Con el codilleo ocurre lo mismo que con tantos y tantos términos tradicionales del toreo (el pico, adelantar la pierna de salida, los toques, etc,) y es que puede utilizarse de forma incorrecta o ventajista o, por el contrario, puede emplearse o aplicarse de la forma más adecuada, correcta y necesaria.
Codillear. Una definición (y una visión) negativa
Codillear.- Manera de manejar la capa o muleta, al verificar las suertes, con los codos pegados al cuerpo y jugando o moviendo solamente las manos y el antebrazo; y la tendencia a torear así (Cossío. Los Toros, Tomo I. pág. 42)
Aunque la definición que da Cossío parece bastante aséptica, sin embargo, se convierte en negativa con el ejemplo que la acompaña.
Como el de Cossío es un Vocabulario autorizado, cada definición viene con su correspondiente cita que, en este caso, corresponde a Federico M. Alcázar quien afirma que sólo "se codillea por miedo o por torpeza".
No estoy de acuerdo. La definición de Alcázary, aunque es de 1936 (que es cuando escribe su "Tauromaquia moderna", libro de donde Cossío saca la cita), parece ignorar que, por el toreo, ya había pasado Juan Belmonte García. Lo que es mucho ignorar.
Alcázar un gran revistero taurino, era un pésimo tratadista, confuso y errático y su definición corresponde a una visión demasiado arcaica del término cuando el codilleo se consideraba un grave defecto.
Y es que, en el siglo XIX, lo importante era conseguir que el toro pasara (siquiera fuese fugazmente) y para eso "sacar los brazos" (que es como las viejas tauromaquias llamaba a la acción de extenderlos) resultaba primordial.
En la Hemeroteca Digital (donde he rastreado el término), la expresión codillear se utiliza siempre y desde 1898 (fecha de la primera referencia localizada) en sentido negativo.
La más interesante es una referencia de Palmas y Pitos de 1915. Se trata de la reseña de una novillada en Barcelona donde actuaba Fortuna. Y es que, en esta ocasión, al habitual texto reprobatorio, le acompaña una fotografía del lance cuestionado.
El texto dice lo siguiente:
El codilleo belmontista.
Sin embargo, lo que, al principio se veía como defecto, codillear o torear sin despegar los codos del cuerpo, acabó considerándose, en cierto modo, una virtud pues permitía pasarse al toro muy cerca del torero.
El toreo belmontista de exposición y aguante maximos (un toreo anunciado ya antes por el Espartero y Antonio Montes) se impuso y el toreo acabó tomando unos nuevos derroteros. Si el objetivo en el siglo XIX era defenderse y conseguir pasar al toro lejos del torero, ahora lo que se empezói a valorar era pasarse al toro lo más cerca posible.
Los gustos del público estaban cambiando. De ser considerado defecto cuando se hacía por torpeza o miedo, el codilleo pasa a valorarse como un medio técnico positivo, cuando trae causa en la decisión consciente del torero de ajustar la embestida del toro a su cuerpo.
Fotografía publicada en Palmas y Pitos el 24 de mayo de 1915 acompañando una reseña de una novillada en la Ciudad Condal. Fortuna en un ayudado por bajo. |
El codilleo belmontista.
Sin embargo, lo que, al principio se veía como defecto, codillear o torear sin despegar los codos del cuerpo, acabó considerándose, en cierto modo, una virtud pues permitía pasarse al toro muy cerca del torero.
El toreo belmontista de exposición y aguante maximos (un toreo anunciado ya antes por el Espartero y Antonio Montes) se impuso y el toreo acabó tomando unos nuevos derroteros. Si el objetivo en el siglo XIX era defenderse y conseguir pasar al toro lejos del torero, ahora lo que se empezói a valorar era pasarse al toro lo más cerca posible.
Los gustos del público estaban cambiando. De ser considerado defecto cuando se hacía por torpeza o miedo, el codilleo pasa a valorarse como un medio técnico positivo, cuando trae causa en la decisión consciente del torero de ajustar la embestida del toro a su cuerpo.
Veamos otra reseña muy interesante también de Palmas y Pitos y también de una novillada donde actuaba Fortuna. Aunque esta vez el "codilleante" es Pepe Zarco del que se dice lo siguiente:
La solución propuesta por Calderón ese mismo día cuando volvían en tren de la finca de Urcola, era bien sencilla. Ponerle unas tablillas en los codos para llevar los brazos como si fueran aspas de molino:
En realidad, la solución no lo era tal, y el codillear de forma intencionada acabaría imponiéndose y se convertiría en seña de identidad del estilo belmontista. Lo será también de todo el toreo posterior hasta llegar a nuestros días.
Pero eso, lo contaremos en la próxima entrega
(Continuará)
La solución propuesta por Calderón ese mismo día cuando volvían en tren de la finca de Urcola, era bien sencilla. Ponerle unas tablillas en los codos para llevar los brazos como si fueran aspas de molino:
Belmonte pasó de la verónica codilleando.... (Galería fotográfica Los de José y Juan) |
A estirar los brazos cual aspas de molino (Fotografía publicada en Mundo Gráfico) |
Pero eso, lo contaremos en la próxima entrega
(Continuará)
Este blog es una maravilla, no por pertenecer a mi amigo Morente, que también, sino porque éste (y no exagero) está reescribiendo la Historia de la Tauromaquia a través del estudio y la observación de la misma. Si contar las cosas es tarea difícil, re-contarlas de manera neutral, sencilla, directa y sin mayor interés o pretensión, que el no volver a caer en la trampa o error de mitificar siempre lo que nos contaron, es labor, aún mucho más ardua,complicada y nada fácil de creer.
ResponderEliminarMillones de gracias, por no querer estar en posesión de la verdad.Ni usted, ni yo, ni el pasado, ni quién sabe, que nos deparará el futuro.