Por fin llegó el premio de la faena mágica y soñada (Fotografía de Pablo Cobo) |
Si existe, en el toreo un camino de máxima dureza es ese por el que transitaron el negro Frascuelo, Manuel García el Espartero, Antonio Montes, Juan Belmonte y más recientemente José Tomás.
Es el camino de la máxima entrega, la senda de los toreros valientes. Aquellos de insobornable concepto.
Por ese durísimo y exigente camino discurre la trayectoria de Saúl Jímenez Fortes desde que se iniciara de novillero. Es el camino de los elegidos pero donde el torero tiene muy pocas papeletas de llegar a conseguir lo que pretende.
Que no es, como suponen, algunos inmolarse o suicidarse ante el toro. Ni eso era lo que pretendía Belmonte, ni eso lo que ha buscado siempre José Tomás. Lo que buscan realmente esos toreros, los toreros de esa cuerda es bien diferente, no por ello menos terrible, se trata sencillamente de llegar a la perfección por la vía de la entrega y la pureza.
Y, como el esfuerzo, tiene recompensa y los méritos, deben tener premio, ayer en Málaga, la recompensa y el premio le llegaran a Saúl vía un magnífico toro de Torrealta, boyante y entregado hasta decir basta y que propició ese toreo que sólo es posible en este tipo de toreros cuando los astros entran en conjunción astral y los hados les son propicios. Lo que no siempre ocurre.
Ayer, sí.
Saúl hizo la faena soñada. Por el y por quienes siempre hemos confiado en su apuesta.
Tenía que llegar y llegó, La faena perfecta y mágica. La que se merece por toda su trayectoria. Su mejor faena.
¡Gracias, torero!
¡Nunca el toreo fue tan sentido y bello, tan suave y encajado, tan parsimonioso y templado! |
Es admirable leer comentarios como el suyo Sr. Morente. En la mente del buen aficionado caben las faenas como la de ayer en Málaga de Saul Jimenez Fortes, lo cual demuestra que el buen aficionado tiene su mente abierta a lo que pueda acontecer, sin aferrarse a dogmatismos ni a otras épocas pasadas. Es fácil recurrir al pasado como si el toreo auténtico hubiera desaparecido y por ello es para mí admirable comprobar como los buenos aficionados son capaces de incorporar lo bueno, aunque sea actual.Enhorabuena por su comentario.
ResponderEliminarAntonio Lopez Almenar:
ResponderEliminarMuchas gracias.
En efecto, esa es mi opinión. Creo que el buen toreo es, primero, variopinto, y segundo, no corresponde a una época histórica determinada ("cualquier tiempo pasado -no siempre- fue mejor") sino que puede aparecer en cualquier momento y de la mano de toreros de muy distinto corte y toros de muy diferentes procedencias.
Hace un par de días tuvimos la fortuna de que le tocara interpretarlo a Saúl Jiménez Fortes, en una de las mejores faenas que hemos visto en esta temporada donde tan buenas faenas se han visto.
Un cordial saludo