La faena "tipo" de Manolete comenzaba por estatuarios seguía con tandas de naturales y remataba con sus populares manoletinas. Luego llegaba la estocada, "su " estocada pero con el toro ya dominado. |
La técnica taurina era, antes de Manolete y en términos generales y un tanto confusos (...), la adaptación del torero al toro. Con esto quiero decir que el torero procuraba ver las condiciones del toro, sus defectos, sus cualidades, sus querencias, etc. Y al mismo tiempo, iba realizando una lidia que se "amoldaba" a esas condiciones del toro y estaba en función de ellas (...) A esto se le llamaba, y se le sigue llamando lidiar.
Pues bien Manolete hizo todo lo contrario y en esto radica su esencial osadía, su impar revolución técnica. Manolete hizo que "su" faena -una única faena- se adaptara a todos los toros. Es decir, creó una faena "tipo" que fué la que le sostuvo, la que le encumbró y la que le proporcionó todos sus triunfos.
Esta faena, en efecto, llegó a aplicarla al noventa por ciento de los toros. Manolete, pues, toreó con "una" misma técnica a todos los toros. Como verán ustedes, la revolución manoletista es de índole genial.
Si antes los toreros se amoldaban a las condiciones de los toros, Manolete hizo que estos se amoldaran a su faena tipo, única.
SUREDA MOLINA, Guillermo "La suerte consumada (1ª ed., Palma de Mallorca, Atlante, 1958. Pág. 151)
Nota de LRI: Si hasta ahora los textos de Cuaderno de notas se explicaban solos, me ha parecido oportuno empezar a incorporar otros que, sin perjuicio de su interés, conviene matizar.
Creo que Sureda Molina acierta al describir el toreo de Manolete como un toreo donde el torero se impone al toro. Impone su forma de torear, su estilo. Sin embargo, no me parece correcto confundir ese modelo de faena con la técnica utilizada y, mucho menos, con la ausencia de capacidad lidiadora.
Negar eso, capacidad de lidia (que es, en el fondo, dominar al toro), a un torero que "toreó" al noventa por ciento de las reses a las que se enfrentó, me parece caer en lo superficial y aparente.
Tampoco fue esa una aportación exclusiva y novedosa del diestro de Cordoba. Antes que él, otros diestros siguieron similares planteamientos: Espartero, Montes, Belmonte, etc.
Manolete impone su toreo al toro, mediante enormes dosis de valor y confianza... y de buena técnica. Un toreo que encierra -en los matices técnicos aunque quizás no en lo más aparente- unas profundas dosis lidiadoras.
Si bien Manolete se doblaba cuando había que doblarse, normalmente, en la mayoría de la tardes, su dominio sobre el toro llegaba toreando al natural. Eso si fue novedad. |
¡MUY a la Manolete! // Atte., Torotino.
ResponderEliminarHace muchos años, tantos que no recuerdo ni el lugar ni los protagonistas, escuché un debate sobre la figura de Manolete. El detractor argumentó que era un torero muy pobre, como demostraba el hecho de que casi siempre hiciera la misma faena. A lo que el partidario replicó que precisamente esa era su grandeza: que a tantos toros distintos fuera capaz de hacerles lo mismo, lo que a ese interviniente le parecía que dotaba una capacidad portentosa.
ResponderEliminarMe quedé con el argumento del admirador.
Perdòn. Quise decir que "denotaba" una capacidad portentosa
ResponderEliminarCincinato:
ResponderEliminarEs cierto. Tan complejo e interesante es hacer la faena "adecuada" y diferente a cada tipo de toro como hace la "misma" faena a todos los toros.
Conocimiento de las reses y conocimiento de las suertes llamaban los antiguos respectivamente a ambos modos de proceder.
En el primero, el torero adapta su toreo al toro; en el segundo, lo impone.
Dos medios legítimos pero sustancialmente diferentes. Ni mejor ni peor. Diferentes.
Un cordial saludo