Por Clarito
Explosión en mina a cielo abierto
Huelva, la antaño floreciente provincia minera pudo volver a oír, el pasado fin de semana el estruendoso ruido de las grandes ocasiones que fueron provocadas esta vez, no por la dinamita de los mineros, sino por la firme templanza de los diestros que actuaron en las Colombinas.
Una corrida con argumento. Una feria con argumento (¿Una crítica taurina sin ellos?).
Y la explosión fue grande no sólo por la importancia de lo sucedido en el ruedo (y recalco lo de la importancia) sino además, porque el discurrir de la feria parecía seguir un magistral guion escrito de antemano por un autor teatral o cinematográfico de campanillas.
Todo comenzaba (para nosotros) el jueves con el prólogo de un Cid en un muy buen tono; seguía el viernes con dos espléndidos Tomás y Morante y remataba estruendosamente el sábado en magnífica traca final, previa al epílogo ecuestre de este domingo. Remate de feria al que, por desgracia, no pudimos asistir pues nos fuimos al Puerto de Santa María en pos del bello y emocionante epílogo que pusieron Morante de la Puebla y de Miguel Ángel Perera, a nuestro periplo,
Feria –la de Huelva- para vivida y no “escribida” pero a la que vamos a poner la crónica de nuestro relato porque nos lo pide el cuerpo y, también, porque nos lo piden algunos buenos amigos nuestros que quieren saber lo que pasó y que conocen nuestro criterio y nuestra manera de ver los toros.
Y es que, cada vez resulta más difícil enterarse de lo que pasa en las plazas leyendo a los críticos taurinos oficiales quienes se dedican en el fondo a torear para la galería. Galería que, en este caso, la componen los criterios de los aficionados más intransigentes cuyas minoritarias opiniones no pueden (ni deben) servirnos de referencia a los demás.
Vamos a intentar seguir nosotros un camino distinto. Simplemente vamos a acercarnos a la plaza de toros (Primero, Huelva y luego a la del Puerto de Santa María) para contar lo que vimos. Más sencillo, imposible.
Primer capítulo. En el que el autor cuenta como vio al Cid –un jueves de Feria en Huelva- torear muy bien a dos buenos toros de Pereda.
Empezábamos nosotros la feria el jueves con una corrida de José Luis Pereda para El Cid, Fandiño y Luque.
Corrida que tuvo cuatro toros malos (los dos lotes de Fandiño y Luque) y un par de toros buenos que correspondieron (¿casualidad, otra vez?) al Cid.
El Cid en Huelva. Clase magistral por la mañana… (Foto de Toros para todos)
…Y por la tarde (Foto de Arjona. El Cid en su primer toro)
El de Salteras estuvo magnífico en su primero un toro muy manso, muy huido pero de infinita nobleza y bondad. Un comportamiento que es muy lucido para el torero si sabe aprovechar las condiciones del astado pues el público no espera faena pero que exige del diestro capacidad y oficio. Cuidado pues con restar méritos al Cid porque a estos toros hay que saber verlos y saber torearlos. Y, ahí, el Cid, estuvo sensacional, andándole hacia atrás con el capote y en los primeros muletazos, consiguiendo que el toro se creciera y se confiara en su mansedumbre, lo que le permitió luego torearlo a placer.
Para torear, primero hay que poder al toro (Foto Arjona)
Consecuencia, una más que interesante faena del torero sevillano que, por cierto, se quedó sin la recompensa que se merecía quizás porque era el primero de la tarde y el público en esos primeros compases de corrida suele estar siempre bastante frío.
Luego en cuarto lugar, salió ese toro que quisiéramos ver en las plazas habitualmente. El toro bravo de verdad pero noble y con mucha transmisión. El que repite incansable y se revuelve con su punto de agresividad. Ese toro que permite el buen toreo pero que no da un momento de respiro al diestro pues no admite ningún error.
El Cid le toreó muy bien con la mano derecha con pases de mucha longitud y temple pero nos dejó inédita la zurda por lo que la faena no acabó de remontar el vuelo. Por eso, por lo que no hizo y también porque cuando hay un toro bravo en la plaza, al público y al aficionado casi siempre se le hace poco lo que hace el torero.
Así de bien toreó el Cid al magnífico toro de Pereda que le cupo en suerte. Lástima que con la izquierda (su mano fuerte) bajara el nivel. La oreja fue más que merecida (Foto Arjona).
Fandiño y Luque no estuvieron bien. Su justificación fue el mal juego de sus toros pero, a esa edad, con sus circunstancias y con sus ambiciones, no hay –en el fondo- justificación que valga. Cuando no embiste el toro, tiene que “embestir” el torero. Algo que saben muy bien las figuras de nuestra época y las de todas las épocas.
Fandiño matando con todas las de la ley. Toreando estuvo técnicamente correctísimo.
El capote –suave y elegante- del de Gerena. Daniel Luque a la verónica. Con la muleta también estuvo técnicamente correcto.
Segundo capítulo. En el que el autor cuenta como vio llegar -un viernes de feria- el toreo -el buen toreo- a Huelva.
El viernes, llegó el esperado mano a mano entre Tomás y Morante que si no consiguió las máximas cotas posibles con esos dos enormes toreros, tuvo sin embargo la virtud de que no defraudó en lo más mínimo las esperanzas puestas, lo que en el caso de estos diestros parece cada vez más complicado por lo mucho que se espera de uno de ellos (Morante) y lo mucho que se le exige al otro (Tomás).
