Por José Morente
José Tomás en Linares
Ahora, cuando se anuncia que Jose Tomás no pisará los ruedos esta temporada (o mejor dicho, lo que queda de ella), parece momento de reflexionar un poco sobre un torero del que tanto se discute.
Dicen que para ser indiscutible, hay que ser antes muy discutido. Y muy discutido es, ha sido y será José Tomás. No tanto por su toreo, que también, sino y sobre todo por el planteamiento de sus temporadas, por las plazas, carteles y ganaderías que elige para sus, por desgracia, cada vez más escasas comparecencias públicas de estos últimos años.
Tomás, que goza del fervor, a veces rayano en la idolatría, de los grandes públicos, concita –sin embargo- la crítica de no pocos aficionados, una crítica que a mí personalmente me produce perplejidad.
José Tomás ha planteado sus últimas temporadas sobre unas bases que se podrían resumir en: ausencia de cámaras de televisión, pocos carteles muy escogidos en plazas de segundo orden y ganaderías muy seleccionadas.
Y ese cuidadoso planteamiento es precisamente lo que se le discute. Son muchos los aficionados que dicen que debería: Acudir a las plazas de primera (Madrid, Sevilla, Bilbao), alternar con toreros de la primera fila (no se nombra a Ponce pero es el nombre que está en el subconsciente) y lidiar ganado de las ganaderías llamadas duras (Miura, Cuadri, Adolfo Martín, etc.) y, sobre todo, con televisión por medio. De remate, se le reprocha que no haga campañas largas y que no se eche a las espaldas el peso de la fiesta.
Como no hace nada de lo que le exigen, sus detractores argumentan que no pasa de ser una figura mediática más, fruto de un cuidado marketing y amparado por un público adicto que llena las plazas a su solo nombre, entregado de antemano a su toreo.
¿Qué hay de verdad en todo esto? ¿Tienen razón sus enemigos cuando le acusan de lo que le acusan? ¿O la razón está de parte del torero?
Para dilucidar la cuestión, creo que no hay más remedio que hablar de su trayectoria y su concepto del toreo. Y es que lo que se dice puede tener una cierta lógica pero carece de fundamento, en mi opinión, si lo aplicamos a este torero.
Si analizamos su modo de torear, habría que convenir que José Tomás es un torero de cuerda manoletista. Y no lo digo por su admiración, tantas veces confesada hacia Manolete, sino por su concepto del toreo tan cercano en tantas cosas al del diestro de Córdoba.
Y es que Tomás y Manolete, comparten mucho. Para empezar les une un pundonor insólito, un gran valor, una tremenda personalidad y una fuerte independencia profesional.
Además, ambos son diestros que conceden toda la importancia al modo de ejecutar las suertes. Pocas suertes (la excepción fue Nimes) pero muy depuradas. Por ello, sus lances se reducen a lo sustancial, a lo mollar (La verónica y la media en el capote; el natural en la muleta y tal o cual adorno).
Es un repertorio reducido que se impone (no se adapta) a las condiciones de las reses a las que se enfrentan y que, por ello, ha sido en ambos causa de importantes percances que muchos confunden y han confundido con la torpeza cuando habría que llamarlo sencillamente coherencia.
Manolete en la enfermería
Ambos toreros coinciden también en sus magníficas estocadas, propias de los matadores valientes; de los que se entregan en la suerte a cara o cruz. Cualidad que acaba por definir sus figuras.
Y es que, como dijera en su día Cesar Jalón "Clarito" refiriéndose a Manolete, en juicio que es aplicable también al diestro de Galapagar, ambos:
"Torean como los que no matan y matan como los que no torean"
Manolete citando para la estocada
Ese insobornable concepto de la profesión llevó a Manolete a morir en Linares y llevó también a José Tomás a una especie de muerte taurina en Aguascalientes hace tres años.
