Juan Belmonte en una foto de sus últimos años en su tertulia de los Corales en Sevilla.
Vimos en la entrada anterior la forma de citar y ejecutar los pases de Juan Belmonte. Vamos a ver hoy como construía el Trianero sus faenas, como ligaba unos pases con otros. Me parece de interés ya que es quizás de las facetas que menos conocemos los aficionados actuales. Atención, que puede haber sorpresas.
La ligazón de los pases en Belmonte. El toreo en “ochos”
Hoy estamos tan acostumbrados al toreo en redondo, a encadenar un natural o un derechazo después de otro pase por el mismo lado, que nos parece lo más normal del mundo, que siempre se ha toreado así.
Pero no. Incluso hoy día, el toreo en redondo no es regla absoluta. Pensemos en los principios o finales de faena cuando hay que cambiar los terrenos del toro. Entonces a un pase natural le sigue un pase cambiado, ya que se pretende desplazar, empujar o expulsar al toro del terreno del torero para llevarle a los medios o al tercio (en el principio de la faena) o a las tablas (en el final de la faena).
La cuestión es que Belmonte no toreaba en redondo, en ninguna de las fases de sus faenas. Mejor dicho, lo hizo sólo de forma excepcional. Tan excepcional que se conoce y está documentado donde y cuando lo hizo: Una vez en México y la otra en la Beneficencia madrileña del año 15.
Presentación de Belmonte en México. Comentarios de Dulzuras para la revista Blanco y Negro.
Belmonte al torear iba enlazando pases como es normal, pero alternando un lado con el otro. A un natural no le seguía otro natural, sino el pase de pecho. Es lo que se ha denominado toreo en “ochos”. Creo que mejor que explicarlo es verlo y para ello nada más apropiado que esta doble página (46 y 47) del libro de Luís Bollaín “Los dos solos”:
Así toreaba Belmonte (y como bien dice el pie de foto en un palmo de terreno). Esta faena (Realizada en El Escorial, el día 10 de agosto de 1945) se compuso de sólo 6 pases: Pase de pecho, derechazo, trincherilla, otro derechazo, molinete, molinete invertido y la estocada. Alternando el pase por un lado con el siguiente por el lado contrario. Ni atisbos del toreo en redondo, lo que es lógico dado su concepto del toreo. Obsérvese finalmente que los dos derechazos tienen trazo de trincherazos, como señalaba Pepe Alameda.
Planteada la cuestión y la diferencia entre el toreo en redondo y el toreo en “ochos” ¿Cual es preferible? ¿Que modo de torear es el más adecuado?
Una respuesta es la que propone (hasta con un gráfico, lo que es de agradecer) Luís Bollaín en su libro “El Toreo”. Plantea el notable escritor la disyuntiva entre “el natural y el de pecho” o “los naturales y el de pecho”. O sea, con la nomenclatura que estamos nosotros utilizando, entre el toreo en “ochos” (de línea cambiada) y el toreo en redondo (de línea natural). Lógicamente y como adalid belmontista lo resuelve a favor de la primera opción, del toreo en “ochos”, pues es el que practicaba Belmonte, como hemos visto.
Su justificación es la siguiente (inserto la página completa):
Página 450 del libro “El Toreo” de Luís Bollaín. Explicación del toreo en redondo y en ochos.
Evidentemente, explicado así, como lo hace Bollaín, cualquiera se decantaría por el toreo cambiado. Lo que ocurre es que el gráfico tiene (pienso) su “mijita” de truco (Solo hay que compararlo con la secuencia de fotos del Escorial insertadas más arriba. Belmonte practica el toreo cambiado (natural y de pecho; no naturales y de pecho), pero el toro no describe ningún “ocho” en su recorrido.
En cualquier caso, y a la vista de la documentación aportada que cada cual saque sus propias conclusiones, aunque en mi opinión tan válido es un sistema de toreo como el contrario.
Lo que si pienso que quizás no deberíamos hacer es, en virtud de ninguno de estos planteamientos (toreo natural o contrario; toreo en redondo o en “ochos”), negar el sistema contrario. La historia de la Fiesta se ha hecho a base de toreros de ambas cuerdas. Nos guste o no una de ellas, hay que ser muy valiente (¿o inconsciente?) para cargarse de un plumazo media historia del toreo.
El toro de su época
Todo lo que hizo Belmonte (pararse y templar, cruzarse o irse al pitón contrario) no hubiera sido posible sin un cambio en el toro de su época. Por ello los toreros de su misma línea que le precedieron (Espartero, Antonio Montes,…) fracasaron en el empeño.
Belmonte, como todos los toreros, necesitaba un toro que se adecuara al toreo que pretendía imponer.
Juan será el primer beneficiado del cambio impuesto por Joselito en el toro de aquella época. Un toro al que se le empieza a exigir bravura en los tres tercios, lo que antes no ocurría. Un toro que al embestir en el último tercio permitiría el nuevo toreo -parado y muy cerca del toro- que trajo Juan Belmonte.
Fin de faena de Juan Belmonte en triunfo. Ovaciones y sombreros a sus pies(Dibujo de Andrés Martínez de León)
Portada y contraportada de Historia verdadera de la evolución del toreo de Pepe Alameda. Un análisis del toreo que, acertado o no, no es ni dogmático ni apriorístico, ya que se basa en la observación y en la propia experiencia práctica de su autor.
(Continuará…)
Muy interesante y cuidada la revisión del todo Belmonte. El croquis de la interrogación que dibuja Bollaín, marca la diferencia con el toreo actual, que en muchos casos es un paréntesis ) y en los mejores momentos una J.
ResponderEliminarTe envío por correo un vídeo de una faena de José Tomás en el 97 donde se ve el dibujo de la interrogación con la suerte cargada. De nuevo enhorabuena por los artículos tan currados e interesantes.
Yo la verdad es que me pierdo un poco con estas explicaciones. Lo que sí me gustaría es que en el ruedo vieramos mas variedad de pases y que la faena no estuviera tan encorsetada. Creo que el publico tiene mucho que ver con esto.
ResponderEliminarPor cierto, si a Belmonte le dedicas tantas entradas ....... cuantas la vas a dedicar a Joselito?
Esther:
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, sería importante que hubiera más variedad en el toreo y tambien pienso que el público y, por qué no decirlo, los aficionados tenemos nuestra parte de culpa en esa situación.
Sobre el número de entradas que voy a dedicar al toreo de Joselito, creo que serán pocas: Sólo unas 100, más o menos.
Bueno eso es broma, pero lo cierto es que su toreo da mucho juego.
Un beso
Jose
Andrés:
ResponderEliminarLo primero, gracias por el elogio.
Sobre el tema que planteas de la forma de torear moderna, la verdad es que cuando se dice que el toreo es geometría a lo mejor habría que revisarlo, ya que al final estamos hablando de letras y escrituras: ochos, interrogantes, paréntesis, jotas, etc.
Un abrazo
Jose
Magnifica y espectacular explicacion del toreo en ocho y toreo en redondo. Incluso pocos literatos son capaces de decir tanto con tan pocas palabras. Felicidades.
ResponderEliminarPor otra parte y puestos a pedir, para cuando un monografico breve (debido a su trayectoria) de un torero malagueño de los 60, llamado "El Monaguillo". Saludos
Miranda:
ResponderEliminarGracias por tu elogio.
El Monaguillo me parece un tema de interés ya que es uno de esos toreros que no alcanzó el éxito que sus cualidades le hacían acreedor.
Un abrazo
Jose Morente