Manolete con sus compañeros:
Marcial Lalanda, Pepe Luís Vázquez, Gallito,
Vicente Barrera, Manolete y Juanito Belmonte
“Son los toreros los que mejor conocen a sus compañeros. Los ven más de cerca y los tratan con mayor intimidad. Los juzgan con rigurosa imparcialidad, máxime si ya no hay incompatibilidades entre los encontrados intereses de los unos con los otros.
Son ellos, los toreros, los únicos capaces de descubrir los muchos misterios que envuelven al toro, y de descifrar los grandes enigmas de su oficio. Un oficio que entraña nada menos que hermanar el talento humano con el instinto irracional del astado. Un hermanamiento que exige claridades en la mente, serenidad en la valentía y sentimiento de arte en el alma”
(Filiberto Mira, Manolete-Vida y Tragedia, edita Aplausos, Valencia, 1984. Página 256)
Como suscribimos completamente la cita anterior, lo que sigue es, por tanto, la importantísima opinión de los toreros, compañeros de profesión de Manolete, sobre el diestro de Córdoba. No se incluye la opinión de los toreros actuales, aunque sorprendería saber que toreros como Antoñete o Rafael de Paula tienen al diestro de Córdoba entre sus preferidos.
Estas opiniones están ordenadas de forma temática y obtenidas de diversas entrevistas y fundamentalmente del libro citado.
Aconsejo su lectura lenta y pausada, con una copa de brandy en la mano.
Honradez y pundonor
Era torero hasta dormido. No he conocido ningún otro más atento a cuidar los detalles de su profesión (Parrita)
Manolete tuvo una honradez profesional como ninguno hemos tenido. No he conocido un torero con más diaria entrega que la que él tenía (Luis Miguel Dominguín).
Su seriedad fue lo que motivó que su toreo fuese maravillosamente sobrio, escueto y exacto. Fue un torero de época y fue también muy serio en no apartarse de lo que creía que era su deber como profesional. Tenía una voluntad realmente ejemplar (Manolo Escudero)
Nadie con más entrega
Manolete toreó en Murcia con Pepe Bienvenida y Carlos Arruza una corrida de Miura. Cortó 3 orejas y rabo. Lo recoge el Ruedo.
Cogida en Salamanca
Con Pepe Luís y Domingo Ortega
Personalidad y valor
Verle hasta sin toro delante era algo admirable. Yo sólo he conocido dos toreros capaces de llenar una plaza de ambiente de toreo sin necesidad de que en ella hubiese un toro: Manolete por su solemnidad y Cagancho por su empaque (Luis Miguel Dominguín)
Su personalidad radicaba en lo tranquilo que se desenvolvía en el arriesgado terreno que pisaba (Paquito Casado)
Ha sido un torero de gran personalidad. Una personalidad que por estar firmemente consolidada en lo indudable de su sincero valor, hubiera destacado en cualquier época (Luis Miguel Dominguín).
Se comprometía con él mismo a quedarse –siempre derecho- en aquel sitio que, vedado para tantos, él era capaz de ponerse. Un sitio que le permitía dar seguidos –éste fue uno de sus mayores méritos- muchos pases. Pisar ese sitio y quedarse en él y ligando, fue lo que le hizo ser diferente (Paquito Casado)
Pudo desarrollar su estilo gracias a lo pronto que encontró su propia fórmula técnica. Una técnica que exigía mucha voluntad y mucha mentalización. También un enorme valor (Manolo Escudero)
Con Domingo Ortega y Pepín Martín Vázquez
Dominio sobre el toro
Manolete, desde que encontró esa fórmula validísima que digo, de ponerse en el sitio que se ponía, ha sido el torero de cuantos yo he visto que a mayor cantidad de toros ha sacado partido. Y conste que les sacaba partido toreándolos (Pepe Luís Vázquez)
Fue un torero muy largo, porque al parar y aguantar tanto, era capaz de imponerle su estilo a casi todos los toros que toreó (Manuel Álvarez el Andaluz)
Porque no sabía enmendarse es por lo que a veces no conseguía torear a los toros que se le quedaban demasiado cortos o a los muy tobilleros (Pepe Luís Vázquez).
