Por Jose Morente
Madrid. 29 de mayo de 1971. Paco Camino en un natural a Serranito de Pablo Romero. Un toro que embiste, como es habitual en ese encaste, con la carita alta
La faena que hizo Camino al 4º de la tarde del 29 de mayo de 1971, de nombre Serranito y de la ganadería de Pablo Romero se ha convertido en una faena mítica.
Un aficionado de los de ahora, se atrevería a decir que con este toro o con uno similar, (con el toro con el que triunfaban las figuras de antes), fracasarían los toreros artistas de ahora, Morante de la Puebla por poner un ejemplo. Diría eso… pero se equivocaría de medio a medio.
Y es que Serranito no fue, ni con mucho, “ese toro imponente que impone respeto”, ese toro que “da miedo” y que tanto gusta a los “toristas” de nuestros días sino, más bien,… todo lo contrario.
Serranito fue un buen toro. Flojo, pues se cayó hasta dos veces al salir de la segunda vara, y sobre todo noble, muy noble. Tuvo, eso sí, el defecto de llevar la cara alta como era (y es) tan frecuente en esa ganadería pero, como hemos dicho, fue bravo y nobilísimo. Un toro de los que hacen posible el triunfo de un torero.
Serranito, de Pablo Romero, no fue el toro con el que sueñan los toristas sino el toro con el que sueñan los toreros.
En el vídeo se ve muy bien, tanto el defecto de llevar la carita alta como esa embestida noblote y suavona, siempre en línea recta sin vencerse hacia el cuerpo del torero, que tanto ayuda al buen toreo.
Como, además, Serranito llevaba en el anca el hierro de la mítica ganadería de la divisa celeste y blanca, era el toro perfecto para triunfar en Madrid.
Y Camino triunfó. Un poco in extremis, porque la feria se le iba sin mayores éxitos, pero con un triunfo legítimo y practicando un toreo de muchos quilates.
Un buen toreo basado en el dominio de la técnica o, quizás fuera mejor decir, basado en ese conocimiento (de las reses y de las suertes) que siempre ha distinguido al sevillano.
Camino toreó con un planteamiento menos radical y avanzado que el que le pudieron ver en México. años antes. Quizás porque en España los cánones pesaban y pesan mucho o, quizás, porque Madrid es Madrid, lo cierto es que el de Camas hizo algunas concesiones a la galería de los ortodoxos como ese primer muletazo de cada tanda donde echa la pata ‘alante como dicen los puristas que se debe torear.
Un muletazo, eso sí, con un toro que se arranca de lejos y va fijo en la muleta y que por tanto sigue esa trayectoria rectilínea que tanto denigran los aficionados de escuadra y cartabón.
Lo hemos dicho muchas veces y no está de más repetirlo una vez más, la pata ‘alante está recomendada y es casi obligatoria cuando quiere ganarse terreno al toro y se alternan los pitones. O sea cuando, por ejemplo, se torea a la verónica con el capote o en los principios de la faena de muleta.
Un lance de recibo. Camino mide y observa la embestida de Serranito
También es admisible en el primer muletazo de la tanda o cuando los muletazos suceden de uno en uno (pues entonces cada uno es el primero de su propia serie). Pero cuando se torea en redondo y se liga, lo ortodoxo, lo correcto y lo canónico es no menear los pies en el embroque ni antes de él.
En el toreo en redondo, lo correcto es no menear lo pies en el embroque ni antes de él.
En el toreo en redondo, la colocación de perfil con la pierna de salida en línea o, incluso, algo retrasada respecto a la otra (“escondida”) es lo más correcto y lo que debe hacerse si no se quiere que el muletazo sea demasiado corto y brusco. Y sobre todo, conviene recordar que, en el toreo en redondo, lo importante es traer el toro hacia el terreno de dentro y no expulsarlo hacia fuera como ocurre cuando se adelanta la pierna de salida (lo que, por otra parte, no se ve nunca o casi nunca).
La aparente facilidad de Camino. Lo que algunos quisieron confundir con una supuesta “desgana”
Otras cuestiones, denostadas por los dogmáticos, se reflejan también en el vídeo. Tal son los toques, el cite con la muleta oblicua y el palillo inclinado hacia arriba, la colocación de perfil y al hilo (lo que llaman fuera de cacho) o ese, necesario e imprescindible, perder pasos entre los pases cuando el toro se queda corto.
Son medios técnicos correctos, empleados correctamente por uno de los toreros que mejor han toreado en la historia del toreo. Unos medios técnicos que son, hoy día, perfectamente reconocibles en los toreros de nuestros días pues ni ellos, los de nuestros días (Tomás, Morante, el Juli,…) ni sus inmediatos antecesores (Capea, Espartaco,…) los han inventado sino que simplemente los han heredado.
