Por Jose Morente
Si hay un autor taurino cuyos libros es obligado leer (y releer) ese no es otro que Pepe Alameda cuya visión no se basa en el tópico sino en el conocimiento real de las claves del toro y del toreo. |
El toreo arte católico y Disposición a la muerte (Edición del Casino Español, 1953)
El primer libro de Pepe Alameda El toreo Arte Católico, incorpora un artículo "Disposición a la muerte" publicado en 1944 en la revista El hijo pródigo.
Ese ensayo es muy interesante primero porque ahí se esboza la idea que luego plasmaría en su célebre slogan radiofónico "el toreo no es graciosa huida, sino apasionada entrega" y, segundo, porque siendo partidario de Joselito, el artículo hace una apasionada defensa de Belmonte, refutando las tesis del libro "El arte de birlibirloque" de José Bergamín que acababa de reeditarse en México.
El cuerpo principal "El toreo arte católico" recoge el contenido de una conferencia publicada el 23 de marzo de 1953 en el Casino Español de México. La tesis que sostiene, quizás explique la inquina que el puritanismo anglosajón claramente protestante viene manteniendo contra la fiesta de los toros.
Los arquitectos del toreo moderno (B. Costa-Amic, México, 1961)Portada de la 1ª edición. |
Portada de la reedición de Bellaterra (Barcelona, 2010) |
La publicación de este libro (aunque poco conocido en España), provocó una fuerte reacción del belmontista Luís Bollaín en su obra última "El toreo". Alameda se dio cuenta que Belmonte no podía ser el "inventor" de la faena en redondo por naturales porque siempre (salvo muy escasas ocasiones) toreó en ochos. Como quiera que fue Chicuelo el primero que triunfó en México engarzando y ligando naturales en redondo, a él atribuyó el invento. La respuesta de Bollaín, gurú del belmontismo fue muy dura contra Alameda y contra Chicuelo:
«No he conocido un caso de chicuelismo igual que al de ese buen escritor taurino de España, aunque enraizado en Méjico que firma sus trabajos con el seudónimo de José Alameda. Hace unos años escribió un libro de exaltación chicuelista: Los arquitectos del toreo moderno. Y como sin duda le parecieron flacos y pobretones los estereotipados elogios a la “gracia”, la “pinturería”, el “donaire”, el “duende”, la “vista torera”…, que en verdad merece en justicia más que nadie este gran artista de la “Alameda” de por aquí –la de los Hércules sevillanos–, el “Alameda” de por allá se echó a buscar un elogio original gordo y sonoro, y encontró este: Chicuelo –vino a decir– es el verdadero arquitecto del toreo moderno, el que halló solución al problema planteado por Belmonte y que Belmonte no supo resolver, el verdadero revolucionario del arte de torear»
Los heterodoxos del toreo (Grijalbo, 1979)
"A pesar de la literatura belmontista (que, de hecho, es contra Gallito) la figura de José emerge y se robustece cada día. A pesar de la literatura antimanoletista (esta sí, declarada) no se desdibuja el perfil de Manolete"
Bingo.
La pantorrilla de Florinda y el origen bélico del toreo (Grijalbo, 1980)
En la pantorrilla de Florinda, Alameda reúne diversos ensayos sobre los que volverá en posteriores publicaciones.
En el primero, dividido en dos capítulos y cuyo tema da título al libro, ahonda en algunas de las tesis mantenidas ya en su conferencia "El torero arte católico" y, en concreto, analiza el origen bélico del toreo.
En "La voz de los toreros" evoca a Joselito, Belmonte y Rafael el Gallo, Gaona y Manolete.
El capítulo que sigue "Toreros graves y toreros leves" recoge uno de esos análisis geniales de Alameda y el elogio a aquellos toreros que, frente a la hondura -tan glosada- se elevan al torear: Chicuelo, Pepe Ortíz, Pepe Luis Vázquez.
El libro lo remata con un capítulo dedicado a Goya y otro a Lorca. Entre medias un "Apunte a la tradición mexicana en el toreo".
Podemos oír a continuación la voz de Pepe Alameda leyendo el texto "La voz de Joselito":
Crónicas de sangre (Grijalbo, 1981)
Seguro azar del toreo (Salamanca ediciones, 1983)
Su primer y único libro en verso dedicado a los toros. Un lujo y una maravilla.
Como muestra, copio el dedicado a Joselito:
Historia verdadera de la evolución del toreo (Bibliófilos taurinos de México, 1985)
Si el más conocido es el siguiente libro, el Hilo del Toreo, su germen está en este otro publicado por la Unión de Bibliófilos Taurinos de México. Un libro que tuvo muy poca difusión (era una tirada limitada) aunque a España llegaron -por suerte- algunos pocos ejemplares.
Capítulo a capítulo, Alameda repasa la historia del toreo, desmontando tópicos y clichés y abriendo a la luz la verdadera historia de nuestra Fiesta. No hay un título más acertado en un libro que puso todos los puntos sobre todas las íes.
Cuando lo lees y yo tuve la fortuna de leerlo relativamente pronto, las piezas del puzle encajan. El toreo aparece como es, con total claridad y desaparecen las contradicciones entre lo que se ha dicho y la realidad de lo que ocurre en el ruedo.