El ambiente (mejor ambientazo) que había en Huelva en viernes
Una cuestión previa. Hagamos un poco de crítica…
Hablamos, en este caso, de mano a mano por convencionalismo y porque así lo anuncian en los carteles. Por decir algo. Pero una cosa es lo que se anuncia y otra lo que sucede en el ruedo y lo cierto es que, si un mano a mano implica pelea, controversia y disputa entre los diestros, en Huelva el viernes el mano a mano brilló por su ausencia. Y aunque ambos diestros son muy distintos en sus planteamientos y forma de concebir el toreo, lo que permitiría un encontronazo magistral, lo cierto es que no se quisieron dar la réplica en ningún momento.
Un mano a mano que no fue tal (Foto Arjona)
“Tú a Boston y yo a California” podría haber sido el título cinematográfico del evento y es que no sólo no hubo quites, ni competencia (al menos directa) sino que ni siquiera los diestros de dirigieron la palabra en ningún momento. Todo lo contrario de lo que ocurriría al día siguiente.
Este cartel de cine podría haber servido previamente para anunciar el esperado mano a mano de José Tomás y Morante de la Puebla.
Por no haber, no hubo siquiera el albur del sorteo pues, al ser los toros de distintas ganaderías, cada torero trajo las reses que le plugo en ganas. Vamos, como en los tiempos de Guerrita pero sin los tapujos del “lo ha elegido el ganadero”
Dicho esto, también hay que decir que lo que pasó en Boston y sobre todo, lo que ocurrió en California tuvo enjundia torera. Y mucha…
Y en ese sentido, de lo primero que hay que hablar es de la magnífica presentación de la corrida. Nada que ver con el digno pero terciado encierro del pasado año. José Tomás escogió para Huelva tres toros (dos, sobre todo) que echaban mucho bulto. También estuvieron bien presentados los elegidos por el diestro de la Puebla.
Morante lo borda
Venimos diciendo y visto lo visto, tenemos que volver a decirlo que el toro de Cuvillo es un toro muy exigente con los toreros pues pide del diestro máximo conocimiento del oficio y recursos varios para extraer el buen fondo que estos astados suelen atesorar (lo contrario que ocurre con los encierros de ganaderías duras donde al a priori de su dificultad se justifican muchos alivios).
Y es que el toro de Cuvillo plantea casi siempre un diálogo similar al que imagino yo que planteaba a Morante de la Puebla su primer toro del pasado viernes:
-¿Es usted un buen profesional? Pudo decir el toro de Cuvillo al torero (Morante en este caso)
- Si, por supuesto, le contestaría éste
-Pues… ¡Vamos a verlo! Sentenciaría el toro
Pero… no lo vimos. No pudimos verlo pues Morante se inhibió en ese toro que le vino muy largo. Lo que no parecía importa al torero pues en chiqueros quedaban dos más.
El toro de Cuvillo le vino largo a Morante (Foto Arjona).
Largo también (aunque menos) le vino a Morante el de Zalduendo (sexto de la tarde) un toro con mucho, mucho carbón con el que, sin embargo, hizo el esfuerzo que no quiso hacer con el otro.
Un toro minero (o sea, con mucho carbón). En este el de la Pueblo se justificó. Vaya si se justificó. (Foto Arjona)
El desquite llegó en el cuarto toro y es que, esperar a los toreros artistas, tiene a veces recompensa y la recompensa llegó mediada la corrida en forma de toro artista (aunque, este por cierto, nada empalagoso pese a llevar el hierro de Juan Pedro Domecq).
Morante lo cuajó literalmente, con el capote de salida (las chicuelinas fueron cosa aparte) y le toreó en redondo con la derecha con una justeza, una precisión, un ritmo y un temple verdaderamente excepcionales.
Torea Chicuelo… Perdón, quise decir Morante. (Foto Arjona)
Sobre el capote de este torero nada hay que decir. Baste señalar que en Huelva vimos al mejor Morante y con eso está todo dicho.
Morante torea con el capote. Un capote con arrugas, más dúctil, con menos apresto (almidón) que los capotes usados hoy día.
Con la muleta sólo añadiré que toro, torero y engaño formaban un único cuerpo que se movía en el espacio y en el tiempo en total y plena comunión. Pocas veces he visto torear a nadie, con la muleta, así de conjuntado con el toro… Con la muleta en la derecha, pues la faena se diluyó cual azucarillo en agua al coger el torero la mano izquierda lo que hizo Morante quizás un poco tarde.
Toro, torero y muleta en conjunción astral.
Y es que el toreo de Morante necesita el toro que se venga. Por eso, mientras las faenas de Tomás van normalmente a más incluso cuando el toro se para, las del diestro de la Puebla (como las faenas de otros toreros artistas) son necesariamente (o deberían serlo) más cortas pues acaban cuando acaba la embestida pronta del toro. Tema este a tratar, con más detenimiento, en otro momento.
No se trata de un efecto óptico ni que el toro se haya parado. Es Morante el que ha parado el tiempo y… el toreo.