Sin embargo, cuando los toreros de ahora torean como toreaban los toreros de hace medio siglo, hay incluso aficionados que se atreven a acusarlos de ventajistas y “destoreadores” mientras que a aquellos, a los toreros antiguos, por hacer lo mismo, se les enaltece y reconoce como grandes maestros. Vivir para ver
¿Es sólo desconocimiento o hay algo más?
Epílogo
Aunque Camino era capaz de matar muy bien, una estocada ida, por no decir atravesada, con saltito y saliéndose de la suerte, fue la que puso colofón a esta faena que, sin embargo y merecidamente, fue premiada con las dos orejas del burel por el entendido público madrileño de entonces.
Impecable. Brillante démonstration. Con los criterios de hoy, 80% de las orejas cortadas en plazas de primera durante el siglo XX deberían ser restituidas; con los del 'Siete' actual, 99%. Un abrazo.
ResponderEliminarJack Coursier:
ResponderEliminarImpecable... ¡su comentario!
Un fuerte abrazo
Magistral entrada que subscribo totalmente.
ResponderEliminarLo curioso (o lo molesto) es que muchos de aquellos aficionados que disfrutaban felices de aquellas faenas de hace 60, 50 o 40 años ahora son los mismos que pretenden destruir el toreo actual y demonstrar que hace 60, 50 o 40 años se toreaba como nunca después se toreò.
Para ellos siempre el pasado fué mejor (incluso de lo que ellos mismos vivieron) y ahora sueñan con faenas perfectas que nunca existieron.
Y en cuanto a tecnica de torear, siempre recomiendo la sabias palabras de Joselito Arroyo:
https://www.youtube.com/watch?v=nVjsxP6duGo
Un saludo,
Paolo
"En el toreo en redondo, la colocación de perfil con la pierna de salida en línea o, incluso, algo retrasada respecto a la otra (“escondida”) es lo más correcto y lo que debe hacerse si no se quiere que el muletazo sea demasiado corto y brusco..."
ResponderEliminarJosé: Este párrafo me resulta demasiado discutible como para darlo por bueno como pauta general.
No creo yo que nosotros debieramos caer en el tópico contrario. ¿Qué es lo más correcto? Pues para mí depende del toro. Hay toros que no permiten el toreo enroscado y hay que llevarlos en línea, hay toros que no dejan quedarse para ligar y hay que perderles pasos.
Para mí no cabe hablar de buen toreo ni de destoreo por la técnica aplicada.
Sólo cabe hablar de si se aplica a cada toro la técnica que permite hacerle la mejor faena posible. Para ello, como hemos hablado tantas veces lo que es necesario es el conocimiento de las reses y de las suertes tanto para torear como para juzgar al que torea.
Cada vez estoy más de acuerdo en la afirmación de que el toreo es "colocación y ejecución".
Colocación: (posición y distancia) la que el toro pida y cada toro pide una distinta en cada pase que se da. Y va cambiando a medida que avanza la faena.
Ejecución: (trazo y temple) otra vez lo mismo los que pida el toro.Y van cambiando a medida que avanza la faena.
Como yo lo veo: Si Camino trata de enroscarse ese toro alrededor de él, le aprieta y se queda ahí para ligar tengo para mí que no habría habido faena, que o le echa mano o el toro se acaba en la primera tanda.
Sin embargo esta faena para otro toro con otra entrega y otra embestida habría sido imperdonablemente superficial.
¿Cual es la verdad? Pues que con ese toro estuvo bien porque le hizo lo que había que hacerle. A este toro eso estuvo bien, a otro toro, otras cosas.
Tal vez lo que nos pase con los toreros de hoy es que nos parece que tienen una única forma de torear y eso se debe a que cada uno torea sólo un tipo de toro y no se ve obligado a adaptar su toreo ni a mostrarnos todas sus capacidades.
Así que aquí pocos maximalismos, mente abierta y sobre todo atención a las condiciones del toro.
Paolo:
ResponderEliminarMuchas gracias. Y magnífica la referencia a Joselito
Un abrazo
Felipe Romero
ResponderEliminarMagnífico análisis el suyo aunque no lo comparto en un punto que me parece, sin embargo, crucial.
En efecto creo que el toreo debe basarse en adaptar la forma de torear a las condiciones de cada toro (aunque hay toreros que lo basan en imponer su forma de torear a los toros)
Sin embargo, mi opinión es que no existe una única forma de torear (que sufriría las correspondientes adaptaciones puntuales y circunstanciales) sino, al menos, dos modos distintos: El toreo "en redondo" y el toreo "en ochos" (hablo de la muleta).
Son dos mundos distintos con sus correspondientes códigos, leyes internas y cánones diferentes.
Trasplantar algo que es adecuado a uno de esos modos de torear (p.e. adelantar la pierna de salida en el toreo en ochos) al toreo en redondo que es radicalmente (de raíz) distinto es una incoherencia (no diré ya un error).