Flipante es el capítulo dedicado al toreo moderno en redondo pues Alameda encuentra en una vieja película de Achucarro la pieza que le faltaba. En ella aparece Joselito toreando en redondo a uno de los toros la tarde de los siete toros de Martínez. José gustaba de torear al natural en redondo, y muchas tardes iniciaba así sus faenas tras un pase por alto, algo que no había sido suficientemente valorado ni por historiadores ni por ensayistas, hasta que lo reveló Alameda. Un valiente intelectualmente hablando, pues solo los valientes con capaces de rectificar errores.
Muerto Joselito, la literatura belmontista borró a Gallito y colocó a Belmonte como único inventor del toreo moderno. Una falacia que no resiste el más mínimo análisis. pero que haría fortuna. Perdido el hilo del toreo, la afición -aleccionada por una crítica equivocada- iba a demonizar el toreo que, desde Manolete, se viene haciendo en las plazas.
Un galimatías sin arreglo posible porque los eslóganes simplones (y el de Belmonte inventor del toreo moderno lo es) funcionan mejor y calan más que las verdades complejas. Pero el toreo no es simplón, sino complejo como sabía y explicó Pepe Alameda.
El hilo del toreo (Espasa Calpe. 1989)
"(...) No se comprende que el conferenciante lo redujera todo al movimiento inicial de echar la pierna de la salida hacia adelante, como base de una técnica opuesta al toreo enhilado o paralelo del cordobés [Manolete].
El toreo de Ortega era mucho más que aquel primer movimiento. Limitado a él como si el torero después debiera quedarse inmóvil esperando a que el toro volviese por su terreno, es una simpleza, es lo que hacen todos los que se creen que torean como Ortega.Pero lo importante del toreo de este era la continuación de los pasos, para ir tomando el terreno que el toro iba dejando al pasar, al andarle al toro o andar con el toro. No los pases, sino los pasos (...)Domingo fue un gran apasionado.Aunque no lo pareciera, podía en él más el corazón que la mente. No escribía el hombre de análisis, sino el hombre de lucha. Seguro, por intuición, de que una sola idea corta y repetida como un solo clavo sobre el que se remacha, una bandera, un eslogan, en un momento preciso de acción, puede más que el desarrollo de una teoría."
Lo sorprendente es que tantos y tantos aficionados, críticos y ensayistas cayeran en ese error. Más sorprendente cuando ahí están las películas de Domingo Ortega toreando donde hace lo contrario de lo que dice.
Por suerte para nosotros, para sacarnos del error, para poder entender cabalmente el toreo.... existió Pepe Alameda.
Addenda.
Y para rematar, citemos dos obras más.
Una del maestro (su biografía "Retrato inconcluso" de 1982) y otra sobre el maestro (el libro de Clarinero "La apasionada entrega de Pepe Alameda" de 1993)
Como siempre, extraordinario
ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarMuchas gracias y un fuerte abrazo.
Enhorabuena, José, por este texto que rinde homenaje a José Alameda, el gran pensador del toreo, el escritor que en la triste época de la "olla podrida de la crítica española", como escribió en uno de sus prólogos, puso en orden nuestras ideas y nos explicó como no lo ha hecho nadie la verdadera evolución del toreo moderno, esa que todavía muchos niegan ciegamente confundidos por los dogmas de los que escribieron la historia mirando sin ver, es decir, sin comprenderla. Como sentenciaba el propio Alameda, la historia no establece dogmas, los establecen quienes la escriben.
ResponderEliminarSería muy interesante que libros como "El hilo del toreo" fueran reeditados como se hizo con "Los heterodoxos del toreo" para abrir los ojos de par en par a las nuevas generaciones de aficionados que se incorporan a las plazas.
ResponderEliminarEnhorabuena por recordar así de bien el Maestro Alameda del que no se habla tanto como se merece.
También sería interesante recordar otra inteligentísima aportación suya: la distinción entre toreo natural y el toreo cambiado…
Un saludo
Paolo
También como comentarista de las corridas por radio el fue un ejemplo para los comentaristas actuales. El explicaba lo que estaba pasando en el ruedo, tanto del toro como del torero, para educar a los oyentes.
ResponderEliminarUn gran artículo para recordar a unos de los grandes escritores taurinos y sus libros. Yo leí hace unos años " Los heterodoxos del toreo " y me pareció un gran libro para no caer en los dogmas que nos dicen que como es el toreo puro para ellos y tiene que ser así. Un saludo
ResponderEliminarGracias!!!
ResponderEliminarJim Verner:
ResponderEliminarExacto, pues se une la dificultad de conseguir que "veamos" lo que no podemos ver por tratarse de una retransmisión radiofónica.
Un fortísimo abrazo
Alfonso:
ResponderEliminarCierto. Un fuerte abrazo
Antonio Luis Aguilera:
ResponderEliminarGracias por el comentario. Y, en efecto, sería importante reeditar y difundir "El hilo del toreo" su última obra y compendio de toda su sabiduría. ¿Quizás Bellaterra que ha editado "Los arquitectos del toreo moderno" se anime?
Un fuerte abrazo
Paolo:
ResponderEliminarDel toreo natural y cambiado ya hemos tratado en el blog pero no me parece mala idea volver a hacerlo.
Gracias y un fuerte abrazo
Magnífica reseña de los libros del maestro Pepe Alameda. ¡Enhorabuena! Desconocía el audio y la anécdota de "la voz de Joselito", todo un regalo. Muchas gracias.
ResponderEliminar