Tomás. No hay más allá
Tomás es justo lo contrario de Morante. Si aquel busca acoplar su toreo al toro, este busca imponérselo, marcando al toro el camino (a veces, imposible) que este debe seguir. Y ahí, cuando el toro duda o se niega, es cuando el toreo del torero de Galapagar sube varios quilates.
La Chicuelinas de José Tomás. Más quietud no es posible…venga como venga el toro.
Por eso, por esa forma de plantear el trazo del muletazo pueden aparecer esporádicamente enganchones o pequeñas pérdidas de ritmo en su toreo de muleta (como pueden aparecer en la muleta de Talavante otro que tal baila y sigue la senda del maestro) pero enganchones que no quitan un ápice de mérito al torero pues éste nunca (y esa es su gran virtud) descompone su figura.
José Tomás en su primer toro. Un toreo aparentemente imposible que al final resulta posible. Posible sólo en sus manos, por supuesto (Foto Arjona)
Ayer Tomás, en su línea, se encontró con dos buenos toros y firmó dos faenas excelentes (al primer y tercer toros). Faenas sobre las que no cabe discusión pues este torero siempre está por encima de sus toros.
Si hubo (discusión) en la faena al quinto. Un complicado y muy peligroso toro del Pilar que iba con bastantes defectos por el lado derecho. Defectos tapados, en parte, por el buen hacer del diestro de Galapagar pero defectos que no podían ocultarse por el lado izquierdo. Por esa mano, el toro del Pilar tenía peligro, mucho peligro, pues se colaba buscando descaradamente el bulto.
Tomás aguantó las tarascadas y gañafones del burel y se justificó. Nunca nadie podrá decir que a este diestro le falte una pizca de dignidad toreando (a este ni a cualquier otro toro) pues es virtud esta que el madrileño derrocha a manos llenas.
Tomás en el último. Estuvo mejor que lo que han dicho. Con la izquierda aguantó varias coladas espeluznantes
Apuntemos finalmente, el mérito que encierra torear sólo dos o tres tardes y lo difícil que es, en esas condiciones acoplarse a los toros. El mayor elogio que podemos hacerle es que a Tomás no le nota en la cara del toro, este año, merma ni imprecisión alguna que delate falta de puesta punto. Antes, al contrario. Tomás torea a gusto y con gusto. Disfrutando con su toreo. Y eso se le nota
Inimitable chicuelina de José Tomás en su último toro (Foto Arjona)
Tercera parte. En la que el autor cuenta como la corrida del sábado en Huelva le recargaba las baterías de su ilusión por la Fiesta de los toros
Juli y Talavante. Entendimiento total en la plaza.
El sábado (Mano a mano Juli-Talavante) vimos el espectáculo que siempre quisiéramos ver. Aunque somos conscientes, por lógica, que una tarde de tanto calado y emoción sólo podrá producirse una, dos o, a lo sumo, tres veces al año, lo que ya es mucho pedir
Y es que ese día vimos toros y toreros. Compleja, sorprendente y variada corrida de Núñez del Cuvillo (Desigual en comportamiento y presentación) para dos toreros pletóricos de casta, afición y ambición. La clave para que se produzca el toreo verdadero y del encuentro salten chispas.
Añadamos, para perfilar el cuadro, un público atento (curiosamente distinto al de los dos días anteriores) que (como decían en el Diario de Huelva) vino por José Tomás pero volverá a la plaza por Juli y Talavante.
Sorprendentes, sin embargo, los adjetivos que la crítica oficial ha empleado para valorar esta corrida. Adjetivos que no me cuadran con lo que yo pude presenciar en la plaza. Y es que cuando la tarde se sale del guion habitual de todas las tardes, muchos periodistas se quedan descolocados.
Y la verdad es que la actitud del público fue triunfal pero en absoluto triunfalista si por triunfalista entendemos el premiar con exceso la labor de los espadas.
Y la verdad, es que la corrida fue emocionante, pero no divertida si por divertido entendemos lo intrascendente y pueril.
Pero tampoco debemos cargar las tintas en los periodistas cuando fueron los propios toreros los primeros sorprendidos con el primer toro de Cuvillo que abrió plaza y cuyo comportamiento descolocó a todo el mundo.
El Juli. Épica sin alharacas ni adjetivos
El Juli ante el primero de la tarde, Subastador de nombre. Una faena épica
Y en estas, que apareció Juli, sin importarle millones ni cortijos, pleitos ni zarandajas sino dispuesto a todo. A jugarse la vida con uno de los toros (Subastador de nombre) más complicados que hemos visto este año y en varios años. Con el inri de que por tratarse de ganadería comercial (¿comercial?) aquí no valen los alivios que se admiten e incluso aplauden con toros de otros encastes.
Pocas veces (¿puede que ninguna?) he visto a un torero con tanta firmeza y decisión como vi a Juli en su primer toro en Huelva. Un toro que intentaba probar al torero y que frenaba en seco su embestida para ver si el diestro dudaba en algún momento. Amagando para coger al mínimo descuido. Marcando los derrotes a las femorales. Derrotes que se hubieran convertido en cornada si hubiera habido algún titubeo en algún momento.
Pero Julián no es sólo uno de los toreros de más verdadera técnica del momento (pues aúna el conocimiento de las suertes con el de las reses) sino también uno de los más auténticamente valientes del todo el escalafón.