Y digo lo de muerte taurina porque, aunque menospreciada por algunos "escépticos", la cornada de José Tomás se puede parangonar a cualquiera de aquellas que han causado la muerte física o profesional de los diestros que las han recibido.
Los nombres del Papa Negro, Pepín Martín Vázquez y tantos otros, revolotean trágicamente en la mente del aficionado, igual que el de aquellos otros grandes toreros que, a partir de cornadas similares ya no volvieron a ser lo que habían sido o se esperaba que fueran. Son muchas, demasiadas, las trayectorias rotas y las esperanzas truncadas, cuando no las muertes reales, las que jalonan la historia del toreo por mor de una de esas cornadas.
Y resulta que José Tomás ha sido de los pocos toreros que, después de una cornada de ese calibre, ha vuelto a los ruedos con la misma entereza que antes, depurando y engrandeciendo su figura. Por eso y no por otra cosa, se habló en su día de resurrección.
Es por eso, por todo eso, por lo que José Tomás se ha ganado el derecho de decir donde torea, como torea y cuando torea. Y nadie, repito nadie, debe decirle o discutirle ni donde, ni como, ni cuándo.
José Tomás en Nimes
ENLACE
Que José Tomás y Manolete comparten muchas cosas va siendo ya evidente para muchos aficionados.
Para los que aún no estén convencidos, les remitimos a este antiguo enlace de este blog, en el que hemos incluido, muy recientemente, un par de gratas sorpresas:
Estudio y estudio con su blog, don José. Me sigo cultivando como aprendiz de aficionado a los toros desde aquí, la lejana Colombia taurina.
ResponderEliminarDon Jose, qué bueno que nos ha vuelto a regalar un artículo a la vieja usanza de su excelente blog. Es decir, con el que comulgo por completo. La frase de Clarito es memorable. Un abrazo. Gastón Ramírez Cuevas.
ResponderEliminarJuan Carlos:
ResponderEliminarSabia actitud (quizás la más sabia) la de aquel que es consciente que, en esto de los toros, por mucho que se sepa o se crea saber siempre está uno aprendiendo.
Lo mismo que dice usted, lo dijeron antes que usted, bastantes grandes toreros.
Que se iban de esto entendiendo cada día menos al toro... ¡Y eran aquellos que tenían fama de "entenderlos"...
Un cordial saludo
Que haga lo que le sale de sus santas taleguillas es indiscutible; pero compararle con Manolete, con lo que este hizo en la historia del toreo, es como poner a Platero con Rocinante. Los dos muy famosos tambien.
ResponderEliminarGastón:
ResponderEliminarEn realidad este es un artículo a la misma vieja usanza de este blog, intentando analizar las cosas sin (demasiado) apasionamiento.
La diferencia, por tanto, creo que está más en su apasionamiento que en nuestro análisis.
Por lo que respecta a la frase de Clarito, efectivamente es magnífica. Entre otras cosas, porque a lo largo de la historia se le ha podido aplicar a pocos, muy pocos, toreros.
Un fuerte abrazo
Dado que en este comentario aparece el nombre de Don José Tomás Román Martín, me permito traerlo al nuevo post, pese a ser de la fábrica del anterior; qué, como todos los de LRI tan sabrosos, sabios y sugerentes nos ofrece Don José Morente del Monte.
ResponderEliminarY digo, continuando con el tema del Temple, para mayor abundamiento y remate definitivo:
El Temple, Y HABER SI NOS ENTERAMOS DE UNA VEZ POR TODAS, se produce cuando el Toro –el de verdad- pretendiendo asestar la cornada de forma certera a eso que lo ofende, capote o muleta, percal o franela -gabardina, lanilla o cualquier tejido moderno, lo más liviano posible, pero con caída- disminuye su velocidad en la embestida; de tal manera que según se le va distanciando y más concentra su afán de definir la cornada, progresivamente disminuye su velocidad. Esa es la lentitud perceptible. Ese contenerse para definir, por otra parte castiga muchísimo al Toro; lo que podrán ratificar aquellos buenos aficionados que saben hacer de Toro en el Toreo de Salón. Cuanto más se sufre haciendo el Toro, si el práctico te da la sensación de que quiere Templar. Eso de los toros con temple –minúscula y sacrilegio- ...para los toreritos que lo quieren todo hecho.
