Por Jose Morente
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José Antonio Coderch de Sentmenat |
Que a los arquitectos, sea cual sea su opinión sobre la fiesta, les interesan las plazas de toros, parece una evidencia.
Un buen ejemplo es esa interesante investigación de los alumnos de la Escuela de Arquitectura de Sevilla, coordinados por su catedrático de proyectos Gonzalo Díaz-Y. Recaséns, sobre la arquitectura de los recintos taurinos. Un trabajo que se publicaría más tarde como Catálogo de la exposición que en 1992 organizó la Junta de Andalucía.
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Portada del Catálogo de la Exposición organizada por la Junta de Andalucía (1992) |
La ordenación del espacio donde se desarrolla la corrida, primero utilizando las plazas mayores de pueblos y ciudades y luego en edificios expresamente diseñados para ese rito, implica un reto para el arquitecto. La redondez de la plaza, su centro, la disposición de los accesos al ruedo (chiqueros, puerta de cuadrillas, puerta de arrastre y puerta grande), la ubicación de los espectadores por orientación y niveles, exigen del profesional de la arquitectura capacidad para poner lógica y orden en un mundo donde impera el caos y el desorden. Tarea nada fácil.
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De las plazas mayores de las ciudades, escenario urbano de las primeras corridas de toros... |
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... a los edificios diseñados específicamente para el espectáculo taurino (Análisis de la traza "oculta" de la irregular plaza de Sevilla. Trabajo de J.A. Carbajal et alt.) |
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Ampliación de la plaza de toros de Pamplona de Rafael Moneo |
Pero esa relación de los arquitectos con el mundo de los toros no se agota en lo estrictamente profesional. Y no me refiero solo los buenos aficionados que ha dado el gremio o al interés que la fiesta ha podido suscitar incluso entre los muy alejados de nuestra cultura, como es el caso de Le Corbusier, sino a quienes ha ido un poco más allá como es el caso de Salvador Pascual, fundador primero y editor luego y durante 30 años de la revista Aplausos o el de quienes han llegado a ser ganaderos de bravo por tradición familiar como Salvador Gavira o por pura afición como Felipe Laffita.
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Brindis del Juli al ganadero del Torreón, el arquitecto Felipe Laffita |
Curiosa resulta también la relación que con la fiesta taurina tuvo José Antonio Coderch de Sentmenat (Barcelona, 25 de noviembre de 1913-Espolla, 6 de noviembre de 1984), uno de nuestros grandes arquitectos, referente de varias generaciones, personaje irrepetible que nos dejó muchas obras maestras con edificios tan bellos o emblemáticos como la casa Ugalde, el edificio Girasol, la casa de la Marina o los llamativos edificios Trade.
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La casa de la Marina en la Barceloneta (1951). Obra de José Antonio Coderch de Sentmenat. Una lección de buena arquitectura. |
Coderch, además de esas obras de arquitectura geniales, nos regaló también su afición a la fotografía, una fotografía dedicada al retrato y.... a los toros.
De su fotografía taurina se decía en la presentación de la muestra organizada por la fundación Arquia en 2000:
"La fotografía significó para José Antonio Coderch lo que la pintura para Aalto o Le Corbusier. La observación paciente del entorno y la transformación de algunas situaciones en imágenes, intensamente elaboradas en todo el proceso hasta llegar al encuadre final de las copias, le permitió explorar en el mundo de las formas hasta conformar lo que hoy llamaríamos una mirada personal.
Las fotografías que Coderch fue elaborando durante años constituyen una muestra inequívoca de los intereses de su autor, tanto en lo que se refiere a la elección de temas y situaciones como al tratamiento visual de éstas mediante la luz, el encuadre, los contrastes.
En conjunto, la colección fotográfica de Coderch permite descubrir tras el objetivo a un hombre que aplica a la fotografía los mismos criterios, gustos y exigencias que a su arquitectura.
Conforman la muestra, una serie de fotografías taurinas, donde domina la idea de captación del movimiento; un conjunto de composiciones sobre las texturas de los objetos, sus perfiles, sus contrastes, las sombras y penumbras."
Coderch llegó a publicar en libro sus fotografías taurinas. Del toreo (1973) se tiró en edición limitada, hoy muy cotizada pues incluía textos de Bergamín, grabados de Tápies y fotografías de Coderch y Luis Gardeta.
Sobre Coderch, sobre su arquitectura y sus aficiones, nos hablaban un grupo de arquitectos catalanes en el documental (de obligado visionado) que la 2 de TVE le dedicaba, dentro de su imprescindible serie de los "Imprescindibles", hace muy pocos días.
Un documento de impecable factura y del que hemos extractado, en un pequeño track, lo referente a la fotografía taurina de ese grandísimo arquitecto que fue José Antonio Coderch de Sentmenat.