sábado, 9 de abril de 2016

El viernes sí que hubo toros

Por Clarito
Beato 61 de Victoriano del Río (1º de la tarde)

La culpa la tiene el toro

Para el aficionado torerista (si es que existe ese tipo de aficionado) la culpa de que los toreros no triunfen con más frecuencia, la tienen los toros. Que si no embiste con clase, que si puntean, que si esto, que si lo otro...

Para el aficionado torista (si es que existe ese tipo de aficionado) nunca el comportamiento del toro (de las ganaderías que torean las figuras) es suficientemente satisfactorio. Siempre le falta un punto de emoción o picante... para su gusto, claro. 

El aficionado (torista o torerista) es un perfeccionista y por eso nunca se conforma con lo que tiene. Al elogio le sigue inmediatamente el reparo, la queja, el matiz. Nunca estamos satisfechos con lo que vemos. Por eso miramos más al pasado que al presente.

Espìguito 116  de Victoriano del Río (2º de la tarde)
Una tarde emocionante

El viernes vivimos una emocionante e interesante tarde en la Maestranza. Tanto que a mí me recordó las corridas de los años 60 cuando las ovaciones se sucedían sin solución de continuidad,, Pero al salir de la plaza resulta que no, que la cosa había estado bien, incluso muy bien pero... pero que habían fallado los toros.

Que no hubo toro, que faltó toro, han llegado a decir algunos en letras de molde. Otros sin ser tan extremistas decían que a los toros de ayer les faltó fondo o clase o bravura o poder. Una opinión consecuente con el estado de opinión en el que estamos inmersos.

Si hubo toros

Es posible y puede que sea verdad pero también es posible que sin los toros que se lidiaron ayer, no hubiésemos visto ninguna de las faenas o de las lidias o las incidencias con las que ayer tanto disfrutamos y tanto nos emocionamos.

Dicho en plata, que, para mí, si que hubo toro. No el mejor toro posible, cierto. Pero si un toro bien presentado con tipo y hechuras. Un toro con comportamiento tan variado -ayer hubo de todo- que pone a prueba el conocimiento y el saber de los toreros. 

El toro, simplemente el toro. Que no es ni el tremebundo toro de Colcos ni el animal tan fácil y tan dócil que a nadie emociona. Un toro con virtudes y defectos. Casi siempre con más defectos que virtudes lo que es lógico si se piensa que el toreo moderno es mucho más exigente con el animal, se le piden muchas más cosas, que en el esquemático toreo de hace un siglo.

El viernes hubo toros por eso la tarde tuvo el interés que tuvo.


Celoso 155 de Toros de Cortés (3º de la tarde)
Amoscado 69 de Victoriano del Río (4º de la tarde)
Impuesto 14 de Victoriano del Río (5º de la tarde y cinqueño)
Enarbolado 164 de Toros de Cortés (6º de la tarde)



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