Morante en Salamanca con un toro del Pilar en 2010 (Fotografía Ernesto Naranjo) |
Lo cuenta Paco Mora en Aplausos. Morante se va. Dice que "harto del caballo con cuernos que sale en muchas plazas, al que considera, y con razón, fuera de tipo de lo que debe ser el toro bravo apto para la lidia". Y harto -hasta el gorro dice- de "presidentes incompetentes, que se creen señores de horca y cuchillo desde su limbo inaccesible". Harto de los "ataques a la Fiesta desde todos los ángulos posibles, ante la impasibilidad de las autoridades y la desunión y el “dolce far niente” de afición y profesionales".
Sean o no esas sus razones, harto ya de estar harto, Morante se va.
Y nosotros, ya sin Tomás que este año no torea y ahora también sin Morante que se va, nos quedamos un poco más huérfanos todavía si cabe.
Sus razones tendrá, Sr. Morente, por supuesto. Pero no se puede ser el estandarte del arte y torear por sumar. Va contra su forma natural y artística de ver el toreo. Ayer San Sebastián y hoy el Puerto y así veinte años. Cuéntame lo que quieras de veterinarios, presidentes y toros grandes, pero no. Se va porque lo pasa mal delante del toro y no tiene ilusión. Por mucho que haga cosas increíbles y maravillosas. Ahora bien, yo seré el primero que pague (y pago) una entrada para verle de nuevo. Morante es el arte, único, grandioso, y mil cosas más, pero en los despachos ha sido uno más, agarrado al sistema y a torear donde sea y sin la categoría que a él le corresponde. Además, hace poco aprobó públicamente el túnel y justificó que en las novilladas las cuadrillas no cobrasen. Y esas cosas, viniendo de uno de los mejores de la historia, por mi parte no es de recibo. Espero que vuelva con la categoría humana y artística que siempre debió tener. Por otra parte, ojalá sea más pronto que tarde, un torero como él es fundamental para el devenir de la propia Fiesta, incluso más importante que para sus propios partidarios. Hay toreros imprescindibles y él debía haber gestionado su carrera como su toreo merece. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que dice Paco. Un torero que elige carteles, ganaderías y toros no puede poner esa excusa para dejar de torear. Si no lo ve pues no lo ve y ya está. Recoge y otro torero habrá, porque afortunadamente pienso que hoy hay toreros excelentes y jóvenes con futuro. No me parece serio que diga que es víctima del sistema.
ResponderEliminarPaco Carmona:
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Paco.
Es cierto que el toro se ha sacado absurdamente de tipo. Tan cierto como que la cuesta de las Ventas es un diabólico invento de un empresario hábil que miraba por su propio y único interés pero ambas cuestiones afectan a todos los toreros por igual. No solo a él. Esos argumentos no sirven, en mi opinión, para justificar su retirada.
Un fuerte abrazo.
Algunos toreros son más importantes para la historia de la Tauromaquia que para sus propios partidarios. Morante, sin duda, es uno de ellos. Sus razones tendrá para irse, y toda la libertad para hacerlo, pero no me valen las excusas de quien no las precisa. Morante es un torero extraordinario de valor y capacidad, nada que ver con el modelo de torero artista limitado que a veces nos ha querido vender. Que vuelva pronto, mida sus actuaciones y le dé a su arte toda la categoría que merece, pero sin tanta parafernalia.
ResponderEliminar(Sus compañeros agradecen la cuestecita de Madrid, 😉)
Pues que se vaya, yo no le echaré de menos, no le he visto respetar ni al público ni al aficionado desde que desorejó al Toro de Bilbao TOREANDO, pero desde ese día ya ha llovido.
ResponderEliminarA ver si arrastra en su retirada al 99% de los 15 de arriba del escalafón, que como Morante llevan años imponiendo la ley del manso que embiste, de la toreabilidad y del cuento del alfajor.
Cuando vuelva, que volverá, porque le gusta la plata, que le pongan toros armónicos de 470 kilos, que le quepan en la muleta, pero BRAVOS Y ENCASTADOS, con carbón en las venas, jarabilla en el corazón y acero en los riñones; y que los toree, que sabe, puede y debe hacerlo, y si no que se corte la coleta y se vaya a torear vaquillas de Domecq.
No creo que Morante se haya ido sólo por las razones que ha expuesto públicamente.
ResponderEliminarQuizá la causa principal esté, errores suyos aparte, en que ha tenido la mala suerte de vivir, (utilizo palabras de Álvaro Acevedo) en “una época en la que conviven los peores aficionados, taurinos y periodistas de la historia de la Fiesta”.
Una época en la que, como se dice vulgarmente, la gente no se entera.
El propio Morante se ha lamentado con discreción del estado del toreo actual.
Sí, el toreo de los mantazos con el capote, los cites con el culo, el paso atrás, los pases empalmados, los circulares, las espaldinas… Hay veces que, más que en una corrida de toros, parece que está uno en el circo.
Debe de ser terrible para un intérprete del mejor toreo soportar cómo se le ningunea en Sevilla convirtiendo en fracasos actuaciones memorables ante toros casi imposibles. O que se le compare con esos supuestos artistas fraudulentos del pasado, genios de la sugestión y grandes artífices del trapazo. O que el ídolo de su tierra sea el clásico torero posmoderno de muletón y pico a tutiplén.
Se preguntará también por qué es, en la historia del toreo, el artista al que más triunfos y estadísticas se le han exigido.
Imagino que también se habrá hartado del típico comentario de la “sabia” afición : “Morante: sólo capote”. Como si la verónica fuera una suerte menor y con la muleta no hubiera hecho nada destacable en su vida.
Por no hablar de la impresión que le deberían causar las explosiones de júbilo del público orejero premiando vulgaridades y efectismos circenses de baja estofa.
Pues sí: se va el mejor capotero de la historia y el único artista del escalafón. El único torero que a algunos nos ilusionaba y nos mantenía ligados a un arte que con él desaparece.
Lorenzo