La actitud del Juli nos metió el miedo en el cuerpo. Después de su faena a ese primer toro del mano a mano de Huelva, ya nada para nosotros será igual en el toreo pues el listón queda colocado muy alto.
Faena por cierto poca cantada pese a su calado y es que los públicos (y los críticos) hoy se decantan por el preciosismo y la elegancia formal (Y no doy nombres pues estos están en la memoria de todos). El fondo, por desgracia, cada vez pesa menos.
Juli en el tercero. Más poderío no cabe.
Su segundo, tercero de la tarde fue un gran toro, al que Juli exprimió como se exprime un limón. Tanto que el toro se rajó al final y el madrileño se pegó un arrimón con mucha sustancia. Eso sí, después de haber toreado mucho y bien.
El toro tardó en doblar y el Presidente concedió una sorprendente vuelta al ruedo. Premio quizás justificado por el entusiasmo que recorría los tendidos que por el juego real del astado. Pero, repito, un buen toro.
La sorprendente vuelta al ruedo del tercero.
En su tercer toro (quinto de la tarde) muy bronco y deslucido, Juli se la volvió a jugar de verdad y sin cuentos. Estuvo impresionante.
Talavante. Sorprendente e innovador
Suerte que, por allí andaba Alejandro Talavante, otro valiente que no se amilana por nada. Faena, la de su segundo toro de gran calado, de pulsar muy bien los engaños, de –como decían los revisteros antiguos- correr muy bien la mano. Talavante convenció al respetable y eso que la sensacional faena anterior nos había dejado aplanados.
El gran toreo de nuestros días, en la espléndida versión de Alejandro Talavante.
En estas, con la corrida embalada, llegó el tercero de la tarde. Juli le había hecho un gran quite muy vistoso y alado al toro cuando Talavante le pidió permiso para intervenir. Lo que haría por gaoneras. Gaoneras a las que el madrileño contra-replicó por lopecinas (o zapopinas). Después, en plena euforia torera, Julián le ofreció banderillas para un lucido tercio donde Talavante puso un buen par al quiebro al hilo de las tablas y el madrileño estuvo solvente y eficaz con dos grandes pares de poder a poder.
Talavante por gaoneras
Juli le ofrece un par a Talavante quien acepta el envite.
Juli un gran par de poder a poder cuadrando en la cara del toro (Foto Arjona)
Gran tercio de quites y gran tercio de banderillas que crearon una atmósfera mágica en la plaza. Atmósfera que se mantendría ya hasta el final de la corrida, jalonada por las dos faenas del Juli que ya hemos comentado y las dos de Talavante en las que este puso se sello personal e innovador. Muy creativo.
La creatividad de Talavante con el capote.
La tarde de Talavante (como la de Julián) fue plena. Llena de detalles, inspiración y torería. Tarde que culminó en la gran faena al sexto toro al que toreó muy bien aunque sin premio de la Presidencia.
La creatividad de Talavante en la muleta con el sexto. Este muletazo (una arrucina) se está convirtiendo en distintivo de este torero quien lo ha rescatado del baúl del olvido. (Foto Arjona)
El más que merecido final
Cuarta parte. En la que un ya agotado autor cuanta como vio a un torero (Perera) dándole miedo y a otro (Morente) proporcionarle momentos de placer indefinible.
Los aficionados esteticistas (cada vez son más) aducen a favor de sus toreros un sofisma indemostrable: Sostienen que las faenas de sus diestros preferidos perduran siempre y se graban a fuego en la memoria del aficionado, mientras que la de los toreros valientes o los técnicos se esfuman en el recuerdo en el mismo momento de abandonar la plaza.
Será a ellos pues a nosotros nos ocurre justamente lo contrario. Y si no se me va de la mente lo que hizo Morante en Huelva y en el Puerto, la verdad es que persisten en mi memoria, desde el sábado, los recuerdos de la faena del Juli a su primer toro en Huelva. Y en los fugaces momentos que consigo olvidarla, son las imágenes de los dos quites de Miguel Ángel Perera, el domingo,en el Puerto, las que ocupan su lugar.
El quite al primero merece contarse. Perera se planta en los medios ante un toro distraído y con ganas de coger en tarde de viento y con el capote a la espalda. Peligrosa puesta en escena que por si sola nos provoca ya cierto temor pues todos sabemos de la quietud que es capaz este diestro. El toro, va y viene y pasa por delante del cuerpo del torero que ofrece sus femorales al astado quien se ciñe mucho por uno de los dos pitones.
En uno de los lances, el toro hace un extraño y la salida prevista por delante se convierte en cambio de la trayectoria del toro que pasa por la espalda. En el lance siguiente, el toro parece ignorar al diestro, pues mira para allá y acullá, moviéndose a dos metros del cuerpo del torero ignorándole olímpicamente. De golpe se arranca sobre el matador que vacía la embestida, aguantando lo indecible. El público que no puede contener la emoción prorrumpe en clamorosa ovación.
Tenía que haber tocado la música. Algo similar sucedió en su segundo toro.
Quite de Perera en su segundo toro. Firmeza (Foto de González Arjona)
El epílogo corresponde ponerlo a Morante quien en el Puerto se deleitó y nos deleitó a ráfagas. Faena a su primero de las suyas irregular sobando mucho al toro, ora por abajo, ora por arriba, del derecho y del revés, para inopinadamente sorprendernos con algunos muletazos de excelsa factura. Muletazos de los suyos con lo que está todo dicho.
