jueves, 2 de marzo de 2017

Azulejos sevillanos (I) Los Chicuelo. Para hacer más bello el arte de torear

Por Antonio Líger Valverde

Azulejo sevillano en la casa de los Chicuelo... que nacieron para hacer más bello el arte de torear (Fotografía de Antonio Liger)

Una tradición muy andaluza y muy sevillana es la de recordar a los personajes importantes colocando azulejos en los muros de las casas donde nacieron, vivieron o murieron.

Esa costumbre se da también con los toreros. Os muestro este azulejo, situado en Triana, en la calle Betis, frente por frente a la Plaza de Toros de la Maestranza dedicado a Manuel Jiménez Vera, “Chicuelo”;  padre del Chicuelo que todos conocemos, que también aparece en el azulejo y que además tiene una estatua en la Alameda de Hércules donde vivía en una casa, que aún existe y donde sigue viviendo su familia, situada al lado de la de Joselito el Gallo, esta última desgraciadamente derribada. 

En el azulejo se dice que murió en 1907 a los veintiocho años de edad (investigando hemos sabido que la causa de su muerte fue la tuberculosis) y que su hijo, Manuel Jiménez Moreno, nació el 15 de abril de 1902, en esa misma casa. 

No hay mucho escrito sobre Manuel Jiménez Vera, destacaremos que tomó la alternativa en Madrid 1901 y que todos los comentarios coinciden en su elegancia y finura, cualidades que se verían multiplicada en el gran Manuel JIménez Moreno “Chicuelo”, el creador de la chicuelina, que el 24 de mayo de 1928 le hizo al toro «Corchaíto» de Pérez Tabernero en Madrid, una faena de la que se llegó a decir que había sido la mejor que se había hecho nunca.



Manuel Jiménez Vera cita al toro y Manuel Jiménez Moreno remata el lance de capa

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