te das cuenta que su amor al toreo y la profesión está por encima de todo. Es su filosofía. Su forma de vida. Y en este punto me acuerdo de Ignacio Sánchez Mejías y el prólogo de su conferencia en la Universidad de Columbia en Nueva York (año 1929): “Vamos a hablar de la Tauromaquia, que es la ciencia del toreo, y del toreo que es la ciencia de la vida… Saber torear es saber vivir”. Paco Carmona sabe hablar, sabe de la tauromaquia, sabe del toreo, sabe torear y ha encontrado en él, su forma de vivir. Sabe vivir.
Gracias Paco por compartir tu forma de vida con nosotros y esta tarde del Juli en Zaragoza. ¡Gracias torero!
Hasta pronto amigo. Un abrazo.
No te puedo decir nada Luis Miguel... Solo que la admiración es mutua y sincera. Que nuestra amistad será intima y próspera y que por favor escribas muchas cosas y muchas veces de toros en ésta LRI para deleite de todos los aficionados (profesionales y neófitos). Creo que la petición la firma nuestro admirado José Morente, interlocutor y creador de toda esta maravillosa historia.
ResponderEliminarNos hemos ido a juntar tres buenos...
Juli es como ese Dios joven al que todos tratan de vencer y derrumbar poniendo zancadillas y utilizando malas artes, porque por derecho nadie seria capaz de arrebatarle el trono. Cuando te das cuenta de ello, no tienes más remedio que claudicar ante él y comenzar a ver lo mucho que nos hemos perdido.
Te mando un fortísimo abrazo.
Tu amigo Paco Carmona
Torotino:
ResponderEliminarEn efecto, si además de torear como torea ejecutase la suerte de matar con mayor ortodoxia sería de agradecer.
Aunque pensándolo bien todos los toreros de su cuerda han flaqueado en ese trance: Paquiro, atravesaba los toros; a Guerrita no lo veían de veloz que pasaba; Joselito echaba la carta al buzón.
Demasiado inteligentes para arriesgar en una suerte donde el torero pierde de vista los pitones del toro y donde su resultado depende tanto del azar.
Un cordial saludo.
Magnífica entrada Sr. Carmona.
ResponderEliminar¡Qué bien nos iría a todos si en vez de nombres habláramos de personas! No son tiempos hablar del esfuerzo, de la voluntad, de por querer ser, del trabajo bien hecho, del sacrificio... sin embargo, ya va siendo hora de que se proyecten las capacidades de las personas como Julián. Gracias Juli, gracias Carmona por contarlo