viernes, 24 de agosto de 2012

Málaga. Balance final ¿Crisis o decadencia? (II)

Por Clarito

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Talavante en el sexto toro de la corrida de Jandilla. Por esta faena, a un manso huido, se le ha concedido el premio “Joselito el Gallo” otorgado por la Asociación de Aficionados Prácticos de Málaga a la mejor lidia de la Feria del 2012 (Fotografía de Pablo Cobos).

Lo que pasó en el ruedo. Los toreros

Las dificultades de los toros, principalmente la actitud defensiva de algunos astados derivada de su escasez de fuerzas, trajo consigo algunas actuaciones de poco fuste, debajo de las cuales se intuían buenas maneras como la solvencia de David Galván, los recursos de Paquirri, la brillantez en banderillas de Fandi, el oficio de Fundi o el buen gusto de Salvador Vega que emborronó su digna actuación con el descabello y escuchó cinco avisos.

Mala feria la de José Luis Moreno, Javier Conde y Enrique Ponce. Mientras del malagueño siempre se espera en Málaga algún detalle, lo del valenciano sorprendió a tirios y troyanos. Justificable por su merma física (Ponce reaparecía después de una lesión) pero sorprendente en un diestro tan regular que, sin embargo, estuvo muy por debajo de sus (no siempre fáciles) toros.

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Javier Conde ante un Jandilla. Del torero malagueño se espera siempre algún detalle pero esta vez no estuvo bien.

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Ponce, muy elegante siempre, no estuvo a la altura que acostumbra. Su falta de confianza y contundencia sorprendió a todos.

El primero que destacó en la Feria fue el jerezano Juan José Padilla, el héroe de esta temporada, quien ante el encierro del Torero (muy bien presentado pero de escasísimo fuelle) montó un verdadero lío en su segundo toro. Padilla se inventó una faena sin toro (no lo hubo) que llegó a calar en los tendidos. Demostró oficio y ambición sin límites. Estuvo muy inteligente y muy torero.

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Padilla, muy efectista, llegó a calar en los tendidos. Sus ganas y sus recursos le permitieron triunfar sin toro. Lo que es más que legítimo. Entusiasmó al público.

Luego llegaría, al día siguiente (lunes 13), una interesante tarde poco valorada por la Prensa. Con dos buenas actuaciones de Mari Paz Vega (muy digna) y de Leandro (éste muy elegante en sus formas).

La torero malagueña estuvo muy bien con un sensacional toro del Tajo y la Reina. Mari Paz hace temporada larga en México pero tiene muy pocas ocasiones de torear en España. Acusó (como es habitual en los toreros mexicanos) la lógica dificultad de acople con el toro español. Tuvo por ello mucho mérito lo que hizo.

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Mari Paz Vega ante el toro, buen toro, del Tajo al que le cortó la oreja. Mari Paz es al día de hoy- más una torera mexicana que española lo que debe considerarse a la hora de valorarla.

Del resto, destaca el valor de Castella y la gran faena de Perera que, como en él viene siendo últimamente habitual remató con espadazo después de pinchar al toro, lo que le privó de mayores trofeos.

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Castella se lía el capote de paseo ¿El galleo del ?

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Estoconazo de Miguel Ángel Perera después de una gran faena (Foto de Pablo Cobos)

Y como Morante pasó por Málaga pensando más en Bilbao que en lo que tenía delante (un Alcurrucén y un Juan Pedro), pasamos nosotros también de largo ante él y llegamos a la terna triunfadora de la feria. O al dúo, pues el tercero, un Juli sensacional, mató rematadamente mal a sus dos toros. No funcionó esta vez el julipié.

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El Juli, salvo matando, puso el listón por las nubes. Pocos toreros –en esta feria- tan valientes y tan técnicos como él.

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Por haber, hubo también momentos de estética y elegancia

De Talavante, de cuya primera actuación ya hablamos en anterior entrada, baste decir que mantuvo el nivel su segunda tarde (en la que sustituía a Manzanares). Más lucida (gracias a los toros de Garcigrande) pero quizás de menor intensidad y mérito, por lo menos para mi gusto.

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Un muletazo personalísimo de Alejandro Talavante.

Y falta Saúl quien fue la revelación. Valor de muchos quilates. El malagueño pisó el terreno que sólo pisan los toreros valientes su primer año de alternativa. Como además torea con mucho temple, merecido fue su éxito.

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Saúl se la jugó de verdad por lo que fue cogido por su primer toro. Un muy fiero ejemplar de Garcigrande que, en el suelo, quiso coserle a cornadas.