Morante el domingo en el Puerto se gusta. Así se torea (Foto de González Arjona)
El caso es que a estas alturas estamos ya muy cansados y mañana lunes (escribo el domingo por la noche al regreso) empieza el ciclo de novilladas de las Escuelas Taurinas en Málaga donde se va a recuperar la suerte de varas con puya de tentadero, lo que no hacía desde hace varios años en esas clases prácticas.
El agotamiento nos vence y el sueño nos invade. En la bruma, se destacan fugaces las imágenes increíbles de lo visto estos días:
Cid,
Morante,
Talavante,
Juli y
José Tomás torean en nuestros sueños.
Nos dormimos.
José Tomás en Huelva. Tiene mérito torear como está toreando este torero después del cornadón de Aguascalientes. Muy pocos (por no decir ningún torero) se han recuperado totalmente de una cornada de similar alcance: Nunca esperábamos que volviese a ser el mismo.Sin embargo, lo sigue siendo.
Sr. Clarito, menos mal que al final de su personal relato comenta que en el Certamen de Noveles de Málaga se recuperará la Suerte de Varas. En Huelva, por lo que le he leído no debió haberla. Puede que se le escondiera debajo del teclado lo referente a este Tercio, así como las patadas al Reglamento; como en el "jurbo". Ha sido un placer.
ResponderEliminarSaludos de Gil de O.
Gil de O.
ResponderEliminarGracias por su comentario
Saludos
El toreo va color rosa. Todos felices, todos contentos.
ResponderEliminarMenos el Toro y los Aficionados Cansados, que no es lo mismo que público de aluvión o Volcán.
Pepe Luis V.G.
Pepe Luis V. G.
ResponderEliminarLas cosas son como son. Nos gusten personalmente o no nos gusten. Cada cual podrá opinar como le parezcan o las vea pero decir (como, a veces, se dice) que está mal lo que realmente está bien... no me parece correcto.
Saludos
Enhorabuena!
ResponderEliminarMe encanta este cuento-cronica fotografica (que no cronica de cuento!)
Como tambien vi las mismas tardes me permito añadir algunos matices (en orden cronoligico):
- la faena del Cid a su primer toro fue muy importante y el publico muy distraido: parece que muchisimos iban a la plaza por primera vez quizàs con una entrada de regalo: este es un efecto negativo de los abonos cautivos que muchos aficionados estàn obligados a sacar cuando està José Tomàs;
- de JT estoy de acuerdo que estuvo muy bien en sus dos primeros toros, aunque sin "pisar ese terreno que nadie pisa" (como dicen) como otras veces; pero para quien se anuncia tres tardes en un año y es considerado por algunos "el màs grande", me espero lo maximo (y me espero un mano, que no hubo): y esto no ocurriò en el quinto toro del Pilar que se puso complicado y José Tomàs no pudo (o no quiso) resolver esas complicaciones: el Juli le hace un faenòn, como en el primero del sabado. Si JT toreara 20-30 tardes al año hasta los ultratomasistas se darian cuenta de sus limitaciones (sin restarle los enormes meritos que tiene, sobretodo tras esa gravisima cornada)
- Morante es verdad que "no quiso ver" a su primero que pedia el carnet, però se la jugò con el muy complicado zalduendo que tenia màs guasa que el cuvillo: increiblemente cuando Morante estaba empezando a ganar la pelea (este es un artista y tambien lidiador, no lo olvidemos) la gente empezò a pitar (quizàs tenian prisa de ir a ver salir a hombros a JT?) y Morante diò por terminada una labor que todavia no estaba concluida, pero creo como reaccion suya hacia el publico;
-de Juli y Talavante lo has dicho todo y perfectamente: solo añadir que los toros de Cuvillo no fueron nada faciles ni tontos: complicados, bravos, exigentes, y varios pelearon en varas. Muchas veces se veen toros de encastes santacoloma o albaserrada que son (o por lo menos desde el tendido parecen) menos complicados y màs toreables pero tienen otra fama;
- de Morante en el Puerto creo no hayas matizado lo suficiente la importancia de su faena a otro manso, reservòn y complicado zalduendo: esas ultimas series de naturales a pies juntos que consiguiò sacar al final, fueron antologicas
- de Perera quiero destacar (a parte de esos quites) su valentisima e importante faena a su primer toro: parecia volver a ver Paco Ojeda!
En fin un intenso e interesantisimo fin de semana taurino con toros muchos mejores de lo esperados dada la triste fama de esas plazas: a ver si esto no ha sido algo excepcional y esta tonica por fin se mantiene.
Un saludo,
Paolo
Paolo:
ResponderEliminarSuscribo sus comentarios y matices al 99 por 100. El único reparo es su valoración de JT en el quinto toro, faena que no ha convencido a muchos aficionados pero que a mí, personalmente, me pareció adecuada y más que correcta.