No es que no pueda hacerse. Los toreros pueden y deben intentar todo lo que se les ocurra.
Lo que no debe es exigirse por los aficionados esas mixturas que lo único que consiguen es meter en el mismo guiso ingredientes tan distintos y tan incompatibles.
Como diría el clásico "lo que no pué ser, no pué ser y además es imposible"
Por lo demás, suscribo al 100 por 100 toda su reflexión sobre la necesidad de no imponer normas o códigos que asfixien la creatividad del torero y sobre todo que le impidan adaptar su toreo a las cambiantes condiciones de las reses.
Un cordial saludo
Una faena encantadora. Serranito necesitaba su distancia y Camino se la brindó. Toro y torero se entendieron al 100%, bailaron y eso fue lo que la afició premió, creo.
ResponderEliminarPaco no impuso, toreó siempre para el astado, incluso citando fuera de cacho muchas veces, sin cruzarse vamos, llevándolo adentro suavemente y ligando pases con clase, gusto y delicadeza. Y es que Serranito necesitaba su espacio.
P.d.: toro perfecto por hechuras y comportamiento para torear en redondo.
el desdicho:
ResponderEliminarEn efecto, coincido con usted. Nos encontramos ante una faena ejemplar (pues puede servir como modelo) donde Camino lleva el toreo en redondo a unas altas cotas de suavidad adecuada a las condiciones del toro.
Y para mayor variedad, con tramos o muletazos de pata 'alante también de suavidad suma y consiguiendo no quebrar la trayectoria de un toro que pide la línea recta. ¡Un lujo!
Un cordial saludo
el desdicho:
ResponderEliminarEn efecto, coincido con usted. Nos encontramos ante una faena ejemplar (pues puede servir como modelo) donde Camino lleva el toreo en redondo a unas altas cotas de suavidad adecuada a las condiciones del toro.
Y para mayor variedad, con tramos o muletazos de pata 'alante también de suavidad suma y consiguiendo no quebrar la trayectoria de un toro que pide la línea recta. ¡Un lujo!
Un cordial saludo
el desdicho:
ResponderEliminarEn efecto, coincido con usted. Nos encontramos ante una faena ejemplar (pues puede servir como modelo) donde Camino lleva el toreo en redondo a unas altas cotas de suavidad adecuada a las condiciones del toro.
Y para mayor variedad, con tramos o muletazos de pata 'alante también de suavidad suma y consiguiendo no quebrar la trayectoria de un toro que pide la línea recta. ¡Un lujo!
Un cordial saludo
El video me deja una sensación más agria que dulce.
ResponderEliminarA Camino se le nota muy pendiente del toro, no por su peligro, sino por miedo a que se le caiga, es decir, la Fiesta al revés.
Los muletazos los remata hacia arriba en la tipica labor de enfermero, y con enganchones. Además, despegadísimo.
Sí, ya sé, el toro no admitía otra cosa y el torero aplicó la técnica correcta dadas las circunstancias.
El video puede ser demostrativo de la inteligancia de Camino, pero también del triunfalismo de los años 60 y primeros 70.
Y también demuestra que la lamentable letanía que tanto se repite en las crónicas de nuestros días (toros flojos pero nobles) viene de lejos.
Un saludo.
Mosquete
Mosquete:
ResponderEliminarMitificamos el toreo de épocas anteriores y no es lógico
Pero menos lógico aún es negar el presente en pos de una Fiesta que no existe, de un toro que no existe y de un toreo que no existe.
Por desgracia, hemos "aprendido" el toreo (y me incluyo), no en la plazas sino en una literatura que me atrevo a llamar "barata" y que ha propiciado una ceremonia de la confusión de la que dudo podamos salir algún día.
La única receta posible es el sentido común. Seamos realistas y pidamos lo "imposible" pero mientras tanto, bueno sería valorar y disfrutar con lo "posible".
Un cordial saludo.
Leyendo los comentarios es curioso que muchos, viendo al famosisimo video de Camino (que nadie osa criticar) tienen que valorar "la tecnica", las "condiciones del toro" (que es "justo de fuerza", que no admite "lineas curvas", a pesar de ser un mitico y segun algunos, terrorifico, pabloromero) y de paso se tilda de triunfalista ese publico (que en otras ocasiones muchos hacen creer que era mucho mas exigente y entendido del de hoy).
ResponderEliminarLuego sale un video de una faena de este San Isidro y empiezan los "entendidos" a desmontar y criticar todo (que si la espada de perera era caida, que si ponce estaba despegado, que si a Serafin Marin le faltò "algo", que si a aguilar se le fue el toro de la feria....)
Gracias José por poner este video y recordarnos lo que siempre ha sido la Fiesta de los Toros.