Pero antes de comenzar a templar, se ha producido en el instante mismo en que el Toro toma la muleta, el primer sustento canónico del Toreo, el Parar. El cite se ha producido dentro de la distancia elegida, generalmente el Toro, una vez corrido –ya no se corren ni se paran, y menos todavía, a una mano- la ha pedido con anterioridad; en la embestida, lo suponemos galopando para mayor evidencia en la descripción, al llegar al trapo, casi en contacto con lo que lo provoca e iniciar la acción de humillar, cambia paso y tranco cortando ese galope; no es una parada a la raya (valga el símil ecuestre) porque la inercia permanece. Ahí, es donde de verdad se Para (otra cosa es el Toro ya parado, entre serie y serie, aunque esté dentro de la distancia); y de inmediato continuar Templando, para desde esos dos pilares del Toreo… Mandar (sería el tercero). Ya tenemos los tres pilares básicos de la estructura del Toreo, a partir de los cuales se aplicará el de Ligar, sea en Redondo o en Ochos. Verán que con estos argumentos será difícil, mejor decir imposible, rebatir que los dos formatos, aparentemente distintos, tengan como base conceptual los tres Cánones más importantes de la Tauromaquia.
Esto, como verán, no tiene que ver absolutamente nada, con qué el torero sea más o menos ligero de “pinreles”, se esté más o menos quieto; o se quede y se esté del tal manera –caso de José Tomás- que a sabiendas de la inevitable cornada, opte por no enmendarse, lo que le censuro. En el sacrificio litúrgico del Toreo, los celebrantes no pueden ser nada más que aquellos que lleven y merezcan con dignidad la palabra Torero; para desde ahí poderle al Toro, no como víctima propiciatoria –la posibilidad de que la Muerte pueda estar de ambos lados, debe permanecer- sino para honrar a la Fiesta con el mejor de la dehesa; y el triunfo de la razón, el genio y el arte sobre la fuerza, la fiera y el poder más expresivos de la naturaleza, El Toro Bravo.
Habrá que comentar cosas muy importantes sobre Tomás y Manolete. No son comparables. Tal vez en algunos matices; pero no, no.
Así que dejaremos la ampliación del tema “Toreo de capote a una mano y a dos” que nos sugiere el Sr. Morente, para mejor ocasión; la qué, no habrá de faltarnos.
Saludos de Gil de O.
Pido perdón con antelación por saltarme el veto sobre la discusión de cómo, cuanto y con quien torea el gran JT.
ResponderEliminarUn figurón del toreo no puede torear tres corridas en plazas de segunda y escogiendo compañeros de cartel y toros.
Y si lo hace que está en su perfecto derecho y a mi personalmente me importa un bledo que lo haga, sobre todo en el número de corridas, no podemos decir que en la actualidad ejerza de figurón, lo habrá sido pero ahora no.
Referente a su estilo de torear, a mi entender empobrece la fiesta, porque se obliga a torear solo un tipo de toro. Sobre todo cuando la impone, es decir no se baja del burro de me quedo quieto pase lo que pase.
La conclusión es que o toreo un toro escogido para esa tauromaquia o no toreo.
Gil de O.:
ResponderEliminarSobre el temple. Ya hablamos hace tiempo de ese tema en este blog. Para mí, sólo se puede hablar de temple si el torero se acopla al temple del torro (lo que tiene su mérito y no siempre ocurre) o si el torero consigue "reducir" su velocidad (lo que ocurre muchas menos veces).