La tarde del Puerto me pareció también una gran tarde de toros (aunque reconozco que llegué un pelín cansado físicamente). Y coincido con la importancia de la faena de Perera (para mí de dos orejas pues pinchar ejecutando bien la suerte no me parece desdoro) y lo genial que estuvo Morante (igual que en el Zalduendo de Huelva)
También comparto la valoración que hace usted de la casta de la corrida de Núñez del Cuvillo que tuvo mucho que torear (Muy bien Juli y Talavante)
Y del Cid que decir. Pues lo que decimos en el blog que me impresiónó lo bien que entendió al primero de su lote. Sin embargo, y aunque el público quizás no fuese el de los otros días creo que pesó en el escaso clamor que levantó esa faena, que fuese el primer toro de la tarde (siempre ocurre igual) y, sobre todo que al espectador le convencen mas las faenas lucidas que las de verdadero mérito como fue esa faena del Cid quien también estuvo muy bien en el otro toro. Pero el cuarto le ayudó mientras que el primero, aunque noblote, no.
En fin, un magnífico fin de semana viendo a buenos toreros y buenos toros que es lo que nos hace disfrutar como aficionados.
Un fuerte y cordial abrazo
Querido José,
ResponderEliminartampoco quiero decir que José Tomàs con ese toro del Pilar perdiò los papeles o que fue desborado. No digo eso. Simplemente me pareciò que no resolviò los problemas que tenia ese toro (como hubiera hecho un Juli) y abreviò (ademàs ya habia cortado 3 orejas). Algo entendible en una temporada normal, menos en una en la que mata 11 toros en total.
Un abrazo y hasta pronto!
Paolo
Paolo
ResponderEliminarPues entonces coincidimos al 99,50 por 100.
La única diferencia, para mi José Tomás estuvo como tenía que estar.
Para usted, pudo (o debió) hacer algo más como hizo el Juli al día siguiente.
Contraste de pareceres. El alma de la Fiesta
Un fuerte abrazo
No he visto la feria (por desgracia) pero sin duda que ferias como esta (tanto planteamientos como resultado) le hacen un bien tremendo al toreo. Bueno la primera la vi por el canal Sur y estoy plenamente de acuerdo con José y con "anónimo" (echar la "pata p,alante e identificaros, que resulta poco elegante dirigirse a alguien como anónimo, máxime cuando coincido casi totalmente en su forma de ver las cosas) y repito que no he visto más que el festejo del Cid (su primer toro no lo vi, pero el segundo suyo era de rabo)
ResponderEliminarPor otro lado , aunque ese es otro tema, creo que la mayoría de las figuras están capacitados para torear todo tipo de encastes, simplemente, no los conocen y en ese sentido se deberían implicar más
Un saludo
Que diferencia con lo que escriben J.L.Benlloch y Paco Mora.
ResponderEliminarAsí está el patio.
E.CH.T.
Excelentes narrativas, y el gusto de leer de bellas faenas, bellas en verdad, ¿son rarezas? Leer sobre lo que es torería. Enhorabuena. Asimismo, me ha gustado la observación del uso actual del capote demasiado almidonado, parecen hojas de madera prensada. ¿Cómo se las arreglaban hace 100 años para torear con aquellos capotes lánguidos y sueltos? Capotes clásicos, más toreros en arte y plasticidad. Mil gracias Dn. JMorente. // Atte., Torotino.
ResponderEliminar...Tomás y Morante son una ofensa y un mal ejemplo, se pongan como se pongan sus partidarios, entre los cuales me contaba –al menos de uno de ellos- hasta que me convencí de que no les queda ni un gramo de vergüenza torera en los bolsillos...
ResponderEliminar“No es eso, no es eso” escribe José Luis Benlloch, en Aplausos de esta semana, respecto al “no sorteo” de Huelva a cuya plaza llegaron José Tomás y Morante de la Puebla con sus tres toros cada uno, y sus correspondientes sobreros, cogiditos del ramal. Quien manda, manda y cartuchera al cañón. Y el público a pagar y a callar. Sarna con gusto no pica. “No es eso…” dice Benlloch, y no dice más sobre el gatuperio onubense por su sentido de la responsabilidad, que le induce a preferir unos puntos suspensivos a un escándalo. Pero a mí, que soy un imprudente, no me importa meterme en un charco cuando creo que me avala la razón. Y si no digo lo que pienso al respecto, reviento…
Lo de Huelva fue un abuso, un pasarse la Fiesta por el arco del triunfo por mucho que hubiera miles de ingenuos dispuestos a dejarse patear la cartera. Que los hubo. ¡Vaya si los hubo! Y sobre todo, la “entente cordiale” entre el madrileño y el sevillano, fue un chanchullo en el mejor de los casos y una falta de respeto a los compañeros que se tienen que tragar las corridas duras y peligrosas, que ellos no ven ni en fotografía, si quieren vestirse de luces para cobrar el salario del miedo. Y no digamos la patada en la entrepierna que la exquisitez en la “comodidad” de estos dos fenómenos, significa para esos novilleros imberbes y sin experiencia que si quieren torear han de pechar con corridones de toros, sobre todo en Madrid donde las criaturas están pagando por sus sueños de gloria un tributo en sangre verdaderamente inhumano. Para esos, Tomás y Morante son una ofensa y un mal ejemplo, se pongan como se pongan sus partidarios, entre los cuales me contaba –al menos de uno de ellos- hasta que me convencí de que no les queda ni un gramo de vergüenza torera en los bolsillos.
