Hay toreros archiconocidos de los que no es necesario comentar nada. De otros, su memoria se ha ido perdiendo en el olvido. Uno de ellos es Luis Fuentes Bejarano, madrileño de nacimiento pero andaluz de adopción y por decisión propia. Antes de comentar su toreo y, lo que es más interesante, verlo torear, vamos a rescatar su biografía del baúl de los recuerdos.
Trayectoria profesional
Luís Fuentes Bejarano nació en Madrid en 1902 pero muy niño se fue a vivir a Málaga donde se inició su vocación por el toreo(se tiró de espontáneo en un toro de Manuel Granero). Tomó la alternativa en Vitoria, el 5 de agosto de 1923, de manos de Valencia II con toros de Antonio Pérez de San Fernando, siendo testigo el Algabeño. El año 24, le acompaña la desgracia resultó cogido en su primera corrida en Málaga. Ya no levantaría cabeza en toda la temporada. Un par de años después recuperará su crédito profesional aunque, a partir de 1931, otros toreros concitan la atención de la afición y sus actuaciones bajan en número gradualmente (2 corridas en 1934 y una en 1935). Toreando muy poco, permaneció en activo desde 1936 a 1940, retirándose el 12 de octubre de dicho año en Madrid. Falleció en Sevilla en abril de 1999. Está enterrado en el cementerio de San Fernando.
Torero de no depurado estilo, cimentó su trayectoria profesional en su pundonor, en su capacidad lidiadora y, sobre todo, en su dominio de la suerte suprema de la que fue considerado un especialista en su época. Gustaba de ir muy bien vestido, dentro y fuera de la plaza.
El toreo recio y seco de Fuentes Bejarano en una fotografía publicada en el semanario Estampa (22 de julio de 1930) |
Carmen la de Triana.
Es curioso que, hasta la fecha, nadie haya reparado y analizado las imágenes taurinas de la película "Carmen la de Triana" de Florián Rey.
Carlos Fernández Cuenca, una de las máximas autoridades en la materia, ignora incluso la existencia de la película tanto en su libro "Toros y toreros en la pantalla" (1963) como, más tarde, en su artículo "Los toros en el Cine" publicado en el Tomo VII del Cossío (1982). Otros autores indican incluso que, como la película se rodó en la alemania nazi, no se incluyeron escenas taurinas en la misma. Craso error.
La película, que tuvo dos versiones, una española y otra alemana con distinto elenco salvo en lo que respecta a su protagonista femenina, la genial y versátil Imperio Argentina, se rodó -en efecto- en Alemania pero se intercalaron una "escenas naturales" rodadas ex-profeso en la Maestranza de Sevilla.
Una corrida de toros en la Maestranza sevillana.
Según contaba el diario ABC del día siguiente, el jueves 7 de octubre de 1938 y en la España de Franco, se celebraba en la Maestranza sevillana una función de toros gratuita para el rodaje de Carmen la de Triana.
En ese corrida intervinieron Antonio Díaz, vaquero de Miura, de quien Camero aprendió a echar el palo por consejo de Gallito, que rejoneó un novillo de Belmonte; su hermano Pepe Díaz, también vaquero en la casa Miura, que picó con primor al primero de los dos toros de Pallarés lidiados esa tarde y, como matador y, aquí viene lo interesante, Luis Fuentes Bejarano. Y digo interesante porque, de este torero, solo teníamos imágenes en algún festival, ya retirado y con muchos años a cuestas.
Ahora gracias a la película hispano-alemana vamos a poder ver torear a Fuentes Bejarano.
Las imágenes taurinas en "Carmen la de Triana"
En la película, tanto en la versión española como en la alemana, se descartaron las escenas correspondientes a los tercios de varas, las banderillas y la estocada. O sea, todo aquello que tuviese que ver con la sangre.
Si se incluyeron, por contra, la escena de la salida al ruedo de uno de los toros de Pallarés recibido por los peones y las faenas de capa y muleta (probablemente, una faena completa de muleta) de Luis Fuentes Bejarano.
Hemos reconstruido y ordenado esas escenas en el orden lógico de la lidia y ahora podemos verlas, eliminando la parte de ficción.
Hemos reconstruido y ordenado esas escenas en el orden lógico de la lidia y ahora podemos verlas, eliminando la parte de ficción.