Esto último no consiguen explicarlo adecuadamente los exegetas más perspicaces quizás porque tenga más que ver con la técnica que con el milagro.
Magnífica su definición de "Parar, templar y mandar", trilogía del toreo post-belmontista como "citar, cargar y rematar" es la del toreo clásico (cuidado con lo de cargar que está aquí empleado en sentido muy distinto al habitual hoy día) mucho más pragmática que aquella.
No comparto su valoración de José Tomás como víctima propiciatoria. Como decía mi Fernando Cámara hace un par de días, Tomás es el perfeto punto de equilibrio entre el máximo valor y el máximo de precisión en el manejo de los engaños. Una combinación explosiva, añado yo, un "rara avis" que no sale sino muy de tarde en tarde en la historia del toreo.
Deja usted en standby la comparación Tomás-Manolete y el toreo de capote a dos manos. Ahi quedan también por mí.
Un cordial saludo.
Sebastián:
ResponderEliminarNada hay que perdonar pues, al contrario, los vetos en este blog (si los hubiera) están para saltárselos a la torera.
Personalmente, no calificaría a Tomás de figurón del toreo y como usted, creo que para ser "figura" o "mandón" que dirían en México, hay que mantenerse en cabeza del escalafón y con capacidad de imponer condiciones a los empresarios durante un número mínimo de años (pongamos un lustro).
La importancia de José Tomás creo que va por otro lado. Quizás por esa combinación inmensa de valor y precisión poco frecuente en el toreo (y de la que disfrutaba también Manolete)
Sobre el tema de los encastes y el tipo de toro, es algo que lamento como aficionado (me alegra por tanto que esta cuestión se esté "abriendo" en Francia) pero tengo claro que la "tendencia" (desde Belmonte a la fecha) prima y mucho al torero "especialista" frente al "generalista" y al que "profundiza y depura" un modo de torear frente al que "abre el abanico" (pero que pierde en intensidad lo que gana en extensión).
Dicen que siempre se añora lo que no se tiene, puede que a los aficionados hoy no esté pasando algo parecido...
En todo caso, recuerde aquello de que el toreo no es un examen (que es lo que busca el aficionado) sino un espectáculo (que es lo que quiere el público) y por eso es lógico que el torero busque el toro que le permita "expresarse" mejor.
Un cordial saludo
Buenos días.
ResponderEliminarYo creo que referente a los encastes lo que prima es la comodidad frente a la responsabilidad.
Pienso por ejemplo en el tenis:
A prácticamente ningún tenista se le da bien todas las superficies, sin embargo no por eso dejan de participar en los grandes torneos sea la superficie que sea.
Y en los torneos menores si que escogen aquellas superficies que mejor se le dan.
Trasladamos esto a los toros.
Está claro que un torero se sienta mas a gusto con un encaste que con otros pero los grandes toreros y en las grandes ferias tienen que en al menos una de sus tardes torear algo diferente, para no cargarnos esto por monótono, y luego en ferias menores que se alivien lo que quieran.
Creo que es un planteamiento posible y sobre todo para cuidar al público / aficionado que es el que paga y sustenta esto.
Centrándonos en Jose Tomas creo que su tauromaquia solo es válida para un reducido tipo de toros cosa que me parece paradigmática teniendo en cuanta de que si hablamos de valentía todos pensamos en Jose Tomas y sin embargo la tauromaquia de Morante
Siendo representante de los toreros de “arte” se me antoja útil para muchos encastes.
Un Saludo.
Estimado José,
ResponderEliminarveo que las preguntas que acabas de hacer en tu bonita entrada las dejas sin respuestas. O mejor intentas responder pero solo con una rapida comparaciòn con Manolete.