¿Y estos son los que han de defender la Fiesta de los ataques de sus enemigos? A la Fiesta sólo la salva la pureza conceptual de la misma y el cuajo de los profesionales que se visten de luces. No la salva desde luego el egoísmo la avaricia ni el “por ahí te pudras” que practican quienes se creen por encima del bien y del mal, y hacen mangas y capirotes de su seriedad y tradición, con tal de llevárselo crudo con el mínimo esfuerzo. ¿Si dos grandes figuras –al menos sobre el papel- se pasan por la ingle la seriedad de la Fiesta, cómo la van a tomar en serio sus enemigos? Alguien tendrá que evitar que se continúe apuñalando al toreo desde sus propias entrañas. Señor Wert, usted está legitimado para ello. No haga oídos sordos, que si siguen así se la cargan desde dentro en cuatro días con pasado mañana.
Alberto
ResponderEliminarGracias por leernos y por su comentario. Efectivamente, es de agradecer que los comentaristas se identifiquen.
No creo de recibo, remitir como comentario anónimo un "refrito" con parte de un artículo publicado en una revista profesional.
Es bueno plantear argumentos (ya sean favorables o críticos) pero no reproducir textos que se limitan a denostar falseando las cosas (¿Gatuperio la corrida de Huelva? ¡Por favor!)
La jugada es sencilla:
1. Se crea el tópico: Sólo son toros-toros los de determinadas ganaderías. Los demás son -por definición- gatos.
2. Las figuras torean las ganaderías que no nos gustan
3. Conclusión. Las figuras NO torean toros.
A mi, personalmente, me parece un insulto a mi inteligencia. Vamos, que no me gustan que digan como tengo que pensar.
Otra cuestión es que, compartiendo su opinión de que las figuras están capacitadas para torear todo tipo de encastes, si que me gustaría que lo hicieran con mayor frecuencia aunque el resultado no fuese tan lucido como cuando se torean toros de las ganaderías punteras.
Un abrazo.
E. CH. T.
ResponderEliminarLógico... Nosotros (acertados o no) procuramos argumentar y razonar las cosas sin acritud contra nadie, nos guste o no.
Lo otro es... insulto y demagogia.
Es normal que lleguemos a conclusiones diferentes
Saludos
Torotino
ResponderEliminarGracias por leernos. Gracias por sus comentarios.
El vuelo de los capotes (alas de mariposa) de antaño, no tenía nada que ver con la rigidez del capote actual envarado y, a veces, envarillado.
Por eso, aunque el de ahora sea más terso y, por ello, más mandón, añoro esos capotes, entrevistos en fotos y películas antiguas, de Gallito, Belmonte, Curro Puya, Manolete, Pepín Martín Vazquez, Pepe Luis... ¡Pepe Luis! ¡Ay! ¡Pepe Luis!
Un fuerte abrazo
Clarito:
ResponderEliminarGracias por hacernos participes de ese sueño, y hacernos soñar con lo vivido por usted, y “no vivido” por nosotros. Grandiosa crónica. Grandioso fin se semana del toreo.
En cuanto a la polémica de los toros escogidos y la ausencia de sorteo en la tarde del mano a mano José Tomás-Morante.Mi opinión es que si lo vemos desde un punto de vista de una tarde más, fuera de contexto de la temporada del de Galapagar, como un mano a mano “al uso”, puede decepcionar. Pero ya nos indicó “Clarito” que en ningún momento de la tarde, creo que incluso desde su concepción, se planteó como una competencia o un duelo directo entre los dos toreros. Si así lo hubiera sido, si habría sido imprescindible una única ganadería y el sorteo, por aquello de la igualdad de oportunidades y el factor suerte.
Si analizamos el diseño de la temporada de Tomás en las tres corridas previstas, tenemos:
- Tarde de Badajoz, en terna, competencia directa con el Juli (primera figura de la actualidad), misma ganadería y sorteo.
- Tarde de Huelva. Mano a mano con Morante. Competencia de conceptos. Cada uno con sus toros. Para que cada cual pueda expresar lo que siente. Discutible, pero anunciado en los carteles por lo que el que no le guste que no acuda.
- Tarde en Nimes, en solitario. Competencia con él mismo.
Según nos dicen todos los asistentes la tarde de Huelva, los toros escogidos estaban muy bien presentados, por encima de lo habitual en la plaza. Por tanto, nada que achacar en este aspecto. Además si la cosa no hubiera salido bien, hubiera sido responsabilidad absoluta de los toreros y sus veedores. Su anterior mano a mano en el Puerto, supuso un fiasco atribuible a los toros de “Cuvillo”, pero en este, no se podían agarrar a esta excusa. Lo que si me parece excesivo y fuera de lugar, los seis sobreros (tres y tres).
