domingo, 8 de mayo de 2016

Un brindis sonado de Antonio Bienvenida

Por Jose Morente


Según la Historia, la última vez que tocó la música en Madrid fue en la Corrida de la Victoria celebrada el 24 de mayo de 1939 para conmemorar el fin de la Guerra Civil
Una costumbre de chusco origen

Según cuenta la historia oficial taurina, la tradición (o mejor sería decir, costumbre) que hace que en Madrid no suene la música durante las faenas, no se debe al peculiar y estricto concepto que en esa plaza se tiene del toreo (considerado un examen antes que un rito o una fiesta) sino a un curioso suceso acaecido durante la corrida celebrada el 24 de mayo de 1939, la llamada Corrida de la Victoria ya que fue la primera que se celebró en esa plaza tras la Guerra Civil.

El caso es que, habiendo amenizado, la Banda de música, la faena de muleta que hizo Marcial Lalanda al primer toro de la tarde, el hecho de haberse negado a hacerlo durante el trasteo de Domingo Ortega en el cuarto, provocó tan tremendo alboroto y algarabía en los tendidos que la autoridad competente (¿quizás militar?) acordó que, a partir de entonces en Madrid y para evitar disturbios, la Banda no tocase ya más durante la lidia.


Bienvenida consigue que la música vuelva a las Ventas

Un cuarto de siglo después de haberse prohibido o acordado silenciar a la Banda de música de las Ventas, el diestro Antonio Bienvenida consiguió romper la costumbre y que la música volviese a sonar en esa plaza durante la lidia de un toro.

El 16 de octubre de 1966, día de su primera retirada, Bienvenida que toreaba en solitario, tuvo la ocurrencia de brindar a la Banda de Música un par de banderillas. 

Los músicos agradecidos correspondieron al diestro interpretando el pasodoble "El Gato Montés", rompiendo así una norma precautoria que duraba ya demasiado tiempo.



Bienvenida se asoma al balcón en el tercio de banderillas que brindó a la Banda de música de las Ventas
Desde entonces, desde el brindis del maestro Bienvenida, en las Ventas, puede ya sonar la música durante los primeros tercios, aunque la costumbre del silencio, se mantiene para las faenas de muleta con el consenso y beneplácito de los espectadores habituales de la plaza.


La música prohibida volvió a sonar en las Ventas, el 16 de octubre de 1966, más de un cuarto de siglo después de su prohibición, por mor de un brindis del maestro Antonio Bienvenida

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