Si bien es verdad que el “corte” torero de los dos es parecido (pero con mucho que matizar), en el lado “profesional” hay muchisimas diferencias que no debemos olvidar:
- Manolete en su epoca ha hecho varias temporadas completas de principio a fin llegando a torear mas de 90 corridas en España en la temporada del 1944 (y en tiempos de postguerra…) cosa que Josè Tomàs no ha hecho ni en su primera etapa; la cantidad no es necesariamente calidad, pero sin esa “cantidad” la historia de la Fiesta de los Toros seguro seria otra (y peor, creo);
- Manolete se enfrentaba con todos tipos de ganaderias, en todas las plazas y todas las figuras de su epoca (sin recurrir nunca a partes facultativos sospechosos y no me refiero al de ahora obviamente): los tiempos cambian pero no podemos decir que hacian lo mismo
- Manolete tenia muchos partidarios a favor pero tambien en contra (que, vergonzosamente, cantaban el estribillo “Manolete Manolete, si no sabes torear…” que me da rabia solo escribirlo, pero lo hago para dar una idea): ahora los que se atreven, no digo a criticar, sino a poner algun “pero” al de Galapagar vienen acusado de ignorantes, manipuladores o hasta corruptos: seria interesante analizar el porque de esta nueva actitud
- que un torero quiera torear “donde, como y cuando” le de la gana me parece logico, pero no podemos olvidar que Josè Tomàs ha hecho asì practicamente siempre, antes de Aguascalientes y antes de su reapariciòn en 2007 (como aqui parece olvidarse). Manolete al contrario estaba tan metido en el “sistema” toreando tanto que llegò “agotado” a la ultima temporada y a Linares. Ademàs que se alabe esta postura como ideal o recomendable es peligroso porque si las otras 3-4 grandes figuras de hoy quisieran hacer lo mismo la Fiesta seria cada vez màs un espectaculo “esclusivo” y no popular y difundido como siempre ha sido.
Esto lo digo porquè sé que Josè Tomàs es un grandioso toreo del que disfruto una enormidad y cuando tiene su toro, llega a una perfecciòn que pocos (y aveces nadie) han conseguido.
Pero al mismo tiempo como aficionado creo tener derecho en decir que me da rabia no poder disfrutar màs veces y en màs plazas de su toreo (maxime ahora en que la Fiesta necesita como nunca de todos sus protagonistas) y me queda la duda que quizàs JT no habria podido llegar tantas veces a este gran nivel si hubiera hecho largas e intensas temporadas como sus compañeros hacen año tras año (y no digo que toree ni 80 ni 40 sino algo màs que 3 o 7…)
Y lo digo con el maximo respeto hacia este gran torero y con la profunda admiraciòn por la capacidad de haber superado esa gravisima cornada depurando y perfecionando su forma de torear, cosa que creo le permitirà escribir otras grandes paginas en la historia del toreo, aunque me temo solo “donde, como y cuando” él y no los aficionados, dirà.
Un saludo a todos
paolo
SE BUSCA TORERO
ResponderEliminarDe buena presencia, experimentado. Edad : de 20 a 30 años (ideal : 25); Estatura : 1,70/1,75 m.; Peso: 65 kg (aprox.); Pelo : indiferente (ni barba ni bigotes).
El candidato tendrá que torear en todas las circunstancias con valor (grado: José Tomás o superior), con arte (nivel de referencia : Morante de la Puebla o Rafael de Paulaen sus mejores días) y con técnica (competencia mínima : lá de El Juli, u otro maestro histórico, Joselito el Gallo, por ejemplo). Se requiere repertorio largo. Debe dominar perfectamente la suerte de matar, tanto en eficacia como en manera.
El torero elegido actuará 60 veces al año en plazas de primera y otras de renombre, matando así 120 reses de distintas ganaderías y encastes variados, que le permitirán cortar 240 orejas, y gran cantidad de rabos, (si su labor gusta al publico y a los señores presidentes). Salario : en relación con la crisis actual ; a discutir. Abstenerse informales. ;)
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J.Coursier
Sebastián:
ResponderEliminarPersonalmente no creo que sea tanto tema de comodidad (que también) sino de "seguridad".
