Por Jose Morente
Morante (con razón) se encara con el Director de la banda de música de la Real Maestranza |
Es cosa sabida (y juzgada) que la banda de música de Sevilla toca de forma aleatoria y arbitraria. Que la música suena en la Maestranza cuando a su director le parece y le apetece. Sin criterio aparente, pues suena a veces de forma cuasi inmediata y, en otras ocasiones, los primeros compases musicales se demoran hasta mediados o finales de faena.
Hace unos año, estando en activo, el Fundi se hartó de tanta guasa de la mala y de tan injusto e inexplicable proceder y mando callar a la banda cuando pretendía iniciar un tardío pasodoble.
Esta feria de San Miguel hemos visto a Morante encararse también con la banda y callarla por lo mismo.
Toreaba el de Puebla a un buen toro de Juan Pedro, con profundidad y verdad, citando muy enfrontilado, en una faena de mucho valor y entrega (todas sus faenas este año han sido de mucho valor y entrega) sin que al director de la banda aquello le pareciera de mérito alguno. Por eso, cuando a regañadientes en las postrimerías del trasteo ordenó tocar la música, Morante se engalló y les mandó callar con la aquiescencia de todos los aficionados del tendido.
Una plaza de toros es el espacio más democrático que tenemos. No tiene sentido que el criterio de un solo individuo (en este caso el director de una banda de música) pretenda imponerse al de toda una plaza. No solo porque esos espectadores han pagado religiosamente su entrada (y la banda está y debe estar a su servicio y al servicio del buen fin del espectáculo) sino y sobre todo porque en el ruedo un hombre se juega la vida y eso merece cuando menos respeto.
La afición de Sevilla aplaude el gesto de Morante |
Quiero hacer público mi agradecimiento a los directores de la banda de música de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y de la plaza de toros de Jaén, porque curiosamente y seguramente sin pretenderlo, con sus arranques y parones a “destiempo”, han provocado quizás, dos de las faenas más emotivas de Morante de la Puebla en su inolvidable temporada. Esa provocación y falta de respecto, fue como frotar la lámpara del genio. Y el genio de la Puebla emergió arrebatado para desatar un huracán de toreo grande. La música, la ponía él. La música callada del toreo. Y el público respondió apasionado para revelarse contra el criterio dictatorial que trataba de imponer un único señor con una batuta para decir lo que está bien y lo que está mal. Y gritar al mundo que la tauromaquia es el espectáculo más democrático que existe, al coro de ¡¡¡¡olés!!! de miles de gargantas rotas… dónde ya no cabía más música.
ResponderEliminarAsí que, señores directores de las respectivas bandas, les estaré eternamente agradecido. Y sigan provocando al genio…por favor, la temporada que viene, ¡froten la lámpara!
P.D: Por cierto, de la misma forma, el público se debería revelar contra la imposición de un presidente y un reglamento que según el número de despojos cortados y en según qué sitio, le otorgan el derecho a sacar a un torero por la puerta grande. Porque después de la faena de Morante en Sevilla, los aficionados saltan al ruedo y se lo lleva por la Puerta de Príncipe en volandas hasta la Puebla del Río si hace falta…y si Juan Ortega torea de esa forma a la verónica como en la pasada feria de San Miguel, nos vamos a buscar las andas que el cura “gallista” de la parroquia de Santa Ana, les negó a los partidarios de Belmonte, y lo paseamos por toda Triana…y que vuelva la pasión de la gente, que falta nos hace.
D. José Morente, muchas gracias por “resucitar LRI”, ¡cuánto la hemos echado me menos!
Luis Miguel López R.:
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con usted. Vamos a tener que subvencionar a los directores de las bandas de música para que toquen a destiempo y "animen" a los toreros buenos.
Y muchas gracias por seguirnos.
Un abrazo