Elegante dominio sobre el toro
Personalidad, valor y dominio
Repertorio
No tenía un gran repertorio y no lo necesitaba (El Andaluz).
Era un torero muy clásico que profundizó en la hondura del arte de torear. Creó un tipo de toreo que era seco, templado y con las manos muy bajas (Paquito Casado)
Con el capote y la muleta daba los lances y pases fundamentales de una forma muy perfecta y yo creo que en su verdadera autenticidad, muy difíciles –por no decir imposible- de superar (Pepe Luís Vázquez)
Fue un clarificador de conceptos que son básicos y elementales (Manolo Escudero)
Manolete torea su primera becerra
en la Escuela taurina de Montilla.
Curiosamente práctica dos suertes
poco habituales en su repertorio:
banderillas y pase de pecho.
De frente por detrás
El capote
Con el capote era estático, aunque templaba mucho, sobre todo en la media verónica que la daba superior y con las manos más bajas que nadie. No era variado con la capa, pero le podía a los toros en el primer tercio porque los lidiaba de salida muy bien (Paquito Casado)
Sacaba mucho las manos con el capote y su media verónica por ambos lados era algo que nadie ha repetido. En la forma de rematar demostraba como le podía a los toros. Jamás tuvo necesidad de correr para rematar un quite. No sabia ni necesitaba correr. Ese era uno de sus grandes misterios como lidiador (Parrita)
“Sacaba mucho las manos con el capote”
Parar, templar y mandar
Media verónica: “Nadie la ha repetido”
La muleta
Con la muleta dominaba una barbaridad y conseguía someter mucho al toro en el engaño. Le bastaban muy pocos pases para estar por encima del enemigo y entrar en su terreno con una enorme valentía y seguridad (Paquito Casado).
Con la muleta no se ponía ni muy abierto ni muy cerrado. Casi siempre ligaba faena en la raya del tercio (Parrita).
Al pase de pecho no le cogió el tranquillo con tanta eficacia como a los naturales y a los redondos. A mí me encantaba como remataba las series de naturales, ¡Y qué naturales!, con aquel molinete tan suyo o con aquellos remates tan majestuosos (Pepe Luís Vázquez).
En redondo. Toledo, agosto del 47
¡Qué naturales!
ç La manoletina, majestuosa según Pepe Luís
Suerte suprema
Hacía la suerte suprema con tanta lentitud, que a mí me parecía que la hacía a velocidad de dos kilómetros por hora (Pepe Luís Vázquez).
Manolete se perfilaba muy en corto y al pitón contrario. Arrancaba lento y con serena consciencia de que el toro humillaría porque con la muleta le había bajado mucho la mano. Lo que o le admiraba en sus estocadas era como se doblaba en el pitón. Lo hacía con una verdad insuperable (Luís Fuentes Bejarano)
Admiración de los toreros
Afirmo que nos ha superado a todos los que toreamos con él y a cuantos he visto después de su muerte en Linares (Manuel Álvarez el Andaluz)
Es curioso, pero Manolete tuvo entre los toreros sus más incondicionales partidarios. Yo creo que eso se debía al valor inmenso que tenía para no enmendarse (Pepe Luís Vázquez).
Elegancia y personalidad hasta cuando no toreaba
(Continuará…)
Es muy elocuente lo que dijo P.L. Vázquez de Manolete y su toreo: "Se colocaba cerquísima del toro; a una distancia inverosímil. Por eso descubrió una forma validísima de hacer el toreo puro. Al acortar tanto las distancias, recortó los pases, pero EXTENDIÓ EL TOREO".
ResponderEliminarLuis Miguel López R.