El torero actual "asegura" el éxito toreando el toro de aquel encaste que más facilidad va a dar para el tipo de toreo (tremendamente preciso y exigente con el toro) que hoy se practica.
El proceso se reducción de encastes que al aficionado tanto nos desagrada viene dándose en la historia del toreo desde sus principios.
Así, en la época de Hillo y Costillares, estos vetaron los toros castellanos que acabaron desapareciendo de las plazas. Años después le tocó el turno a la casta navarra y, posteriormente, a los toros de Colmenar.
El toro es un producto (guste o no) artificial. El toreo va cambiando y el tipo de toro que no es adecuado al toreo de su época va despareciendo.
No es un proceso inevitable. Estamos viendo como los aficionados franceses (mucho más toristas que los españoles), estás consiguiendo cambiar el curso de las cosas. Renunciando a parte de la brillantez de las faenas de muleta en beneficio de los dos primeros tercios. Encastes que cada vez lo tenían más complicado en España empiezan a dar salida a sus productos con mayor facilidad en Francia, lo que les está permitiendo sobrevivir. Es un proceso interesante que invierte cierta tendencia histórica.
En ese sentido, valorar al torero sólo por su "capacidad" ante "diferentes" tipos de toros, como proponen, algunos aficionados, no me parece tan evidente como les parece a ellos.
Creo que tiene tanto mérito alcanzar la perfección en una superficie de tenis determinada (el mejor sobre hierba o tierra batida, pongamos por caso) que tener un tenis más que aceptable en todas las superficies.
Tanto mérito le veo a una cosa como la otra.
Vuelvo a lo dicho: ¿Generalistas o especialistas?
A mí me entusiasman Gallito y Antonio Mairena (dos generalistas) pero no rebajaría lo más mínimo el méritos a Belmonte o Manuel Torre (magníficos especialistas) ¡Antes al contrario!
Un cordial saludo.
PD: La técnica de Morante si me parece, como a usted, bastante más versátil (con los matices que queramos poner) que la de José Tomás.
Paolo:
ResponderEliminarComparar dos toreros de épocas distintas es más bien un pequeño "divertimento" que algo que debamos tomarnos al pie de la letra.
Encuentro muchos parecidos entre Manolete y Tomás y también importantes diferencias. Si no fuera así, estaríamos hablando del mismo torero o de una copia de un torero histórico. Algo que, a esos niveles, no tiene sentido.
Tomás se inspira en Manolete como en Manolete se inspiraron tantos toreros de su época, algunos aparentemente (sólo aparentemente, ojo) alejados de su forma de torear como Antoñete, sin ir más lejos.
Vayamos a los puntos que planteas:
1. Temporadas completas.
Es cierto, que Manolete hizo temporadas completas. Pero en 1946 (aunque toreó en América) sólo lo hizo una vez en España. En septiembre (desde mayo no toreba ninguna corrida).
2. Críticas
Con independencia de lo que pensamos los demás aficionados de los que denigraron a Manolete y de los que denigran a Tomás (Prefiero no decir lo que pienso de ellos) está claro que ambos han sido toreros muy criticados (muy discutidos), abiertamente Manolete y más solapadamente, José Tomás.
Nada malo pues siendo muy discutidos es como se llega a ser indiscutible.
3. Torear 3 corridas al año.
Tengo para mí, que tan difícil o más que torear 80 corridas, es torear muy pocas. Como ya he dicho el caso de Ordoñez (comparable al de Tomás) exige una preparación tremenda y ocasiona una enorme responsabilidad. El torero no se puede tapar ese día (o esos días) y tiene que triunfar sí o sí.
Que es lo que ha hecho (triunfar sí o sí, José Tomás cuando lo ha requerido).
En lo que comparto, totalmente su opinión, es en la "rabia" que nos da no verle torear más.