Saludos,
Paolo
Enhorabuena por su trabajo. Quién no quiera entender esta realidad es porque el toreo no le entra en la cabeza.
ResponderEliminarLástima que este cuento chino de la pata adelante proceda de aquella célebre conferencia de Domingo Ortega en el Ateneo, cuando perdió la oportunidad de explicar cómo era su propio toreo, y se dedicó a "restaurar la verdad del toreo" en clara referencia a Manolete, por su toreo de perfil.
Pero la historia acaba poniendo a cada uno en su sitio. Y Manolete murió de verdad, pero de la auténtica, por ser fiel a su toreo y entrega todas las tardes.
Esa fue su gran verdad, La gran verdad de un torero irrepetible al que Domingo Ortega y otros "clásicos" nunca perdonaron que los relegase en el toreo.
Magnifico su video,ilustrativo,como para ponerlo de ejemplo en una cátedra, sobre el toreo,del que es el torero más completo, en los tres tercios que he visto. Ahora bien comparar la afición actual,con la de entonces,creo esta años luz, de aquella,no se les escapaba los mejores muletazos de la feria de San Isidro, dados por Diego Urdiales,pero como toreaba un hierro torista,tomaron partido por el toro,sin saber verlo,no servia. Manuel Vazquez
ResponderEliminarMil gracias por la doble cátedra (la de Vd. y la de Camino). Respecto a la estocada, en efecto, no es de las mejores del maestro pero sirve de muestra para que El Juli -de quien soy admirador- vea y analice cómo NO debe darse la suerte suprema. Por lo demás, Camino era un fuera de serie. // Enhorabuena. Atte., Torotino.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEl toreo tiene mucho que ver con la geometría. pero no es una ciencia exacta y no se le pueden aplicar las sacrosantas reglas matemáticas y los sempiternos e inamovibles cánones defendidos hasta la exageración por esa tan exigente como ignorante facción de supuestos aficionados.
ResponderEliminarPara juzgar una faena hay que tener en cuenta las condiciones del toro, naturalmente. Pero eso no basta: hay que tener en cuenta también al torero que está enfrente, su personalidad y sus peculiares modos de hacer. Y si en tiempos no se podía exigir a El Viti que toreara como Diego Puerta, ni viceversa, hoy tampoco podemos pretender que Ponce adopte las formas de Morante de la Puebla. Ni viceversa, claro.
Los toreros son artistas y actúan conforme les dicta su inspiración y conocimientos, no adoptando las milimétricas posturas y absurdas maneras que les exigen en Las Ventas (por cierto, a ver cuando el sector sano de la afición madrileña se levanta e impone sobre "los amigos de los bisontes" y consigue que esa plaza recupere un pulso que nunca debió perder).
El toreo tiene mucho que ver con la geometría. pero no es una ciencia exacta y no se le pueden aplicar las sacrosantas reglas matemáticas y los sempiternos e inamovibles cánones defendidos hasta la exageración por esa tan exigente como ignorante facción de supuestos aficionados.
ResponderEliminarPara juzgar una faena hay que tener en cuenta las condiciones del toro, naturalmente. Pero eso no basta: hay que tener en cuenta también al torero que está enfrente, su personalidad y sus peculiares modos de hacer. Y si en tiempos no se podía exigir a El Viti que toreara como Diego Puerta, ni viceversa, hoy tampoco podemos pretender que Ponce adopte las formas de Morante de la Puebla. Ni viceversa, claro.
Los toreros son artistas y actúan conforme les dicta su inspiración y conocimientos, no adoptando las milimétricas posturas y absurdas maneras que les exigen en Las Ventas (por cierto, a ver cuando el sector sano de la afición madrileña se levanta e impone sobre "los amigos de los bisontes" y consigue que esa plaza recupere un pulso que nunca debió perder).
Saludos cordiales, José.
ResponderEliminarCon su permiso, y por interesante a más no poder, destaco entrecomillado un párrafo del comentario de Juncal en el que pone el dedo en llaga sobre ese gañafón que le tira Domingo Ortega a Manolete, para descalificarle, acerca del "cuento chino" de la pata adelante, en la ya sobada conferencia del de Borox en el Ateneo de Madrid, que dice así Juncal:
"Lástima que este cuento chino de la pata adelante proceda de aquella célebre conferencia de Domingo Ortega en el Ateneo, cuando perdió la oportunidad de explicar cómo era su propio toreo, y se dedicó a "restaurar la verdad del toreo" en clara referencia a Manolete, por su toreo de perfil".
Ahí, ahí, José, que sigo al pie de la letra su blog como no podría ser de otra manera, así como me pongo de su parte incondicional por aquello que barrunto que pueden intentar que suceda, pobriños, brega en la que servidora ya está curtida.
Por cierto, hoy hubiera cumplido Manuel 97 años de edad, honor y gloria a él.
La condesa de Estraza