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Espectacular estoconazo del malagueño (Foto de Pablo Cobos)

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Saúl se arrima como sólo lo hacen los valientes en sus primeros años de alternativa. Para colmo atesora un temple infinito especialmente con el capote (Sensacional fotografía de Pablo Cobos)

Mención aparte merecen los novilleros que pecharon con un flojo encierro de Guadaira. Bien Gómez del Pilar y Tomás Campos. Y muy bien Fernando Rey que debutaba con picadores y no se amilanó pese a la experiencia y rodaje de sus contrincantes. Fernando apostó al dejarse crudo su novillo y darle mucha distancia.

La corrida de rejones. Punto y aparte. Un espectáculo renovado

La fiesta no puede vivir sólo y exclusivamente de los aficionados, grupo –hoy por hoy- extremadamente minoritario y cuyos criterios, sumamente conservadores y contrarios a las innovaciones, abocan al espectáculo a un callejón sin salida.

La fiesta necesita renovación de sus caducas estructuras y, sobre todo, nuevas ideas. Por eso, bienvenidas sean las propuestas novedosas de toreros y ganaderos. Impagables en estos complejos momentos.

Y eso se vio, meridanamente claro, el día de la corrida de rejones, última de feria.

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Pablo Hermoso, clavando al estribo

Y es que, si a la torería, arte, valor y doma, de la que hicieron gala los caballeros en plaza Pablo Hermoso de Mendoza, Diego Ventura y Leonardo Hernández, se une la capacidad de sorprender y de generar incidencias y matices de enorme espectacularidad, tendremos la explicación del numeroso público asistente y del éxito alcanzado.

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Leonardo Hernández banderilleando al violín.

Conclusiones. Hay crisis que no decadencia

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No es buena la política del avestruz. Los problemas deben afrontarse. Pare ello, lo primero -y más importante- es identificar los problemas reales. No los imaginados o inventados

No es buena la política del avestruz, ni recomendable ignorar la realidad pues así es imposible poner remedio a los males que nos aquejen.

Eso es una cosa y otra muy distinta augurar continuamente que la fiesta se acaba, simplemente porque sus derroteros no coinciden con nuestros deseos.

Por desgracia, esta última es la postura de muchos aficionados. Estoy por decir de casi todos, pero no es cierto. Lo que ocurre es que los que así se manifiestan son, simplemente, los más ruidosos.

Y no es verdad que la fiesta se acabe. Por muchas vueltas que le demos, hay afición y mucha. Se vio en Málaga, con los tendidos repletos de chiquillería, los días del Certamen de Escuelas Taurinas y también, con llenazo en el Sol, el día de los caballeros en plaza (vulgo, rejoneadores).

Hay también toros pues fue magnífica la presentación de la mayoría de las corridas y, magnífico el comportamiento de algunos toros, que ya quedó reseñado en la anterior entrada.

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Presentación de un toro de Alcurrucen (Foto de Guillermo Martínez)

Y hay toreros. Un elenco magnífico de magníficos toreros. Tantos y de tanta calidad que algunos otros magníficos toreros (cuyos nombres están en las mentes de los aficionados) no encuentran hueco donde situarse en la fiesta de nuestros días.

Algunos problemas a resolver

Sin embargo, la crisis económica, social y política ha llegado a los toros. Como no podía ser de otra forma pues los toros forman parte (una parte pequeñita pero importante) de nuestra sociedad.

Y para la crisis, lo mejor es cambiar las estructuras anticuadas y obsoletas del toreo de nuestros días.

El ejemplo a seguir, lo tenemos en los espectáculos musicales que sobreviven con éxito después de haberse rediseñado. Se acabó el caché de los artistas (como debe acabar el de los toreros) y se acabaron también los altos precios injustificados de las entradas.

No se puede pagar lo mismo por ver a Morante, Juli y Talavante con toros de Cuvillo que por ver a tres jóvenes toreros emergentes con una ganadería de segunda. Tampoco puede cobrar lo mismo José Tomás (que es quien más público lleva a las plazas) que el resto de los toreros, que deberán empezar a acostumbrarse a cobrar por porcentaje de taquilla.

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Los toreros tendrán que ir pensando en cobrar por porcentaje de taquilla, en función del número de espectadores que sean capaces de llevar a la plaza (Foto del blog Toroprensa de Pablo G. Mancha)

Más próximo tenemos el modelo Huelva. Con menor número de festejos y con menos nombres en los carteles (pues se repitieron los “mano a mano”).

Málaga es una feria de tamaño intermedio (más larga que Huelva y Badajoz; menor que Madrid o Sevilla) donde tienen menos encaje este tipo de corridas por lo que las figuras deben necesariamente hacer doblete. No tenía justificación este año que Juli y Talavante (que son los que están tirando del carro igual que Morante) no repitieran en la Feria. La caída de los carteles de Manzanares obligó a llamar a los dos primeros apresuradamente. Al final sólo pudo venir dos veces Talavante.

Renovarse o morir

Con independencia de como se organice cada feria concreta, lo más complicado hoy día es decidir que camino debe tomar el espectáculo.