Llegados a este punto, creo que uno de los principales problema de la fiesta es la ausencia de competencia y gestos… (siguiente comentario)
Creo que bajo el verdadero fondo de los aficionados que se han sentido decepcionados por la ausencia del sorteo, subyace la añoranza de la competencia, y de los gestos que nos relatan de la figuras de otras época y que en la actualidad brillan por su ausencia. En eso si que, “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
ResponderEliminarMe vienen a la memoria la competencia entre “Gallito” y Belmonte, la denuncia de Antonio Bienvenida del “afeitado” y las serias corridas que lidió para denunciarlo, la alianza “guerrillera” El Cordobés-Palomo, los duelos Puerta-Camino-El Viti… y pienso en la oportunidad que están perdiendo toreros de la magnitud de Tomás y El Juli para poner esto “patas arriba”. Si ellos hubieran “querido”, (puesto que poder, no dudo que pueden), en menos de diez corridas poner al sistema en “jaque” y a los aficionados a frotarse las manos. Se imaginan que Tomás al quedarse fuera de Sevilla varios años se hubiera ofrecido a torear bajo fines benéficos en la Maestranza, con quién con le pongan y con los toros que le pongan… (¿se hubieran atrevido los empresarios y los maestrantes a no ceder el piso de plaza?)…, y si el Juli al quedarse fuera de S. Isidro, se anuncia mano a mano con Tomás en Carabanchel, o en Aranjuez o Toledo, un día de máxima expectación de S. Isidro, con toros de trapío fotografiados en el cartel, para ver donde iban los aficionados (¿tomarían nota los empresarios de Madrid y la Comunidad que aprueba los carteles?)… Y si las figuras se comprometen a torear sólo en plazas de primera y segunda y dejan hueco a los modestos. Si pueden optar a menos corridas, más competencia en plazas de importancia, y más gestos.
No obstante, también los aficionados deberíamos cantar lo pocos gestos que se hacen en el toreo actual, las dos últimos las encerronas que han tenido lugar este año en Francia, J Castaño con Miuras y F. Robleño con Escolares y dar la verdadera importancia que tienen.
Un saludo.
No hacía falta Sorteo señores. Nueva tomadura de pelo:
ResponderEliminarSe presentan documentaciones como para seis festejos de un toro cada una, y de ahí un sobrero para cada festejo y toro.
Se ha burlado el Reglamento, se ha burlado al aficionado y se ha hecho burla y mofa de la Integridad de la Fiesta.
Yo tampoco quiero abrazos. El Chacho
ANONIMO
ResponderEliminarEl texto que usted publica en comentarios a esra entrada no es -como ya he dicho- suyo sino un texto de Paco Mora, publicado en Aplausos. Texto que se aleja mucho del análisis racional (apasionado o no) que (como aficionados) nos gustaría leer para enriquecernos.
En resumen, trasluce un mal estilo personal que, en consecuencia, califica a su autor (aunque quizás mejor deberíamos decir descalifica) no por las tesis que sostiene (allá cada cual con lo que piense) sino por las formas empleadas en exponerlas.
Luis Miguel López Rojas
ResponderEliminarPlantea usted muchas y variadas cuestiones sobre las que me gustaría dar mi opinión:
Primero. Creo que es correcta su percepción de la temporada de Tomás. Uno. Corrida de competencia con Juli. Dos, Corrida de contraste con Morante. Tres. Corrida de exigencia consigo mismo.
Para mí, la más compleja, la última por (Corrochano lo diría) lo dificil que es competir con uno mismo.
En Huelva no hubo competencia. En Bdajoz, si se me apura, Juli competía con José Tomás (Y en Huelva puede que también) pero José Tomás no comeptía con Juli. Sin perjucio de la mayor motivación que le aporten el torear la misma tarde o ferio con otros grandes toreros, José Tomás compite todas las tardes consigo mismo.
No es casualidad, su exigencia respecto a los toros que torea (Y sobre usted y yo sabemos exactamente de que hablamos)y su exigencia personal y rigor en su propio concepto del toreo.
(sigue..)
Luis Miguel López Rojas
ResponderEliminar(...)
En segundo lugar, el tema de los toros.
No sólo no hubo en Huelva reparo alguno a los toros que trajeron Tomás y Morante sino que alguno de ellos (en particular, dos de su lote) muy por encima de lo habitual en esa plaza. Como si quisiera de antemano tapar la boca a quienes criticaron ese aspecto el año pasado en esta plaza.
Sorteo. El tema tiene poca enjundia aunque se están intentando echar las campanas al vuelo para reforzar algunas tesis.
Lo de Huelva fue novedad que sorprendió a muchos pero el planteamiento de la corrida estaba claramente escrito en los carteles.
Tengo que decir que inicialmente no me pareíó correcto pues somos todos un poco presos de nuestros prejuicios, de nuestras ideas previas, pero recpacitando dudo que sea tan reprobable como plantean algunos (suscribo sus comentarios, Luis Miguel).
Es más, si mañana anuncian a José Tomás y Morante otra vez con las mismas ganaderías de por seguro que haré lo posible por asistir al evento.
(sigue...)
Luis Miguel López Rojas
ResponderEliminar(...)
Dicho lo anterior, ello no quita para que añoremos otrs planteamientos como la competencia (real) que usted sugiere y que podría plantearse entre José Tomás y Juli.
Aunque, en ese sentido, me muestro ambivalente pues no creo que mi bolsillo pudiera soportarla (Habría que empeñar el colchón como hacían los aficionados de la época de Guerrita). Un sueño
Finalmente, gestas (que no gestos), los de Robleño y Castaño que los aficionados nunca ensalzaremos como realmente merecen. Eso sí, la situación en la Fiesta de estos toreros es tan sideralmente distinta a la de los diestros que actuaron los mano a mano en Huelva, que no creo que sean -en ningún modo- comparables.
En cualquier caso, agradecimiento como aficionados a todos ellos (los de Huelva y los de Nimes) por aportar lo que aportan al toreo.
Un fuerte abrazo
El Chacho
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario.
Saludos