domingo, 17 de abril de 2022

Cuaderno de notas (CXLVI) De la playa las arenas

Artículo de Miguel Ángel Fernández Borrero, publicado el 3 de abril de 1922 en Huelva Información

1912. Una fiesta flamenca. Belmonte escucha con atención el cante de don Antonio Chacón. A la guitarra Javier Molina. En el extremo de la derecha, Ricardo Torres Bombita.

Juan Belmonte practicaba el flamenco con estilo. Su amigo Paco Sancha describía en La Voz los momentos en que estaba en el hotel concentrado, antes de vestirse para torear, tumbado sobre la cama con un batín de seda a cuadros, en silencio, porque era de muy poco hablar antes de la corrida, aunque con el cuarto siempre lleno de amigos.”¿Qué hora es, Antonio?, pregunta. “Vamos, Juan, vístete, hijo, que ya es hora”, le contesta su mozo de estoques. Comienza el ceremonial, con sus estampas de la Virgen, su pequeño santuario de religiosidad sobre la mesa… Y mientras le van poniendo la faja, canta a media voz: “De las playa las arenaaaas…”. El fandango de La Parrala, que ha aprendido de su amigo Tomás Pavón, que va mucho por Triana con Manolo de Huelva, a escuchar cantar a Cagancho, o se encuentran en fiestas privadas. Belmonte tiene buena relación de amistad con los Pavones. Ahora, concentrado antes de salir para la plaza, hace solo un esbozo de los primeros tercios del fandango que nunca llega a terminar.  Se escribió que Belmonte toreaba por soleares, soleares de su Triana: “Zapatitos blancos. Ni son tuyos ni son míos. De quién son estos zapatos”.  Luego, tanto al salir a la arena como al acabar su actuación, besaba la imagen de la Virgen en su marquito de piel. “Si vas a la mar y cuentas…” 


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