Un fuerte abrazo
J. Coursier:
ResponderEliminarMagnífico anuncio.
Quizás debamos ir pensando en resucitar a Gallito.
Aunque en ese caso, la exigencia estoqueadora debíamos ir pensando en rebajarla un poco. Otra solución no le veo al tema.
Un fuerte abrazo
Si la mayoría de aficionados tuviéramos el equilibrio del señor Morente nos iría mucho mejor... Chapeau Maestro!!
ResponderEliminarJe partage entièrement votre opinion, señor Domi.
ResponderEliminarJ.Coursier
Totalmete de acuerdo con su análisis, don José. Poco que añadir. Quizá que José Tomás es algo más variado con el capote y que busca más longitud en los pases.
ResponderEliminarCreo que hay algo más que une a estos dos toreros: que se han convertido en mitos, con el mérito de José Tomás de haberlo conseguido en vida.
Un saludo. Mosquete
domi/J. Coursier:
ResponderEliminarUn cordial saludo a ambos y muchas gracias
Mosquete:
ResponderEliminarEfectivamente, Tomás gusta de adelantar más la muleta lo que da mucha longitud a sus muletazos, aunque también se dijo de Manolete que era el torero que conseguía los naturales más largos pese a citar con la muleta retrasada.
Y desde luego, es una suerte -como usted señala- que, en el caso de José Tomás, ese carácter mítico lo haya conseguido en vida.
Un abrazo
El Sr. Mosquete, desde su amplio conocimiento de la Tauromaquia, demostrado en sucesivos comentarios en LRI, no ha analizado ni suficiente ni correctamente las diferencias que entre Manolete y José Tomás, puedan hacerse respecto de la interpretación tanto de su Toreo de Capa como en el de Muleta .
ResponderEliminarQuiero dejar sentado, a modo de axioma, en su día expresado en LRI, que para hablar de Toros, hay que hacerlo con permiso de Don Manuel Laureano Rodríguez Sánchez: y si uno, no está dispuesto a hacerlo pues con callarse o dejar de escribir, ya ha hecho bastante.
Veamos Sr. Mosquete, yo que soy muy crítico con el Toreo de Muleta de Manolete, hasta el punto de llegar a afirmar y ante audiencia de gran nivel qué, a Manolete se lo llevó "Islero" por delante sin haber pegado un natural en su vida; y ello pese a ser el Torero que con mayor naturalidad haya estado en la cara del Toro. El Toreo de Muleta de Manolete, ya lo ha defendido ante usted Don José Morente. Si acaso ha colocado un apóstrofe, incorrecto para mayor “inri” y heredado de Vidal, sobre la muleta atrasada. ¡Pues miren!: Atrasada, cuando lo requería la condición del Toro; tendida, en su caso; y adelantada o baja en su momento. Si repasan la documentación gráfica existente al respecto es comprobable. Paco Laguna -se cree que es Manolete, y hasta se cree que el personaje es suyo; vamos… como si fuese su amo- dispone de tres mil fotografías publicadas en las que se puede comprobar todo lo dicho por delante.
Pero es en el Toreo de Capote, donde Manolete dejó su impronta de perfección, pese a las reiteradas exigencias de Don José Flores Camará al respecto, para que disminuyera sus intervenciones y repertorio, lo que consiguió únicamente con “la gaonera”. La gaonera, mejor dicha, mejor expresada, mejor cantada, con perfecto compás (de torear a compás) y temple, mandona, arrastradita, de esclavinas desmayadas, larga, de brazos caídos desde el vértice hombro, acariciando la arena; y ojo…dando el frente, y por ende la más importante de la historia del Toreo es de Manolete. Camará se la quitó; y se la quitó al Toreo, pegándole uno de los muchos”bocaos” que se le han venido dando desde su marcha a los Toreros Cielos. La gaonera de Tomás, como todas las del escalafón, son trapazos insultantes.
