Por Jose Morente
Salamanca. Morante tras la estocada se arrodilla -recordando a Reverte- ante un toro de Galache. |
Su éxito declinó tras la tremenda cogida de Bayona. El día 3 de septiembre de 1899, Antonio Reverte hacía el paseíllo en esa plaza acompañado de Rafael Guerra Guerrita. Tras la estocada a su primer toro (Grillito de Ibarra), Reverte se arrodilló en la cara de la res permaneciendo en esa postura más tiempo del aconsejable. Cuando intentó levantarse o cuando se acercó a él, según versiones, el toro no tuvo más que alargar la gaita, enganchar al diestro por la corva y suspenderlo en el aire un momento, dejándolo caer en el suelo.
Tres meses antes, el 21 de mayo en Béziers, Reverte hacía idéntico desplante al que le costó la cornada fatal. |
Sus banderilleros Moyano y su sobrino Revertito (quien le iba taponando la herida intentando parar la brutal hemorragia) le llevaron en brazos al barracón que hacía las veces de enfermería, mientras el toro doblaba por la estocada.
Reverte en brazos de Moyano y Revertito se desangra camino de la enfermería. |
Aunque salvó la pierna y la vida e incluso volvió a torear, ya nunca fue el mismo. Lo que Reverte había intuido en la misma enfermería cuando se percató de la magnitud de la herida pronunciando una tremebunda y conocida frase: “¡Se acabó el carbón!”
Murió en 1903, según se dijo por un error de las enfermeras del hospital donde convalecía de una operación de un tumor en el hígado.
El desplante de Reverte a Grillito era en el habitual y lo había hecho en distintas ocasiones, incluso de espaldas al toro, pero sin mayores consecuencias. Sin mayores consecuencias... hasta el día de Bayona.
Morante evoca a Reverte
Ayer en Salamanca, Morante evocaba la memoria de Reverte. Tras la estocada a su segundo toro, el diestro de la Puebla se arrodillaba en la cara del burel que casi al mismo tiempo caía de rodillas para no levantarse.
Destacamos de Morante su arte y enjundia, así como su entrega al torear e, incluso, algunos aficionados se hacen eco de su técnica y capacidad lidiadora, pero olvidamos a veces que este gran torero destaca en algo poco frecuente en los diestros de su cuerda artística... el valor. Morante es un torero valiente a carta cabal.
Más vale que no lo olvidemos.
El valor de Morante justifica el eslogan que el torero utilizó durante las temporadas 2014-15 |
Tauroteca. Morante en Salamanca. Desplante "a lo Reverte"
Bonita la historia del Maestro Reverte con Grillito, y el valor de Reverte de arrodillarse con los toros de aquel tiempo, ésos toros eran fieras totalmente salvajes, no el toro de hoy que conoce al ganadero y la triple que briega con ellos, tiene mucho mérito Morante a homenajear a un torero de esa época.
ResponderEliminarelvis:
ResponderEliminarCreo que comparar pasado con presente es muy complejo. ¿Cómo valorar el mérito de aquellas faenas de Reverte y compararlo con el mérito de las faenas de Morante? Son épocas distintas y contextos totalmente distintos.
El arte como toda disciplina evoluciona y cambia, adaptándose a los gustos, modos de cada época y cada sociedad.
Creo que, en cada época, hay toreros que llegan donde no llegan sus contemporáneos. En mi opinión, repito en mi opinión, tanto mérito tenía torear despegado a aquellos toros de entonces como torear reunido a estos toros de hoy.
En todo caso, coincide con usted, debemos agradecer a Morante que nos permita recordar estos tiempos pasados.
Un cordial saludo y gracias por leernos.
Morante nos está recordando grandes actuaciones de toreros antiguos que muchos desconocíamos.
ResponderEliminarMiguel Cuadros:
ResponderEliminarCierto. Morante está desempolvando suertes antiguas que se habían perdido.
Y además ¡torea como torea!
Un cordial saludo