Si hacemos caso a los aficionados integristas y a los críticos ídem, la solución estaría en volver atrás en el tiempo. En recuperar el toro y el toreo de hace cien años.

No lo creo ni viable ni interesante. La vía del toro fiero y encastado y el toreo de dominio y expulsión está ahí y merece la pena explorarla (En Francia lo hacen y funciona de maravilla) como merece la pena explorar posibles alternativas a la suerte de varas (tal y como hemos hecho nosotros mismos en esta Feria de Málaga).

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Talavante ante un muy encastado toro de Justo Hernández. El toro de casta con agresiva embestida es fundamental para la Fiesta.

Pero estos planteamientos siempre serán, complementarios. El toreo, como cualquier otro arte o actividad humana, evoluciona en lo esencial según sus propias reglas y es, en cualquier caso, hijo de su tiempo. Por eso, sólo se explica cabalmente en su propio contexto social y económico.

Eso lo han entendido de forma plena los rejoneadores quienes, sin merma de torería, han sido capaces en muy pocos años de ofrecer un espectáculo pleno y renovado que, realmente, merece la pena.

Ese avance ha sido posible tanto por la capacidad de innovación y propuesta de los profesionales del arte del rejoneo como por la predisposición de su público.

Predisposición que, por desgracia, no tienen (hoy por hoy) los aficionados al toreo a pie.

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El público de rejones. El honesto, sensacional y agradecido público de las corridas de rejoneo. Ejemplo a seguir (En la foto Diego Ventura quien consiguió entusiasmar a la concurrencia en la última corrida de la feria)

6 comentarios:

  1. LA SALVACIÓN ESTÁ EN EL CINE MUDO

    The Nation - 22 AGO 2012


    En un gesto sin precedentes, uno de los críticos cinematográficos más reputados del país ha decidido dar un paso al frente y denunciar los abusos y corruptelas que socavan la integridad del espectáculo: “La decadencia es un hecho. En los últimos años, el mundo del cine se ha ido degradando hasta convertirse en un nido de corrupción y vulgaridad. El desastre es inminente.”

    A su juicio, la salvación del espectáculo pasa por una vuelta a los orígenes: “Reivindico el cine mudo. Allí se encuentra el cine en estado puro, la máxima expresión del séptimo arte. Lo demás son bagatelas”.

    Preguntado por este medio sobre la vigencia del cine mudo, aseguró que “al verdadero aficionado, la supervivencia del espectáculo le debe importar un pimiento. Su existencia debe estar siempre supeditada a la pureza del espectáculo primigenio y a la honestidad de sus protagonistas. Si no, es mejor que desaparezca. Mire usted, si la sociedad le vuelve la espalda al cine, se lo han buscado.”

    Y concluyó categórico: “Nada tiene importancia si no hay silencio. Cualquier ruido afecta a la esencia del cinematógrafo. ¿Integridad dice? ¿Dónde está la integridad? Los actores salen frecuentemente drogados al set de rodaje y, desde luego, afeitados. Bueno, todos no. Recuerde el caso de Willy Toledo. Él nunca actuaba afeitado. Lo que se dice un tipo íntegro y concienciado. Tanta conciencia le llevó a pedir penas de cárcel para quienes roban el trabajo de los demás pirateando películas".

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  2. Perdona la chorrada anterior, Jose. Cada vez me cuesta más argumentar en serio con los apocalípticos. Y lo mismo me pasa con los pesebreros del Sistema de los toros (que no el Planeta).

    Entre el "ideal" mudo y el colorín sonoro que últimamente es más bien ruidoso, ¿no hay más posibilidades?

    A mí me encantan Ingrid Bergman o Ava Gardner en blanco y negro (en fin, rubias y morenas). Pero también flipo con la emoción contemporánea de Magnolia o El paciente inglés. Y de todas las actrices de ahora me quedo con la pelirroja Julianne Moore.

    Un abrazo.

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  3. ¿? Va de variedades.

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  4. Juan Medina

    Genial y muy didáctico lo del cine mudo.

    Comparto gustos (Ingrid, Ava y Julianne) y criterios.

    Y desde luego, coincido en que la solución no está ni en volver a los orígenes (aunque el toreo siempre tendrá que mantener el hilo con sus principios) ni el simplismo del todo está bien, pues aquí hay muchas cosas que cambiar.

    En especial, las que se refieren a la estructura de la fiesta y al sistema.

    Sin embargo, es posible y deseable que de la crisis salga la fiesta reforzada y renovada, como ha ocurrido (según acertadamente señala Paco Aguado) en todas las crisis económicas y sociales anteriores.

    Un abrazo

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  5. Para los griegos la palabra crisis no tenía un significado negativo, es sinónimo de cambio, de oportunidad... Así que cojamos lo positivo de la crisis y a ver si de una vez por todas, el mundo taurino apretado por la situación, se une y cambia las estructuras de la fiesta.
    Un saludo

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