Examinen su Verónica semidefrente, dejándose ver, cargando la suerte a un Toro que probablemente fuese corrido por Alfredo David, Cantimplas o Pinturas, perfecta desde el angulo que la mires; y toreando con las dos manos muy bajas, abriendo el compás –excepción-; pero…con un solo defecto… qué, al tomar al toro por segunda vez sobre el pitón derecho, se enmendaba medio pie. Tal vez necesario para que el Toro no lo agarrase, cuestión esta que José Tomás no cuida, y debiera cuidarlo; yo no voy a la plaza para ver como lo coge el toro (minúsculas).
Y para rematar mi largo comentario, le hablaré algo de la Media Verónica, construida desde la Naturalidad y la Majestad, ligeramente entreabierto el compás (de torear sobre el compás), semidefrente, volviendo a las esclavinas desmayadas de la gaonera, viendo desde lo alto del junco de su figura con la vista baja todo el recorrido del Toro, sin retorcimientos, sin descomponer la figura, siempre tomando al Toro muy de largo, para rematárselo aquí delante en una muy cerrada trayectoria, plena de mando ortodoxia y dominio. El que no haya querido verla, pues bueno…eso que se ha perdido.
Lo siento. Quiero ser parco, pero mi sensibilidad me lleva largo. Otro día, hablamos de su estocada. Don José Morante ya conoce mi opinión a ese respecto.
Saludos de Gil de O.
Estimado Gil de O:
ResponderEliminarCreo que el tema del hilo son las similitudes entre Manolete y José Tomás, que, como demuestra don José, son evidentes.
Otro tema es la personalidad de cada uno y la calidad de los lances.
Si nos ponemos a espigar en las diferncias, seguro que las encontramos (son toreros de diferentes épocas, no clones).
Lo que he dicho es que, por lo que he leído, Manolete era un torero corto con el capote. Lo digo, claro, con las limitaciones lógicas de un aficionado que nunca tuvo la suerte de verlo.
A mí tampoco me gusta demasiado la gaonera tomasista de atragantón, que, desgraciadamente, ha creado escuela, pero sí su verónica y otros quites que practica (caleserinas, chicuelinas, etc).
Por otra parte, creo que la influencia manoletista en José Tomás en lo que se refiere a estética vertical se acentuó a partir del año 2000.
Y, por cierto, no sé si son impresiones mías, pero en estos últimos años he visto en ocasiones a José Tomás algo más retorcidillo.
La pregunta: ¿por influencia del Juli?
Un saludo.
Mosquete
Estimado Gil de O:
ResponderEliminarCreo que el tema de esta entrada trata de los parecidos entre estos dos monstruos, no de las diferencias
Si las buscamos, seguro que encontramos unas cuantas (tema interesante para otro hilo).
Otro tema es el de la "calidad".
A mí tampoco me gusta demasiado la gaonera de atragantón de José Tomás, que, desgraciadamente, copian tantos toreros (también, ay, los estatuarios y las manoletinas), pero sí su verónica y otros lances que practica (chicuelinas, caleserinas, largas..).
Creo también que la influencia manoletista de verticalidad y posición más de perfil se acentuó a partir del año 2000.
Pero en estos últimos años he visto en ocasiones a José Tomás algo más retorcidillo. Y esto le va a gustar a José Morente: me parece que por influencia del Juli.
Un saludo.
Mosquete
Mosquete:
ResponderEliminarEfectivamente. Opino, como usted, que el Tomás de estos últimos años busca más la verticalidad y menos el encajar los riñones como hacía en sus primeras temporadas.
Si el hecho de que en alguna de sus actuaciones últimas lo haya visto más "encajado" se debe a influencia del Juli no lo podría asegurar. Pero, en todo caso y en líneas generales, parece que el Tomás más reciente es más vertical y el Juli más reciente mucho más encajado.
Un cordial saludo.