Cómo toreó y toreaba Luis Fuentes Bejarano
Ese día, el madrileño afincado en Sevilla, estuvo "pundonoroso y valiente". Bejarano, "magnífica silueta de la antigua Lidia", según el crítico de ABC, puso más de lo estrictamente requerido por la ocasión. Ceñido con el capote, impecable en la briega, eficaz en los trasteos de muleta y con impecable estilo en el volapié (sobre todo en el segundo que, partida la herradura, cayó sin puntilla a sus piés) entusiasmó a la concurrencia cortando las orejas de las reses lidiadas.
A la vista de las imágenes que hemos rescatado, se puede confirmar la valoración que, de este torero , ha hecho la historia. Luis Fuentes Bejarano, aparece en la película de Carmen como un torero de valor pero de poco depurado estilo. Su toreo de capa es sobrio y eficaz pero no artístico. En el toreo de muleta se atiene a los viejos y caducos cánones del toreo en ochos para estructurar una faena corta, dirigida casi exclusivamente a preparar al toro para la muerte tras algún desplante de valor. Lástima que -por exigencias del guión y la sensibilidad alemana- no se haya podido incluir la estocada en la película. Estoy seguro que ahí si hubiésemos disfrutado de lo lindo.
Su toreo arcaico resultaba desfasado pues ya se había impuesto el moderno toreo en redondo (Manuel Jiménez Chicuelo había firmado en Madrid su faena a Corchaíto una década antes). El toro de Pallarés que vemos en la pantalla es noble y embiste por derecho, apto posiblemente para ese toreo en redondo que Luis Fuentes Bejarano sentiría como ajeno. Eso quizás explique su decadencia y el escaso interés que, en esos postreros años de su carrera, despertaba su toreo. No ocurrió así en la tarde que estamos rememorando. Los aficionados sevillanos aplaudieron lo que probablemente fue el canto del cisne de este torero.
Anécdota sobre una estocada de Fuentes Bejarano a un toro de Miura que entusiasmó a Emilio el Bomba, Machaquito y Algabeño (Entrevista al Algabeño publicada en el Ruedo el 25 de julio de 1944) |
Un canto del cisne que había tenido su contrapunto ese mismo año y en esa misma plaza unos meses antes pues el 26 de mayo había debutado en Sevilla un novillero que haría cambiar el toreo para siempre: Manuel Rodríguez Manolete.
Acababa una época del toreo pero se abría otra nueva, esplendorosa y genial.
Fuentes Bejarano en una tarde de triunfo sale de la plaza a hombros de los espectadores (Postal publicada en Todocolección) |
Nota de LRI: Este trabajo es parte de la Ponencia "Toreros y grandes faenas en el world cinema. La historia de la tauromaquia contada a través del cine" impartida el pasado 8 de febrero en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, dentro del ciclo "El cine y los toros-Géneros y lenguajes cinematográficos de la tauromaquia" organizado por la Fundación de Estudios Taurinos de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Universidad hispalense.
No obstante, conviene que precisar que la película que acompaña a este post pertenece a un montaje especialmente realizado para este blog. En la película que proyectamos en la charla del pasado jueves mantuvimos también imágenes de la ficción cinematográfica (Imperio Argentina, Manuel de Luna, etc.) junto a las estrictamentes taurinas.
Cada vez tengo más claro que hasta Manolete, todo vale. A partir de él, ya nada volverá a ser igual. Enhorabuena, bonita publicación y muy buenas algunas imágenes.
ResponderEliminarLos postureos bienqueda ... estilos...pundonor a la hora de la verdad! Gran estoqueador reconocido por toreros que han tenido a un animal igual de alto y de 500kg. Trabajo duro en silencio y el exité hizo todo el ruido. Qué ninguna interpretación subjetiva haga sombra a su grandeza. Olé Don Luis Fuentes Bejarano!!!!
ResponderEliminarLa objetividad de la persona que ha realizado el articulo no está fundamentada.
ResponderEliminarEse torero, fué mucho más que pundonor y huevos.
Unknown 1:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo.
Unknown 2:
ResponderEliminarLa objetividad que no está fundamentada es la de quien se esconde tras un pseudónimo.
Haría usted bien en seguir el ejemplo de don Luis Fuentes Bejarano y echarle más h..., perdón más valor a la hora de opinar. No estaría de más que diera usted la cara -como la daba el torero de Madrid afincado en Sevilla- y explicase y justificase sus opiniones.
Serán bien recibidas.
Un saludo.